ALBERGUES CANINOS: UNA ALTERNATIVA

  • De 18 millones de perros, 12. 6 viven en calle
  • Refugios, una alternativa
Por Ximena Navarro Esquivel
Ciudad de México (Aunam). La sexta Jornada de Bienestar Animal UNAM llevada a cabo el 12 de noviembre pasado mostró la punta del iceberg de un problema de grandes proporciones: el abandono animal, en particular, el canino.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país habitan 18 millones de perros; no obstante, 12.6 millones de ellos lo realizan en las calles.


De acuerdo a la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, los perros callejeros generan 182 toneladas de excremento al día; por tal motivo, se generan campañas de esterilización y adopción como la Jornada de Bienestar Animal en las Islas de Ciudad Universitaria.

En dicho evento se buscó promover el bienestar de los caninos por medio de talleres y pláticas, así como fomentar la adopción sobre la compra de caninos, quienes en situación de calle son transmisores de hasta 140 enfermedades distintas, según especialistas de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Albergues como Tonka y Jack tienen como meta salvar a perros en situaciones de riesgo. Kyra, es un ejemplo. La perra de raza husky fue abandonada por su dueño en las instalaciones del albergue. “Nos dijo que si se la podíamos cuidar por unos días porque se iba de viaje. Le dije que no, pero fue muy insistente. La aceptamos y pese a las llamadas constantes, el dueño nunca regresó”, declaró uno de los miembros del staff de Tonka y Jack.

El caso de Kyra es llamativo porque los perros de “raza” son codiciados en el mercado. No obstante, eso la irresponsabilidad del dueño pesó más, prosigue el trabajador del albergue.

Existen casos más dramáticos donde perros son hallados en la agonía en importantes vialidades como avenida Central de Ecatepec, Estado de México. Al ser vistos por miembros de albergues, consiguen una oportunidad de vida más.

La reintegración de los caninos en una familia no es tarea sencilla. Tonka y Jack poseen entre sus miembros a animalitos, los cuales no lograron encajar del todo con su familia adoptiva y son regresados de nueva cuenta al albergue.

Asimismo, las mascotas sufren de discriminación dentro del proceso de elección. “Las familias siempre prefieren a los de raza”, afirma una voluntaria de la ONG mencionada. La edad es otro factor. En la mayoría de las ocasiones los cachorros ganan terreno frente a perros más grandes.



Dichas dificultades las encarna Kyra, quien deslumbró a más de uno de los pocos asistentes a la Jornada de Bienestar Animal. Al menos cinco familias distintas se apuntaron para ser parte del proceso de adopción del canino, mientras que compañeros suyos sin raza, como Snoopy (un alegre ejemplar de gran tamaño) fueron ignorados por completo.

Para funcionar de manera adecuada, los albergues prestan servicios como escuelas de inteligencia canina, las cuales ayudan a mejorar la relación entre humanos y perros. Los voluntariados también son pieza clave del funcionamiento de las ONGs. Seis horas de tiempo durante las demostraciones del mejor amigo del hombre ayudan a que los albergues sigan adelante y ofrezcan mayor calidad de vida no sólo a perros, sino también a humanos.







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