China: un modelo alternativo frente al neoliberalismo

Alberto Romero y Heinz Dieterich en la Biblioteca Fondo Histórico Lombardo Toledano (FHLT) | Fotografía. Fernanda Trinidad 

Por Fernanda Trinidad 
Mundo. La vacuna estadounidense Pfizer-BioNtech fue una de las primeras dosis contra el virus SARS CoV2 que llegó a México y que se aplicó a partir del 24 de diciembre de 2020. Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, se manifestó entusiasta por esto, ya que el país fue el primero de América Latina en recibir vacunas y uno de los 10 países en el mundo que inició un programa de vacunación. 

Sin embargo, el manejo de la pandemia por parte del gobierno mexicano evidenció la falta de políticas públicas sustentadas en evidencia científica. Claro está en la recomendación del presidente Andrés Manuel López Obrador de dar abrazos porque “no pasa nada” o usar el “detente”, unas estampas religiosas, como escudo protector contra el “enemigo”. 

El libro China y el futuro de la humanidad: liderazgo, ciencia y geopolítica del doctor Heinz Dieterich hace un llamado a la sociedad y “a cualquiera que quiera hacer política” a analizar el mundo con la ciencia avanzada para entender la realidad y tener probabilidades, no milagros, de ganar. 

Así como el caso de la enfermedad emergente, el sociólogo Dieterich considera que las universidades de Latinoamérica no aportaron nada al desarrollo de las vacunas a pesar de estar cimentadas por los impuestos de los ciudadanos, cuyo gasto federal destinado a este rubro representó una caída del 3.88 por ciento, respecto a lo que se empleó en 2019, o sea, de 5 millones 334 mil pesos pasó a los 5 millones 127 mil en 2022, de acuerdo con cifras del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.  

El doctor, que presentó su libro en la Universidad Obrera de México “Vicente Lombardo Toledano”, consideró que la causa principal de la destrucción de las universidades públicas latinoamericanas empezó después de los años 60. Divididos en facetas, están las instituciones que pasaron a ser privatizadas (como lo es la Universidad de Guadalajara con el exrector Padilla López, 1989-1995, y su caciquismo) y las que “nacieron muertas” o están paralizadas en trabajos de bases sustentadas. 

Esta condición explica la falta de sujetos con iniciativas transformadoras en México y encaminadas hacia un compromiso social, ético y perseverante por el bien común. A través del análisis explicativo del llamado “Milagro Chino”, es decir, del estudio de los últimos 100 años de reestructuración en China, el autor invita a cuestionarse sobre cómo este país logró una revolución cultural y si su modelo sistemático puede ser aplicado en América Latina. 

El principal punto para empezar a entender la transformación que tuvo el país asiático es saber que el universo está constituido por fuerzas de contracción. “En el fondo, lo que te parece molesto es un equilibrio entre dos elementos interactivos: en la medida que un elemento crece se va a imponer sobre otro que pierde poder. Los sistemas actuales son así”, explicó el fundador del término socialismo del siglo XXI. 

Cinco vectores del “Milagro Chino” según Heinz Dieterich: 
1) Cualquiera que quiera hacer política y transformar la realidad, como China bajo la conducción del Partido Comunista de China (PCCh), debe mirar, analizar y organizar el conjunto de subsistemas — en este orden— con “ojos del realismo científico ético y del realismo del sentido común”. 
2) Vincular la ciencia con el compromiso ético, cuyo fin es usar el conocimiento para el beneficio de la ciudadanía y no para intereses propios. 
3) Incentivar la cultura bajo un sistema de lenguaje normativo, empírico y comunicativo que integra a una sociedad heterogénea y compleja como lo es México. El sociólogo considera que en el capitalismo el Estado está controlado por corporaciones e intereses privados que no velan por el interés colectivo. 
Al respecto, en una entrevista con el diario Global Times, Dieterich manifestó que Estados Unidos es un ejemplo de lo que no debería hacer una democracia: estar impulsado por la 
“búsqueda de interés de poder y dinero personal y corporativo” en vez de proteger los bienes público o nacionales [como lo es China]”.  
Cabe señalar que las opiniones sobre las acciones tomadas por el PCCh para controlar la historia del pasado y del futuro lo conciben como un partido autoritario. Por ejemplo, la aplicación “Study Xi, Strengthen the Country” (Estudia Xi, nación fuerte), ha sido catalogada por analistas como un medio propagandístico obligatorio para trabajadores, estudiantes y funcionarios que promueve las noticias sobre el presidente Xi Jinping, y enseña las políticas del Partido por medio de cuestionarios, lecciones de historia y videos patrióticos.  
Al respecto, el diario The New York Times apunta que el presidente Xi ha dicho con frecuencia la “necesidad de protegerse contra amenazas en línea” y dominar los medios digitales a fin de no “perder el control del poder”. También, el funcionario ha justificado que las políticas destinadas al internet son medidas para defender y lidiar contra los riesgos de seguridad cibernética que puedan atentar contra la nación.  
4) Hay que entender que toda la materia prima de trabajo de las decisiones políticas está constituida por Sistemas Adaptativos Complejos (Complex Adaptative Systems en inglés), esto es, por una dialéctica entre el orden y la indeterminación (caos). Implica una interactividad entre el orden establecido y emergente que focaliza la atención en distintos niveles sistemáticos (estudiantes, sindicatos, partidos políticos, etc.) para generar un movimiento en conjunto equivalente al cambio. 
5) Se debe analizar el mundo actual y complejo partiendo de la ciencia para evitar caer en erratas como lo han hecho los decisores políticos, quienes Dieterich ha calificado como “improvisados y lobbyistas” carentes de cultura e historia. Cabe aclarar que un lobbyista es una persona que se dedica a influir en las políticas públicas a favor de los intereses particulares de un grupo de presión. Evidencia de esto se encuentra en el reportaje La Casa Blanca de Peña Nieto (2015), elaborado por Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Sebastián Barragán e Irving Huerta, integrantes de la Unidad de Investigaciones Especiales.  
En este sentido, la apuesta del sociólogo alemán por el modelo chino como “legado de la humanidad” permite entender, a lo largo de las páginas del libro, la razón de cómo China se ha convertido en un país de potencia e interpretar las acciones implementadas para poder situarlas, geopolíticamente, en un país donde el presidente ha confesado tener un “testamento político”. 



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