BIOFLUIDOS, ÚTILES PARA EL TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES GRAVES
Por Daniela Olvera García
México (Aunam). La circulación de fluidos en el organismo, biofluidos sometidos a cierta presión, podría ser una nueva vía útil en el tratamiento de enfermedades como bronquitis crónica, trombosis y en un pequeño nivel en el cáncer, según las investigaciones realizadas por la profesora Eugenia Covera Poiré y su equipo del departamento de Física y Química Teórica de la Facultad de Química.
“Al imponer locamente pulsos de cierta periodicidad en la red de vasos sanguíneos alrededor de un tumor, podría disminuir el aporte de sangre oxigenada, lo que impediría su reproducción”, explicó la investigadora.
A su vez, agregó, podría provocarse que la sangre fluyera con mayor facilidad alrededor de un coágulo o trombo, o liberar de obstrucciones los bronquios de pacientes con padecimientos crónicos, ya que la imposición de frecuencias tiene un efecto similar a la reducción o aumento de la viscosidad de un fluido, lo que hace que su movilidad sea mejor y más rápida, o peor y más lenta.
Como parte de este proyecto, la investigadora desarrolla un modelo físico-matemático de crecimiento para una estructura ramificada por la cual circula un fluido, para entender cómo se afecta la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis), tanto por factores hidrodinámicos y químicos como por la estructura del tejido.
Sin embargo esta propuesta, señaló Poiré, no podría instrumentarse cerca del corazón, pues se correría el riesgo de un paro cardiaco; pero quizá sería útil en trombos ubicado en piernas.
También se podría promover el crecimiento de una red auxiliar a la revascularización de un tejido que, accidental o deliberadamente (como en el caso de cirugías), haya sido cortado, concluyó la investigadora.
México (Aunam). La circulación de fluidos en el organismo, biofluidos sometidos a cierta presión, podría ser una nueva vía útil en el tratamiento de enfermedades como bronquitis crónica, trombosis y en un pequeño nivel en el cáncer, según las investigaciones realizadas por la profesora Eugenia Covera Poiré y su equipo del departamento de Física y Química Teórica de la Facultad de Química.
“Al imponer locamente pulsos de cierta periodicidad en la red de vasos sanguíneos alrededor de un tumor, podría disminuir el aporte de sangre oxigenada, lo que impediría su reproducción”, explicó la investigadora.
A su vez, agregó, podría provocarse que la sangre fluyera con mayor facilidad alrededor de un coágulo o trombo, o liberar de obstrucciones los bronquios de pacientes con padecimientos crónicos, ya que la imposición de frecuencias tiene un efecto similar a la reducción o aumento de la viscosidad de un fluido, lo que hace que su movilidad sea mejor y más rápida, o peor y más lenta.
Como parte de este proyecto, la investigadora desarrolla un modelo físico-matemático de crecimiento para una estructura ramificada por la cual circula un fluido, para entender cómo se afecta la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis), tanto por factores hidrodinámicos y químicos como por la estructura del tejido.
Sin embargo esta propuesta, señaló Poiré, no podría instrumentarse cerca del corazón, pues se correría el riesgo de un paro cardiaco; pero quizá sería útil en trombos ubicado en piernas.
También se podría promover el crecimiento de una red auxiliar a la revascularización de un tejido que, accidental o deliberadamente (como en el caso de cirugías), haya sido cortado, concluyó la investigadora.
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