VILLORO EN EL ESPACIO O... ¿HAY VIDA EN LA TIERRA?

Por Ollin Velasco
Mèxico (Aunam). Una cabeza casi calva pasa al lado de una larga fila de espera. Mientras la Feria Internacional del Libro luce en ebullición desde el segundo nivel del Palacio de Minería, en la cola muchos miran sus relojes.

Son casi las 7:00 pm, pero la espera se justifica por presentación del libro ¿Hay vida en la Tierra? de Juan Villoro. Por cierto, la lustrosa coronilla le pertenece a él.

Motores encendidos

El libro debuta en un evento parecido a un viaje interestelar. Con el Salón de la Academia de Ingeniería henchido de invitados-de-pase-verde y algunos seguidores colados, la presentadora es Yael Weiss. Adentro flota un silencio de gran expresividad: todos parecen absortos en la escena irrepetible del autor bebiendo agua de una botella risiblemente diminuta.

Al encender motores salta una sorpresa, pues también se exhibe Materias dispuestas: Juan Villoro ante la crítica, material de ensayos sobre la obra del famoso domador de ornitorrincos en las plumas de Carlos Fuentes, Cristopher Domínguez, Roberto Bolaño, Sergio Pitol, entre otros. “Gesto que agradezco pero que siento como un homenaje póstumo”, bromea él.

Los libros dados a luz son sólo un pretexto de reunión. “Reconocemos nuestra villorofilia. Tenemos que inaugurar el término. Somos numerosos y muy entusiastas”, confiesa Weiss.

Con el descenso de la noche sobre el Centro Histórico y la pétrea silueta de El Caballito vislumbrándose por la ventana, la charla se encamina por las interminables y nebulosas vetas que se abren al hablar de su obra literaria y periodística.

Desde lejos

La audiencia deja atrás la Tierra con la proyección de un documental sobre la relación del escritor con la literatura infantil. Al tiempo que un niño lee un cómic y su madre (quien por ratos se desternilla de emoción) le pellizca el brazo. “Pon atención, ¿sí?”.

Pronto aparecen las puertas del universo literario de Villoro, “una especie de galaxia alrededor de la que gravitan planetas hechos cuento, crónica, ensayo, novela y artículo periodístico.”

Estaciones espaciales

La atmósfera del recinto, aparentemente tranquila por la vigilancia sin tregua de los ex presidentes de México colgados de la pared, de pronto rebasa los decibeles permitidos y estallan carcajadas. Típica reacción ante el humor agudo y la elocuencia mental del escritor defeño, egresado de la UAM Iztapalapa. Y así, lejos de la estación de los Colorines colorados, la siguiente parada lleva por fin el nombre ¿Hay vida en la Tierra?

Yael Weiss centra la atención de los lectores-astronauta en el más reciente libro de Villoro, con el que la Editorial Almadía festeja su número 100. Vuelan anécdotas y esparcen buenas razones para leerlas.

Capacidad de asombro

De pronto, la ruta se desvía a la vía lúcida de sus metáforas cocinadas a presión y los adelantos de textos sobre regresos a casa, confesiones de la mujer de un narcotraficante, disertaciones sobre capuccinos regulares y el derecho a auto reprobarse…

“Yo pensé el libro con la idea de un regreso a lo cotidiano que resulte sorprendente”, advierte Villoro. Ésta es preocupación constante a lo largo de todas sus obras: el asombro ante lo que parece común y absurdo. “El material está enriquecido de respiros y situaciones insólitas; como cuando uno se queja de que ha pasado cuatro horas en el tráfico y llega alguien que te cuenta que ha pasado ocho”, dice.

Capturado en la lectura, el niño del cómic ignora las constelaciones que han pasado sobre su cabeza. Empieza el retorno. En la FIL de Minería el tiempo se desvanece como los prime time de la TV.

Buen viaje

La coronilla semi calva ahora suda, frente a la larga fila de solicitudes de autógrafos. Varios Safari Accidental y portadas artesanales de Almadía esperan su turno. Él atiende a cada uno con frases condensadas, pero amables. Los ex presidentes no cejan en su labor.

Y así, a punto de aterrizar, se entiende la razón de la distancia astronómica del viaje. ¿Hay vida en la Tierra? Pues sí. Tanta que se necesita ver desde lejos para ejercer la capacidad de asombro con toda tranquilidad. Buen viaje.






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