CÓMO EXPLICAR LA VIDA, SI NO HAS JUGADO AMERICANO: ALEJANDRO VERA

Por Carlos Flores Zulbarán
México (Aunam). Vivir para ponerse el casco, oler la humedad del pasto, entrenar, jugar. Los días antes de un partido no salía de casa por estar limpiando cada parte de su utilería, así describe José Alejandro Vera Mont, maestro en educación por parte de la Universidad YMCA, el respeto, la gratitud y el cariño hacia a uno de los deportes más rudos, el fútbol americano.

Ante la vista de la gente es un juego de bárbaros; para él, todo lo que se observa en este deporte, es un ajedrez humano. La ofensiva construye y la defensiva destruye, siempre basándose en fortalezas y debilidades del oponente. Realmente, los buenos jugadores son inteligentes. De tal forma que la gente que no conoce el deporte, solo observa a 22 personas pegándose, pero dentro del emparrillado el jugador es un caballero, comentó Vera.

¿Cómo se lee un juego de futbol americano?

Este deporte no es una intuición, es trabajo de equipo. La tarea principal del coach es observar a los equipos que vamos a enfrentar en los siguientes partidos. La estrategia es filmar desde un calentamiento, hasta como termina en el terreno de juego la participación del coreback, los corredores y los receptores.

Un aspecto muy importante es la banca. “En alguna ocasión un entrenador nos dijo: observen al coach del perímetro, es patético. La ofensiva se dedicará a pasar todo el partido, entonces sabíamos que jugada venía y como detenerla. Así es el ajedrez, mueves una ficha para hacer daño”

En el primer cuarto se estudia al oponente; pero la tercera parte del partido es el cuarto de los campeones, porque después del medio tiempo, los 22 jugadores que están dentro se conocen. Es la parte donde se ataca las debilidades del otro equipo, tratas de hacer daño con la actitud de trabajo en equipo.

Sin embargo, para el maestro en educación, “terminar con el balón en la zona de anotación después de interceptarlo y haber corrido entre 21 jugadores por más de 60 yardas y ser la anotación que hizo la diferencia, es algo indescriptible”.

Vera Mont piensa que el planteamiento de otorgar becas acabó realmente por monopolizar a los buenos jugadores, a la liga. El amor por un equipo, no se vive como antes; ahora, un jugador bueno de cualquier equipo es comprado por el Tecnológico de Monterrey (ITESM) o por la Universidad de las Américas (UDLA). Ya no es como antes, donde realmente podía haber igualdad de jugadores.

La diferencia en cuanto a plantel de los equipos es enorme. Antes, cuando un jugador comenzaba su primera liga mayor, estaba con un equipo los primeros cinco años, debido a que no había robo de jugadores.

“Es triste ver como un talento que desde infantiles está en un equipo y cuando llega a su último año de intermedia está pensando en emigrar, así que ya no es creíble que los jugadores lo hagan por amor al deporte, hoy lo hacen por una beca”.

La Organización Nacional Estudiantil de Fútbol Americano (ONEFA) ya está separada del Tecnológico de Monterrey y la UDLA, ellos hicieron su propia liga y ya son dos cosas muy diferentes, los verdaderos talentos están de este lado.

En la liga donde se encuentra el TEC y la UDLA, la Comisión Nacional Deportiva Estudiantil de Instituciones Privadas (Conadeip), presenta un contexto familiar. Y en la liga donde está la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y los demás equipos, se percibe un ambiente más pesado.

Este motivo puede ser un factor del porqué va menos gente a los estadios. Además que realmente los “TEC” le daban otro toque, por ejemplo, en cualquier TEC contra Pumas CU, era agradable la incertidumbre de ver como David le podía ganar a Goliat.

Rivalidades añejas

Alejandro Vera lamenta que la situación de ruptura reste calidad a partidos como el Poli-UNAM, cuyo enfrentamiento es por el orgullo por la institución, de pasión pura por el deporte, de escuelas que por décadas han sido rivales.

Antes un partido de la UNAM contra el Instituyo Politécnico Nacional (IPN) era impresionante, y de forma lamentable hoy se observa la falta de calidad, comparándolo con una final Tecnológico de Monterrey contra el Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, debido al robo de jugadores, asegura en exclusiva para Aunam.

Ahora con más de una liga es un poco complicado el panorama. “Se tendría que hacer una gran convocatoria para darle un empuje a una liga nacional, donde los jugadores de intermedia no puedan cambiar de equipo y tengan que jugar sus cinco años en la institución que los ha formado”.

Asimismo se debe crear una cultura del deporte, para que la gente se involucre y asista a los juegos, hacerlo atractivo para la comunidad de cada escuela y lo más importante: no robarse a los jugadores. “El futbol americano y el amor por tu playera, es lo mejor que puedes vivir”.

Alejandro Vera, desde los siete años, se vio inmerso en esta disciplina de contacto. Jugador en sus años de vocacional en Águilas Blancas en la liga juvenil AA, donde estuvo dos temporadas.

Y que a la postre defendió los colores azul y oro de la UNAM, su corazón se convirtió en puma al jugar su última liga intermedia con los guerreros aztecas antes de la reestructuración que sufrió el deporte en la UNAM, e integrarse al proyecto del Centro Universitario México (CUM) que tenía entrenadores y jugadores de pumas convocados de los diferentes planteles de la UNAM. Este pasado lo convierte en un experto del tema, por su amor a este deporte.

“La meta de un equipo es ser campeón, pero la esencia del futbol americano es crear una familia para toda la vida; esto lo debe aplicar la liga nacional”, concluye enfático.





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