MAGIA ALEMANA, LUZ SUBJETIVA

Por José Andrés Díaz López
México (Aunam). Parecieran ser elaboradas con técnicas descubiertas o creadas hace poco tiempo, incluso ayudadas por las nuevas tecnologías para lograr tan perfectos ángulos o capturar de determinada forma un acontecimiento. Sin embargo, es todavía más impresionante, conocer la historia de esta corriente de la fotografía: subjetiva.

La fotografía subjetiva nació en Alemania en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial como respuesta al uso propagandístico de la imagen. El fotógrafo Otto Steinert conformó toda una corriente dentro de la fotografía, para fomentar “una interpretación inventiva de la imagen, para componer fotografías que enfaticen, las manipulaciones y recursos técnicos, así como la creatividad del fotógrafo”, revela la explicación que abre la muestra Fotografía subjetiva. La contribución alemana 1948-1963, que se exhibe en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.


Esta corriente se trata precisamente de jugar con la capacidad inventiva del fotógrafo, de los recursos técnicos que tiene a su alcance y por supuesto la creatividad del mismo. En 1949 Otto Steinert junto con Peter Keetman y Ludwig WindStosser, fundaron el grupo Fotoform, que buscaba redescubrir las posibilidades creativas y las formas de expresión fotográficas anteriores al periodo de guerra.

Algunas de las técnicas que utilizaban eran la superposición de negativos, claroscuros, microfotografías entre otras, que presentan a las imágenes con una viveza, con una aproximación tan cercana a la realidad, a casi sentir la presencia de un rostro, una flor, la lluvia, el paisaje o adentrarse en ese momento de la historia que fuese retratado.

También de conocer los relieves formados en el ala de una mariposa, conocer como son los organismos unicelulares, ver como golpean las gotas de lluvia en una banca en el parque y provocar una sensación de melancolía cuando se observa a un hombre viejo en un día triste.

Observar el paisaje de los campos alemanes en blanco y negro con una nitidez digna de una pintura, ver un día de trabajo de las enormes máquinas en una fundidora de hierro en negativo, observar los desastres de la guerra en las ciudades alemanas, desmenuzar la alegre incongruencia de formas elípticas fotografiadas en el instante en que la física de los cuerpos decide mostrarla, analizar los rostros de Adolf Lazi, Marta Hoepffner ,de Otto Steinert y de “1001 rostros más” (como la obra de Peter Keefman), todos con una viveza, con una definición y resolución exquisitas casi digitales, en negativo, o en sombras, en tres o hasta cuatro planos, con luz de día, o con la oscuridad de la noche. Eso es Fotografía Subjetiva.

Los autores cuyas obras fueron presentadas en esta exposición son: Otto Steinert, Herman Claasen, Toni Schneiders, Monika Von Boch, Peter Keefman, Erich Vom Endt, Siegfred Lauterwasser, Guido Mangold, Carl Strüwe, Gunther Keusen, Marta Hoepffner, Kilian Breier, Adolf Lazi, Jaachim Lischke, Heinz Hajek-Halke, Robert Häusser y Stefan Moses.



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