Fotoperiodismo: memoria histórica en tiempos de Covid-19
Por: Yulissa López Arcos, Faustino Alcántara Rodríguez y Daniel Muñoz Gutiérrez |
Fotografías: Cristopher Rogel Blanquet [cortesía] |
México (Aunam). Ante la contingencia mundial a causa del Covid-19, la necesidad de informar se ha vuelto significativa y de suma importancia. Los medios han acaparado diversos canales de comunicación con su material: notas, conferencias, resúmenes, audio, video y, por supuesto, fotografías.
En el contexto actual, donde se privilegia la distancia, la interacción a través de internet es fundamental para mantenerse al día. Las imágenes que circulan en las plataformas digitales han conmovido a los espectadores. Sin embargo, el propósito fotográfico va más allá del impacto social; su misión es documentar, evidenciar y transformar. El fotoperiodismo da cuenta de ello.
Olmo Calvo, fotoperiodista español, resaltó, ante La Vanguardia, la importancia de la fotografía para narrar historias en tiempos de crisis sanitaria: "Imágenes descontextualizadas de comercios desabastecidos o cadenas de WhatsApp son un veneno para la sociedad. Por eso, el periodismo es más importante que nunca", afirma.
¿Qué hay detrás de las fotografías que ilustran las notas?
Cristopher Rogel Blanquet, fotoperiodista independiente, quien ha colaborado en los diarios: The New York Times, El Universal, El Mundo y la agencia Getty Images, entre otros, cuenta su experiencia, y las dificultades que enfrenta al cubrir el Covid-19, en las calles de la Ciudad de México: “Creo que hay mucha, mucha, mucha tela donde cortar y todo aquel que quiera hacer fotos puede hacerlas de mil temas”, comenta.
Los trágicos y desesperados escenarios abundan, y facilitan el trabajo de quienes esperan un momento aparatoso para capturarlo con la cámara. A pesar de ello, Blanquet recalca las diferencias entre lo que él conoce como “diarismo” (periodismo general y cotidiano) y la documentación de historias particulares que, a su parecer, son ricas en contenido y tienen un mayor alcance informativo en la audiencia pues conduce a concientizar sobre las consecuencias de la pandemia.
La importancia de la ética periodística Son dos los decesos que ha presenciado. Uno de ellos correspondía a un señor de 66 años de edad quien fue trasladado del Hospital General por falta de camas: murió en la ambulancia. Rogel Blanquet se aseguró de que la causa de muerte fuera por Covid-19; un paramédico confirmó sus sospechas: “Entonces, yo le digo a Carlo (su colega): ‘oye, necesitamos saber qué tiene’, porque es muy irresponsable subirlo a Getty así (...) Hablé con el paramédico: ‘oiga, usted fue quien trasladó a este señor, ¿no?’, y dice ‘sí, es de coronavirus, lo trasladaron pero se me murió en la ambulancia’. Entonces, a mí, el saber que vi a una persona en sus últimos momentos de vida, me causa problema”, recuerda con aflicción.
El rigor periodístico no se pierde en la fotografía, es por eso que el también profesor de la UNAM ha sido cuidadoso a la hora de retratar a personas infectadas por Covid-19, aunque sus fotografías son asombrosas, muchas de ellas son explícitas. Es por ello que Getty solicitó ocultar el rostro de los implicados: “Estas fotos no las podemos publicar porque en las medidas que estamos tomando a partir del coronavirus, no se les puede ver la cara a las víctimas”.
A raíz de ello, el colaborador de Getty Images, ha intentado trabajar con cautela: no publicar imágenes fuera de contexto, tampoco mostrar los rostros de los afectados que puedan perjudicar su integridad o la de sus familiares.
La captura y el tratamiento de las fotografías que plasman dolor y sufrimiento, no es cosa sencilla. Si no se tiene el cuidado necesario puede desembocar en una situación de conflicto.
Tal es el caso de Alejandro Sánchez Rodríguez, fotoperiodista de La Verdad, quien fue golpeado después de fotografiar la carroza fúnebre donde trasladaban a una víctima de este virus. “El policía me dijo que no debí tomar fotos, que el papá de mi atacante había muerto y que le había tomado fotos sin permiso, pero le aclaré que no tomé fotos de personas fallecidas, sino de la carroza y que había pedido permiso”, declara Sánchez.
Los cuidados actuales del fotoperiodista
Aunque la labor fotoperiodística, con tintes informativos, prevalece ante la pandemia y preserva la intención de aportar un registro histórico para el futuro, quienes la ejercen en la actualidad deben ceñirse a una estricta serie de recomendaciones para evitar infectarse o contagiar, indirectamente, a las personas con las que regularmente mantienen contacto.
“Uso dos cubrebocas quirúrgicos, de tela más gruesa, ya que no tengo una mascarilla N95. Encima, llevo una máscara de carbón activado y luego, me pongo una de plástico que me cubre la cara. Además, llevamos gel antibacterial y cloro, contenido en un atomizador”, aseguró Rogel Blanquet.
Al respecto, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) emitió una asesoría en que precisa cuáles son las medidas de prevención necesarias para cumplir con la tarea reporteril sin exponerse a la transmisión del Covid-19; así como para accionar de forma segura dentro de los escenarios contaminados y en instancias posteriores a su paso por ellos.
Algunas de las disposiciones de la organización estadounidense radican en utilizar guantes y trajes de cuerpo entero para desenvolverse en lugares de riesgo como hospitales. Además de alejarse de animales (vivos o muertos) en granjas y mercados; sin evadir el constante lavado de manos antes, durante y después de efectuar el seguimiento cercano a la coyuntura.
El exreportero de El Universal acata dos de las sugerencias principales; ya que porta un conjunto de caretas para resguardar su rostro y, en adición a ello, protege el equipo que utiliza habitualmente: “Si vamos en el coche y entramos al hospital, cuando regresamos al automóvil echamos cloro a las cámaras, nos untamos gel. En medida de lo posible hago eso”.
Pese a que el uso de tal químico alude a una de sus estrategias particulares, el consejo concreto del Comité es limpiar los materiales de trabajo, de manera minuciosa, con sustancias desinfectantes como las toallas antibacteriales de “Meliseptol”.
La vocación ante las implicaciones psicológicas y económicas
El fotoperiodismo figura como una de las profesiones preponderantes en el presente, derivado al intrínseco compromiso por establecer un registro que sirva como marco histórico para abordarse en épocas futuras. Por ende, aquellos que, al igual que en otros oficios, deciden salir a la calle y se adentran en sitios con alto nivel de contaminación para gestar la encomienda, están expuestos al peligro con mayor frecuencia de lo normal.
“Lo hago porque me siento responsable y porque quiero hacerlo, pero tampoco creo que la nota seamos nosotros, nuestro trabajo es documentar lo que pasa. Cada que puedo le hago fotos a mis compañeros, porque somos parte de esto que está ocurriendo, pero lo importante aquí son las personas implicadas: los doctores, los pacientes”, señaló el excolaborador de El Mundo.
Sin embargo, ciertas consecuencias psicológicas han de ser sorteadas, en lapsos consecuentes al reporteo, con tal de proseguir en la búsqueda por realizar un esfuerzo visual de calidad. “Tengo un romanticismo por la foto y es más fuerte que el miedo a enfermarme. (...) pero, el estar solo y reflexionar de lo que vi ayer, eso es lo que más me cuesta superar. Algún día iré al psicólogo o haré algo”, añadió.
Asimismo, las inseguridades que preexisten en el vigente panorama también se trasladan a lo económico, sobre todo para quienes laboran en calidad de freelancers. Como lo indicó el fotoperiodista italiano Michele Lapini, en entrevista para la Red Internacional de Periodistas: “Si te enfermas, no trabajas, así que no ganas dinero”.
De igual manera, Christian Monterrosa, presidente de la región oeste en la National Press Photographers Association, afirmó que “aún existe mucho por mejorar” dentro de este contexto. Pero, también remarcó que una selecta cantidad de editores suman un ingreso complementario al salario pactado inicialmente, derivado del riesgo que implica formar parte de coberturas de esta índole.
Para contrarrestar esta situación, diversas organizaciones de la talla del Pulitzer Center han manifestado que financiarán proyectos relativos a la temática de Coronavirus. Por ello, los fotoperiodistas interesados en aplicar deberán tener certeza de la viabilidad del trabajo, desarrollarlo a corto plazo y afianzar su seguridad personal.
“El límite es tu creatividad”
Para Cristopher Rogel Blanquet, las narrativas que surgen a raíz de la pandemia son infinitas. Aunque, por conducto de su lente busca transmitir conciencia y empatía.“Por ejemplo, esta foto que hice hace poco. (...) Salieron los dos paramédicos, el que se sienta se le ve este semblante como de derrotado. Después veo que un compañero se acerca, en esta expresión de solidaridad. Inmediatamente la tomé, pues pensé que sería una buena foto”.
Tal como él, otros fotógrafos buscan imprimir su sello sin pasar por alto el motivo que ahora nos une. Los desnudos propuestos por Spencer Tunick, adaptados al confinamiento social, o la apropiación de las azoteas capitalinas, mediante los drones orquestados por Isaac Esquivel, son otros ejemplos de la exaltación del ingenio durante este proceso.
Por el momento, su progresión de lucha libre extrema, el avance que sostenía referente al uso de pesticidas y el trabajo recopilado sobre indigentes tomarán una pausa obligatoria. No obstante, consideraría desplegar imágenes inéditas en sus redes sociales para producir una alternancia visual de contenido y así, trabajar paralelamente con la problemática de Covid-19.
Incluso, Cristopher Rogel Blanquet podría centrarse en engendrar nuevas historias que ponderen con cautela el entramado general del Coronavirus, pero le permitan dar cierre al material que ha conseguido: “Cuando abran el cine no va a ser visualmente como cualquier día. (...) Esa fotografía será de sujetos con cubrebocas y la sala sin llenarse, posiblemente habrá lugares vacíos en una persona y la otra. Será una gran foto bajo ese contexto”.
Fotografías: Cristopher Rogel Blanquet [cortesía] |
México (Aunam). Ante la contingencia mundial a causa del Covid-19, la necesidad de informar se ha vuelto significativa y de suma importancia. Los medios han acaparado diversos canales de comunicación con su material: notas, conferencias, resúmenes, audio, video y, por supuesto, fotografías.
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| En tiempos de pandemia, cuide su salud con estilo. Foto: Cristopher Rogel Blanquet. |
En el contexto actual, donde se privilegia la distancia, la interacción a través de internet es fundamental para mantenerse al día. Las imágenes que circulan en las plataformas digitales han conmovido a los espectadores. Sin embargo, el propósito fotográfico va más allá del impacto social; su misión es documentar, evidenciar y transformar. El fotoperiodismo da cuenta de ello.
Olmo Calvo, fotoperiodista español, resaltó, ante La Vanguardia, la importancia de la fotografía para narrar historias en tiempos de crisis sanitaria: "Imágenes descontextualizadas de comercios desabastecidos o cadenas de WhatsApp son un veneno para la sociedad. Por eso, el periodismo es más importante que nunca", afirma.
¿Qué hay detrás de las fotografías que ilustran las notas?
Cristopher Rogel Blanquet, fotoperiodista independiente, quien ha colaborado en los diarios: The New York Times, El Universal, El Mundo y la agencia Getty Images, entre otros, cuenta su experiencia, y las dificultades que enfrenta al cubrir el Covid-19, en las calles de la Ciudad de México: “Creo que hay mucha, mucha, mucha tela donde cortar y todo aquel que quiera hacer fotos puede hacerlas de mil temas”, comenta.
Los trágicos y desesperados escenarios abundan, y facilitan el trabajo de quienes esperan un momento aparatoso para capturarlo con la cámara. A pesar de ello, Blanquet recalca las diferencias entre lo que él conoce como “diarismo” (periodismo general y cotidiano) y la documentación de historias particulares que, a su parecer, son ricas en contenido y tienen un mayor alcance informativo en la audiencia pues conduce a concientizar sobre las consecuencias de la pandemia.
La importancia de la ética periodística Son dos los decesos que ha presenciado. Uno de ellos correspondía a un señor de 66 años de edad quien fue trasladado del Hospital General por falta de camas: murió en la ambulancia. Rogel Blanquet se aseguró de que la causa de muerte fuera por Covid-19; un paramédico confirmó sus sospechas: “Entonces, yo le digo a Carlo (su colega): ‘oye, necesitamos saber qué tiene’, porque es muy irresponsable subirlo a Getty así (...) Hablé con el paramédico: ‘oiga, usted fue quien trasladó a este señor, ¿no?’, y dice ‘sí, es de coronavirus, lo trasladaron pero se me murió en la ambulancia’. Entonces, a mí, el saber que vi a una persona en sus últimos momentos de vida, me causa problema”, recuerda con aflicción.
El rigor periodístico no se pierde en la fotografía, es por eso que el también profesor de la UNAM ha sido cuidadoso a la hora de retratar a personas infectadas por Covid-19, aunque sus fotografías son asombrosas, muchas de ellas son explícitas. Es por ello que Getty solicitó ocultar el rostro de los implicados: “Estas fotos no las podemos publicar porque en las medidas que estamos tomando a partir del coronavirus, no se les puede ver la cara a las víctimas”.
A raíz de ello, el colaborador de Getty Images, ha intentado trabajar con cautela: no publicar imágenes fuera de contexto, tampoco mostrar los rostros de los afectados que puedan perjudicar su integridad o la de sus familiares.
La captura y el tratamiento de las fotografías que plasman dolor y sufrimiento, no es cosa sencilla. Si no se tiene el cuidado necesario puede desembocar en una situación de conflicto.
Tal es el caso de Alejandro Sánchez Rodríguez, fotoperiodista de La Verdad, quien fue golpeado después de fotografiar la carroza fúnebre donde trasladaban a una víctima de este virus. “El policía me dijo que no debí tomar fotos, que el papá de mi atacante había muerto y que le había tomado fotos sin permiso, pero le aclaré que no tomé fotos de personas fallecidas, sino de la carroza y que había pedido permiso”, declara Sánchez.
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| Entrada al Metro Bellas Artes de la Ciudad de México. Se oficializa la Fase 2 de Coronavirus en la República Mexicana. |
Los cuidados actuales del fotoperiodista
Aunque la labor fotoperiodística, con tintes informativos, prevalece ante la pandemia y preserva la intención de aportar un registro histórico para el futuro, quienes la ejercen en la actualidad deben ceñirse a una estricta serie de recomendaciones para evitar infectarse o contagiar, indirectamente, a las personas con las que regularmente mantienen contacto.
“Uso dos cubrebocas quirúrgicos, de tela más gruesa, ya que no tengo una mascarilla N95. Encima, llevo una máscara de carbón activado y luego, me pongo una de plástico que me cubre la cara. Además, llevamos gel antibacterial y cloro, contenido en un atomizador”, aseguró Rogel Blanquet.
Al respecto, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) emitió una asesoría en que precisa cuáles son las medidas de prevención necesarias para cumplir con la tarea reporteril sin exponerse a la transmisión del Covid-19; así como para accionar de forma segura dentro de los escenarios contaminados y en instancias posteriores a su paso por ellos.
Algunas de las disposiciones de la organización estadounidense radican en utilizar guantes y trajes de cuerpo entero para desenvolverse en lugares de riesgo como hospitales. Además de alejarse de animales (vivos o muertos) en granjas y mercados; sin evadir el constante lavado de manos antes, durante y después de efectuar el seguimiento cercano a la coyuntura.
El exreportero de El Universal acata dos de las sugerencias principales; ya que porta un conjunto de caretas para resguardar su rostro y, en adición a ello, protege el equipo que utiliza habitualmente: “Si vamos en el coche y entramos al hospital, cuando regresamos al automóvil echamos cloro a las cámaras, nos untamos gel. En medida de lo posible hago eso”.
Pese a que el uso de tal químico alude a una de sus estrategias particulares, el consejo concreto del Comité es limpiar los materiales de trabajo, de manera minuciosa, con sustancias desinfectantes como las toallas antibacteriales de “Meliseptol”.
La vocación ante las implicaciones psicológicas y económicas
El fotoperiodismo figura como una de las profesiones preponderantes en el presente, derivado al intrínseco compromiso por establecer un registro que sirva como marco histórico para abordarse en épocas futuras. Por ende, aquellos que, al igual que en otros oficios, deciden salir a la calle y se adentran en sitios con alto nivel de contaminación para gestar la encomienda, están expuestos al peligro con mayor frecuencia de lo normal.
“Lo hago porque me siento responsable y porque quiero hacerlo, pero tampoco creo que la nota seamos nosotros, nuestro trabajo es documentar lo que pasa. Cada que puedo le hago fotos a mis compañeros, porque somos parte de esto que está ocurriendo, pero lo importante aquí son las personas implicadas: los doctores, los pacientes”, señaló el excolaborador de El Mundo.
Sin embargo, ciertas consecuencias psicológicas han de ser sorteadas, en lapsos consecuentes al reporteo, con tal de proseguir en la búsqueda por realizar un esfuerzo visual de calidad. “Tengo un romanticismo por la foto y es más fuerte que el miedo a enfermarme. (...) pero, el estar solo y reflexionar de lo que vi ayer, eso es lo que más me cuesta superar. Algún día iré al psicólogo o haré algo”, añadió.
Asimismo, las inseguridades que preexisten en el vigente panorama también se trasladan a lo económico, sobre todo para quienes laboran en calidad de freelancers. Como lo indicó el fotoperiodista italiano Michele Lapini, en entrevista para la Red Internacional de Periodistas: “Si te enfermas, no trabajas, así que no ganas dinero”.
De igual manera, Christian Monterrosa, presidente de la región oeste en la National Press Photographers Association, afirmó que “aún existe mucho por mejorar” dentro de este contexto. Pero, también remarcó que una selecta cantidad de editores suman un ingreso complementario al salario pactado inicialmente, derivado del riesgo que implica formar parte de coberturas de esta índole.
Para contrarrestar esta situación, diversas organizaciones de la talla del Pulitzer Center han manifestado que financiarán proyectos relativos a la temática de Coronavirus. Por ello, los fotoperiodistas interesados en aplicar deberán tener certeza de la viabilidad del trabajo, desarrollarlo a corto plazo y afianzar su seguridad personal.
“El límite es tu creatividad”
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| Un paramédico le da ánimos a su compañero en el Hospital de las Américas de Ecatepec, Estado de México. Ambos trabajan para la atención de personas con Covid-19. Foto: Cristopher Rogel Blanquet. |
Para Cristopher Rogel Blanquet, las narrativas que surgen a raíz de la pandemia son infinitas. Aunque, por conducto de su lente busca transmitir conciencia y empatía.“Por ejemplo, esta foto que hice hace poco. (...) Salieron los dos paramédicos, el que se sienta se le ve este semblante como de derrotado. Después veo que un compañero se acerca, en esta expresión de solidaridad. Inmediatamente la tomé, pues pensé que sería una buena foto”.
Tal como él, otros fotógrafos buscan imprimir su sello sin pasar por alto el motivo que ahora nos une. Los desnudos propuestos por Spencer Tunick, adaptados al confinamiento social, o la apropiación de las azoteas capitalinas, mediante los drones orquestados por Isaac Esquivel, son otros ejemplos de la exaltación del ingenio durante este proceso.
Por el momento, su progresión de lucha libre extrema, el avance que sostenía referente al uso de pesticidas y el trabajo recopilado sobre indigentes tomarán una pausa obligatoria. No obstante, consideraría desplegar imágenes inéditas en sus redes sociales para producir una alternancia visual de contenido y así, trabajar paralelamente con la problemática de Covid-19.
Incluso, Cristopher Rogel Blanquet podría centrarse en engendrar nuevas historias que ponderen con cautela el entramado general del Coronavirus, pero le permitan dar cierre al material que ha conseguido: “Cuando abran el cine no va a ser visualmente como cualquier día. (...) Esa fotografía será de sujetos con cubrebocas y la sala sin llenarse, posiblemente habrá lugares vacíos en una persona y la otra. Será una gran foto bajo ese contexto”.
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