BASUREROS CLANDESTINOS: LOS RESPONSABLES DE LA PESTE

Por Alejandra Lisette Sigala García
Ciudad de México (Aunam). Imagina vivir en un lugar donde la cotidianeidad huela a descomposición; el derecho a caminar sobre una banqueta sea desplazado por montones de bolsas de basura y donde las ratas busquen a cualquier animal muerto para satisfacer su hambre. Esa es la realidad de la colonia Carlos Zapata Vela, cortesía de los basureros clandestinos.


Los habitantes de la Ciudad de México (CDMX) representan un 7.9% de la población total del país, y generan un total de 13 mil toneladas de basura al día. La delegación Iztacalco produce un 3.6% del total de los residuos sólidos en la ciudad, es decir 469 toneladas al día. Es así como se posiciona como la sexta delegación que menos cantidad produce.

Para mayor control de esta problemática la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) implementa programas de barrido y rutas de recolección para cada delegación. Según el Inventario de Residuos Sólido (IRS) 2016, Iztacalco tiene asignadas 94 rutas de recolección las cuales cubren 867 puntos específicos con 120 unidades vehiculares.

Además, Tanya Müller García, exsecretaria de la Sedema, puso en marcha la nueva norma ambiental NADF-024, también conocida como “Separa para reciclar”, que proporciona información para sensibilizar a los ciudadanos de la adecuada separación de residuos en: Orgánicos, inorgánicos reciclables, inorgánicos no reusables y residuos especiales y voluminosos.

Todos estos programas deben ser supervisados por la delegación correspondiente con el objetivo de asegurar su cumplimiento. En caso de encontrar alguna irregularidad que impida el correcto desempeño del proyecto, los ciudadanos deben reportarlo y las autoridades sancionar a los involucrados conforme a la ley.

En Iztacalco el problema más común son los basureros clandestinos en la vía pública los cuales, a pesar de los programas, acciones y sanciones implementados por la Sedema y el gobierno de la CDMX, siguen presentes e incluso aumentan día a día, tal es el caso de la colonia Carlos Zapata Vela.

La periferia de esta colonia está constituida por cuatro avenidas principales: Avenida Canal de Apatlaco, Circuito Interior, Avenida Canal de Tezontle y Canal Río Churubusco. Esta última es donde se halla la mayor cantidad de tiraderos clandestinos, especialmente frente al deportivo “Zapata Vela”, y basura esparcida a lo largo del camellón.

Algunos de los habitantes tienden a acumular sus desperdicios cerca de la avenida bajo el anonimato que la noche les ofrece e ignoran los horarios y días establecidos de recolección. De esta manera logran resolver su problema individual, pero a costa de un daño colectivo que llega a transformarse en un deterioro del nivel y calidad de vida.

Bolsas de basura, costales de cascajo y, en ocasiones, animales muertos forman parte de la cotidianeidad de los residentes. Julio Córdoba, repartidor de productos Coca Cola, confirmó que aunque los tumultos de residuos son recogidos por los vehículos de recolección, el problema sigue presente:

“En lugar de dejar la basura en su casa y esperar que el camión llegue, los vecinos optan por tirarla donde creen ‘más conveniente’ o donde nadie los vea. Es una práctica diaria y tanto los habitantes como los que manejan las unidades ya se acostumbraron.”

Asimismo, añadió que “los residuos clandestinos no están separados correctamente y, aunque lo estuvieran, al momento de su recolección los basureros no respetan la clasificación asignada en la norma ambiental NADF-024”. Afirmó que la Ciudad de México intentó implementar medidas muy novedosas y modernas, pero se quedó en una propuesta fallida. Simplemente no funcionó.

Este tipo de dilema ambiental no se puede corregir de la noche a la mañana ni con diversos programas pro-naturaleza. Éstos deben trabajar de la mano de una educación, estudios técnicos y monitoreos ambientales; mismos que la colonia Carlos Zapata Vela carece, especialmente, en el transcurso de la noche.

Si una persona es descubierta arrojando basura a la vía pública, debe ser sancionada con un arresto que consiste de 30 a 36 horas según la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal aprobada por la Asamblea Legislativa (ALDF). Sin embargo … ¿Cómo sancionar a alguien cuya identidad se desconoce o, mejor dicho, se oculta?

Cabe destacar que frente del basurero hay una zona de juegos infantiles la cual cuenta con personal de seguridad quien vigila el área todo el día y mayor parte de la noche. Pese a esto, las autoridades afirman no haber identificado aún a los responsables de originar dichos tiraderos; versión que algunos vecinos contradicen y califican como una excusa para eximirse de la negligencia.

De la misma manera sucede con los vehículos de recolección. Por una lado, Tania, joven residente, asegura que los camiones no realizan la labor de limpieza según los días especificados en la norma ambiental; de ahí que algunos vecinos, tras protestar por la deficiencia del programa, decidieran dejar la basura en la vía pública.

Ahora, del otro lado de la moneda, la señora Martha, habitante y vendedora de frituras, asegura que las unidades si llevan a cabo la recolección en los días establecidos por la Sedema; más bien, refirió a las personas como parte importante de la proliferación de los tiraderos:

“El verdadero problema es la gente floja. El camión pasa al amanecer, aproximadamente a las siete u ocho de la mañana, tres veces a la semana. Sin embargo, los vecinos no quieren levantarse temprano para tirar sus residuos y prefieren dejarlos en la calle”.

Alrededor de seis meses atrás, hubo otro tiradero a cien metros del deportivo sobre el camellón el cual logró ser erradicado gracias a la colaboración de algunos vecinos para vigilar y denunciar a los responsables. En esta acción participó el esposo de Martha, sin embargo, hoy en día éstas ya no son organizadas en la colonia a causa de la falta de respuesta de las autoridades; sus esperanzas también fueron desechadas.

Negligencia social, apatía gubernamental y el desperfecto de un programa malogrado son las causas del incremento de los basureros clandestinos en la colonia Carlos Zapata Bela lo que tiene como consecuencia no solo una mala imagen a ésta, también el incremento de fauna nociva, el acarreo de enfermedades, la obstrucción del paso peatonal y el taponamiento de las coladeras.

En definitiva, una circunstancia cuya resolución no está en la ignorancia ni en la negligencia, sino en la educación, colaboración y justicia.





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