APADRINA A UN AMIGO: RESCATA VIDAS Y REGALA AMOR

Por: Montserrat Soriano García
Ciudad de México (Aunam.) Con mirada cansada y deseosa de encontrar a alguien que le brinde cariño, alimento y un lugar para vivir, camina por la calle un perro de tamaño pequeño y de pelo chino color blanco. Ansioso, busca encontrar en la esquina de siempre un poco de comida y un recipiente con agua, corre para que otros perros callejeros no se la ganen.


De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen 19.5 millones de caninos, convirtiéndose así en el país con el mayor número de perros de América Latina.

Hay perros de todo tipo: grandes y pequeños, de pelaje de diversos colores, entre los que destacan los colores negro, café y blanco; existen los muy peludos y hasta pelones; algunos llegan a muy viejos, otros viven sin un hogar o alguien que los proteja, provocando que los canes se conviertan en seres susceptibles a todo tipo de problemas y enfermedades.

La Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies, señala que de los 19.5 millones de perros reportados por el INEGI, el 70 por ciento de los perros que existen en México viven en situación de calle, y alertan en que el problema crece 20 por ciento al año.

Alrededor de 12 millones 600 mil perros están en situación de calle en México, de los cuales aproximadamente 1 millón 200 mil perros habitan en la Ciudad de México, aunque asociaciones protectoras de animales destacan que la cifra puede ser dos o tres veces mayor.

El abandono de mascotas por parte de sus dueños es una de las principales razones de la existencia de perros en las calles. De acuerdo a la Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, siete de cada diez personas que compran un animal doméstico, lo abandonan en su primer año de vida.

Los perros callejeros que habitan en las calles de la delegación Azcapotzalco y de la Ciudad en México, en “su mayoría son casos de mascotas extraviadas, abandonados por sus dueños o nacieron en las calles.” menciona Santiago Soriano Agramonte, Médico Veterinario Zootecnista egresado de la UNAM.



En la Ciudad de México existen distintas organizaciones de rescate animal las cuales han recibido el apoyo de las redes sociales y de ciudadanos que también rescatan perros de la calle. La asociación Rescatando vidas, regalando amor creado por Patricia Briceño, surge a partir del gusto de ayudar y sobre todo de cuidar a los perros en situación de vulnerabilidad.

Este refugio, al igual que muchos otros comenzó realizando acciones de rescate de canes para después brindarles atención médica y de alimentación a perritos que encontraba cerca de su casa o trabajo, sin embargo, por condiciones de espacio y de sanidad tuvo que trasladarse a un terreno en Tepozotlán, Estado de México.

Cabe señalar que el terreno fue donado por un familiar de Patricia Briceño (encargada del refugio) para que los animales pudieran recibir una mejor atención y tuvieran más espacio para jugar o dormir; dividido por áreas donde los canes están distribuidos de acuerdo a su tamaño y sus compartimientos.

El albergue canino actualmente atiende alrededor de 102 perros que han sido rescatados de las calles. Su misión consiste en “rescatar y resguardar a aquellos animales en situación de calle, maltrato o abandono, así como prepararlos para que en un futuro, puedan integrarse a una nueva familia que lo proteja” expresó Paola Barba voluntaria del refugio.

Los animales son atendidos entre semana por 3 personas, quienes se encargan de colocarles alimento y agua, así como limpiar sus zonas de estar; los fines de semana se presentan los padrinos de los caninos, aproximadamente 20 personas, para jugar con ellos y sacarlos a caminar por las calles aledañas del refugio.

Oscar Suárez, voluntario de la asociación, mencionó que han rescatado de basureros o en pleno Periférico (avenida que va desde Valle Dorado en Tlalnepantla de Baz hasta la Fuente de Petróleos en la Delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México) a “perritos que una vez tuvieron dueño y que fueron abandonados de manera intencional para dejarlos morir… también hemos rescatado a perros golpeados, quemados, desnutridos y/o gravemente enfermos”.


Tal es el caso de aquella perrita que a finales de 2017 se encontraba sobre una calle en malas condiciones. En una caja de cartón, donde la colocaron unos trabajadores de una fonda, los cuales, interesados en salvar a la perrita cuando intentaba atravesar con gran dificultad al caminar la avenida, debido a que sus patas traseras parecían estar unidas y eran poco flexibles.

Un voluntario del refugio Rescatando vidas, regalando amor, la vio en la calle y se la llevó a las instalaciones para que recibiera la atención médica que necesitara. De igual forma, se difundió a través de las redes sociales digitales la foto de la canina para esperar si su dueño la buscaba.

Días después, un señor de aproximadamente 45 años se presentó a reclamarla en las instalaciones del refugio alegando que en un descuido, la perita se salió de la casa. Sin embargo, con el diagnóstico del veterinario sobre el estado de salud de la perrita, “se encontró que esta estaba viviendo en condiciones precarias y de explotación, es decir, que solo la utilizaban para que solo se reprodujera desmedidamente y así poder vender a sus crías.”, comentó Paola Barba voluntaria del refugio Rescatando vidas, regalando amor.

Casos como el anterior, ponen en evidencia que en México como en muchos otros países de Latinoamérica, para tener un perro como mascota no es necesario informar a la autoridad competente de su decisión de constituirse como propietario de un canino, por lo que no existe un registro oficial sobre ello.

“Basta con que a alguien le agrade para que se lo lleve a su casa y si después de un tiempo detecta algún defecto físico en el can o si el supuesto ‘propietario’ considera costoso el tener que darle de comer, solo tiene que abrir la puerta, sacarlo a la calle y cerrar la puerta para que el animal se aleje sin importar cuál será su final”, comentó el veterinario egresado de la UNAM.

Los perros en cuanto ingresan a la asociación reciben una atención médica inmediata: “se les realiza un chequeo médico, se completa su cuadro de vacunas y se les desparasitan; en algunos casos se les realiza estudios para determinar si tienen algún padecimiento, todo con el fin de conocer el estado de salud de los perritos.” comentó Paola Barba, voluntaria de la asociación.

En el refugio canino, los voluntarios son responsables de ciertos canes para costearles sus gastos médicos y alimenticios. Es decir, que la asociación funciona mediante el apadrinamiento de cachorros. Cuando los gastos incrementan y exceden los presupuestos de los padrinos, “se organizan rifas o ventas para costear el tratamientos a los perritos, ya sea para la aplicación de vacunas o la esterilización de los mismos.”, comentó Óscar Suárez.

Óscar Suarez y Paola Barba, voluntarios de la asociación Rescatando vidas, Regalando amor

Los voluntarios comentan que si una persona busca adoptar un perro del refugio tiene que cumplir con los siguientes requisitos: ser mayor de edad, comprobar que tiene el espacio y los medios para mantener al animal, proporcionar una copia de comprobante de domicilio e identificación oficial y firmar una carta en la que se comprometa a cuidar al can.

Es importante mencionar que para evitar que los canes vuelvan a caer en una situación de abandono o de violencia, el refugio realiza un monitoreo a través de fotografías diarias o semanales, un video donde se compruebe que el perro pueda verse libre en su espacio y que no presente comportamientos asociados a violencia.

El especialista de la UNAM y los voluntarios que atienden el refugio recomiendan que las personas deban de tomar consciencia de la responsabilidad que conlleva un perro antes de adquirirlo, para que una vez que lo adoptaron lo sepan querer, respetar y darle un hogar para toda su vida.

El gobierno de México, por medio de la Secretaria de Salud, destina cada año recursos económicos importantes y lleva a cabo grandes esfuerzos a través de campañas de esterilización de perros y gatos, para enfrentar el problema de sobrepoblación canina por medio de diferentes estrategias.

Una de ellas es eliminar de manera definitiva la función reproductiva de los canes mediante procedimientos quirúrgicos practicados en hembras (ovarihisterectomia) y en machos (castración). Otra forma es la captura de canes que deambulan por la vía pública y que nadie reclama, y son llevados a los antirrábicos donde solo un milagro, que ocurra dentro de tres a quince días de su llegada a la perrera, podría salvarlos de las descargas eléctricas.

Sin embargo, este último método es el menos deseable debido al sufrimiento que implica para los animales, ya que algunos requieren de varias descargas eléctricas para morir y lo que se busca es reducir en la manera de lo posible el mayor sufrimiento de los canes.

“Los perros, gatos, pericos, reptiles y demás animales no deberían ser comercializados. No son un objeto del cual te puedas deshacer en el momento que decidas. No son un juguete para regalárselo a los demás por ser su cumpleaños, o porque llevan buenas calificaciones en la escuela, ni por qué son muy bonitos. Por eso, si se decide tener una mascota se debe ser responsable y cuidarlo debidamente, y tratarlos como seres vivos que son, ya que ellos no piden más que amor y lo único que dan a cambio es: gratitud, amor y comprensión”, dijo Paola Barba.






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