VOCES CONTRA LA VIOLENCIA: MARCHA EN LA UNAM

Por Antares Lisset Maldonado Galicia, Mary Paz Pérez Hernández y Alfonso Sotelo Gómez
Ciudad de México (Aunam). La mayoría de los asistentes a la marcha en Ciudad Universitaria son estudiantes menores de 22 años que se organizaron desde sus escuelas y en las redes sociales para realizar una protesta pacífica y ordenada. También participaron profesores y grupos de activistas que apoyaron el movimiento que empezó unos días antes.


El 27 de agosto, estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco tomaron las oficinas administrativas del plantel, en protesta por la falta de profesores en los salones de clase y el retiro de murales que se encontraban dentro de la escuela.

La comunidad estudiantil exigía la renuncia de María Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas, directora del Colegio. Días después, los estudiantes organizaron asambleas junto a padres de familia, para exigir un diálogo con las autoridades de la Dirección General de CCH.

El 29 de agosto, a través de un comunicado, la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades expresó su “plena disposición para colaborar en la solución de los problemas que un grupo de alumnos ha manifestado”, las autoridades propusieron establecer una mesa de diálogo e integrar la Comisión Intermedia de Horarios para que se asignara un profesor para todos los grupos del plantel.


El jueves 30 de agosto, la Dirección General del CCH informó que la directora del plantel Azcapotzalco presentó su renuncia al cargo, misma que el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, acepto. La Dirección General nombró como director temporal a Benjamín Barajas Sánchez, exdirector del CCH Naucalpan.



También informó que iniciaría el proceso para la designación del nuevo director del plantel Azcapotzalco, por lo que en próximos días publicarán la convocatoria correspondiente, de acuerdo con la legislación universitaria.

El viernes 31 de agosto, la Dirección General de CCH informó que, mientras no se realice el proceso para nombrar al nuevo director o directora, el puesto será tomado por el profesor Andrés Francisco Palacios Meza.


Esa misma tarde, los estudiantes del CCH Azcapotzalco convocaron a una marcha el lunes 3 de septiembre, desde el parque La Bombilla hasta la Torre de Rectoría, en Ciudad Universitaria, para entregar un pliego petitorio a las autoridades.

El domingo 2 de Septiembre, las autoridades escolares nuevamente dijeron que ayudarían a la comunidad de CCH Azcapotzalco para asignar profesores a todos los grupos y la preparación de un diagnóstico que permita proponer medidas de mejora del plantel.


El caso Miranda Mendoza Flores, estudiante de CCH Oriente

El lunes 20 de agosto, Miranda Mendoza Flores, estudiante de primer semestre del plantel Oriente fue secuestrada al salir de la escuela. Ella jamás regresó a su casa ubicada en Los Reyes La Paz, Estado de México. Sus secuestradores pidieron 5 millones de pesos para liberarla.

De acuerdo con El Universal, el 21 de agosto, automovilistas reportaron a las autoridades que a la altura del municipio de Cocotitlán, Estado de México se encontraba el cuerpo de una persona que aún se estaba quemando.

El 1 de septiembre, estudios genéticos, confirmaron que el cuerpo encontrado era de Miranda Mendoza Flores.

A través de un comunicado, la Dirección General de CCH expresó “su más enérgica protesta por este acto de violencia contra una integrante de nuestra comunidad”. Asimismo, demandó a las autoridades competentes el esclarecimiento del crimen y el castigo a los responsables.

El periódico Reforma detalla que el 20 de agosto, el día que desapareció Miranda Mendoza Flores, sus familiares recibieron una llamada en la que les advirtieron que la joven había sido secuestrada y necesitaban 5 millones de pesos para liberarla. La familia no pudo reunir el dinero y un día después su cuerpo fue hallado calcinado.


El ataque contra los estudiantes

El lunes 3 de agosto, estudiantes de CCH Azcapotzalco marcharon sobre la avenida Insurgentes, hasta la torre de Rectoría, para denunciar la existencia de casos de acoso, cobros indebidos en el plantel y el cierre de espacios de libertad de expresión.

A la movilización se sumaron estudiantes de CCH Oriente, quienes exigieron justicia por su compañera Miranda Mendoza Flores, estudiante de primer semestre que fue secuestrada y asesinada en el Estado de México.

Los estudiantes se reunieron en la explanada de Rectoría, donde dieron lectura al pliego petitorio, hasta que un grupo porril perteneciente a los colectivos denominados Treinta y dos, del CCH Azcapotzalco; 3 de marzo, del CCH Vallejo, y la Federación de Estudiantes de Naucalpan, atacó y dispersó a los manifestantes con palos, piedras y petardos.

La UNAM reprobó el ataque contra los estudiantes que protestaban de manera pacífica e informó que ya habían presentado las denuncias correspondientes ante la Procuraduría capitalina. Estudiantes de la UNAM iniciaron una campaña en redes sociales para identificar a los porros y golpeadores.

En un comunicado, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, informó que entre los heridos estaba Emilio Alejandro Aguilar Sánchez de 19 años que sufrió lesiones en un glúteo y Joel Sebastián Meza de 21 que sufrió lesiones en la cara con posible fractura de tabique nasal, daño en un riñón y perdió la mitad de la oreja.

En total, 14 personas resultaron lesionadas por estos hechos.

La Dirección General de CCH calificó las agresiones contra los estudiantes como un “atropello, seguramente montado para descalificar y vulnerar el trabajo que cotidianamente realizamos para provecho de miles de estudiantes”.

Lamentó los hechos y llamó a la comunidad universitaria a “unir fuerzas para rechazar la violencia porril, defender el proyecto del Colegio y mantener abiertas nuestras instalaciones”.

Debido a las agresiones contra los estudiantes, 34 planteles de la UNAM – Preparatorias, CCH y FES – declararon paros de 24, 48 y 72 horas. Además, convocaron a una marcha el día 5 de septiembre que partió de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales hasta la explanada de Rectoría.

Sobre estas agresiones, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, dijo que se trató de un ataque premeditado, ya que se confirmó la existencia de varios autobuses y vehículos particulares donde hubo acuerdo previo a que ingresaran a las instalaciones de la UNAM.

Ante la incertidumbre: unión y organización


Como respuesta a la violencia ejercida contra los estudiantes organizados de CCH Azcapotzalco, al menos 15 planteles de la UNAM, organizaron asambleas para determinar acciones de apoyo hacia los estudiantes heridos durante el incidente. Facultades como Ciencias Políticas y Sociales, Filosofía y Letras y Psicología, fueron las primeras en organizarse, convocando a una marcha en Ciudad Universitaria el día 5 de septiembre y sumándose al paro total de labores.

El coraje se hizo presente en la universidad: estudiantes de todos los planteles, incluso aquellas Facultades que no acostumbraban a parar clases, como Ingeniería y Contaduría sumaron su voz a este movimiento pacifista y exigieron mayor seguridad en el campus.

El martes cuatro de septiembre, el rector de la Máxima Casa de Estudios emitió un comunicado en el que Informó que la denuncia de los hechos se levantó ante la Procuraduría de la Ciudad de México y que gracias a las imágenes de la prensa, se identificaron a los agresores.

Graue Wiechers determinó la “expulsión definitiva de 18 individuos inscritos en la Universidad’’, además destacó que condenar los hechos no ha sido suficiente, por lo que tras identificar a los agresores, se ha llamado a las autoridades para que comiencen las investigaciones correspondientes.


Y encendieron la protesta...

A la una de la tarde del 5 de septiembre, diferentes contingentes se reunieron frente a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en protesta por los actos de violencia.

Durante la marcha se exigió la expulsión de los grupos porriles de la UNAM, castigo al actor intelectual de la agresión, mayor seguridad en los alrededores de las escuelas, solución a las demandas de CCH Azcapotzalco y la renuncia de Teófilo Licona, jefe de seguridad de la UNAM, e incluso la de Enrique Graue.

Los contingentes se integraron de estudiantes pertenecientes a diferentes facultades de la UNAM, ceceacheros, preparatorianos, y de Posgrado; también se solidarizaron alumnos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), .la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), el Colegio de México (Colmex), entre otras.

La marcha salió de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales hacia la torre de Rectoría para exigir a las autoridades que se aceptara el pliego petitorio de CCH Azcapotzalco. El gobierno de la Ciudad de México informó que se calcularon cerca de 30 mil asistentes.


Durante la marcha gritaron porras y consignas como: “¡Alerta, alerta! ¡Alerta, que camina, la lucha estudiantil por América Latina! ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué nos asesinan, si somos la esperanza de América Latina?”; “¡Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver: eso no es un rector es una machista, macho burgués!”; “¿¡En dónde están, en dónde están, los vigilantes que nos iban a cuidar!?”.

A la llegada a la torre de Rectoría, miles de estudiantes exigieron entablar el diálogo con Enrique Graue Wiechers, quien no se presentó en ningún momento ante los estudiantes.

Durante la mañana, había presentado su versión de los hechos en una entrevista en el noticiario de Carlos Loret de Mola, donde dijo que “grupos porriles pretenden la desestabilización de la institución” pero que no sabe a quién pueda beneficiar.

Alrededor de las cuatro de la tarde un grupo de jóvenes encapuchados y vestidos de negro, que se definieron como anarquistas, bloquearon Avenida Insurgentes a la altura del Estadio Olímpico y realizaron pintas en banquetas y en dos unidades del metrobús, por lo que la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México abrió una carpeta de investigación para dar con los responsables.


Los estudiantes que realizaban la protesta pacífica en la explanada central de Ciudad Universitaria se desligaron del grupo anarquista y sus prácticas de protesta.

La Rectoría informó a través de un comunicado que los puntos del pliego petitorio son aceptables y que instalará una mesa de diálogo en la Dirección del Colegio de Ciencias y Humanidades para darle seguimiento. También refrendó su “voluntad para dar solución a los problemas que aquejan a la comunidad universitaria”.

A las cinco de la tarde los contingentes comenzaron a retirarse, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) ofreció gratuidad en las estaciones Copilco y Miguel Ángel de Quevedo de la Línea 3; Barranca del Muerto de la línea 7 y Tasqueña de la línea 2. Así como también varias estaciones de la línea 1 del Metrobús: Perisur, Doctor Gálvez, Ciudad Universitaria y Centro Cultural Universitario.

José Ramón Amieva anunció que la Secretaría de Seguridad Pública desplegó 800 elementos en el metro, metrobús y puntos estratégicos, para facilitar la salida de quines asistieron a la marcha.



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