LO QUE DEJÓ LA ASAMBLEA INTERUNIVERSITARIA DE LA UNAM

Por: Alfonso Sotelo Gómez, Mary Paz Pérez Hernández, José Luis Ruperto, Nilsa Hernández y César Pacheco.
Ciudad de México (Aunam). Debido al gran número de participantes que esperaron su turno para hablar y realizar su pronunciamiento, la asamblea interuniversitaria tomó más de 12 horas de sesión.

En el auditorio Alfonso Caso, ubicado frente a la torre dos de Humanidades, se llevó a cabo la asamblea que convocó a diferentes universidades, preparatorias y escuelas para integrar un pliego petitorio general con las demandas de los estudiantes después del ataque de grupos porriles contra una manifestación pacífica el pasado lunes en Ciudad Universitaria.


A esta asamblea acudieron representantes de diferentes instituciones que leyeron pliegos petitorios acordados previamente en asambleas estudiantiles de sus escuelas de origen. Esta reunión estaba planeada para sesionar en el Auditorio Ho Chi Minh al medio día, pero debido al numeroso grupo de asistentes se movió al auditorio Alfonso Caso e inició a las cuatro de la tarde.

Se integró una mesa con encargados para redactar el pliego petitorio final integrado por todas las voces de la asamblea. Dicho documento se leyó al final de la asamblea para dar paso a su votación y aprobación.

Al grito de “¡Fuera porros de la UNAM!” y “¡Ni un paso atrás!” los representantes y voceros de los 34 planteles de la UNAM daban a conocer sus peticiones y propuestas.

Entre las demandas compartidas por los asistentes se encuentran: el cumplimiento total del pliego petitorio de CCH Azcapotzalco; la desaparición total de los grupos de choque conocidos como "porros" de las universidades; presentación con nombres de los participantes y del autor intelectual del ataque del 3 de septiembre con expulsión y represalias.

También pidieron el despido inmediato de Teófilo Licona, dirígete de Seguridad UNAM, Benjamín Barajas Sánchez, director de los Colegios de Ciencias y Humanidades y del rector de la UNAM Enrique Graue Wilches.

Se destacó la necesidad de apoyo psicológico, médico y legal para los estudiantes agredidos y sus familias, esto, totalmente financiado por la UNAM.

Se enfatizó en la revisión del protocolo de género de la Universidad debido a las agresiones, violaciones y asesinatos de mujeres universitarias y la necesidad de aumentar las medidas de seguridad en los planteles y sus alrededores para garantizar la seguridad de los estudiantes.

Se pidió transparencia en la información sobre el presupuesto y gastos de la universidad; democratización para designar directivos de las escuelas y facultades, también la plena participación de los estudiantes.

Entre las instituciones asistentes de la UNAM se encontraron: El Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH); La Escuela Nacional Preparatoria (ENP); Facultad de Estudios Superiores (FES); Facultad de Economía, Facultad de Filosofía y Letras; Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la Facultad de Derecho; Facultad de Ciencias, Facultad de Psicología; Facultad de Química; Trabajo Social; Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.

También acudieron al diálogo, el Instituto Politécnico Nacional (IPN); Preparatoria Popular “Mártires De Tlatelolco”; el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); la Universidad Pedagógica Nacional (UPN); Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y las Escuelas Normalistas de la Ciudad de México.

La opinión al exterior del Auditorio Alfonso Caso

A las tres de la tarde, a las afueras del Auditorio Alfonso Caso existía expectación entre quienes no habían podido ingresar al inmueble. “No se ve cerca el inicio, del inicio”, decían algunos estudiantes. A las tres con 39 minutos, una de las organizadoras salió, “Representantes que hagan falta, ¡dentro!”, dijo en voz alta, puesto que para dar inicio con la asamblea se requería de la presencia de todos los representantes.

Alfredo, un estudiante de Ingeniería Geológica, comentó: “Tengo entendido que la asamblea se ha hecho en auditorios diferentes”, esto respecto al cambio de sede de la asamblea, que fue del auditorio Ho chi Minh en la Facultad de Economía al Auditorio Alfonso Caso. Además, señaló que cada Facultad e institución universitaria llevaba su pliego petitorio.

Sobre las causas del cambio de recinto, una estudiante de la Facultad de Química que participó en el registro de representantes señaló que hubo muchos oyentes que querían ingresar al auditorio, por cual, se “revolvieron” con los representantes (identificados con un pequeño círculo rosa). Cabe señalar que el número de representantes por institución académica era alto.

La Facultad de Estudios Superiores Acatlán, con 17 delegados, fue la que contó con el grupo más amplio. Ante el elevado aforo, se procedió a cambiar de auditorio y aunque se llegó a mencionar al auditorio Ernesto “Che” Guevara, como una de las opciones para llevar a cabo la sesión, se eligió al auditorio Alfonso Caso.

La elección del auditorio Alfonso Caso resultó polémica, pues su espacio resultó insuficiente. Frente al entrada del inmueble, un grupo de estudiantes intercambiaba sus puntos de vista sobre la asamblea. “La trampa estuvo en decir que en el auditorio (Alfonso Caso) cabían dos mil personas”, comentaron. Con ello “reventaron la asamblea”, acusaron.

La estudiante de química comentó que uno de los ajustes que se hizo fue recalibrar la transmisión, pues la asamblea sería transmitida en el auditorio Narciso Bassols en la Facultad de Economía y el auditorio Ernesto “Che” Guevara. “La asamblea se está llevando a cabo bien”, finalizó. No obstante, hubo quienes no estuvieron de acuerdo en las condiciones bajo las que se dio el encuentro.

Un estudiante de Filosofía y letras señaló que la organización le había parecido con problemas. “Preferiría no dar una opinión”, comentó. En las afueras del inmueble siguió la entrada y salida de estudiantes. Quienes llegaban con la intención de escuchar la asamblea eran enviados a al auditorio Narciso Bassols en la Facultad de Economía.
El inmueble no estaba lleno en su totalidad, pero sí tenía un flujo constante de estudiantes que llegaban a escuchar un poco de la transmisión, para después retirarse. Por momentos, la señal se congelaba e impedía escuchar puntos importantes que los oradores hacían de sus pliegos petitorios. Pero era una alternativa para enterarse de lo que sucedía en el lugar de la plenaria.

Problemas de planeación que ayudan a la integración



Eran las 11:00 del día, en la entrada de la Facultad de Economía, un total de 35 jóvenes decían ser universitarios que esperaban poder entrar al auditorio Ho Chi Minh, para presenciar las decisiones tomadas por cada plantel después de los acontecimientos del lunes 3 de septiembre.

“No vamos a caber todos”, “No sé por qué lo hicieron aquí”, decían estudiantes de la Facultad de Economía, quienes se dirigían a la explanada para poder escuchar lo que los jóvenes organizadores tenían que decirles. Ya dentro de las instalaciones se podía ver que el número de personas esperando tener un lugar era más de 150 cuerpos en aquel espacio cuadrado.

Los jóvenes encargados de organizar y vigilar el orden del evento afirmaron que sólo los representantes de cada facultad e institución de bachillerato de la universidad tendrían el acceso a aquel auditorio que representa a quien fuera un poeta y político comunista de Vietnam. Los demás asistentes tendrían que dirigirse a la puerta del plantel para hacer una fila y esperar indicaciones.

Hicieron lo pedido de una manera ordenada, pero los reclamos no podían faltar, pues jóvenes que tomaban su lugar afirmaban que habían llegado mucho más temprano que aquellos que encabezaban la hilera. Después les informaron que podrían observar la asamblea durante una transmisión en el auditorio Narciso Bassols, que también es parte de las instalaciones de la facultad.

Este proceso duró alrededor de una hora, había quienes desesperados por no poder entrar decidieron salirse de la fila y dejar su lugar a los demás pues también les fue informado que al recinto, que lleva el nombre de un abogado mexicano de 1897, sólo podrían entrar 200 personas.

A todos los que ingresaban, antes les pedían mostrar su credencial de estudiantes afirmando que sólo ellos podrían entrar para enterarse de los acontecimientos, pues no se permitiría la entrada a medios de comunicación, también hicieron mención que los únicos lugares donde se transmitiría el evento serían ahí, en la explanada de la facultad y en el auditorio Alberto Barajas Celis de la Facultad de Ciencias.

Ya dentro del auditorio Narciso Bassols las voces de los jóvenes no se hacían esperar, todos se quejaban de que no habían comido, del tiempo de espera (pues ya iba a dar la una de la tarde y no había respuesta de los organizadores) y de la poca información que recibían.

Un joven alto de playera café y un pantalón de mezclilla que llevaba doblado casi hasta las rodillas les informaba que tendrían que ser pacientes, pues muchas personas querían ingresar a los diferentes lugares. Antes de salir le pidió a toda “la banda” que respetaran a las chicas encargadas de la seguridad del lugar “por favor tranquilícense que la situación es compleja, por favor banda no se descontrolen”.

Aquel joven llegó para tranquilizar las inquietudes de todos aquellos que estaban a punto de salir del recinto, pues todavía no se decía cómo iban a iniciar la asamblea, “Son cosas que suceden dada la situación tan espontánea”. También les pidieron a los asistentes que usarán sus datos y no la red escolar para no impedir las transmisiones.

Durante una pequeña charla de media hora, informaron a los asistentes todos los problemas que habían enfrentado los organizadores para llevar a cabo el evento, pues un día anterior se había informado que la asamblea sería en el auditorio Dr. Raoul Fournier Villada, de la Facultad de Medicina, pero por cuestiones fuera del alcance de los estudiantes, no pudieron prestar las instalaciones.

“Mucha banda dijo que se estaba llevando la situación de manera muy burocrática, pero los compañeros de medicina estaban intentando llevar las cosas de manera más espléndida”, el joven de la playera color café intentaba parar los rumores sobre la realización de la asamblea, reafirmando que es difícil poder organizar a más de 900 personas, también informó que habían contemplado la idea de usar el estadio universitario, pero era más complicado por el tiempo que tenían.

“Bueno, bueno, bueno” interrumpió un joven que probaba un micrófono desde el auditorio Ho Chi Minh, la transmisión en vivo estaba por empezar, el joven de playera café repitió que ninguna persona podría grabar lo presenciado ya que no habían dejado ni pasar a los medios, pues “aquí se discuten cosas serias”.

Los jóvenes del auditorio Narciso Bassols escuchaban atentos el inicio de la asamblea, ahí se enteraron de que dejarían entrar a algunas personas que oían en la explanada al auditorio donde realizaban la asamblea, las quejas y caras de disgusto incrementaron.

Durante los primeros 15 minutos de la transmisión se podía escuchar todo de manera clara, pero después el audio dejo de funcionar, las frases no podían oírse completas y los jóvenes que veían todo lo que ocurría en el auditorio Ho Chi Minh, sólo pudieron observar que decidían cambiar el lugar de la asamblea, por cuestiones de espacio.

Por los problemas de audio, las primeras reacciones eran risas burlonas, ocasionadas por los raros ruidos que transmitían en el video, pero después de un tiempo los jóvenes volvieron a desesperarse, sin esperar algún cambio se iban y dejaban sus lugares a aquellos asistentes que se encontraban parados o en el piso del recinto.

Unos leían otros simplemente dormían, pero la gran mayoría se quejaba de la organización del evento, mientras esto pasaba en el lugar de la asamblea proponían lugares para cambiar la sede. Los asistentes oían cosas como “el che”, “medicina”, pero no podían escuchar oraciones completas. Sólo vieron cuando las personas se retiraban del recinto Ho Chi Minh.

Pasaban los minutos y no se tenía información oficial sobre la asamblea, los jóvenes del auditorio Narciso Bassols pudieron enterarse de que el lugar de la asamblea sería en el auditorio Alfonso Caso, pues tenían conocidos que también pudieron entrar al segundo traslado de la asamblea, burlando a los coordinadores.

Eran las dos y media de la tarde y los jóvenes que aún se encontraban sin tener información concreta de lo que sucedía en la asamblea estudiantil, varios de los encargados del orden entraban a cada rato y afirmaban que pronto irían por ellos para llevarlos a la asamblea, pero eso no pasaba.

Se podían observar cada vez más asientos vacíos, debido al cansancio y desesperación de los asistentes, “quien se quiera ir, digo, no los estamos deteniendo, pero una vez que se vayan los de seguridad nos deslindamos de todo acto, entonces por favor banda tranquilícense”, decía el joven de playera café para tranquilizar los reclamos.

Él seguía repitiendo que las “inter” podrían durar hasta ocho horas y que esos problemas siempre se presentan. “¿Alguien tiene hambre?”, un estruendoso “¡sí!”, fue escuchado en todo el recinto. Los ansiosos jóvenes proponían tacos de canasta, pizza, papas, entre otras chucherías.

No se decía nada claro, todos se desesperaban aún más, un joven llamado Andrés del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur decidió tomar un lugar en la parte de enfrente para proponer hacer actividades artísticas, él leería un poema del libro Ni poeta ni agachado sólo intimidad” de Roberto León Santander.

¡Lo mataron los soldados!
quiero gritar,
pero no puedo
siento asfixiar mi agonía


Los aplausos de los jóvenes no se hicieron esperar y duraron por lo menos tres minutos, intentaron recitar más poemas, pero la desesperación de los asistentes pudo más. El ruido de las quejas volvió a reinar en el recinto.

Volvieron los vigilantes a informar que todavía no podían transmitir la asamblea porque salieron de la red interna de la Facultad de Economía cuando cambiaron de auditorio, después de esto volvieron a pedir paciencia a los irritados asistentes.

Algunos de los chicos sentados proponían diversas cuestiones como: mandar a un grupo que representará a los jóvenes del auditorio Narciso Bassols en la asamblea, también ofrecían sus teléfonos o aparatos electrónicos para solucionar los problemas con el video, pero las personas de vigilancia tampoco sabían bien cómo realizar esas acciones.

Seguían las quejas y los comentarios en contra de la organización del evento, pero Andrés del CCH Sur juntó con algunos de sus compañeros volvieron a proponer realizar actividades para hacer más cómoda la espera. La apatía de los otros chicos se hizo presente, pero una joven afirmó que aquellos chicos del plantel Sur hacían un gran trabajo y que los admiraba.

Ese comentario hizo que los demás asistentes quisieran participar y decir lo que pensaban acerca del movimiento estudiantil y su enojo por las acciones de las autoridades universitarias.

Mientras los jóvenes de vigilancia seguían intentando volver a poner la transmisión en vivo, seguían dando información acerca del lugar donde estaría la asamblea, se aseguraba que se cambiarían al auditorio “Che Guevara” en filosofía.

Martín del CCH Sur compartió un poema de su autoría, el cual hablaba de los acontecimientos de la marcha y las vivencias del plantel de Jardines del Pedregal durante las asambleas estudiantiles.

Somos la voz que exige justicia
y la esperanza de paz


Recitaba el joven, cuando terminó y después de los aplausos, algunas manos levantadas pedían participar también. Una profesora de prepa ocho afirmó que el plantel de Álvaro Obregón había cambiado mucho después de los acontecimientos del 3 de septiembre en rectoría, pues en la asamblea estudiantil habían más de 150 asistentes, algo que según sus datos no eran normales en la preparatoria que ejercía.

“Es bueno ver que cada vez más hay niveles de conciencia más altos”, afirmó que los jóvenes del plantel ocho también están enfrentando problemas con sus directivos, pues defienden los grupos porriles y acciones en contra de la integridad estudiantil.

Una señora que era parte de la huelga en el 99 informó que hace 20 años las represiones estudiantiles eran más grandes y ellos no tenían forma de informar lo que estaba pasando. “Es emocionante ver que no permitan un gobierno opresor otra vez… mi mamá vivió el 68, yo el 99 y mis hijos este 2018”.

Un joven abogado invitó a todos los asistentes que cuando tuvieran algún problema legal fueran a asesorarse a la Facultad de Derecho. Durante las pláticas también comentaron problemas como los feminicidios en la universidad, los problemas porriles y lo que viven los jóvenes del CCH Azcapotzalco.

Dos chicas llegaron con unas cuatro cajas de pizza, pero las participaciones estudiantiles no pararon.

“La historia no sólo se estudia también se hace, hoy estamos haciendo historia, nosotros hemos escuchado del 68 y el 99, tengan por seguro compañeros que nuestros hijos oirán de este 2018”, participó un joven estudiante de historia de la Facultad de Filosofía y Letras, quien afirmó que para él la experiencia del 7 de septiembre en el auditorio Narciso Bassols fue importante e inolvidable.


Un universo de opiniones

En esta ocasión el estrado del auditorio Alfonso Caso fue tomado por representantes de todas las entidades de la UNAM y Universidades externas que se solidarizaron con la “máxima casa de estudios”. En el público la efervescencia de opinar y escuchar las propuestas y exigencias se iba tornando con el paso de las horas más fuerte.

El lugar no se daba abasto, las butacas estaban repletas y las escaleras pasaron a ser otros asientos; además, apenas se podía caminar por los pasillos. El característico edificio se convirtió en el punto de convergencia de diferentes discursos y demandas. La diversidad de oradores “fluían” por el estrado, incluso algunos generaron una fuerte ovación entre la audiencia.

A las 7:31, la consigna “Ni un paso atrás”, hizo eco en el auditorio, todos y todas las presentes la corearon por igual con el puño en alto. Después de una controversia por saber si se dejaría pasar a todos los oradores, llegó el turno del Campus Morelos de la UNAM, en donde los voceros comentaron que Ciencias Genómicas su realizó primer paro de labores en su historia.

Una de las voces con mayor resonancia entre el auditorio fue la de la representante del Instituto Nacional de Bellas Artes, quien dijo: “ser estudiante en este país cada vez se parece más a una sentencia de muerte”. La asamblea continuó sin ninguna eventualidad. Los estudiantes que salían tarde se acompañaban y cuidaban entre ellos mismos.

Al finalizar, todos los asistentes coincidieron en que defenderán su institución ante cualquier conflicto.





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