CHAVA FLORES, SIEMPRE PRESENTE EN LA CIUDAD

Por Pablo Saldaña Amador
México (Aunam). El cronista musical más importante de la Ciudad de México sigue vivo y aún convoca a las multitudes. Un Teatro de la Ciudad sin una butaca vacía fue sin duda el mejor homenaje que el pueblo de la capirucha le rindió a Salvador Flores Rivera, autor de piezas clave para entender a los habitantes del Distrito Federal, como A qué le tiras cuando sueñas mexicano y Cerró sus ojitos Cleto.

El punto de distinción lo puso la Orquesta Filarmónica de las Artes, dirigida por Abraham Vélez Godoy, quien interpretó piezas clásicas del compositor nacido en La Merced, en la calle La Soledad. Sábado Distrito Federal, Los 15 años de Espergencia, Peso sobre peso y Apolonia la bonita lucieron sus mejores notas, entre otras muy conocidas, y hasta hubo chance de un estreno: La otra cara de Julia.

El concierto contó con las voces de Myrza Maldonado, Martha Isabel, Luis Gilberto y Jessica Silva, y aunque al principio desmerecieron el sentimiento sabrosón de Chava Flores, incluso hubo quienes, al intermedio, hubieran preferido que solo fuese instrumental. Para la segunda parte mejoraron las interpretaciones.

El público coreaba las letras de antaño que describen no a una ciudad, sino a un alma, la del la ciudad cosmopolita y rural que a pesar del progreso sigue presente no con la fuerza de Mi México de Ayer. Aplausos y carcajadas se manifestaban al por mayor., principalmente las risas resonaron cuando llegó el turno de Herculano, obra que incluye dos y hasta tres sentidos posibles en sus albureras estrofas.

El homenaje abarcó las facetas festiva, romántica y nostálgica del autor, a quien el periodista Jaime Almedia, maestro de ceremonias, calificó como inmortal. Lo único malo, dijo, es que para hacerse inmortal es requisito morirse.

Y así, entre solemnidad, algunos desbarajustes vocales y mucho corazón, Chava Flores comprobó que su legado es imperecedero, a pesar de llevar 25 años de fallecido, que los chilangos tienen mucho de Cleto, Tacho, Manuela, Bartola, Escolapia, que seguir viajando en Metro es un despiporre y que a la gorra no hay quien corra.

Desde los barrios popof hasta las residenciales de muertos de hambre, Chava seguirá describiendo a esta ciudad cuyo desmoche no tiene fin y caray, ahora es más cierto que nunca: “un hormiguero no tiene tanto animal…”.


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