LA DEPRESIÓN EN MÉXICO: ENFERMEDAD SIN ATENCIÓN GUBERNAMENTAL
Por Antares Lisset Maldonado Galicia
Ciudad de México (Aunam). Desde el enfoque cognitivo conductual, la depresión es una enfermedad mental que se puede identificar desde tres esferas: conducta, emociones y pensamiento. ‘’Las actividades cotidianas placenteras disminuyen, el apetito se modifica, comes menos o mucho más de lo habitual. También hay afectaciones en las horas de sueño’’, menciona José Nahum Rangel, especialista en depresión y ansiedad. Desde el punto de vista emocional, es posible relacionarla con todas las sensaciones de tristeza.
Como cualquier otro problema en el ámbito de la salud mental, las causas de la depresión son multifactoriales, aunque no se descarta la parte orgánica de esta enfermedad. En Psicología se trabaja a partir de teorías conductuales y cognitivas, sin negar la parte biológica. ‘’Puede haber una predisposición genética, pero lo atribuimos principalmente a estas dos partes’’. La teoría conductual está relacionada con las consecuencias, positivas o negativas, que deriven de las acciones de cada persona.
El tratamiento para la depresión parte de la evidencia, “solamente se utilizan tratamientos que han demostrado ser efectivos y que han sido sometidos a investigaciones científicas de alta calidad”.
En la psicología se trabaja con el enfoque de práctica basada en la evidencia y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tratamiento dependerá del nivel de gravedad de la enfermedad. “Si son aspectos de depresión leve, es suficiente con una intervención breve de cuatro a ocho sesiones, cuando se tienen episodios de depresión moderada a grave, se recomienda la intervención de fármacos y terapia, que abarca de 12 a 15 sesiones aproximadamente’’.
En México existe un problema aún más grave que la depresión: la falta de atención a esta enfermedad. ‘’El problema surge desde el presupuesto que se brinda a salud, de esos recursos, la parte que le toca a salud mental es muy baja’’. Este tipo de enfermedades deberían atenderse en unidades psiquiátricas especializadas en salud mental, ¿el problema? Hay muy pocas. En la Ciudad de México, las instituciones más importantes son el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez y el Instituto Nacional de Psiquiatría.
José Nahum Rangel ha colaborado en el Hospital Fray Bernardino Álvarez y comenta que la infraestructura es deficiente e inadecuada para brindar atención a los pacientes. “Tienen el personal, en su mayoría psiquiatras, y su herramienta de trabajo es el medicamento, sin embargo, muchas veces no pueden ejercer desde el punto de vista médico porque no hay fármacos. Muchas veces depende de que el familiar pueda comprar el medicamento’’.
Para diagnosticar a un paciente con depresión, es habitual que se trabaje con la Clasificación Internacional de Enfermedades o el Diagnóstico que genera la asociación Psiquiátrica Americana. “Formalmente, en cualquier institución médica del país se trabaja con la Clasificación Internacional, que es la que genera la OMS y México, al ser parte de las Naciones Unidas, debe responder a los lineamientos que da la organización’’.
Al cuestionar si los jóvenes son más propensos a sufrir depresión, el especialista mencionó que esto depende del ambiente y las habilidades que han generado. ‘’Las más propensas son aquellas personas que no han desarrollado habilidades sociales o para resolver problemas’’. De la misma manera, no existe un sustento científico que afirme que los hombres sean más vulnerables ante la depresión. “En nuestro país es un aspecto cultural, es mucho más común que una mujer acuda a pedir ayuda ante cualquier afectación a su salud. En los hombres no ocurre de la misma manera’’.
Actualmente, José Rangel escribe su tesis de doctorado con un enfoque en el suicidio y las falsas creencias que rodean este acto deliberado. Uno de los puntos más importantes es que, dentro de los criterios diagnósticos de la depresión, se encuentra la ideación suicida, pero en México, dentro de los padecimientos mentales, es la segunda causa. El suicidio está asociado con el consumo de sustancias, los aspectos relacionados con la ansiedad son la tercera causa. ‘‘Hay muchos más intentos de suicidio en personas que se encuentran bajo los efectos de alguna droga que en personas con depresión’’.
Hay datos de epidemiología que sugieren una asociación entre ambas problemáticas y que la depresión es un factor de riesgo que aumenta la probabilidad de que haya ideación suicida. Este se encuentra asociado con tres factores: abuso de sustancias, depresión y ansiedad.
“En México, la depresión no es el trastorno más frecuente entre los suicidas, sino, la dependencia hacia diferentes sustancias’’.
Una enfermedad silenciosa
La OMS pronostica que para el año 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad en el mundo, y la primera en países en vías de desarrollo como México. A pesar del fuerte impacto que tiene esta enfermedad en el país, el número de personas que no sabe que la padece es muy alto, debido a que la desestima, tarda en buscar la asistencia adecuada o, cuando la busca, no la encuentra.
José Rangel cuenta que ha tratado con pacientes que consideran que la depresión no existe y que sólo son pretextos de las personas para no trabajar. Sumado a los retos de estos trastornos, muchos pacientes también deben lidiar con la falta de apoyo en el entorno social y familiar.
La idea general de que los padecimientos mentales son menores o que pueden curarse con solo desearlo, es a menudo una fuente más de estrés y frustración que a la vez, dificulta que busquen la ayuda de un especialista. “En México no tenemos cultura ni educación de la salud mental, la dejamos como algo secundario y no la consideramos como una necesidad indispensable’’, dice, mientras cruza lo brazos.
¿Qué ocurre si una persona con depresión no recibe tratamiento? En el caso extremo, podría significar la muerte y no necesariamente por suicidio. “La persona ingiere menos alimentos y desarrolla pocas actividades, esto puede traer una afectación física importante que genera problemas en órganos como el hígado o atrofiar el sistema digestivo’’, concluyó.
Ciudad de México (Aunam). Desde el enfoque cognitivo conductual, la depresión es una enfermedad mental que se puede identificar desde tres esferas: conducta, emociones y pensamiento. ‘’Las actividades cotidianas placenteras disminuyen, el apetito se modifica, comes menos o mucho más de lo habitual. También hay afectaciones en las horas de sueño’’, menciona José Nahum Rangel, especialista en depresión y ansiedad. Desde el punto de vista emocional, es posible relacionarla con todas las sensaciones de tristeza.
Como cualquier otro problema en el ámbito de la salud mental, las causas de la depresión son multifactoriales, aunque no se descarta la parte orgánica de esta enfermedad. En Psicología se trabaja a partir de teorías conductuales y cognitivas, sin negar la parte biológica. ‘’Puede haber una predisposición genética, pero lo atribuimos principalmente a estas dos partes’’. La teoría conductual está relacionada con las consecuencias, positivas o negativas, que deriven de las acciones de cada persona.
El tratamiento para la depresión parte de la evidencia, “solamente se utilizan tratamientos que han demostrado ser efectivos y que han sido sometidos a investigaciones científicas de alta calidad”.
En la psicología se trabaja con el enfoque de práctica basada en la evidencia y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tratamiento dependerá del nivel de gravedad de la enfermedad. “Si son aspectos de depresión leve, es suficiente con una intervención breve de cuatro a ocho sesiones, cuando se tienen episodios de depresión moderada a grave, se recomienda la intervención de fármacos y terapia, que abarca de 12 a 15 sesiones aproximadamente’’.
En México existe un problema aún más grave que la depresión: la falta de atención a esta enfermedad. ‘’El problema surge desde el presupuesto que se brinda a salud, de esos recursos, la parte que le toca a salud mental es muy baja’’. Este tipo de enfermedades deberían atenderse en unidades psiquiátricas especializadas en salud mental, ¿el problema? Hay muy pocas. En la Ciudad de México, las instituciones más importantes son el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez y el Instituto Nacional de Psiquiatría.
José Nahum Rangel ha colaborado en el Hospital Fray Bernardino Álvarez y comenta que la infraestructura es deficiente e inadecuada para brindar atención a los pacientes. “Tienen el personal, en su mayoría psiquiatras, y su herramienta de trabajo es el medicamento, sin embargo, muchas veces no pueden ejercer desde el punto de vista médico porque no hay fármacos. Muchas veces depende de que el familiar pueda comprar el medicamento’’.
Para diagnosticar a un paciente con depresión, es habitual que se trabaje con la Clasificación Internacional de Enfermedades o el Diagnóstico que genera la asociación Psiquiátrica Americana. “Formalmente, en cualquier institución médica del país se trabaja con la Clasificación Internacional, que es la que genera la OMS y México, al ser parte de las Naciones Unidas, debe responder a los lineamientos que da la organización’’.
Al cuestionar si los jóvenes son más propensos a sufrir depresión, el especialista mencionó que esto depende del ambiente y las habilidades que han generado. ‘’Las más propensas son aquellas personas que no han desarrollado habilidades sociales o para resolver problemas’’. De la misma manera, no existe un sustento científico que afirme que los hombres sean más vulnerables ante la depresión. “En nuestro país es un aspecto cultural, es mucho más común que una mujer acuda a pedir ayuda ante cualquier afectación a su salud. En los hombres no ocurre de la misma manera’’.
Actualmente, José Rangel escribe su tesis de doctorado con un enfoque en el suicidio y las falsas creencias que rodean este acto deliberado. Uno de los puntos más importantes es que, dentro de los criterios diagnósticos de la depresión, se encuentra la ideación suicida, pero en México, dentro de los padecimientos mentales, es la segunda causa. El suicidio está asociado con el consumo de sustancias, los aspectos relacionados con la ansiedad son la tercera causa. ‘‘Hay muchos más intentos de suicidio en personas que se encuentran bajo los efectos de alguna droga que en personas con depresión’’.
Hay datos de epidemiología que sugieren una asociación entre ambas problemáticas y que la depresión es un factor de riesgo que aumenta la probabilidad de que haya ideación suicida. Este se encuentra asociado con tres factores: abuso de sustancias, depresión y ansiedad.
“En México, la depresión no es el trastorno más frecuente entre los suicidas, sino, la dependencia hacia diferentes sustancias’’.
Una enfermedad silenciosa
La OMS pronostica que para el año 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad en el mundo, y la primera en países en vías de desarrollo como México. A pesar del fuerte impacto que tiene esta enfermedad en el país, el número de personas que no sabe que la padece es muy alto, debido a que la desestima, tarda en buscar la asistencia adecuada o, cuando la busca, no la encuentra.
José Rangel cuenta que ha tratado con pacientes que consideran que la depresión no existe y que sólo son pretextos de las personas para no trabajar. Sumado a los retos de estos trastornos, muchos pacientes también deben lidiar con la falta de apoyo en el entorno social y familiar.
La idea general de que los padecimientos mentales son menores o que pueden curarse con solo desearlo, es a menudo una fuente más de estrés y frustración que a la vez, dificulta que busquen la ayuda de un especialista. “En México no tenemos cultura ni educación de la salud mental, la dejamos como algo secundario y no la consideramos como una necesidad indispensable’’, dice, mientras cruza lo brazos.
¿Qué ocurre si una persona con depresión no recibe tratamiento? En el caso extremo, podría significar la muerte y no necesariamente por suicidio. “La persona ingiere menos alimentos y desarrolla pocas actividades, esto puede traer una afectación física importante que genera problemas en órganos como el hígado o atrofiar el sistema digestivo’’, concluyó.
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