CORRER PARA SER LIBRE: AMÉRICA MATEOS GUZMÁN

Por: Desales Ortiz Lemuel
Ciudad de México (Aunam). Sentada en un sillón al fondo de la sala, América Mateos Guzmán, espera paciente compartir parte de su vida, sus pies que hace unos ayeres le dieron grandes logros en el atletismo, hoy están vendados a causa de una lesión.


Se muestra serena y decidida, su amabilidad y disposición para compartir su historia se hacen evidentes con la sonrisa que se le dibuja en el rostro, las luces tenues de las lámparas de la sala iluminan el ambiente, así como las medallas y los trofeos que ha cosechado a lo largo de su trayectoria.

Hoy, a diferencia de hace unos años, la deportista dedica su vida a la docencia, es maestra en educación física, a nivel primaria. “A los niños les inculco el valor y la importancia de practicar algún deporte, para tener una vida sana, también comparto con ellos mis triunfos, mis derrotas, mis miedos, mis sueños y mis ilusiones”.

¿Cómo se siente en lo referente a su salud?

“Me considero una persona sana, la única molestia que tengo es la de la cirugía en el pie, pero esto no me impide disfrutar de la vida y gozar de mi trabajo”, refiere América Mateos mientras sonríe.

Es de estatura mediana, aproximadamente un metro con 50 centímetros, su complexión es delgada, esa ligereza de su cuerpo fue fundamental para las victorias obtenidas en las distintas carreras.

Sobre sus logros y participaciones

América Mateos Guzmán, nació en el Municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México en el año de 1972, y antes de dedicarse a ser corredora, ella considera que su vida transcurría de una manera normal, recuerda mientras levanta la mirada hacia el techo, como buscando un recuerdo en la mente; “transcurría el año de 1992 y yo aún vivía en casa de mis padres, mi mamá tenía una tienda, yo era la encargada de realizar los pagos e impuestos del negocio”.

Fue en una de esas salidas, en que se topó con un anuncio sobre una carrera gratuita de diez kilómetros, ese cartel fue el inicio de su vida como corredora, misma que inició en el municipio de Nezahualcóyotl. Con un tiempo de 40 minutos y obtuvo el décimo lugar.

Los nervios, la adrenalina y la inexperiencia jugaron en su contra, pero la medalla que obtuvo en esta carrera la conserva como el mayor de los tesoros, mientras cuenta este acontecimiento, un suspiro se escapa de sus labios y sonríe.

Entre los años 1993 a 1997, época en la que estudió en la Escuela Superior de Educación Física (ESEF), representó a la misma en las categorías de 1500 y 3000 metros planos, “corrí también los cinco mil metros y por el tiempo que lograba en las carreras, las invitaciones me fueron llegando, para que representara al Estado de México”. Fue en la ESEF donde adquirió nivel como corredora, aprovechó al máximo las enseñanzas de sus profesores.

Sobre sus participaciones internacionales

¿Cuándo fue su primera participación fuera de México como corredora?

“Mi primer campeonato lo corrí en el Panamericano Campo Traviesa el primero de marzo de 1998, en San José de Costa Rica”. Esa carrera la hizo dos meses después de casada, “Me casé en enero del año de 1998”, menciona que su esposo siempre la apoyó.

“Recuerdo que durante el viaje hacia Costa Rica empecé a sentir dolores en el vientre, las demás corredoras me advertían que quizá era un embarazo y lo recomendable sería que no corriera, pero ignoré las indicaciones y decidí correr”. A pesar de los dolores y las molestias Mateos Guzmán logró el segundo lugar, “fue una carrera que corrí con mi hijo”.

Continuó su preparación, y se le presentó la oportunidad de ir a Brasil. Se inscribió en la carrera de 15 kilómetros para clasificar, ganó el pase para representar a México en Sao Paulo, Brasil, en el año de 1999.

América recuerda que, para su mala fortuna, ese año el horario de la carrera fue modificado, se haría a las cuatro de la tarde del día 31 de diciembre, carrera que regularmente se hacía en la noche.

El día de la carrera se presentó, era una tarde muy calurosa, la adrenalina y los nervios por estar fuera del país, le recorrían el cuerpo. Dio inicio la carrera y América Guzmán salió muy rápido, dominó los primeros siete kilómetros, pero la energía se le acabó, la costumbre de no tomar agua también repercutió.

La deshidratación y el cansancio jugaron en su contra, los anhelos y las ilusiones se alejaban de sus posibilidades, el noveno lugar fue su recompensa en una carrera internacional.

En México corrió su primer Medio Maratón Internacional, el cual se celebró en Guadalajara, Jalisco, en octubre de 1998. En esta participación no ganó, pero volvió en octubre de 1999 y esta vez no sólo obtuvo el primer lugar, sino que impuso un récord en tiempo, su premio un bono económico, y un auto, ese día fue de júbilo y gozo, por fin su nombre empezaba a posicionarse y a ser reconocido, ella se muestra feliz al recordar esta anécdota.

Entre los logros más sobresalientes de América Mateos Guzmán están el haber participado en carreras de talla internacional en Quito Ecuador, Japón, Canadá, Guatemala, Irlanda, China, Costa Rica y en varios Estados de la República Mexicana.

Los obstáculos

“Entre las dificultades que enfrenté estuvo, la de no contar con apoyo por parte de las federaciones de atletismo”. - Su expresión se escucha triste- “al principio de mi carrera como atleta tenía que solventar mis gastos, y mi gratificación era que disfrutaba lo que hacía, corría para ser libre, y consideraba a mi persona, como el único rival a vencer”. Siempre tuvo en mente hacer un mejor papel.

Como en todo proyecto, al principio lo más común son los obstáculos y, para América Mateos no fue la excepción; recuerda que desde su infancia tenía en mente dedicarse a algo que le exigiera fuerza y destreza. Entre sus motivos para iniciarse en el atletismo está su maestro de secundaria, él le inspiraba y le trasmitía confianza, “siempre quise ser como él, era fuerte y decidido”.

Después de terminar la educación secundaria, América ingresó al bachillerato para cursar la carrera técnica en Administración de Empresas. “Al concluir el bachillerato empecé a trabajar, pero el trabajo que desempeñaba sentía que era una actividad que no me llenaba”; entre las diversas funciones que realizaba ahí, estaba la de ser mensajera.

El encuentro con la ESEF

Fue a través de este trabajo, que tuvo su primer encuentro con la Escuela Superior de Educación Física (ESEF), fue en una de sus salidas como mensajera en que conoció a la ESEF, sin dudarlo y después de llevar el mensaje, regresó a pedir informes sobre el examen de admisión, y quedó convencida de que eso era lo que ella quería.

Empezó por su cuenta su preparación física para el examen a la ESEF, comenzó a correr, a irse a las canchas, saltar cuerdas a practicar tiros, la motivación por ingresar era más grande que los obstáculos.

El día del examen se presentó a las pruebas, los demás aspirantes ya tenían una preparación previa, algunos eran nadadores, maestros de ballet, futbolistas, ella en cambio había llevado a cabo su preparación de manera personal, pero tenía la confianza.

El día de los resultados, se presentó en la ESEF, buscó la lista de aprobados, los nervios y la emoción la consumían al mismo tiempo, estaba ante lo que marcaría el rumbo de su futuro, tenía la confianza de que todo saldría bien.

Su nombre no aparecía, sólo quedaban unos cuantos nombres más, y no había señales América Mateos, la sorpresa fue grande cuando casi al final de la lista vio su nombre, sentimientos encontrados se desbordaban en su expresión, ¡Quedé!

Cuando era alumna de la ESEF, América no se cansaba de entrenar, hizo suya la pista de atletismo, con la que cuenta la escuela, entrenaba sola, lloviera o granizara, hiciera calor o frío, casi siempre después de clase se quedaba a entrenar. Con el tiempo pasó a formar parte del equipo de atletismo de la ESEF, y en las veces que la representó le dio muchos primeros lugares, recuerda.

¿En qué personaje se inspiró?

“El personaje que me inspiró fue la Mujer Maravilla, la veía tan ágil, fuerte y además era mujer, lo que más me inspiraba de ella fue su lucha contra el mal”. América Mateos aún conserva entre sus recuerdos una imagen en papel de la Mujer Maravilla.

En la actualidad, anima a las nuevas generaciones a luchar por sus sueños, sobre todo en el ámbito deportivo, América hace énfasis en que cuando se es deportista se conoce a mucha gente, muchos lugares y se está más seguro de lo que se quiere, en sus palabras y expresión ella se muestra decidida en trasmitir a sus alumnos la capacidad de sentirse libres. Yo cada vez que corría me sentía libre, lo disfrutaba, lo importante es disfrutar lo que uno hace, recalca.

Pone como ejemplo su caso y señala, que cuando ella corría, lo hacía porque quería mejorar, “corría contra mí, cada que bajaba mi tiempo me sentía retada, o cuando lo remontaba era mi satisfacción”, a América Mateos no le importaba contra quien competía, si eran o no campeones nunca le importó, menciona que lo importante para ella era sentirse libre.

“Todos mis triunfos y también mis derrotas me dieron mucha satisfacción, y a pesar de los obstáculos, siempre decidí luchar por lo que me gusta, y hoy a la edad de 45 años aún me quedan muchas ganas de trabajar con las generaciones jóvenes”, -América sonríe, y añade- “en uno o dos años, quisiera correr nuevamente un maratón, y, aunque no gane quiero sentir la emoción de cruzar la meta”.

Las lesiones también fueron sus compañeras, la más reciente en el año 2015, cuando estuvo a punto de perder la rodilla, “todo por creer en los médicos que curan sin dolor”, recuerda con tristeza en los ojos, pero gracias a la intervención de su papá que la llevó con un doctor amigo suyo, logró volver a las pistas, salvó su actividad atlética y su pierna.

Con la rodilla herida volvió a las pistas, ahí recibió del público comentarios negativos, le decían que ella no podría volver, fueron esas palabras las que provocaron en ella la decisión de esforzarse de nuevo y seguir luchando.

América recuerda como la mejor etapa de su vida, los años que van de 1994 al 2005, época en los que ella alcanzó el mejor nivel como corredora, cuando representó a México en el plano internacional, quizá no siempre en el primer lugar, pero siempre estuvo en el podio.

“Hoy día más que participar en alguna carrera, lo que más le interesa es preparar a personas que quieran iniciarse en el atletismo”. América Guzmán considera que para ella la etapa de correr, ya pasó, y fue una época que disfrutó mucho, pero ahora quiere enfocarse en la enseñanza.

Entre sus fortalezas está a la paciencia, aspecto que ha logrado a través del tiempo y de los errores, nunca es bueno acelerar el proceso, recalca, siempre hay que esperar a que las cosas se den a su tiempo.

Otro de los obstáculos como atleta, son las instituciones, ya que los que están al frente de las federaciones, tienen otros intereses, menos el de apoyar a los talentos, menciona que es más fácil que quedes fuera por el papeleo que por falta de talento.

“Una carrera puede verse truncada por la falta de oportunidades, a pesar de contar con las capacidades físicas e intelectuales”, comentó. “Mientras en las federaciones deportivas se tengan a personas con mentes poco visionarias, las cosas seguirán igual o peor”, añade.

En el mundo del atletismo siempre fue conocida como América, entre sus planes está la de que sus hijos Atziri y José Luis de diez y 19 años respectivamente, se inicien en la vida deportiva, y que al igual que ella, obtengan grandes triunfos.

A las nuevas generaciones, les recomienda luchar por sus sueños, a pesar de los obstáculos, vale la pena seguir, que corran, que disfruten el aire, el sol, el frío, la lluvia, pero sobre todo que amen lo que hacen y que cada vez que corran lo hagan para sentirse libres.

“Lo importante es amar lo que uno hace, hay que ser pacientes y esperar a que las cosas lleguen a du tiempo”, el silencio invade la sala de la casa, América Mateos se cuelga sus medallas al cuello y se prepara para la foto, sonríe.

“No se necesita ser atleta para ejercitarse, el ejercicio debemos practicarlo todos, por el bien de nuestra salud, los triunfos y las gratificaciones llegan en el tiempo indicado, haya o no apoyo de personas o instituciones, debemos ser insistentes, ser libres”.






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