INTELIGENCIA ARTIFICIAL, MOTIVO DE ALARMA PARA LAS RELACIONES HUMANAS
Por Alberto Valencia
Ciudad de México, (Aunam). La inteligencia artificial (IA) es aquella capacidad que tiene una máquina para percibir su entorno; esto se logra a partir de razonamientos lógicos que un programador le implanta para que cumpla una tarea de manera eficiente.
José Ángel Jiménez es un programador dedicado a migrar programas antiguos a sistemas más actuales para que una empresa tenga un servicio informático y de procesamiento mejor desarrollado e innovador. En entrevista este técnico, mostró su preocupación con respecto al desarrollo que el humano le ha dado a las máquinas.
“En primer término, entramos ante un problema de identidad al hablar de inteligencia artificial. Implica la cuestión de ‘¿estamos tratando con algo que se puede considerar pensante?’, porque somos nosotros quienes le damos las herramientas a una máquina para tomar decisiones”, explicó el programador al preguntarle sobre los problemas éticos que suscita la inteligencia artificial.
Jiménez agregó que en cuestiones éticas, es peligroso transgredir ciertos límites que atañen el campo de lo humano, como la satisfacción sexual. Con tantos aparatos destinados a dar placer, los lazos emotivos con otras personas pueden dejarse de lado. De acuerdo con Jiménez, a este paso un robot podrá llegar a captar sensaciones humanas y comenzará un proceso retroactivo para el humano.
Al ser cuestionado sobre el alcance que tiene la IA y la posible sustitución del hombre en tareas y trabajos, el especialista en sistemas aseveró.
“En el aspecto racional sí porque una computadora siempre será más ágil para lograr resolver problemas lógicos. Ahora bien, aún no hay pruebas de que una máquina tenga la necesidad de crear algo; para cuando eso sea posible, estaremos perdidos”.
Sobre las consecuencias negativas que la IA representa para la sociedad, el especialista concluyó.
“Siempre va a ser la dependencia a la tecnología un factor negativo porque el humano dejará de innovar, ya que una máquina le está resolviendo la vida. Ese proceso sigue hasta un punto donde la máquina va a remplazar al hombre porque ya puede crear y comunicar por sí sola”.
Lo anterior conduce a un escenario que ha sido representado constantemente en literatura, películas y series: la creación de pequeñas sociedades por parte de las máquinas. Asimismo, las emociones ya no serán necesarias en un mundo totalmente matemático y lógico, donde los humanos serán dispensables.
Fotografía: Adrian Baer
Ciudad de México, (Aunam). La inteligencia artificial (IA) es aquella capacidad que tiene una máquina para percibir su entorno; esto se logra a partir de razonamientos lógicos que un programador le implanta para que cumpla una tarea de manera eficiente.
José Ángel Jiménez es un programador dedicado a migrar programas antiguos a sistemas más actuales para que una empresa tenga un servicio informático y de procesamiento mejor desarrollado e innovador. En entrevista este técnico, mostró su preocupación con respecto al desarrollo que el humano le ha dado a las máquinas.
“En primer término, entramos ante un problema de identidad al hablar de inteligencia artificial. Implica la cuestión de ‘¿estamos tratando con algo que se puede considerar pensante?’, porque somos nosotros quienes le damos las herramientas a una máquina para tomar decisiones”, explicó el programador al preguntarle sobre los problemas éticos que suscita la inteligencia artificial.
Jiménez agregó que en cuestiones éticas, es peligroso transgredir ciertos límites que atañen el campo de lo humano, como la satisfacción sexual. Con tantos aparatos destinados a dar placer, los lazos emotivos con otras personas pueden dejarse de lado. De acuerdo con Jiménez, a este paso un robot podrá llegar a captar sensaciones humanas y comenzará un proceso retroactivo para el humano.
Al ser cuestionado sobre el alcance que tiene la IA y la posible sustitución del hombre en tareas y trabajos, el especialista en sistemas aseveró.
“En el aspecto racional sí porque una computadora siempre será más ágil para lograr resolver problemas lógicos. Ahora bien, aún no hay pruebas de que una máquina tenga la necesidad de crear algo; para cuando eso sea posible, estaremos perdidos”.
José Ángel Jiménez, ingeniero en sistemas y tecnologías de la información
La opinión que el programador tiene sobre México como exponente y creador de IA resulta positiva y a la vez desalentadora. Algunos mexicanos son creadores de algoritmos (las secuencias lógicas mediantes las cuales un sistema lleva a cabo cualquier proceso), pero las empresas interesadas en estos desarrollos son extranjeras, y son las que terminan por ofrecer a estos creadores oportunidades de trabajo que no encuentran en México. Sobre las consecuencias negativas que la IA representa para la sociedad, el especialista concluyó.
“Siempre va a ser la dependencia a la tecnología un factor negativo porque el humano dejará de innovar, ya que una máquina le está resolviendo la vida. Ese proceso sigue hasta un punto donde la máquina va a remplazar al hombre porque ya puede crear y comunicar por sí sola”.
Lo anterior conduce a un escenario que ha sido representado constantemente en literatura, películas y series: la creación de pequeñas sociedades por parte de las máquinas. Asimismo, las emociones ya no serán necesarias en un mundo totalmente matemático y lógico, donde los humanos serán dispensables.
Fotografía: Adrian Baer
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