LA ILUSIÓN DE UNA MORADA…

“…en el tiempo es el deseo de hombres y mujeres.

La esperanza y el instante de la felicidad,

únicos asideros para vivir esta errancia sin fin.

Y la cultura, para muchos, la salvación de toda la tragedia”

Octavio Paz

Por Rebeca Rojas Álvarez
México (Aunam). En México se encuentran los más altos y modernos edificios, los centros comerciales de élite y los edificios públicos federales en donde se albergan los poderes de la República. Además, se encuentra la Basílica de la Virgen de Guadalupe, símbolo de la fe católica.

Esta gran urbe, es el lugar hacia el cual muchas generaciones de mexicanos pudieron llegar, atraídas por el crecimiento industrial y comercial de los años posrevolucionarios. Esta concentración de población impulsó la expansión urbana, hacia los municipios colindantes del Estado de México dando lugar al surgimiento de la Zona Metropolitana del Valle de México.

Ciudadela: Originalidad Mexicana

El ser humano siempre ha tenido la necesidad de hacer objetos que le deleiten y sirvan en su medio ambiente. La mayor parte de estos objetos singulares, provienen de las manos diestras de los artesanos, la tarea de éste no se reduce solamente al diseño y acabado de su obra, sino también hacerla llegar a un público consumidor.

El artesano mexicano, es innovador, contrae obligaciones consigo mismo, ya que debe presentar y seguir presentando al mundo consumidor sujeto al suministro de productos uniformes manufacturados, objetos y artículos novedosos que marquen un estándar con respecto a los que existen ya en la mercadería mundial.

El artesano se caracteriza por mantener su espíritu de originalidad, de belleza y sobre todo de imprimir un toque propio que caracteriza a la artesanía. La mayoría de los artesanos tienen un alto grado de sensibilidad. Este factor ha servido para desarrollar la finalidad de saber valorar y analizar situaciones.

Ciudadela: mundo de artesanías

Hay ciertos rincones semiocultos que como consumidores no conocemos y en lo que se registra un notable movimiento de mercancías. El bullicioso Mercado Artesanal La Ciudadela, ubicado a unas cuantas cuadras del metro Balderas, en frente de la plaza que lleva el mismo nombre.

Se encuentra abierto a todo el público desde las diez de la mañana hasta las siete de la noche, de lunes a sábado y los domingos de diez a seis de la tarde; es considerado por nacionales y extranjeros como uno de los sitios en el país donde se reúnen las expresiones de las diferentes culturas de México.

Mercado viejo o La Ciudadela

Jorge Martínez de 46 años, es dueño del local Artesanías Diana, comenta que tiene 34 años vendiendo en La Ciudadela, sus padres y él fueron una de las muchas familias que llegaron al Distrito Federal para crear lo que hoy es el acreditado mercado de La Ciudadela.

“Antes, este mercado no es (sic) lo que hoy es, pues anteriormente el mercado de La Ciudadela fue sede de alguno de los viejos diarios de la capital montevideana por considerarla un lugar higiénico adecuado para la venta a la población en gran escala de los productos más importantes, pero en los años 60 se llega a su demolición, por la epidemia antihigiénica”, comenta Jorge.

Su esposa Margarita Bolaños añade: “El mercado no mejoró las cosas más que en primera instancia y durante muy poco tiempo. Pues peor, las ratas comenzaron adueñarse del local y la demolición vino a solucionar un grave problema; a la vez que permitió ensanchar la Plaza de la Independencia”.

Ahora con el principal objetivo de darle una muestra a todos los extranjeros de que aquellos “indígenas” —como ellos los llaman despectivamente— son artesanos capaces de elaborar objetos que les deleiten y quieran adquirir, así como de hablar su lenguaje para vender, a pesar de que regatean el precio.

Doscientos artesanos, comenzaron a llegar, de todas partes de la República Mexicana, principalmente de Jalisco, Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Michoacán. En este mercado se les dio un local donde podrían vender artículos del estado al que pertenecían. Con la condición de dar el 10% de sus ventas para crear una cooperativa, la cual se encargaría del mantenimiento y renovación de las instalaciones, así como la seguridad y de tener mejores mobiliarios en los talleres de Talavera que se encuentran en el otro extremo a los locales.

Los nuevos integrantes de la familia Ciudadela

En 1982, 30 familias indígenas que se dedicaban a la elaboración de todo tipo de textiles llegaron a La Ciudadela, un padre de una de estas familias es Don Juan Martínez Merino, originario de San Juan Cópala, miembro de la comunidad Triqui; narra cómo fueron desalojados del Palacio de la Artesanía que estaba ubicado sobre la avenida Hidalgo, enfrente de la Alameda Central.

“Andábamos de feria en feria, hasta que nos hicieron un lugar en el Palacio, pero después así de repente nos sacaron. Pero llegamos a La Ciudadela y nos recibieron con los brazos abiertos, pero la verdad parecemos los ‘frijolitos negros’ porque nosotros aún conservamos nuestras costumbres y se puede observar en la forma de vestir y en nuestro idioma”, relató.

México de Norte a Sur, de Este a Oeste

Desde hace 45 años este mercado es un difusor de las artesanías mexicanas a nivel mundial y también se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas. Aquí están presentes manos artesanas que logran hacer figuras del barro negro de Oaxaca; guitarras de Paracho, Michoacán; las valijas de Talavera de Jalisco; la joyería de Taxco; los tapetes de Saltillo, el bordado de Chiapas.

Transitar por los pasillos del mercado de La Ciudadela es como recorrer una avenida que conecta a cada uno de los estados de México, su historia, su gente y sus tradiciones. Es viajar hacia el poblado al que pertenece esa artesanía hecha a mano, de colores llamativos, de textura y forma inigualable y materiales autóctonos.

Se observa la artesanía de México, de norte a sur, de este a oeste, pero lo más sorprendente es que puede visitar los talleres y ser testigos de la forma en que trabajan los pueblos indígenas mazahuas, zapotecos, nahuas, otomíes, triques, tzeltales, tzotziles, huicholes, purepecha, mixtecos, entre otros.

“La variedad de artesanías del lugar es impresionante: coloridos sarapes; joyería en plata; artículos de cerámica, cestería, vidrio soplado; adornos en latón, cuero y madera; vajilla de Talavera; troquelados de cobre, hojalata y vidrio, u sin fin de esculturas, bordados y trajes típicos, todo es genial, es simplemente México” comentó Stephanie Wesley, una turista en su primera visita a la Ciudad de México.

“No cabe duda que La Ciudadela es una representación de toda la cultura mexicana” comenta un turista japonés mientras compraba un collar de plata y varios recuerdos más en una tienda donde abundaban los sombreros charros, los tequileros y el calendario azteca elaborado con diversos materiales, así como collares, adornos ornamentales prehispánicos y de veneración religiosa antigua.





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