DIEGO OLAVARRÍA, GANADOR DEL PREMIO NACIONAL DE CRÓNICA JOVEN

  • Primera edición del Premio "Ricardo Garibay" 2015
  • El paralelo etíope es la obra ganadora del certamen literario
  • Olavarría comparte sus memorias sobre Etiopía
Por Silvia Navarrete
México (Aunam). A través del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo (Cecultah), en colaboración con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el programa Tierra Adentro, hoy sábado 03 de octubre en Pachuca, Hidalgo, otorgaron el primer Premio Nacional de Crónica Joven "Ricardo Garibay" 2015.


El ganador de esta primera edición fue Diego Olavarría Sayavedra, quien con su obra, El paralelo etíope, además de conseguir el Premio Nacional de Crónica Joven "Ricardo Garibay" 2015, obtuvo un monto de 100 mil pesos, un diploma y la publicación de la obra ganadora en el Fondo Editorial Tierra Adentro (FETA).


La creación de este galardón surge con base en dos objetivos principales: honrar a uno de los escritores y ensayistas hidalguenses más destacados, Ricardo Garibay; así como, estimular la escritura de jóvenes en el género de crónica literaria o periodística (sobre cualquier tema), a través de un certamen literario.


El escritor, intérprete y traductor recibió el premio, en el Auditorio del Centro Cultural del Ferrocarril, ubicado en Pachuca, Hidalgo. El jurado, integrado por los escritores y cronistas Sergio González Rodríguez, Mauricio Bares y Rodrigo Rey Rosa, quienes fueron los responsables de hacer la entrega frente a un público que rondaba entre los cien espectadores.

Respecto al premio, el galardonado dijo: “El 31 de diciembre de 2011, unos minutos antes de las doce de la noche, volaba entre El Cairo y Etiopía. En ese avión, donde por religión nadie iba a celebrar el año nuevo, le pedí un vaso con vino a la aeromoza. En punto de la medianoche, entre sorbitos de cabernet de Tetrapak, pedí un deseo: suficientes aventuras para escribir un libro. Pasaron casi cuatro años, pero ya es oficial”.

El paralelo etíope es un libro que consta de un total de siete crónicas. En ellas, el autor narra sobre diversas situaciones que vivió durante su estancia, en el año 2012, en la República Democrática Federal de Etiopía, la cual se localiza en continente africano. La obra aborda temáticas culturales, políticas y económicas.

Tras la premiación, Olavarría narró al público sus memorias sobre la compleja situación que vive el país etíope: los extremos entre la riqueza y pobreza, la poca infraestructura, el exceso de carriles en donde los carros son casi inexistentes, la permanencia de obeliscos que aun pertenecen al comunismo, los problemas que enfrenta en sus fronteras con Eritrea, Sudán y Somalia.

El autor habló de su admiración a la entereza cultural, esto respecto a las tribus que yacen casi intactas en Etiopía, así como al turismo que explota el país, en gran parte, por el conocido “turismo con animales”.

Olavarría reconoció la belleza de la literatura y aseguró que: “la crónica es un pacto con el tiempo, tiene una filial con la narrativa y la novela, de tal manera que lo hace universal para las personas”.




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