MILAGROS CANINOS, PRIMER ALBERGUE PARA PERROS EN LATINOAMÉRICA

  • Animales torturados, con cáncer o de la tercera edad, sus huéspedes
  • En el DF, más de un millón 200 mil animales en situación de calle
Por Mario Eduardo Villagomez Becerril y Luis Ángel González Fascinetto
México (Aunam). El portal de noticias SinEmbargo publicó: “El 10 de febrero la asociación de Protección Animal en Guadalajara Trust recibió un mensaje a través de su página de Facebook con una petición de ayuda para Killer, un pitbull de pelea.

Se trataba de un rescate, como muchas otras solicitudes que les llegan a diario, pero cuando vieron la imagen del can les impactó al grado de salir en su busca, explicó Irma Basáñez Rodríguez, directora de la asociación.

“No paramos hasta encontrarlo. Comenzó a llover y el clima era especialmente frío. Eso nos alentó aún más a no rendirnos de solo pensar en él (el perro)”, recuerda la asociación al informar del caso.

El apasionamiento de la gente de Trust en Guadalajara es casi comparable con el de Patricia Ruiz, directora y fundadora del albergue Milagros Caninos. Una amante de los perros que se esfuerza día con día para poder ayudar a estos animales.

Membrillo es un ejemplo de ese tesón. El domingo 19 de abril el personal del albergue realizó una visita guiada, Paty Ruiz recibió en la entrada a padrinos y visitantes, a quienes relató la historia de este perro proveniente de Villahermosa, Tabasco:

“Recibí una llamada y nos comentaron de Membrillo. De inmediato acudimos en su búsqueda”. Pese a los esfuerzos de la titular del albergue y del equipo médico-veterinario, el perro no logró sobrevivir al cáncer que tenía, pero para Ruíz “valió la pena”. Destacó el hecho de que posiblemente su salud se vea afectada, pero no importa cuando de ayudar a estos animales se trata.

La fuente del milagro

Milagros Caninos es una de las organizaciones no gubernamentales que conforman las Asociaciones Protectoras de Animales de México (Apasdem) para el salvamento de especies en situaciones que atenten contra su integridad, pero la fundadora es clara: “Milagros Caninos no debería existir”.

Sí, “Milagros Caninos no debería existir”. Es la voz de la precursora de este alojamiento para perros, y es que si dueños y sociedad asumieran el compromiso del cuidado responsable de cualquier ser vivo, estas asociaciones no tendrían cabida.

Para muchas personas y familias, el canis lupus familiaris (perro) es un compañero con el que comparten sus hogares; pero la irresponsabilidad de algunos que poseen estas mascotas tiene sólo en el Distrito Federal a más de un millón 200 mil animales en situación de calle, según cifras de la Secretaría de Salud (SSA) publicadas en El Universal.

Milagros Caninos fue el primer albergue en Latinoamérica que se encargó de atender perros torturados. Fundado en 2004 por la licenciada Patricia Ruiz, este recinto alberga hoy a más de 50 perros que se encontraron en condiciones de maltrato, tortura, enfermedad y hasta de abandono.

Desde 2006, cuando se fundó la Apasdem, a la fecha, ya son 99 grupos protectores de animales en la República Mexicana. A pesar de ello, hay personas que no conocen la labor de estos colectivos, como Ana María García, una vecina de Milagros Caninos.

“Sólo sé que es una asociación para ayudar perros, pero no sé bien que hacen porque nunca he ido, pero me han contado que ayudan a los perros de la calle y maltratados. En mi opinión está bien que hagan este tipo de acciones porque benefician a los animales. Porque hay mucha gente que los quiere mucho”, respondió la señora García.

Fresa, Morita, Sopita y Frambuesa son algunos de sus nombres, explica Oswaldo Vital Reyes, veterinario que atiende a los canes que llegan a este sitio. “La razón de estos nombres es porque son el alimento para nuestra alma, además quisimos que estuviera relacionado con algo de la naturaleza”, comentó.

Un oasis en el desierto

En México han ocurrido casos de tortura y maltrato animal, entendido éste desde una cuestión meramente física, pero el concepto va más allá, desde el abandono hasta la matanza masiva de especies por la razón que sea, el panorama es poco alentador en este país, pero tratándose del perro la situación se convierte en un asunto especial.

La inspiración de Ruiz para crear este espacio viene de la muerte de Clavo, su perro: “Mis ojos siempre se dirigían hacia donde había un perrito sufriendo. Mi debilidad por los perritos viejos, enfermos o que han sido cruelmente maltratados, hicieron que mi sueño de crear un hogar para perritos con capacidades diferentes se hiciera realidad”.

El lugar está ubicado al sur de la ciudad de México en la carretera a San Bartolomé Xicomulco, en la delegación Milpa Alta; para ser precisos, adelante del poblado de Santa Cecilia Tepetlapa (Xochimilco), en un paraje llamado Quinta Patricia.

Entrada principal a Quinta Patricia

La entrada en apariencia es la de una casa común, las paredes son amarillas, hay que subir para llegar al zaguán principal, donde hay un garage con dos automóviles, un Camaro y un Corvette. Hay una hilera de cuatro bancas y dos perros atados a su propia casa, se encuentran aquí sólo cuando hay visitas guiadas de cada mes.

Otros canes están en el techo del garage y fijan su atención en las personas que los miran, se percibe un olor poco agradable, el aroma de las heces fecales y orines de perro se mezclan con el aire y éste las transporta.

Homenaje a los canes

Tras sortear un protocolo de registro y cruzar el zaguán de color blanco de la entrada, la experiencia comienza. Sentada en una réplica del monumento al perro callejero, cuyo original ella auspició y se construyó en Insurgentes Sur (cerca de La Joya), Patricia Ruiz trae puestas unas gafas oscuras y en los brazos carga a Tortita, una de las perritas más conocidas del aposento canino. Es de raza french poodle y tiene 19 años.

Es inevitable cuestionar a la fundadora respecto a la estatua que está a sus espaldas, responde que se trata de una réplica del monumento al perro callejero, edificada con la intención de “rendir un homenaje a todos esos perros que sufren injustamente en las calles”.

Algo a resaltar fueron las complicaciones legales que enfrentaron para concretar el monumento al perro callejero, y que se puede resumir en asuntos relacionados con la corrupción y la falta de interés de las autoridades.

Pasos, patitas y vivencias

Ese día han acudido al lugar más de 200 personas: padrinos, visitantes y activistas, pero entran en grupos de aproximadamente 50 o 60. Patricia espera a que el grupo se acerque a la estatua. Una vez concentrados en ese punto, la fundadora explica cuál es la esencia del lugar, destaca la importancia de su labor y exhorta a los presentes a unirse al equipo de Milagros Caninos ya sea como voluntario, donador o padrino de alguno de los perros.

A los pies de Paty se encuentran cinco cachorros destinados a la adopción, y es que a decir de la fundadora y voluntarios del lugar, restan espacio a los animales en condiciones deplorables, puesto que la labor de este refugio es la de auxiliar perros en situaciones de maltrato, tortura o con alguna enfermedad severa.

Pável Velázquez se acaba de unir al equipo y es su primer día: “Llegué aquí porque me invitó mi novia, y acepté porque me gustan los perros, al igual que ella, y estoy en contra del maltrato de estos seres vivos. Es una linda experiencia, además te enseña hasta qué punto un ser humano puede ser cruel”, comparte.

Dentro hay áreas verdes y, en el corazón del albergue, una casa de dos pisos y 10 habitaciones. Es donde los perros descansan de noche.

Salvo excepciones, los canes pueden moverse libremente, varios merodean alrededor de los visitantes; algunos pasan de largo y otros se detienen a recibir galletas o apapachos de la gente.

La primera parada del recorrido es con el médico veterinario zootecnista Oswaldo Vital Reyes. Patricia lo define: “Él es quien verdaderamente realiza los milagros aquí”. El resultado de su labor y entusiasmo se concreta en cada uno de los perros que pasean entre los visitantes, se acercan a jugar, a mirar u olfatear con alguno de ellos.

El trabajo del médico Vital Reyes está plasmado en cada perro del refugio: algunos tienen prótesis, otros, sillas con ruedas y algunos traen un pañuelo rojo y de lunares blancos alrededor del cuello, señal de que no están del todo bien como para ser alimentados por los visitantes.

El veterinario explica los casos de algunos perros, como Fresa, a quien le amputaron el hocico de un machetazo, o el de Espinaca, que fue traído con una parálisis provocada por el maltrato y gracias al tratamiento ya se puede mover. Además recalca la importancia de la esterilización de las mascotas para la prevención de enfermedades.

Tras caminar cuesta arriba se llega con una de las estrellas del lugar, Pay de limón. Este perro, que se encontraba bajo la tutela de un grupo de la delincuencia organizada en Zacatecas, fue encontrado con las patas mutiladas y desangrándose en un bote de basura después de un cateo efectuado por la policía.

Una vez a salvo el animal, Milagros Caninos buscó ayuda en universidades, institutos y organizaciones para construirle una prótesis especial. Fue un centro ortopédico especializado en mascotas (Ortopet) de Estados Unidos que colaboró en la realización de dicho dispositivo que ayudó al perro a caminar, e incluso correr, además de evitar la formación de bacterias que pudieran dañarlo.

Pay de limón, rescatado por Patricia Ruiz


El recorrido prosigue en el área de perros que sufrieron tortura, son alrededor de 10 y se encuentran en una cancha de futbol rodeada por una malla ciclónica. La labor del equipo encargado de esta área queda de manifiesto, estos ejemplares han aprendido a percibir de nuevo el contacto humano sin comportamientos agresivos, uno se encuentra amarrado porque suele pelearse con los otros cuando hay visitas. Explican que están separados del resto porque no pueden convivir sin pelearse.

Ernesto Estrada, voluntario de Milagros Caninos, comparte su experiencia: “Han cambiado nuestras vidas, en mi caso yo le tenía pavor a los perros y no sólo les he podido ayudar, sino que ellos a mí también, porque han sido de gran ayuda para enfrentar mi miedo”.

Giovanna Silva, otra voluntaria, platicó cómo se acercó a la asociación: “A raíz de que tuve un perro, me di cuenta de que hay muchos que necesitan ayuda y yo quería hacerlo, así que me acerqué a este lugar y empecé a colaborar con mi apoyo, porque no necesariamente debe ser con dinero, también puede ser con tu trabajo”.

Colina abajo están las últimas áreas del refugio: el espacio para los perros de la tercera edad y el de los cancerosos. En el primer caso, la sensación de ternura es evidente en los rostros de los visitantes, hay aproximadamente 10 canes.

Se puede decir que en el área de enfermos de cáncer ocurre otro milagro, todos han respondido favorablemente a los tratamientos de quimioterapia y han superado la enfermedad con la que llegaron. Ahora están a la espera de que en cualquier momento puedan integrarse con sus demás compañeros en las áreas verdes.

Por último se encuentra la capilla, en la entrada se encuentra la oración del perro callejero: aquí se realizan los funerales de los fallecidos; un vitral muestra “el camino que el animal debe recorrer para llegar al cielo”. En el centro hay un pequeño crucifijo y la efigie de San Roque, el intercesor del perro callejero desde que, según la leyenda, uno de ellos salvó al santo de origen italiano.

El camino de este equipo de colaboradores es largo y sinuoso, pero quienes visitan el lugar y se encuentran con los denominados guerreros caninos podrán cambiar, si la tienen, esa perspectiva de victimización de estos animales por una verdadera acción en favor del llamado “mejor amigo del hombre.”

Avances legislativos, ignorancia pública
El principal problema de Milagros Caninos es la falta de espacio para la elevada demanda de refugio, además de una carestía de donativos y voluntarios.

Por otra parte, hay muchas interrogantes y pocas respuestas, queda una laguna respecto a qué tanto han avanzado las leyes mexicanas en esa materia.

En múltiples sitios de Internet se encuentra una gran cantidad de datos respecto a las normas de protección de animales, los siguientes son de gran relevancia respecto de otros:

“La organización Global Animal Law Project busca dar a los animales una mejor calidad de vida a través de una herramienta muy útil. Las leyes de protección animal. En México, la mayoría de los estados las tiene: éstas pueden legislarse y reformarse según la entidad. Sin embargo, no todas están actualizadas, no son del todo claras y sí complejas:

“En México no hay una ley federal que regule el maltrato animal y menos que lo sancione. Sólo en el Distrito Federal, donde la Asamblea Legislativa local (ALDF) aprobó castigar el maltrato y la crueldad animal”.

De tal manera que quien maltrate un animal será castigado con penas que van de seis meses a dos años de cárcel y multas de 3 mil 100 a 6 mil 200 pesos.

En caso de haber lesiones se elevarán en un 50 por ciento si son provocadas y ponen en riesgo la vida del animal. Y en el caso de que muera, el dueño podrá ser castigado con penas de dos a cuatro años de prisión y multas que van desde 12 mil 400 hasta 24 mil 800 pesos y se les retirarán los animales que tenga en su poder.

Hay dos problemas de trascendencia en esta legislación. La primera y la más importante es la ambigüedad del término “maltrato”.

El doctor Carlos Fernando Esquivel Lacroix, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, menciona que existe una falta de información por parte de la sociedad acerca de lo que se denomina maltrato animal, y la mayoría de la población asocia este término a una cuestión física.

El maltrato va más allá de un golpe o una agresión corporal al animal, Esquivel Lacroix sostiene que es agredir de cualquier manera a una forma de vida: “Si tú le pierdes el respeto a cualquier forma de vida, lo vas a maltratar”, mencionó el especialista en reproducción animal.

También distingue entre dos tipos de dueños que dañan a sus mascotas: en el caso de los perros, primero están los que tienen un trastorno psiquiátrico y debido a esos problemas puede darse algún tipo de maltrato.

En segundo lugar están los dueños irresponsables que con sus acciones también pueden provocar algún daño al animal. Por ejemplo, aquellas personas que no los sacan a pasear o a hacer sus necesidades fisiológicas, que no les proveen de comida o agua, que los amarran por mucho tiempo o en algún lugar inadecuado para él, carencia de servicios médicos, entre otros. Todas estas acciones representan un tipo de maltrato para cualquier animal doméstico.

La Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal es un documento que aclara algunos conceptos que protegen a los animales en esta entidad. Por ejemplo cuáles son las obligaciones de los dueños.

“Artículo 4°. Para los efectos de esta ley, además de los conceptos definidos en la Ley Ambiental del Distrito Federal, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la de Protección al Ambiente, la Ley General de Vida Silvestre, la Ley Federal de Sanidad Animal, las normas ambientales en materia de protección a los animales para el Distrito Federal y las normas oficiales mexicanas, se entenderá por:

“Maltrato: Todo hecho, acto u omisión del ser humano, que puede causar dolor o sufrimiento afectando el bienestar del animal, poner en peligro la vida del animal o afectar gravemente su salud, así como la sobreexplotación de su trabajo.”

El Artículo 4° bis señala que son obligaciones de los habitantes del Distrito Federal:

“I. Proteger a los animales, garantizar su bienestar, brindarles atención, asistencia, auxilio, buen trato, velar por su desarrollo natural, salud y evitarles el maltrato, la crueldad, el sufrimiento y la zoofilia. “II. Denunciar, ante las autoridades correspondientes, cualquier irregularidad o violación a la presente Ley, en las que incurran los particulares, profesionistas, asociaciones protectoras u autoridades. “III. Promover en todas las instancias públicas y privadas la cultura y la protección, atención y buen trato a los animales. “IV. Participar en las instancias de carácter social y vecinal, que cuiden, asistan y protejan a los animales. “V. Cuidar y velar por la observancia y aplicación de la presente Ley”.

A pesar de esto, existen ambigüedades en la Ley, el doctor Esquivel menciona un caso: “Una vez llegó una llamada a la Procuraduría Ambiental donde unos vecinos denunciaban que el dueño maltrataba a su perro, primeramente decían que el animal estaba solo todo el día, y estaba tan mal que permanecía tirado todo el día, parecía que estaba agonizando. Se movilizaron instancias de protección animal y se determinó que el perro no se movía porque ya tenía 14 años, y eso, si lo trasladamos a una equivalencia en años de un humano es igual a una persona que tiene más de 90 años” de edad.

Un testimonio similar, que muestra una connotación equivocada que se le da al término maltrato, es el de Diana Nájera Argumedo, ayudante en una estética veterinaria:

“En una ocasión nos llamaron al doctor que trabaja aquí y a mí para que fuéramos a atender un caso de maltrato, porque el perro se encontraba tendido en el sol, se encontraba inmóvil y se veía descuidado. Resultó que el perro ya era grande, tenía 15 años, y a esa edad ya les es muy difícil moverse, además ya no tienen energía, por eso permanecen acostados la mayor parte del día”.

Las leyes han tenido un gran avance en cuanto al cuidado animal, que engloba a cualquier especie, pero las ambigüedades, a veces, y en otras la ignorancia de muchos términos que se utilizan, e incluso la falta de información de este tipo de leyes, hacen que el problema fundamental pase desapercibido. Por ejemplo, Esquivel Lacroix, doctor especialista y catedrático de la UNAM, indica (con respecto a los derechos de las especies): “Los animales no poseen derechos, al contraerlos también tendrían obligaciones, y estos no pueden tenerlas”.

Los animales sí sienten

Cuando un ser humano pone su mano en el fuego, es evidente que tendrá una sensación de dolor y en la medida en que se prolongue el contacto con la fuente de calor, aumentará esta sensación de malestar. Esto puede entenderse como el umbral de dolor que significa el estímulo necesario para producir una sensación de dolor en un ser vivo, e incluso puede derivar en la muerte.

La agresión física hacia un animal puede derivar en diversos comportamientos, los cuales van desde el estrés hasta la violencia. Sin embargo el estrés puede ocurrir de muchas maneras. El doctor Lacroix ejemplifica:

“Mucha gente piensa que por ponerle un suéter a su perro es sinónimo de que es un buen dueño y que es responsable, incluso otras personas también se lo dirán. Pero es todo lo contrario. Al perro le puede estresar a tal punto que empezará a temblar y se quedará inmóvil.”

Esto también es una manera de maltrato, no necesariamente físico; produce un malestar en el animal, altera su ritmo de vida y le genera una sensación de estrés. El maltrato no debe pensarse solamente como una cuestión física, sino también emocional e incluso mental.

Es importante aclarar que hay una diferencia entre lo que es bienestar animal y protección animal. La primera viene de una corriente filosófica que sienta las bases para proteger la integridad física de un animal y presenta cinco postulados. El animal debe estar libre de hambre, sed, ansiedad, miedo y de manifestar sus conductas naturales.

La segunda está relacionada con que el perro esté seguro y no pueda ser dañado por algo o alguien, por ejemplo que tenga un lugar donde vivir y se le otorgue todo lo necesario para salvaguardar su integridad física.

Festín para compartir e inspirar

Un simple “gracias y hasta luego” no son el colofón de la visita al refugio canino, al contrario, el recorrido llega a su fin con un convivio en un amplio comedor del lugar. En él se alojan visitantes y padrinos que comparten alimentos y conversación.

Hay tacos de guisado, tostadas y, desde luego, hot dogs; refrescos y aguas de jamaica y naranja. La caja recibe uno a uno a los que quieren consumir un refrigerio o una golosina. La cordialidad y las sonrisas son parte de las charlas que se generan entre la bulla.

No olvide ayudar

Mientras la gente toma un momento para saciar el hambre, Patricia Ruíz no descansa en la difusión y apoyo al albergue. Desde la entrada, el personal repartió sobres a cada visitante en espera de un donativo voluntario, la fundadora del lugar los recibirá.

Toda cantidad suma, pero el aporte no necesariamente debe ser monetario, también se puede apoyar con croquetas o productos de limpieza; pero si se desea formar parte del equipo de voluntarios o padrinos sólo basta con acercarse a la auspiciadora de Milagros Caninos. Tras realizar la visita ya hay personas que buscan sumarse como nuevos integrantes.





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