Amaranta Arellano en el ciclo de la vida: De la academia a la docencia
Amaranta Arellano explica las actividades del Herbario de Plantas Ornamentales ‘Carlos Contreras Pagés’. Foto de Sabdi Esparza |
Por Sabdi Esparza
CDMX. En la Unidad Multidisciplinaria de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el patio de sus instalaciones suenan, frente a coordinación, los alumnos de Práctica de Campo II, toman el taller impartido por la goctora Amaranta Arellano Rivas.
Sobre las mesas va dejando cascaras de cítricos, naranjas, clavos de aroma, hojas de eucalipto y algunas piñas, mientras explica las propiedades aromáticas de aquellos frutos y especias. Cada mesa hace un adorno distinto, algunos tallan naranjas, otros cortan cascara de mandarina y los últimos envuelven las piñas con listones. Entonces llega la Doctora Isabel Rocío López de Juambelz para la actividad principal “La Mega ensalada”, en la cual los alumnos de 5° semestre han traído vegetales y frutas con sus fichas botánicas.
Dinámicas, palabra con la que se describen las clases impartidas por ambas Doctoras a los estudiantes de la carrera Arquitectura del paisaje. Una vez que todos se encuentran comiendo, la Doctora Amaranta Arellano con su suéter beis de flores bordadas, deja su bolsa con estampado floral sobre la banca y aprovecha el tiempo para conceder el espacio de contar su historia.
Es bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM, cuenta con una maestría y doctorado en Ciencias Ambientales de los Programas Multidisciplinarios de Posgrado en Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). Ha sido docente para las carreras Biología e Ingeniería Forestal de la UASLP y actualmente imparte las clases Mantenimiento Vegetal y Botánica para la carrera de Arquitectura del paisaje y es técnica académica del Herbario de Plantas Ornamentales ‘Carlos Contreras Pagés’.
¿Cómo hacerlo posible?
Su estancia en San Luís Potosí comenzó en 2010 y termino en 2017, pero fue en el 2015 cuando comenzó como docente con una clase de evolución en UASLP para la carrera de Biología, luego vinieron las materias de Sistemática y Plantas medicinales y farmacognosia. Los grupos eran de entre 15 y 17 alumnos por materia, por lo que comenta le toco atender a la primera generación de biólogos de UASLP.
Estuvo un par de años sin ejercer, durante ese tiempo tuvo un micro negocio de jabones terapéuticos con plantas, para el 2019 ya en la Ciudad de México llegó a la Facultad de Arquitectura gracias a una alumna que tomó un taller de herbolaria impartido por ella en la colonia Roma, por esa alumna la coordinadora de la licenciatura Michelle Meza Paredes recibió su currículum, le entrevisto y quedo como profesora para la materia de Mantenimiento Vegetal y tiempo después comenzó a impartir Botánica.
La carrera de Paisaje recientemente cumplió 38 años, “cuando yo entré tenía 22 alumnos y esa era la generación”, hace como tres años se duplicó la matricula por lo que en la materia de Botánica la comparte con su colega bióloga Silvia Rodríguez, ofreciendo al alumnado dos grupos de la materia.
Para entrar al Herbario después de su primer año como docente, se presentó al concurso por la plaza, entrego su currículum, una propuesta de investigación escrita y después la presentación oral a la comisión dictaminadora. En mayo de 2019 comenzó el proceso y para diciembre del mismo año entró a trabajar en el herbario como técnica académica además de oficios, realiza identificaciones de ejemplares botánicos como su actividad favorita.
Enfoque integral: conocer las plantas para diseñar.
En cuanto a la carrera Arquitectura del Paisaje “Entiendo que también surge por la necesidad de fusionar esta parte de lo ambiental, la vegetación y la arquitectura todo lo de diseño, para tener estos diseños que proponen los paisajistas.” Se busca abarcar todas las esferas posibles y generar trabajos más integrales, que combinen lo social, lo ambiental y lo económico.
Saber que forman parte del ecosistema y que sean también un elemento del diseño y como tal interactúan con los factores bióticos y abióticos, muchas de las plantas son hogares de animales, insectos y polinizadores, no son solo bonitas tienen una función reguladora de temperatura, el paso de la luz y la tierra del ambiente.
Considera de importancia la clase de Botánica porque identificar correctamente a las plantas con su taxonomía y permite saber en qué clima y suelo se encuentran, con quien están asociadas, cómo funcionan, dónde se distribuyen y que usos tienen. Como proporcionar identidad, pone ejemplos para México su flor nacional la Dalia y el Agave tequilero de Guadalajara.
Retos como docente
Califica como interesante el cambio de ambiente en el salón de clase, se ha adaptado leyendo textos para paisajistas e incluso tomó un diplomado de Diseño Arquitectónico de Jardines Sustentables para hablar el mismo lenguaje técnico que ellos dominan, comprender que son las paletas vegetales y los ejes arquitectónicos.
Entre los retos como docente mientras vivió en San Luis Potosí el más grande fue las distancias, pues comenta que eran distintos los espacios en los que impartía clases:
“La Zona Universitaria estaba al centro de la ciudad de San Luís Potosí, el Instituto de Zonas desérticas esta en las afueras y la Facultad de Agronomía esta en la carretera de Matehuala, yo vivía cerca de la avenida San Pedro que es como el periférico de allá, tenía que tomar un camión para ir a dar clases a la Facultad de Agronomía toda la mañana y de ahí salía un camión al centro de San Luís Potosí a la Facultad de Ciencias y es que están en extremos totalmente opuestos de la ciudad”.
Por último al ver el interés de los alumnos, como profesora Amaranta Arellano propuso la optativa de Botánica II, la cual lamenta no fue aprobada por cuestiones administrativas, sin embargo, con entusiasmo afirma que seguirá intentando. Explica que el proceso es arduo desde un desglose de programa con bibliografía, se pone los objetivos que alcanzará el alumnado.
La maestra Amaranta Arellano Rivas
Disfruta la docencia pero también experimenta el estrés de los finales de semestre, como maestra se ha encontrado con su faceta creativa y artística que le permite hacer divertidas las clases.
“Es satisfactorio porque tengo alumnos de San Luís Potosí que terminaron su maestría y después entraron al doctorado y me han escrito ‘Maestra se acuerda de mí, ya entré a la maestría’ o ‘ya estoy en el doctorado en el INECOL de Xalapa’, que se acuerden de mí y saber que pude sembrar una semillita de su interés en las plantas para mí es muy satisfactorio”.
Coloca sus manos suavemente sobre la mesa y reflexiona que ser maestro es estar al servicio del país, porque se forman a través de los impuestos que paga el pueblo de México y es una forma de retribuirlo formando más gente que se dedique a una profesión y sean gente productiva, gente de bien.
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