Quién no lee, pierde un universo inagotable y maravilloso: Coronel
Por Alejandra Pardo y Karol Meza
México (Aunam). Abrazar la escritura forma parte de una de las características más importantes de un humano. La elección, la decisión y las letras vienen siendo partes esenciales de la vida como una poesía.
Mauricio Coronel Guzmán, quien estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM, siendo maestro de inglés en el Instituto Anglo-Mexicano de Cultura, nos compartió un poco de su trayectoria y datos útiles para conocer su manera de desarrollo en la escritura.
Para Mauricio, al momento, han transcurrido distintas etapas como escritor, en ellas, diferentes libros que le han impactado, siendo "Así habló Zarathustra", de Friedrich Nietzsche, uno de los más importantes para él: “Fue muy importante porque con esa lectura me alejé de la religión”, expresó.
El trabajo de Mauricio no se limita a un solo género, sino que durante mucho tiempo le ha dado la experiencia de crear a través de su misma inspiración. Aún así como referencia a uno de sus géneros favoritos, Las aventuras del Padre Brown y Las historias detectives con un poco de humor son sus favoritas y le hubiese encantado escribir.
Entre todas las curiosidades, encontrar un ritual de escritura no es nada fácil pero la rutina de Coronel basta con levantarse a las 4 de la mañana y trabajarlo hasta las 9, así de martes a sábado. Consiguiendo terminar sus deberes y anotar algunas ideas de textos.
Para estilo e influencia, Mauricio escoge a un personaje polifacético que logró destacar como escritor, ensayista, profesor, editor y es originario de Argentina: Jorge Luis Borges, quien a través de sus cuentos y ensayos breves hacen que su literatura forme parte del pensamiento universal.
“No soy muy de citas porque siempre se refieren fuera de contexto. Pero acabo de escuchar una de la pintora Leonora Carrington que me gustó: «En la vida uno debe hacer lo que le da la gana, porque la frase que comienza con 'hubiera querido' vale para una chingada»".
El amor por las letras, es donde reside parte de la esencia del escritor, quien en las palabras encuentra la capacidad de capturar en tinta y papel, un poco de la belleza de la vida. Para muchos escritores, el encontrar esa pasión entorno a literatura se presenta, como una epifanía entre su vida pasada y el futuro que le depara, inmerso entre los versos, frases y personajes que esperan por despertar de su eterno letargo, con tal tomar forma en medio de las manos del escritor.
Para Mauricio Coronel, parte de esa pasión tan particular que identifica a un escritor, surgió de mano al interés de descubrir la basta diversidad que se concibe en la literatura. “Es una muy buena pregunta. No hay un momento en especial. Simplemente me di cuenta de que leo algo y, si refieren a otras cosas que me interesen, ya lo estoy buscando. Considero que es una pasión a partir de que leo todo el tiempo y a todas horas. Pero la lectura fina la hago procurando el silencio y sin interrupciones”, confesó.
Los libros, son una fuente inagotable de magia, puesto que entre sus páginas no solo custodian lo plasmado por la mano del escritor, también presencian la esencia de los lectores, quienes con ahínco dejan un poco de sí mismos entre los márgenes de un verso o capitulo.
Dispuestos a maravillarse por su cobijo, el cálido refugio que un par de palabras esparcidas sobre una hoja de papel simboliza para aquellos gozosos de una mano amiga: “Esta pregunta es mejor. Pienso que si hay bueno en mí tiene que ver con los libros. Me parece que la gente que no lee se pierde de un universo inagotable y maravilloso. No se debe hablar de la lectura como una obligación, pero al leer, en mi caso, me divierto, aprendo cosas y lo mejor es que me ayuda a dirigir mi pensamiento. Los libros son de lo mejor de nuestra especie. En los libros está todo y hay gustos tan diversos como estilos posibles. Si hablo con una persona que haya leído algunos de los libros que yo he leído es una maravilla. Y si me encuentro con una persona que haya leído libros distintos a los míos también es estupendo”.
La fuerza detrás de la importancia de la literatura dentro del acontecer social, consiste en la capacidad de narración dentro de la diversidad de sus historias e ideas. Puesto que la diversidad se presenta como un factor clave que abarca desde el más afable dialogo hasta el coloquio más complejo.
“Si hablamos del 'poder de las ideas' considero que debería ser la posibilidad de dialogar (no debatir) y exponer por qué pensamos como pensamos. No se trata de ‘ganarle’ al otro, sino que, entre ambos, a la manera socrática, podamos generar un conocimiento compartido. No igual pero sí sostenido con ideas y fuentes de información”.
Los libros nos permiten crecer, parar un momento para analizar las pequeñas cualidades que se esconden dentro ir y venir de la cotidianidad, cuestionarlas, comprender su esencia para finalmente llegar a compartirlas sin importar si estás son percibidas de forma diversa, ya que una de las mayores virtudes de la literatura es la posibilidad de aprender y expandir perspectivas, de mano a despertar la curiosidad, mediante una buena narración que embarque al lector en un traviesa donde las palabras pasen a formar su propio universo.
“En mis tres libros (Voy y vuelvo, a la orilla del sur y Huerto negro) procuré que las historias no sean importantes. Es decir, sí, a todos nos gustan las historias, pero en mi opinión la literatura es un equilibrio entre fondo y forma”.
“Así sucede en las otras artes. En mi caso aspiro a narrar algo (que en apariencia no es importante) pero que sí es muy relevante en la forma. El tema es complejo y se requiere de más espacio, por sí mismo es todo un tema. Espero despertar la curiosidad sobre eso y abordarlo en otra oportunidad”, explicó el escritor Mauricio Coronel.
Quien vive de las palabras, reconoce a los libros como esos viejos amigos, llevados de la mano en compañía con el tiempo, capaces de sobrellevar el peso de los años esperando por un reencuentro.
Puesto que en la vida de un escritor se narra no solo con su propia tinta, también por la de aquellos que a pesar de las contrariedades han logrado permanecer eternos, como lo es desde Cervantes y Borges hasta los Cien años de soledad de García Márquez, que de una u otra manera al dejado un poco de su legado en la pluma de Mauricio Coronel.
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