“CUMPLIRÍA 50 AÑOS DE MUERTA”: MARTHA MORALES
Por: Erika Aline Espejel Terrón
Fotos: Ernesto Terrón
Ciudad de México (Aunam). “Hoy cumpliría 50 años de muerta”, dijo Martha Morales, mujer de 72 años quien estuvo en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968. A paso lento, recorrió la explanada mientras recordaba que 50 años atrás, en lugar de puestos de comida, y gente con pancartas y banderas, el ejército mexicano estaba por reprimir y asesinar a cientos de asistentes al mitin. Ella y su prima, Lilia Morales, abandonaron la Plaza de las Tres Culturas minutos antes de la masacre.
“Desde que llegamos vimos tanques del ejército alrededor. Se nos hizo raro porque estaban formados en la calle, pero pensamos que era por seguridad y nos metimos, ahí, hasta en frente del [edificio] Chihuahua. Ni estudiantes éramos, pero sí bien metiches”, comentó Martha, mientras una joven leía un fragmento del poema Memorial de Tlatelolco, de Rosario Castellanos, encima del templete principal.
“Como Lilia tenía que ver a su novio me insistió varias veces que nos fuéramos y yo, necia, le decía que no. Ya cuando vi que empezaba a oscurecer le dije que sí. El ejército no nos dejó salir por donde entramos y tuvimos que irnos hasta una de las salidas que lleva a Reforma, en eso vimos que el helicóptero, que andaba desde hace un rato ahí, soltó bengalas rojas y fue cuando escuchamos todos los disparos”, contó.
“No sabía ni lo que había pasado, todo fue tan rápido que seguro nos hubieran matado”, expresó con la cabeza gacha. Después de aclarar que estaba ahí porque visitaría a su hermana, habitante de la Unidad Tlatelolco, y que no iría a la marcha por cuestiones de salud, Martha Morales se alejó entre la multitud que aplaudía a los danzantes, a un costado del monumento A los Compañeros Caídos.
Contingentes de diversas organizaciones y universidades, encabezados por el Comité 68, partieron rumbo al Zócalo de la Ciudad de México alrededor de las 16:00 horas entre consignas como: “¡2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa!”.
La ciudad fue testigo de una manifestación en la que, después de 50 años, la población mexicana exige justicia, verdad y castigo a los responsables, además, demuestra su solidaridad con los padres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa desde el 2014 y las personas afectadas por los sismos del 2017.
Fotos: Ernesto Terrón
Ciudad de México (Aunam). “Hoy cumpliría 50 años de muerta”, dijo Martha Morales, mujer de 72 años quien estuvo en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968. A paso lento, recorrió la explanada mientras recordaba que 50 años atrás, en lugar de puestos de comida, y gente con pancartas y banderas, el ejército mexicano estaba por reprimir y asesinar a cientos de asistentes al mitin. Ella y su prima, Lilia Morales, abandonaron la Plaza de las Tres Culturas minutos antes de la masacre.
“Desde que llegamos vimos tanques del ejército alrededor. Se nos hizo raro porque estaban formados en la calle, pero pensamos que era por seguridad y nos metimos, ahí, hasta en frente del [edificio] Chihuahua. Ni estudiantes éramos, pero sí bien metiches”, comentó Martha, mientras una joven leía un fragmento del poema Memorial de Tlatelolco, de Rosario Castellanos, encima del templete principal.
“Como Lilia tenía que ver a su novio me insistió varias veces que nos fuéramos y yo, necia, le decía que no. Ya cuando vi que empezaba a oscurecer le dije que sí. El ejército no nos dejó salir por donde entramos y tuvimos que irnos hasta una de las salidas que lleva a Reforma, en eso vimos que el helicóptero, que andaba desde hace un rato ahí, soltó bengalas rojas y fue cuando escuchamos todos los disparos”, contó.
“No sabía ni lo que había pasado, todo fue tan rápido que seguro nos hubieran matado”, expresó con la cabeza gacha. Después de aclarar que estaba ahí porque visitaría a su hermana, habitante de la Unidad Tlatelolco, y que no iría a la marcha por cuestiones de salud, Martha Morales se alejó entre la multitud que aplaudía a los danzantes, a un costado del monumento A los Compañeros Caídos.
Contingentes de diversas organizaciones y universidades, encabezados por el Comité 68, partieron rumbo al Zócalo de la Ciudad de México alrededor de las 16:00 horas entre consignas como: “¡2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa!”.
La ciudad fue testigo de una manifestación en la que, después de 50 años, la población mexicana exige justicia, verdad y castigo a los responsables, además, demuestra su solidaridad con los padres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa desde el 2014 y las personas afectadas por los sismos del 2017.
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