SE REPRODUCEN A DIARIO RELACIONES DE PODER EN EL TRANSPORTE PÚBLICO
Por Nilsa Hernández
Ciudad de México, (Aunam). “Todos los días se reproducen relaciones de poder en los espacios públicos” declaró la coordinadora y diseñadora de políticas públicas en la CDMX Margarita Argott Cisneros durante la conferencia “Entornos urbanos seguros y libres de violencia contra las mujeres”.
La coordinadora en el Instituto Nacional de las Mujeres de la Ciudad de México afirmó que una ciudad se construye a partir de la idea de que debe ser segura para cada uno de sus habitantes. Por ello, las políticas públicas que se implementen no deben considerarse como un castigo contra el sector de la población que no se beneficia de esas medidas, ya que no todos vivimos el mismo nivel de violencia.
En la conferencia organizada por el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (IG-UNAM), Argott Cisneros pidió concientizar a las personas para entender que aún cuando hombres y mujeres puedan llegar a experimentar los mismos problemas naturales –los sismos, por ejemplo–, en el caso de los ataques con violencia, como los asaltos, las mujeres no sólo son vulneradas física, sino también sexualmente.
La también defensora de Derechos Humanos destacó que las mujeres siguen siendo robadas en la ciudad para llevarlas a un cautiverio, como parte de la red de trata de blancas, o privadas de la vida en todo el país.
“Aún cuando también se asesina a hombres en México, a una mujer se le asesina por el simple hecho de ser mujer, no por una riña o algún otro problema”, enfatizó.
A partir de la identificación de estas formas de violencia, el gobierno de la Ciudad de México implementó una serie de políticas en la capital del país que la ponente consideró fue la raíz de un cambio de gobierno de izquierda con intención de fortalecer la democracia.
Para la coordinadora de INMUJERES CDMX, la implementación de las políticas públicas tiene que ir a la par con la divulgación de estas medidas a la sociedad, para que la población sepa y haga cumplir sus derechos.
Un ejemplo de estos esfuerzos es la Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad, un movimiento mundial que se realizó en nuestro país en julio del 2010, en el que se visualizaron las causas que afectan la calidad de vida de los individuos en la ciudad, como la desigualdad social, la mala implementación de políticas públicas y un entorno inadecuado.
El entorno del transporte público puede cambiar la conducta de las personas
Margarita Argott tomó las líneas 2 y 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro como ejemplos para demostrar la forma en que el entorno puede transformar la cultura de los pasajeros. Aún cuando Tláhuac se considera como una zona marginada, las adecuadas señalizaciones y la seguridad de la estación del metro que lleva el mismo nombre, así como una mejor estructura, hace que el traslado de pasajeros sea más adecuando que el visto en la línea 2, que va de Taxqueña a Cuatro Caminos.
La ponente afirmó que el entorno de la ciudad dificulta el desarrollo personal de las mujeres y limita sus oportunidades, además de que la sociedad tiene un pensamiento que considera a las mujeres inferiores a nivel intelectual y las responsabiliza por los ataques que reciben.
La coordinadora de INMUJERES CDMX reiteró que el Metro fue una de las principales instituciones que tomó medidas para terminar con el acoso sexual dentro de sus instalaciones.
Argott Cisneros también habló de las medidas que el Gobierno de la CDMX tomó en estos últimos años para proteger los derechos de las mujeres, como las unidades Atenea que conectan las zonas más apartadas con el transporte público y en las cuales las ciudadanas puedan estar seguras, así como el programa Viaja Segura, que tiene una aplicación para celular y cinco módulos de atención de casos en el metro.
Ciudad de México, (Aunam). “Todos los días se reproducen relaciones de poder en los espacios públicos” declaró la coordinadora y diseñadora de políticas públicas en la CDMX Margarita Argott Cisneros durante la conferencia “Entornos urbanos seguros y libres de violencia contra las mujeres”.
La coordinadora en el Instituto Nacional de las Mujeres de la Ciudad de México afirmó que una ciudad se construye a partir de la idea de que debe ser segura para cada uno de sus habitantes. Por ello, las políticas públicas que se implementen no deben considerarse como un castigo contra el sector de la población que no se beneficia de esas medidas, ya que no todos vivimos el mismo nivel de violencia.
En la conferencia organizada por el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (IG-UNAM), Argott Cisneros pidió concientizar a las personas para entender que aún cuando hombres y mujeres puedan llegar a experimentar los mismos problemas naturales –los sismos, por ejemplo–, en el caso de los ataques con violencia, como los asaltos, las mujeres no sólo son vulneradas física, sino también sexualmente.
La también defensora de Derechos Humanos destacó que las mujeres siguen siendo robadas en la ciudad para llevarlas a un cautiverio, como parte de la red de trata de blancas, o privadas de la vida en todo el país.
“Aún cuando también se asesina a hombres en México, a una mujer se le asesina por el simple hecho de ser mujer, no por una riña o algún otro problema”, enfatizó.
A partir de la identificación de estas formas de violencia, el gobierno de la Ciudad de México implementó una serie de políticas en la capital del país que la ponente consideró fue la raíz de un cambio de gobierno de izquierda con intención de fortalecer la democracia.
Para la coordinadora de INMUJERES CDMX, la implementación de las políticas públicas tiene que ir a la par con la divulgación de estas medidas a la sociedad, para que la población sepa y haga cumplir sus derechos.
Un ejemplo de estos esfuerzos es la Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad, un movimiento mundial que se realizó en nuestro país en julio del 2010, en el que se visualizaron las causas que afectan la calidad de vida de los individuos en la ciudad, como la desigualdad social, la mala implementación de políticas públicas y un entorno inadecuado.
El entorno del transporte público puede cambiar la conducta de las personas
Margarita Argott tomó las líneas 2 y 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro como ejemplos para demostrar la forma en que el entorno puede transformar la cultura de los pasajeros. Aún cuando Tláhuac se considera como una zona marginada, las adecuadas señalizaciones y la seguridad de la estación del metro que lleva el mismo nombre, así como una mejor estructura, hace que el traslado de pasajeros sea más adecuando que el visto en la línea 2, que va de Taxqueña a Cuatro Caminos.
La ponente afirmó que el entorno de la ciudad dificulta el desarrollo personal de las mujeres y limita sus oportunidades, además de que la sociedad tiene un pensamiento que considera a las mujeres inferiores a nivel intelectual y las responsabiliza por los ataques que reciben.
La coordinadora de INMUJERES CDMX reiteró que el Metro fue una de las principales instituciones que tomó medidas para terminar con el acoso sexual dentro de sus instalaciones.
Argott Cisneros también habló de las medidas que el Gobierno de la CDMX tomó en estos últimos años para proteger los derechos de las mujeres, como las unidades Atenea que conectan las zonas más apartadas con el transporte público y en las cuales las ciudadanas puedan estar seguras, así como el programa Viaja Segura, que tiene una aplicación para celular y cinco módulos de atención de casos en el metro.
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