FEMINICIDIOS, UN PROBLEMA IMPUNE

  • La tipificación del feminicidio no erradica el problema
  • Durante los primero meses de 2013, el número de homicidios de género ha aumentado
Por Anabel Lugo Cruz
México (Aunam). La tipificación del feminicidio en México es una realidad, pero en ningún momento ha contrarrestado o minimizado el número de homicidios perpetrados contra mujeres de las diversas entidades del país, porque en lo que va del año los casos de asesinatos se han intensificado y mantenido en total impunidad.


En la cátedra Mujer, crisis y revolución que realizó la organización Pan y Rosas México, se planteó la necesidad de crear lazos entre mujeres y hombres para luchar y hacer desaparecer los continuos homicidios dolosos contra mujeres, debido a que las autoridades sólo han sido imprudentes y negligentes ante la situación.

Alejandra Sepúlveda, integrante de Pan y Rosas México, manifestó que el feminicidio, es la expresión más violenta contra las mujeres, por tanto, es inherente al tema de la violencia ejercida hacia uno de los grupos más vulnerables dentro de una sociedad patriarcal y capitalista.

Desde el 2007 se publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con la finalidad de sancionar y erradicar todo acto brutal; pero de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), ésta no ha sido efectiva porque no existe un seguimiento de los casos.

Para ver la gravedad del problema, sólo es necesario considerar las cifras que la organización civil Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) registró durante el sexenio de Felipe Calderón: un total de 4 mil 112 víctimas de hombres que tienen odio hacia las mujeres.

Con lo anterior, en la cátedra se recordó que en los estados del norte, el índice de homicidios de género ha aumentado hasta en un 400 por ciento, cifra que los coloca como las entidades más azotadas por este clima de brutalidad, pero también, como uno de los espacios donde familiares de víctimas han decidido levantar la voz a pesar de la inseguridad a la que están expuestos.

Un claro ejemplo es el caso de la activista María Luisa García Andrade, perteneciente a la organización Nuestra Hijas de Regreso a Casa, quien se mantenido en la lucha social a pesar de las amenazas y el exilio por los que ha atravesado, porque las autoridades la ven como una enemiga más.

Ante este hecho, las asistentes consensaron que corresponde luchar contra todo acto criminal, por ello debe existir un movimiento de mujeres y hombres para poner freno al problema expuesto. Por último, se invitó al público para continuar con las cátedras que se impartirán los dos martes próximos en las facultades de Derecho y de Ciencias Políticas y Sociales.



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