VIVO Y MORIRÉ COMO JUAN MARÍA ALPONTE


Yarely León Mogica
México (Aunam). En una pequeña silla de palma resistente, cómoda al parecer por los cojines bordados a mano que lo complementan, justo a la mitad de la sala de su casa, en el Pedregal de San Ángel, se encuentra sentado el maestro Juan María Alponte, ha cruzado la pierna derecha sobre la izquierda. Porta un suéter blanco y un pantalón de vestir color negro, me mira directamente, como estudiándome, es un ser muy observador y reflexivo.

Detrás de él, hay un librero enorme que abarca más de la mitad de la pared de donde cuelgan algunos cuadros, mientras que del librero pende una luna menguante color azul rey, elaborada de papel, tiene ojos y boca, parece mirarme también.

“No sé por qué, pero los escritores nos enterramos siempre bajo un seudónimo, quizá para tener una vida privada, mi primer libro fue publicado bajo el nombre de Enrique Cecilio o una cosa así, ahora vivo y moriré como Juan María Alponte, de eso no hay duda, ya no tengo más espacio”, dice mientras arquea las cejas y su rostro adquiere mayor calidez cuando sonríe.

Enrique Restituto Ruíz García es el nombre real de Juan María Alponte, cuyo seudónimo le viene de su admiración a José María Apote, primer esclavo liberto de Cuba, que Alponte modificó para hacerlo más sonoro, él es profesor titular de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Doctor en Historia por la Universidad de Madrid ha ejercido el periodismo durante más de 40 años. Ha recibido premios y distinciones como las Palmas de oro de la televisión por su programa El mundo en que vivimos, así como el Mercurio de Oro Gold Mercury International otorgado por Think Tank Internacional independiente por su obra cultural. En 2006 recibió la Medalla al Mérito Académico por la UNAM y en 2007 la medalla “Ernesto Enríquez Coyro”, por su trayectoria académica, recientemente le entregaron la Orden de Caballero Águila grado Tezcatlipoca con bastón de mando por la fundación Caballero Águila A.C. en Teotihuacán.

La pasión investigadora

Siempre fui un niño muy despejado. No acertaría a decir cuándo comenzó en mí la vocación, pero he pasado toda mi vida investigando. Escribí mi primer libro sobre poesía a los 17 años y bueno, he redactado 35 libros, actualmente estoy por escribir el 36. Dice orgulloso, mientras se aclara la garganta, en el rostro se le ha dibujado una sonrisa, cosa que demuestra lo alegre que es el profesor.

Mis estudios los comencé en España y en Francia, en fin he estudiado toda mi vida y lo pienso seguir haciendo, tengo en casa 50, 000 libros que como ves es un paraíso.

Juan María alza sus brazos para señalar a su alrededor, más allá de la sala hay un espacio donde se encuentran otros libros acomodados. “Todos estos libros son de México”, señalaría más tarde.

El periodista de El mundo en que vivimos ha escrito durante toda su vida, entre su admirable repertorio pueden destacar libros como Ensayo sobre la personalidad española; Europa de los europeos o Europa de los americanos; América Latina: Anatomía de una revolución; El libro rojo del rearme; La era de Carter.

Bajo el seudónimo de Hernando Pacheco publica: Vietnam, Hazaña de la libertad en 1975 y Kissinger en 1976; en 1984 ven la luz Hombres en la Historia editado por el periódico El Día; Lenin: vida y verdad; Los liberadores de la conciencia; Mujeres: Crónica de una rebelión histórica y recientemente Homero entrevista al mundo en 2008 y en 2010 A la Vera de las independencias de la América Hispánica.

Por un momento el escritor mira hacia la alfombra que adorna la sala y reflexiona: La pasión investigadora me llevó a plantearme un proyecto fundamental, el por qué fracasa una sociedad y cuáles son los elementos fundamentales del equilibrio de la misma.

Al decir esto Ruiz García alza un poco el tono de voz, también inclina su cuerpo hacia enfrente para acercarse más a mí, su mirada es un poco vaga, pareciera como si recordara algo, poco después continúa.

Como investigador del mundo griego me interesó siempre saber por qué se había producido la polis griega, cómo es que se había logrado la convivencia, y ésta comenzó con la isonomía, es decir, con la igualdad ante la ley, cosa que nosotros no hemos logrado en dos siglos, enfatiza con fuerza y coraje.

Enrique Ruiz García nació en España en 1934, dos años después estalla la Guerra civil española por lo que vivió bajo el régimen de Francisco Franco durante 27 años. En 1962 cuando se desempeñaba como profesor en la Universidad es expulsado bajo el delito de “Atentado contra la seriedad del Estado” por ser un “joven que naturalmente estaba en contra del régimen dictatorial”. Finalmente se nacionaliza mexicano en el año de 1972.

Un mexicano ejemplar

En España, cierto día fui llevado a la cárcel porque dijeron que era enemigo del régimen, me interrogaron y poco después fui trasladado al aeropuerto. Juan María agacha la mirada mientras se queda pensativo durante algunos segundos, en ella se le nota cierta tristeza contenida y menciona con tono suave “eso pasó hace mucho tiempo”.

En el exilio, estuve primero en Francia, después en Estados Unidos donde querían que me nacionalizara, pero finalmente decidí que mi país era México, lo cual no fue un problema porque había estado varias veces aquí, lo conocía y me interesaba mucho, me apasionaba, así que quedarme fue una elección sentimental y moral, las dos cosas al tiempo, por lo demás he sido un mexicano pues creo que, ejemplar.

-¿Cómo es que adquiere el sentimiento de pertenecer a México y servirle como lo ha hecho?

Alponte reflexiona por algunos segundos, después se vuelve hacia mí, levanta el tono de voz por lo que noto que hay seriedad y firmeza en su respuesta, “soy un ciudadano mexicano y entiendo por esto que se tienen deberes que cumplir insoslayablemente, siempre los he cumplido, he hecho mi trabajo perfecto es decir cumplido, he escrito un artículo diario en periódicos durante 40 años, ahora lo hago en mi blog, realizo conferencias, es raro que no las tenga al margen de las clases de la universidad.

Siempre viajo a todos los estados de la República, hace como un mes la Universidad de Hidalgo me invitó a la inauguración de la Cátedra UNESCO, lo que quiere decir que siempre estoy en permanente movimiento.

Alponte ha escrito en los diarios de circulación nacional como El Día, Uno más uno, Excélsior, La Jornada, El Nacional y El Universal, así como para la revista Entorno Político. Actualmente tiene un Blog en internet donde diariamente sube artículos sobre tópicos de la semana. En la radio, trabajó durante 10 años en Opus 94 con el programa “México en el mundo” y colaboró en el principal noticiario del Instituto Mexicano de la Radio.

Hacíamos el amor pero no la guerra

En México comencé a trabajar en la radio, y entré rápidamente en la prensa. Mi primer proyecto fue en el periódico El Día donde me mandaron a cubrir los acontecimientos de Francia en 1968, me tocó vivir todo el mayo estudiantil en Francia, en un mes entero, no hubo un solo muerto.

Juan María sonríe y comenta con cierta picardía “Hacíamos el amor pero ninguna otra cosa, el grito de los estudiantes era “Haz el amor y no la guerra”, guarda silencio por un momento y continúa la conversación “Lacan el gran psiquiatra francés con quien tuve una conversación, me platicaba que estaba desesperado porque, decía que todos los locos estaban en la calle saltando y gritando pero ninguno había pasado por su clínica”.

También vi a Jean Paul Sartre (filósofo francés) vendiendo periódicos en la plaza, en fin fue muy divertido, pero regresé a México, para vivir el 68 al revés, el de la barbarie, recalca con desagrado.

“Me tocó vivir el 68 en México primero durante su recorrido, el de la universidad, el de las tensiones políticas, pero el día 2 de octubre, yo volé a Nueva York por alguna cosa de mi trabajo. Ahí, me enteré de la noche del 2 octubre”.

Alponte inclina la mirada, menciona con gran pesar, por las pausas que hace al hablar “comprenderás que fue para mí un recorrido emocional terrible, porque había vivido el 68 pacífico y lúdico en Francia, cuando regresé me encontré con la gran catástrofe que resultó ser en el país, fue para mí muy doloroso”.

Un hombre feliz

La casa del maestro Alponte está llena de vida como él. Dentro y fuera, ha colocado muchas plantas, su jardín instalado en la parte trasera lo adorna con rosas. Al entrar, la casa huele a sabiduría, a ganas de aprender, se percibe el olor a libros viejos que son la huella de que el profesor ha vivido, ha recorrido el mundo. El piso y las escaleras son de madera, la mayoría de muebles también, así como el enorme portón que me recibió, el piso está recubierto con alfombra blanca que hace juego con las paredes del mismo color, ahí se pasean sus gatitos Chachita, Ambarsito y Felipín como los llama cariñosamente.

Tengo una vida de trabajo muy feliz, estoy felizmente casado, mis estudiantes me quieren mucho, nunca he tenido en 40 años de enseñanza, un problema en una clase eso quiere decir que comunico a los estudiantes, la pacificación y el deseo inteligente de aprender.

Quien fuera el escritor bajo el nombre de Hernando Pacheco en su libro Vietnam, Hazaña de la libertad se reclina sobre su silla, lanza una sonrisa, con gracia arquea sus cejas pobladas; es un hombre de tez blanca y ojos azules que por arrugas marcadas en pómulos, frente y papada se puede descifrar que su edad oscila cerca de ochenta años, pero por la energía vital que demuestra en cada palabra, se puede decir que es mucho más joven que un adolescente a los quince.

Como decía Benito Juárez, comunico el deseo vehemente de aprender, cosa que no he perdido jamás – y dice satisfecho- practico yoga todos los días, me levanto y me ejercito con 100 lagartijas, mi secretaria sube el artículo y me pregunta por qué lagartija vas y le digo que por la setenta, hago todas las cosas que se deben de hacer cuando se tienen veinte años.

Como soy yogui estoy desposeído de violencia , como ves pero puedo dar un salto de muchos metros - como cuando saltó dos escalones, al darme la bienvenida- pero es la violencia controlada y dirigida a uno mismo, es desarmar a ésta y sin embargo ser capaz de tener una energía física que le haga a uno soportar.

El otro día no dormí en toda la noche, tenía que presidir en un tribunal a las 9 de la mañana y en la tarde tenía una conferencia, es decir, se fue mi día, pero estaba capacitado para hacerlo, no andar todo arrugado y así como no he dormido, estoy preparado para hacer un esfuerzo, mi comida es mínima pero racional. Alza la voz y menciona un poco emocionado, además se toca el rostro con ambas manos.

Investigador nato

Se llega a un país para conocerle, para entenderle, para asumir su cultura porque todo grupo humano merece respeto y es necesario entender sus elementos fundamentales. Para el mundo de Gandhi en la India el principio fundamental era el principio de la verdad la satya y el amor (Ahimsa), mientras que para los griegos era la alétheia, la verdad.

Por ejemplo en un libro mío sobre Grecia (Homero entrevista al mundo del año 2008) Alponte asume el papel de Homero, cosa que me permite hacerle entrevistas a Cristo, a Buda y a Mahoma en la ficción, pero no sin antes aprender lo que ellos sabían, me acerqué literariamente a esas grandes figuras universales pensando en traerles al momento presente con todo su bagaje. En la entrevista con Cristo, manejo los evangelios apócrifos que escribieron los otros apóstoles, pero que la iglesia no aceptó.

Es decir soy un investigador nato, me interesa mucho decir lo que nadie ha dicho, aquello que las clases dirigentes han ocultado para dominar mejor a sus pueblos, para que no sepan lo que tienen que saber, ésa, es la parte de la historia que me es esencial. Menciona enfático lo que revela su gran pasión.

Combatiente de la libertad

Cuando trabajé en Televisa estuve cuatro años, pero fueron años muy felices porque hice todo con absoluta libertad, si no hubiera tenido libertad simplemente no hubiera estado. Cuando se produjo la revolución en Portugal llevé a mi equipo inmediatamente a ese país en plena revolución y la primera entrevista que hice fue a Mario Suárez quien en ese momento era la figura política más importante

Alponte cubrió los eventos de la revolución de los claveles en Portugal, entrevistó a Mario Suárez (quien se convirtiera en presidente más tarde) y también ha al coronel Ernesto de Melo Antunes, líder y cabeza teórica de dicho movimiento.

Donde he trabajado siempre, he conseguido la libertad y cuando no la he encontrado me voy a otra parte, soy un combatiente de ésta y también de la verdad, nunca protesto en cuanto a los intereses de un grupo periodístico, sólo me marcho, no pierdo el tiempo en pelear estúpidamente. Durante mi carrera he convivido con muchos presidentes para los que elaboré discursos, he tenido algunos conflictos con ellos, normales, pero nunca me pongo en primera línea.

“Soy un hombre capaz de atender la demanda ajena, me gusta convivir con los demás soy una persona lúdica, alegre, guapo y simpático”, sus labios se estiran horizontalmente, mientras vuelve a cruzar las piernas y se recuesta en su cómoda silla.

Premios y condecoraciones: Sin pasiones oscuras

El Gold Mercury Internacional me lo concedieron en Londres, pero lo entregaron en Roma, fue muy bonito y la Medalla al Mérito Académico de la UNAM me la impuso Juan Ramón de la Fuente -quien es amigo suyo, Enrique Ruiz relata modesto -“Me metí la medalla en medio de la chaqueta, me daba pena que la miraran y Juan Ramón me dijo, sácala para que se vea”, lanza una carcajada.

¿La Orden del Caballero? Bueno, pues fue muy emocionante porque me la concedieron en una ceremonia muy bonita en Teotihuacán, después de una peregrinación de purificación por las pirámides de casi tres horas, solamente porque estaba bien entrenado si no.

Ruiz García guarda silencio por un momento, después dice con cierta alegría que se nota en sus ojos, cuando estira sus cejas con emoción “no sólo soy Caballero Águila tengo también bastón de mando, ahora te lo voy a enseñar” entonces se levanta mientras espero en la sala durante unos minutos.

“Éste es el bastón de mando de los Caballero Águila”, enfatiza al colocar sobre mis manos el bastón, mide como medio metro, pesa aproximadamente entre dos y tres kilos, es de un color café rojizo como el tezontle y lleva colocada en la punta piedras de color verde azulado, también me muestra el Diploma todavía envuelto en un fólder azul petróleo, con una estampa dorada en el centro.

“Ves qué méritos me dan, aunque en mi casa no sirvió de nada” bromea y continúa “Cuando vinieron los de la fundación no me lo podía creer, sobre todo por esto que dice aquí”, señala una parte del diploma y me invita a leerlo en voz alta “Por contribuir al progreso de la patria y enaltecer a todos los mexicanos”.

Al regresarle sus condecoraciones, Juan María comenta con humildad que se nota en sus palabras “son cosas que pasan a las que no les doy demasiada importancia porque son parte del trabajo, y éste es la cosa más hermosa que hay en el mundo”.

La gente sabe que he trabajado por México absolutamente, que he dedicado mi vida al servicio del país, hago las cosas sin pasiones oscuras porque esa es mi manera de vivir, sin más. Soy asesor de personalidades muy importantes del país, nunca me he vendido y he hecho las cosas bien. El trabajo se acumula se llena uno de libros, de artículos, igual que aquél que hace tornillos.

La vida me puso en el camino

Siempre tuve la pasión por los viajes, cuando podía me marchaba y la vida me regaló esa maravillosa posibilidad de viajar, donde trabajé la vida me puso en el camino para poder realizar viajes. Estuve en Tian’ anmen en China, en la Unión Soviética en los momentos principales, estuve en Venezuela y en Argentina en momentos culminantes, como con Perón en la renuncia.

Juan María Alponte entrevistó a grandes personajes del siglo pasado como a Agustín Lanusse presidente de Argentina de quien después se hizo amigo, conoció a Chu-En Lai, primer dirigente de la República Popular China, al cineasta italiano Federico Fillini , al mariscal Josip Broz Tito quien fuera presidente unificador de Yugoslavia, .

Estuvo con Nicolás Guillén, poeta cubano, convivió con Felipe González, Secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y tercer presidente del Gobierno Español desde la reinstauración de la democracia en España y con Juan Bosch novelista, historiador y primer presidente de la República Dominicana, quien ha influido notablemente en su pensamiento; entre otras personalidades.

La biblia en verso

El maestro me invita a pasar a su oficina privada instalada en la segunda planta de la casa, en ella hay colocados alrededor cuatro libreros que llenan las paredes casi por completo, aunque también hay suficiente espacio donde ha ordenado fotografías con eminencias a las que ha entrevistado como Federico Fillini y Chu En Lai.

En una esquina hay una mesa donde se pueden ver las medallas de condecoración, una de ellas otorgada por el Banco de México. “Éstas son las medallas, mi mujer dice que las va a llevar al Monte de Piedad, pero todavía no las ha llevado”, bromea.

Es aquí donde hago mis libros, en esa mesa de allá es donde se fabrica todo el material- me señala un escritorio repleto de papeles, libros y plumas- como vez, la biblia en verso –dice mientras se voltea para mirar las fotografías, señala una instalada en un pequeño rincón de la oficina.

Aquí me encuentro con Chu En Lai y esa bata azul me la regaló él – Alponte en la fotografía, viste con una bata tradicional de China, observa al ministro mientras que éste parece comer algo parecido a un plátano.

Después, el maestro se dirige a otras ahora en blanco y negro, a diferencia de la primera que tiene unos colores un poco pálidos por el tiempo. En una aparece con Juan Bosch, quien tiene cabello cano, lentes y una corbata de círculos en negro, mientras que Juan María está sonriendo, él porta un suéter negro, ambos se dan la mano.

“Mira, en la revolución de mayo en Roma” en la fotografía Alponte viste de traje y corbata, posa para una cámara de televisión con micrófono en la mano, mientras detrás de él hay una manta que llevan los manifestantes.

Una fotografía llama mi atención, es de las más actuales donde Juan María se encuentra con el periodista mexicano Jacobo Zabludovsky dentro de un helicóptero, ambos están sonriendo y parecen listos para despegar.

En otras imágenes aparece con Rafael Alberti (poeta de la generación del 27 al que entrevistó en Roma durante su exilio) al frente de una casa de barda de piedra, de repente Alponte menciona “estaba lo mismo que hoy, no engordo ni un gramo” y sonríe.

Ahora el autor de Los liberadores de la conciencia, me ha conducido hacia el pasillo donde se han colocado otras fotos, enfatiza en tono cariñoso “Esa belleza es mi mujer” se puede apreciar una mujer de cabello rubio que sonríe con mirada sensual hacia la cámara. “El chico de ahí, tan guapo soy yo” lanza una carcajada mientras se dirige a un marco y me comenta que esos son sus gatitos, los cuales no podían faltar, un gato de color gris con negro está sentado sobre un sillón, posa con el pecho en alto, como todo un rey.

Durante este pequeño recorrido por la casa, Enrique Ruiz me platica que lleva treinta y seis años con su esposa, Bárbara Alponte, quien fuera artista de cine alemán, hay una fotografía en blanco y negro donde se aprecia a una mujer de aspecto joven, de mirada refinada, porta un vestido color negro sin mangas con pequeños destellos, típica moda de los años cincuenta, mira hacia la cámara.

Más tarde, Juan María mostraría su gran biblioteca, acomodada en todo lo largo y ancho de la casa que ha divido por países, “ Ésta biblioteca es Cuba, aquella es Latinoamérica, aquello es Europa” muy bien ordenados se encuentran todos los libros, hay muchos títulos en español, otros en francés, ya hemos vuelto de nuevo a la sala, me lleva a un lado de la misma e indica con mucha emoción un espacio dónde se pueden apreciar más libros que en las otras “todo esto es enteramente México”.

En la sala, donde se comenzó la entrevista los libros instalados ahí son sobre Estados Unidos, menciona que cada libro está escrito en su idioma porque esto es algo muy importante, después me conduce al pasillo central de la casa y dice “aquí está el mundo socialista, también hay de la perestroika, todo lo que no hay en México está aquí”.

“Hasta el comedor está lleno de libros, esto es sobre literatura” sonríe cálidamente mientras entramos a un pequeño pasillo que divide la sala del comedor, en él hay una mesa de cristal y al frente otro librero más. Alponte se agacha para acariciar a los felinos que se pasean entre sus pies, al mismo tiempo que les habla con cariño.

Un ciudadano universal

La vida académica es parte de mi trabajo, lo hago con gusto porque es entrenar a los jóvenes para la vida, les enseño fundamentalmente a racionalizar, a no tener prejuicios nacionales, pero sobre todo a que sean ciudadanos, hombres libres, hombres del mundo. El maestro inclina su cuerpo al frente mientras recarga sobre la mano derecha, su rostro.

La única manera de vivir en México es siendo un hombre universal, hay que ser un ciudadano del mundo cosa que lo hace a uno mejor persona, sin el mundo no hay nuestro mundo. En el país, desafortunadamente es todo lo contrario, el mundo no existe, solo existimos nosotros y resulta que, como “en México no hay dos”, salen al año 500 mil personas en busca de trabajo además, tenemos casi un millón de niños que no hablan español, eso me tiene aterrado y furioso. Exclama un poco perturbado.

-¿Qué retoma para con México como un país de tercer mundo, qué es lo que trajo de los países recorridos durante su vida y que en México haría falta?

No hago esas comparaciones, pienso como mexicano las cosas que nos faltan por hacer, la gente sabe que como historiador me he metido en el México profundo, en el pasado y el presente, también he hecho un recorrido articulado y coherente de la situación, el por qué hemos fracasado estructuralmente, por qué no hemos encontrado fórmulas para evitar la violencia que ahora vivimos, resultado del problema del desempleo y la desigualdad.

El narcotráfico encuentra en el desempleo y en el sector informal, el cual es un 16% de la población económicamente activa, la mano de obra barata que sólo espera ser contratada. Hasta que no resolvamos esos problemas estructurales siempre tendremos pendiente lo que acarrea el no haber resuelto lo fundamental. El investigador nato guarda silencio, reflexiona por unos segundos para responder a la segunda pregunta.

Me traje, no la comparación que siempre es odiosa, sino las ideas fundamentales, por qué algunos de estos países han resuelto sus problemas, por qué China ha sido capaz de convertirse ya en la segunda potencia económica del mundo y en el 2040 será la primera, además, han logrado una ciudadanía capaz, competente, comprometida con su país.

De la India retomo, una cultura histórica muy profunda y una asimilación perfecta por el inglés, han aprendido. Nehru (Sir Nerhu, primer ministro de la India) y Gandhi (Mahatma Gandhi, luchador social), estudiaron en Inglaterra pero no se avergonzaron de su origen colonial, lo asumieron y sacaron todo el partido posible.

Cuando entrevisté a Sir Nehru en el Palacio del Congreso le pregunté, al pasar por el salón de los virreyes, un poco desconcertado ¿este es el recuerdo de los virreyes de la India? Y él respondió, qué no son parte de nuestra historia y me añadió un día nosotros seremos mucho más grandes e importantes que Inglaterra bien, ya lo son. Alponte se reclina sobre su silla, en su rostro aparece una sonrisa satisfecha.

Eso se aprende, no para compararlo sino para saber que no hemos construido ciertas cosas fundamentales. Vivo indignado con el último informe de población y vivienda en México, donde nos dicen que 900 mil niños indígenas no hablan español porque esto nos muestra que no podrán integrarse en la vida nacional. Expresa con coraje el caballero águila y enfatiza “saber que tenemos un 6.5 de analfabetismo pero que cuatro estados se acercan al 20 %, no puedo tolerarlo como ciudadano”.

-¿Qué le inquieta de los periódicos nacionales?

Lo que me inquieta de los periódicos nacionales es que en la primera plana no hay ni una noticia internacional mientras que en periódicos como el New York Times de Estados Unidos, El País de España, Le Monde de Francia, o La República de Italia proporcionan siempre en la primera página las noticias internacionales, en México se guarda para la tercera, la cuarta o la quinta página, lo cual quiere decir que a los mexicanos no les interesan las cosas del mundo, pero México está en el mundo, por tanto lo que acontece en él, es muy importante para el país.

Al pasar por todos los periódicos de México como articulista, el enterrar las noticias internacionales en la página quinta siempre me ha avergonzado, no es tolerable porque somos parte del mundo, debemos ser algo esencial de éste, porque es con los otros de quienes se aprende.

Como el gran historiador que es, Alponte comparte la reflexión sobre lo que le haría falta a México para ser un mejor país y explica “lo que se debe de refundar no es la república (como recientemente publicó el político Porfirio Muñoz Ledo en su libro La vía fundamental de la República) sino la sociedad”.

Tenemos que resolver muchos problemas nacionales, no se puede acabar con la delincuencia sino resolvemos el problema del desempleo, el problema de la mujer también es algo que aún sigue en pie pues todos los países cristianos han votado la ley del aborto (Francia, España, Inglaterra y Holanda) en México no se ha logrado pero constituye uno de los derechos fundamentales de la mujer.

Destaca que un buen ciudadano debe conocer su historia, sin embargo en México “hemos hecho una historia de buenos y de malos pero no una historia de contradicciones”, es necesario conocer la historia “todo aquello que está oculto debemos saberlo, asumirlo e integrarlo en la nacionalidad, es la única manera de ser un mexicano de primera no un mexicano de tercera, si eliminamos las contradicciones, no podemos tener una idea completa del mundo y menos de México”.

Un hombre en el mundo

Ninguna entrevista se me ha dificultado, la única que no realicé fue a Fidel Castro. En ese entonces trabajaba para la televisión, se había acordado el encuentro en México, viajé a Cuba pero al llegar, los funcionarios de Fidel me dijeron que la entrevista sería acordada aunque no se sabía cuándo, el comandante lo decidiría, mientras tanto me ordenaron no moverme de lugar a lo que respondí “en todo el mundo me han dicho la hora y el lugar, si él me dice que las 6 de la mañana en el pacífico voy, pero desde luego no esperaré de ninguna manera a que él llegue aquí” así fue y no se produjo la entrevista.

La entrevista que más me ha dejado marcado fue la del Mariscal Tito (Josip Broz Tito presidente unificador de Yugoslavia), porque estábamos en la mitad de la entrevista , se levantó y me dijo ahora iremos a ver el partido, jugará Yugoslavia contra España. Fuimos a un salón donde había mucha gente lo que me pareció una cosa preciosa, nunca supe quien ganó.

Juan María Alponte estalla en risas por un momento, después guarda silencio aunque sonríe, más tarde menciona “cuando estuve con Tito le comenté que había estado con personas que no compartían sus ideas y le confesé que en muchas cosas tenían razón, también pregunte acerca de cómo pensaba el futuro, me contestó en francés “después de mí el diluvio” y fue el diluvio, tuvieron razón quienes decían que iban mal las cosas”.

La persona que ha influido notablemente en mí ha sido Juan Bosch, líder en el movimiento político de la República Dominicana, él sufrió la dictadura de Trujillo y después fue presidente de la República, un maestro y escritor extraordinario, un político relevante, una figura que está muy pegada a mí, pero sin duda he aprendido con todos los hombres con que he estado. Menciona con vehemencia, ahora se ha levantado de su silla y mira hacia la ventana, donde se asoman algunas plantas del jardín.

-Dígame maestro ¿Cómo resumiría en pocas palabras su obra cultural?

Toca mi hombro izquierdo, calla por algunos segundos, inclina la vista hacia el piso de madera, entonces levanta la mirada, me observa y sonríe “Mi obra, es el resultado de una inmensa curiosidad histórica. Historia y humanidad, dos cosas, nada más”.




Fotos: Facebook.




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2 comentarios:

  1. Bellísima entrevista. Yo tengo el gusto de oírle en clase de Historia Mundial en sus clases en la UNAM, y me ha hecho conmocionarme verdaderamente, sobre todo su relato acerca del Mayo del 68 en Francia. Gracias.

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  2. Muy profesional la entrevista, muy bien escrita. De 10!, en hora buena. Alponte es una de las personalidades y mentes más importantes de nuestra era.

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