MUSEO INTERACTIVO DE ECONOMÍA (MIDE): LA HISTORIA DE UN EDIFICIO

Por Ana Lorena Molina Guerrero
México (Aunam). El sol está en lo alto del cielo. El Centro Histórico es una caldera, las personas vienen y van. La calle de Tacuba, angosta, es tan vieja como muchos de los que transitan por ella, incluso más.

Saliendo del metro Allende uno puede vislumbrar miles de pequeñas edificaciones que tienen su historia y su interés, cada una tiene algo que contar.

Una madre con su hija, de unos doce años de edad caminan lentamente por una de las aceras de esta calle. La madre viste un traje sastre negro con verde, y la niña jeans y una camiseta roja. Ambas tienen el cabello peinado en una coleta y es del mismo castaño. Tomadas de la mano, media cuadra después, se detienen mirando a todos lados, como buscando algo.

La niña exclama –Mira mamá, ahí está-. En la acera de enfrente, un edificio cuya esquina lo compone un cristal enorme se levanta imponente. Tiene un nombre estampado, verde claro, en minúsculas, es un logotipo, es el MIDE.

El Museo Interactivo de Economía (MIDE), se encuentra situado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, exactamente en la calle de Tacuba # 17, a media cuadra del metro Allende; en el antiguo Convento de Betlehemitas. Fue creado en diciembre de 2001, por la Junta de Gobierno del Banco de México. El objetivo era ofrecer a la sociedad una manera de cultivarse y conocer la economía y las situaciones financieras, ya que ofrece una modalidad muy atractiva y dinámica por sus atracciones interactivas. Todo fue creado con base en estudios en los que se analizaron los intereses y las preocupaciones de los ciudadanos mexicanos.

Este museo se divide en cinco secciones: economía del individuo, economía de la sociedad, economía y dinero, bienestar y desarrollo, y gobierno. En estas, las personas pueden aprender sobre los diferentes tipos de economía que existen y cómo se manejan. Cuentan con elementos tecnológicos y recursos multimedia que ayudan a comprender mejor las relaciones comerciales y bancarias en la vida real de un país.

Otro de los atractivos, es la colección numismática que aportó el Banco de México, en la que se puede apreciar la evolución y los cambios físicos que ha sufrido la moneda en nuestro país, sus formas, tamaños, colores y denominaciones.

Pero la más grande atracción, y por el cual el MIDE ganó el Premio “Gold Muse Award” otorgado por la American Asociation of Museums, en mayo de 2007, fue por el “Simulador de Mercado”.

El simulador funciona aproximadamente cada media hora con la condición de que participen diez personas; se trata de establecer relaciones comerciales comprador-vendedor, en donde surgen los problemas más sencillos pero más importantes en una economía, solo que simplificados.

Sin embargo, este no es el único premio que ha ganado el MIDE, desde su inauguración y hasta hoy, ha recibido dos premios internacionales y dos nacionales durante su primer año de existencia. En 2007 el mencionado “Gold Muse Award”, en octubre de ese mismo año, la Association of Science and Technology Centers, ASTC, le otorgó el "Roy L. Shafer Leading Edge Award" en la categoría de Liderazgo por la Experiencia del Visitante, entre otros importantes premios que engrandecen a este museo no sólo en México, sino internacionalmente también.

La niña y la madre entran juntas en el museo y se forman en la taquilla, en donde detrás luce un letrero con los precios. La madre saca un monedero negro de su bolsa y toma un billete de cien pesos.

El museo está abierto de martes a domingo de nueve de la mañana a seis de la tarde, la admisión general tiene un costo de 55 pesos y con algún descuento 45.
Los únicos días del año en que el museo permanece cerrado, son el 25 de diciembre y el 1 de enero.

Historia del edificio

En el MIDE se ofrecen recorridos para dar a conocer la historia del edificio, con guías expertos en explicarla, a las 11:30 a la 1:30 y a las 3:30.
Con base en estos recorridos y la información proporcionada por Iván Osorio Guzmán, encargado de “atención al público” y la guía Rosaura García Velásquez, además de la información disponible en la página oficial del museo, se pude hacer una breve reconstrucción de la historia del edificio desde su construcción hasta la creación del MIDE.

Había asistido ya a algunos otros recorridos en museos, y ninguno me pareció muy interesante. Siempre se espera una historia aburrida sobre un montón de objetos viejos y personas muertas. No tenía ningún entusiasmo por escuchar a la guía, aunque el edificio es muy bello el ambiente de museo parece siempre deprimente, aburrido.

La guía agrupa a unas cuantas personas y da unas cuantas indicaciones. La niña y la madre susurran:
-¿no le tienes que llevar notas a la maestra de lo que te digan aquí?-
-no traje mi libreta, pero no creo-
-no te vuelvas irresponsable-
-pero no la necesito, me lo puedo aprender y mejor lo escribo en la casa-

La guía comienza a caminar y la conversación se interrumpe; el grupo de personas comienza a caminar detrás de ella, en medio de una construcción cuya antigüedad impresiona.

Este edifico se mandó a construir por una orden religiosa, la de los betlehemitas hacia 1675. Esto en función de que su fundador, Pedro de San José de Betancourt, tenía un hermano que al sufrir una grave enfermedad se dio cuenta del trato poco humano de las personas a los enfermos. Por esto al instalarse en Guatemala y al ser reconocidos como orden religiosa por Roma, se extendieron hasta territorios que hoy comprenden nuestro país. De esta manera es como comienza a construirse el edificio para resguardar y dar hospitalidad a los enfermos y desamparados, son el objetivo de mejorar el trato y salvar personas o brindarles una muerte digna al menos.

La niña de la camiseta roja hace una cara de asombro, se queda con la boca abierta y la madre le sonríe, o se ríe por la cara que tiene su hija. -¿desde 1675?- “shhhhh”

Todo comenzó por una donación de un terreno a esta orden religiosa, el arquitecto Lorenzo Rodríguez fue quien se encargó de la creación y construcción del convento, que en sí era un conjunto. A pesar de lo que era el convento, le fue construida una zona para comerciar, es decir, que tenía pequeños espacios para que los frailes pudieran ganar dinero y además contaba con una vivienda pequeña en una planta alta, en donde podían habitar.

Sin embargo, en 1820 el Rey de España, dadas las malas condiciones económicas en que se encontraban las órdenes hospitalarias, entre ellos los betlehemitas, mandó que se suprimieran y además se le diera otro uso a sus propiedades. El edificio fue donado a un grupo de monjas, quienes lo hicieron una escuela para niñas. Aunque después pasó a manos de la Compañía Lancasteriana que estableció una escuela también.

La guía conduce al grupo a otra estancia.

Para cuando terminó el siglo, el edificio ya era muy distinto, ya que poseía otro tipo de condiciones arquitectónicas y su composición también había cambiado, incluso se construyó detrás, en los antiguos huertos, un teatro, el Nuevo Teatro de Santa Anna. Sin embargo, este mismo teatro fue demolido en 1901.

En el siglo XX, el edificio estaba lleno de anuncios luminosos, se comenzó a darle un uso más bien de hotel o habitacional. En la iglesia se estableció la Biblioteca de la Secretaría de Agricultura y Fomento. Ya para la década de 1970, algunos de los locales mantenían su uso de accesorias, una parte del convento era una vecindad y otra permaneció siendo un hotel.

Fue el uso continuo que se le dio a este edificio lo que lo mantuvo en pie y no fuera demolido igual que otros, sin embargo por esta misma razón su deterioro se incrementó. Fue hasta la década de 1990, que el Banco de México lo compra y lo restaura.

La restauración de un edificio que ha sobrevivido desde el siglo XVIII no es tarea fácil, el banco tuvo que comprar a tres dueños distintos sus respectivas partes del edificio y su restauración duró doce años, durante los cuales fue posible recuperar la pintura de los muros, las falsas paredes y eliminar muchas de las modificaciones que se le habían hecho, como corredores.

A partir de esta restauración y por iniciativa del mismo banco, se creó el MIDE en este edificio con los objetivos planteados en principio.

La madre y la hija quedan satisfechas con el recorrido, intercambian algunas opiniones sobre la belleza del edificio.
-Tengo hambre-
-¿Te gustó el edificio?, a mi si me gustó, hasta deberíamos comprar algo en la tienda del museo-
-¿Tiene tienda?-
-estaba ahí afuera, casi te come, en donde compramos la entrada-
-¿para la maestra?-
-no, para nosotras, para que no se nos olvide lo que nos enseñaron los guías, o ¿a poco te aprendiste todo?

Los guías durante los recorridos que ofrecen, muestran cada una de las estancias sobre las que hablan con esmero y gran conocimiento, logrando cautivar a las personas y hacer de la historia del edificio una narración enriquecedora, que cautiva a muchos sobre todo por la antigüedad y mantenimiento de esta edificación.
A la salida, la madre y la hija se dirigen a la tienda del MIDE, toman un folleto de un escritorio.
-Mira mamá, van a hacer un recorrido para niños, por que es el día del niño no?-
-¿cuándo?-
Le arrebata el folleto a la niña, lo lee y le pregunta
-¿quieres venir otra vez?
La niña exclama “si!” con tanta alegría que dan ganas de venir con ella otra vez.

No me habían gustado los recorridos de museos, pero después de este, creo que pondré más atención a las historias de los edificios, en verdad son muy interesantes y apasionantes, no se sabe todo lo que puede ser un solo edificio en dos siglos y medio.



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1 comentario:

  1. Fascinante edificación,todo lo que le rodea y ha sido parte de su historia,sin duda alguna magnífica experiencia,mi guía fue Silvana,simple y sencillamente excelente.

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