Renacimiento Cultural: apertura de las salas etnográficas del Museo Nacional de Antropología

Por Maricarmen Olivares Medina

Mexico. La reapertura del segundo piso del Museo Nacional de Antropología, un evento significativo para la cultura mexicana, marcó la culminación de un proceso de reconfiguración en el marco del “Proyecto Chapultepec”, que implicó una inversión de 45 millones de pesos destinados a la restauración y la renovación del segundo piso del museo.

El evento fue encabezado por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien estuvo acompañada por la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada; y el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández.

Dentro de su discurso, la mandataria destacó que esta inauguración es un reconocimiento a los pueblos originarios y afromexicanos que no han sido visibilizados, poniendo sobre la mesa su importancia en la historia y en la política pública del país.

Esta propuesta no solo se queda en las paredes del museo, también está presente en la segunda constitucional, que reconoce los derechos plenos de los pueblos originarios y afromexicanos, afirmando que se destinarán 13 mil millones de pesos como recurso a estos pueblos. Sheinbaum, además, proclamó 2025 como el año destinado a la mujer indígena, subrayando su papel fundamental en la historia y cultura nacional.

La secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, afirmó que la reinauguración busca mostrar todo el valor cultural de los diversos grupos originarios y afromexicanos que conforman nuestro país.

El segundo piso alberga 6,000 objetos que representan la riqueza ancestral y contemporánea de México. Este nuevo enfoque no solo busca atraer a más visitantes —el museo recibió 3.7 millones de visitantes en 2024— sino también fortalecer el patrimonio cultural.

“Si alguien no ha sido reconocido en la historia, hemos sido las mujeres; pero si alguien no ha sido reconocido en la historia de México, han sido las mujeres indígenas.” De esta forma, la presidenta de Mexico abrió las puertas del segundo piso del Museo Nacional de Antropología (MNA) dedicándolo a las mujeres indígenas y afro-mexicanas.

Al caminar por los pasillos del remodelado segundo piso del MNA, evoca un profundo sentimiento de nostalgia al mirar los primeros cambios. Desde su inauguración en 1964, el museo ha priorizado la preservación y difusión de la grandeza cultural mexicana; sin embargo con la apertura de salas que presentan a las culturas vivas, la historia prehispánica y las tradiciones indígenas se entrelazan con la narrativa moderna del país.

Esta remodelación ha introducido cinco ejes pluriculturales que celebran la vestimenta, artesanía, comida, danza, música y cosmovisión de la vida indígena. Este enfoque viene de un profundo intercambio de ideas entre los encargados de este proyecto y artesanos provenientes de grupos originarios que compartieron su conocimiento para crear un lugar que representará con exactitud su cosmogonía: un diálogo entre la etnografía y la arqueología que resalta la riqueza de las culturas que han coexistido a lo largo de los siglos. La llegada de nuevas salas dedicadas a "Textiles" y "Fiestas" es la afirmación del respeto por las tradiciones ancestrales.

Al principio las salas etnográficas fueron diseñadas para albergar el testimonio de la existencia de estos grupos originarios, se consideraba que por evolución natural, en algún momento desaparecerían dejando pocos vestigios como la conservación de artículos provenientes de estos grupos; pero entre más adentrados estén en esas, las culturas hablan por sí solas y están más presentes que nunca.

Lo anterior rompe el paradigma de que el museo solo habla del pasado, ahora es el presente y el futuro del país, tal cual lo expresó Curiel de Icaza; donde “podremos conocer la grandeza cultural actual de un país vivo así como sus culturas”.

Desde el muralismo hasta las representaciones contemporáneas, cada obra refleja una búsqueda constante por construir una historia propia que incorpore las voces indígenas y afro-mexicanas.

La renovación del Museo Nacional de Antropología es más que una simple actualización física; es un acto simbólico que reitera la existencia de las tradiciones nacionales como el hilo conductor que une nuestro pasado con el presente.