“Me están quitando la vida”: Paola Pliego



Por Darren García, Luis Neri y Manuel Ávila
CDMX. (Aunam). Un atleta dedica sus días enteros a entrenar, lo vuelve parte de su vida y hace de la disciplina su mayor fortaleza. En la agenda hay momentos que no se deben tocar, son sagrados para ellos. Todo sacrificio tiene su recompensa y conforme los resultados se dan, la mentalidad se fortalece y los sueños se alcanzan a ver cada vez con menos dificultad.

Paola Pliego no era la excepción, sus sesiones dobles todos los días ya decían algo y llamaban la atención sobre lo que el mundo de la esgrima estaba por ver. Era elogiada por portar con elegancia y brillantez una espada, su arma amiga. Pero ni sus medallas panamericanas, centroamericanas, o su primer lugar en la copa del mundo juvenil 2014 le ayudaron a ganar la batalla más dura que ha enfrentado: la corrupción, la negligencia y los malos tratos de sus compatriotas.

Entusiasmada había dicho ante la Asociación Civil “Queretanízate”, del mismo lugar donde ella nació, el estado de Querétaro, en 2016 que tenía un lugar en los Juegos Olímpicos de ese año en la rama individual. Pero, ni ella ni su madre, quien a la vez era su coach, o sus hermanas, las mayores con experiencia en el deporte y la menor tras los mismos pasos, podrían presagiar la mala noticia que llegaría.

El tiempo no hizo esperar y la vida le dio un golpe a una de las atletas que apuntaban al éxito para la delegación mexicana en Río, golpe que ha costado sanar incluso en estos días. 

Si de una competencia se tratara, ella salía a enfrentar al laboratorio de la Comisión Nacional del Deporte (Conade). Como si fuera una vez más en que hacía esta práctica, pues a muchas competencias había acudido antes, sabía que ganaría y su arma entonces era la confianza. 

La estocada final salió a relucir cuando el mismo laboratorio sentenciaba que la esgrimista “había arrojado positivo a un control antidoping y que en su muestra había encontrado 540 nanogramos de modafinilo”, de acuerdo con diversos medios, estimulante que ayuda a controlar el sueño excesivo durante el día.

A todas luces la noticia era alarmante, a poco tiempo de los Juegos de Río la deportista se encontraba entre la espada y la pared, mientras la Federación Mexicana no lo permitiera, ella no podría competir, por lo que se decidió y cambió de arma, dejó la espada y con valentía alzó la voz y marcó un hecho sin precedentes en la historia de México y el mundo. Descrito por Diario AS, así como otros medios, Paola era la primera atleta en llevar un reclamo así a las instancias legales.

Esta decisión fue tomada luego de que Paola recibió los resultados, del laboratorio de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés) en Colonia, Alemania, que refutaban los presentados por el laboratorio mexicano, quien recibió una suspensión de actividades en ese entonces, y por los que fue exonerada por la misma Agencia. Pero, para ese entonces, el sueño olímpico era imposible, pues el anhelado evento ya había concluído.

En 2018, en una entrevista para ESPN, la deportista queretana mencionaba sus esperanzas en Alfredo Castillo para poder revertir la situación y poder así representar a México. Alfredo Castillo dirigió la Comisión durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y fue inhabilitado, según información de animal político, por la Secretaría de Función Pública (SFP) en enero de 2021, por 10 años luego de verificar la omisión de cuentas suyas y de su cónyuge que ascendían a más de 18 millones de pesos. Fue señalado como principal culpable de lo ocurrido.

Demasiado había tenido ya Paola, quien con dolor y decepción ya había expresado que la Conade la estaba tratando de la peor forma. Recuperarse de lo que le hicieron en 2016 sería casi imposible, es el sueño de cualquier deportista estar presente en la máxima justa cada cuatro años y ellos, la Comisión, se lo habían arrebatado, le estaban quitando la vida, declaró a ESPN. 

Esa bola de nieve no se podía parar y mientras más tiempo estuviera así, los sueños de aquella niña se iban a esfumar más pronto que tarde, por lo que actuar era vital para su propio bienestar. Es así que en 2019 toma la decisión de naturalizarse y representar a Uzbekistán. Se desplazó al otro lado del mundo para perseguir sus metas.

El caso de María Paola Pliego Lara parecía que quedaría como tantos otros que suceden en México, sin resolverse. Pero en 2021 se revirtió el pensamiento, de acuerdo con Reporte Índigo, el 27 de abril de ese mismo año, “la Décima Sala del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México confirmó el fallo a favor para la esgrimista tras haber demandado a la Conade por un falso dopaje”.

Esto significó justicia para Paola, quien además tendría que recibir una indemnización de 15 millones de pesos para reparar los daños, los cuales no pueden ser medibles pues atacaron directo al estado psicológico de la atleta. Sin embargo, la Conade, actualmente al mando de Ana Gabriela Guevara, ex atleta olímpica por parte de México, dijo que no tienen dinero para pagarle, por lo que podrían ser embargados para cubrir el castigo.

Seis años han pasado hasta ahora tras el vergonzoso y doloroso incidente que sufrió Paola, pero lo ha tomado de la mejor manera para potenciarse y estar en los Juegos Olímpicos de París en 2024 y poder así alcanzar su sueño, ya que en Tokyo no alcanzó a estar porque entró tarde al equipo de Uzbekistán y se perdió algunas competencias.

Pero también lo vivido le ha hecho pensar que esta es una oportunidad para que la Conade cumpla con la ley que dé una muestra de que en nuestro país, no reconocido por eso, hace cumplir la ley, que los organismos aceptan las sentencias. Además, se puede partir de este caso para que las injusticias en el deporte mexicano cesen.

Otro aspecto digno de respetar para Paola es su gran amor hacia México, su sueño de representar a México, desde que era una jóven atleta destacada, se ha mantenido intacto incluso con los colores de otro país. En una entrevista a Diosas Olímpicas, la esgrimista destacó que nadie le quitará ser mexicana.

“Vean cómo estoy representando a México, los estoy representando todavía más porque si estoy ganando algo por otro país, también lo hago por nosotros y nadie decide si somos o no mexicanos cuando ganamos, la bandera que esté o el himno que suene, eso no lo va a cambiar, nadie me va a decir a quién represento o no”, ha explicado con gran sentimiento Paola, además de ser tajante y decir “lo represento y en mis condiciones, y lo hago aunque no lo hubiera querido hacer”, dice mientras refleja esa mentalidad que la ha sacado adelante incluso en momentos tan difíciles por los que atravesó durante los últimos seis años.

El ejemplo de que se puede ser mentalmente fuerte dentro y fuera de un escenario, el momento en que se demuestra que no solo se defiende y contraataca para ganar un mundial a corta edad, sino que se traslada a una sala, lugar en el que también habrá un juez que otorga la victoria. Es así como ganó su batalla más dura y se prepara para consumar el sueño de una niña de Querétaro.



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