Los comederos no son la solución, la información sí

  • Erick Oseguera, futuro biólogo, desmiente el mito más popular de los últimos años sobre altruismo en cuanto a perros callejeros

Por Ana Lidia Aguilar Márquez, Diana Carolina Buendía Maldonado y Jaqueline Nava Trejo 
CDMX. Los comederos para perros callejeros son la moda que desde hace algunos años invadió a la Ciudad de México, se trata de expendedores con alimento, normalmente croquetas o agua, pensados para ayudar a preservar la vida de los perros ferales, sin embargo, poco se conoce en realidad sobre cómo afectan.  

Erick Alejandro Oseguera Hernández es un joven entusiasta de la ciencia y los animales, con 20 años está cursando su quinto  semestre de biología en la Facultad  de Ciencias. Su sonrisa constante ameniza la charla realizada mediante la plataforma Zoom y sus grandes anteojos terminan de darle todo el estilo que se esperaría de un futuro científico.  

El estudiante, con un fondo blanco detrás que recordaba a sus típicas batas de laboratorio, aseguró que no se hace lo necesario y muchas veces no se toman las medidas adecuadas en cuanto a la problemática de los perros callejeros “Es tan simple como irse a redes sociales y buscar sobre los perros ferales, muchos de los resultados serán sobre personas que de verdad quieren hacer buenas acciones pero que lastimosamente, y justo por no investigar más a fondo, están mal encaminadas. Cuando un gobierno, administración, sociedad civil o simplemente una persona instala un comedero en la vía pública, por ejemplo, las consecuencias van a ser siempre la proliferación de enfermedades y el aumento en población perruna”. 

“Entonces, al final, estas acciones, gracias al poco mantenimiento con el que la mayoría terminan, se vuelven solo cosas superficiales. Y realmente entra ya hasta un problema moral, no se trata de inhumanidad pues es hasta algo poco altruista no ver más allá de la inmediatez. Esta medida afecta a los perros, a la fauna silvestre y se aumenta el riesgo para la salud pública. Y al final solo se sigue perpetuando un ciclo de dolor por el egoísmo humano de querer hacer algo que aparenta ser bueno en el momento”. 

Erick no tuvo problema en explicar más a fondo el por qué representan peligro estos comederos “si bien no lo podemos considerar como uno de los principales problemas de salud pública o el primero, si afectan a la salud en general, pues no solo intervienen en un solo aspecto” comentó con tono serio el veinteañero, “lo primordial en este caso es la zoonosis, cuando transmiten sus enfermedades a los humanos, y esto no solo ocurre en contacto directo, sino que sus desechos también pueden significar un medio de contagio, paras los humanos y para otras especies”.  

Sobre esto último es importante señalar que no solo las heces de los perros callejeros pueden transmitir enfermedades, también la de las mascotas, por lo cual es imprescindible recogerla cuando se les saque a pasear. 

Aunque destacó la rabia, fue muy puntual en el hecho de que no es la única, compartió toda una lista de diferentes padecimientos con distintas causas, “desde enfermedades bacterianas hasta las causadas por protozoarios”. 
 
  • Rickettsiosis: Causada por bacterias del género Rickettsia que se encuentran en las pulgas de los perros, malestar general y erupciones cutáneas. 
  • Borreliosis: Causada por bacterias del género Borrelia que vienen en las garrapatas. 
  • Leishmaniasis: Causada por el protozoario del género Leishmania, es transmitido por la picadura de mosquito que pasa la sangre de perro a humano, puede causar la muerte. 
  • Sarna: Cutánea. Causada por el ácaro Sarcoptes scabiei que puede encontrarse en perros y transmitirse por contacto. 
  • Rabia: Causada por virus del género Lyssavirys, se transmite por la saliva del perro. 
  • Parásitos intestinales: animales invertebrados que se encuentran en el sistema digestivo de los perros y transmiten sus huevos por las heces que son liberadas al medio y pueden llegar a los alimentos. 

En 2021, la Comunidad Animalera Trabajando (COAT) y su vocero Mike Fonseca informaron públicamente que los comederos para perros callejeros han afectado mucho más de lo que han ayudado; sus resultados fueron propagación de enfermedades y aumento en sobrepoblación canina, por ello, hicieron un llamado a la sociedad mexicana para dejar de implementarlos. 

Sin embargo, con semblante esperanzador Erick tiene otra propuesta “si uno realmente quisiera ayudar, diría ah bueno, en vez de gastarme estos $20 pesos en croquetas para vaciarlas en los comederos, lo ahorro y al final del mes compro un costal de comida para perritos y ese costal lo llevo a un refugio, donde si se tienen los parámetros necesarios para salvaguardarlos; y ya, se está haciendo algo similar y se está ayudando en verdad sin atraer todos los demás contras de la otra opción”.  

Sobre las causas de abandono el futuro biólogo fue firme en su respuesta, desinformación. “porque si a una persona le informaras con claridad desde el principio que tener un perro conlleva espacio –para que tenga donde habitar-, dinero -para sus necesidades básicas y el veterinario- y tiempo -para cuidarlo, atenderlo y tener actividades recreativas con él-, la mayoría no aceptaría”, a pesar de tratarse de una problemática grave la personalidad calmada de Erick salía a flote en todo momento, “porque si no van a cubrir todas sus necesidades no tiene mucho sentido. O esa gente que regala perritos a sus hijos y cuando crecen ya no les hacen caso, todo se trata de desinformación e irresponsabilidad”.  

“Y la poca información no solo abarca ese aspecto, sino que sorprende la cantidad de gente que hoy en día aún no está al tanto de la importancia de la esterilización”. Oseguera también estaba perfectamente al tanto sobre el proceso de gestación “debido a que las hembras entran en celo cada seis meses y su gestación dura dos, en promedio, podemos concluir que cada una tiene la posibilidad de parir dos veces al año, y estos partos no tienden a ser de una sola cría; y aunque hablando de un solo caso específico podría no parecernos mucho, tomando en cuenta la cantidad tan grande de perros que habitan en nuestro país, el número al que puede aumentar se vuelve devastador”. 


El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) aseguró en su último estudio que México cuenta con 19 millones de perros, aunque se estima que para este 2022 la cifra llegue a los 20. Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO) el número de perros que tenían los habitantes mexicanos como mascotas aumentó un 20% en la década del 2010 al 2020, sin embargo, esto aún deja al 70% del total de perros en situación de calle.  

“A la hora que me haces la pregunta me doy cuenta de que no, no conozco ningún albergue cerca de mi domicilio”, vive en la alcaldía Álvaro Obregón, “y eso es pues malo, porque el problema de perros callejeros sí que está presente. Lo que si, es que justo alado de mi casa hay personas que adoptan bastante perros, sin embargo no es como tal una asociación, no es ni un refugio ni un centro de adopción. Y aunque eso no lo veo mal, como tal estas personas que buscan rescatar por cuenta propia, si considero que se podría mejorar; el acercarse a una estandarización podría darles mejor calidad de vida a todos los animales. Y pues hay que estar conscientes de que este tipo de centros benefician a toda la comunidad”.  

Erick Oseguera siente que se trata de un problema que aún se debe seguir trabajando en la población general, que se le debe brindar información veraz a las personas y que no porque existan otras cuestiones, esta se deba pasar por alto.  

Todos los datos y razonamientos dejan la conclusión de lo vital que resulta la investigación profunda frente a las dificultades que se presentan en el país, y vale la pena no olvidarse de que los albergues y asociaciones civiles son la mejor solución, tanto para las personas como para los perros.  



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