CROSSFIT, DE DEPORTE EMERGENTE A ESTILO DE VIDA
Por Marco Antonio Ángel Vargas
Ciudad de México (Aunam). Mente y cuerpo trabajando juntos, conectados, cada uno persuadiendo a su contraparte para a mitad del WOD no declinar. Pero el tiempo es relativo, dar un salto parece cosa de un segundo para alguien en condiciones normales; sin embargo, para un crossfiter, tras quince minutos de ejercicio de alta intensidad, ese brinco puede convertirse en una nueva marca que recompense años de pasión y disciplina.
Uno de los deportes emergentes y más populares de la actualidad es el CrossFit. CrossFit nació en 1974, después de que el estudiante universitario Greg Glassman confeccionara un sistema de ejercicios multiarticulares, constantemente variados y de alta intensidad, con los menores intervalos de descanso, para el entrenamiento de policías y militares en California.
El objetivo del Glassman era crear una serie de actividades físicas que permitieran a todo individuo que las practicara acondicionar su cuerpo para diversos y complejos escenarios. El resultado fue un éxito: su inventor creó un modelo de acondicionamiento físico que rápidamente comenzó a ser adoptado por paramédicos, bomberos, fuerzas armadas e, inclusive, jugadores de fútbol americano.
La voz se corrió pronto de militares y atletas de alto rendimiento a personas que sólo realizan alguna actividad física por necesidad o gusto. Entre las conversaciones de la gente se convirtió normal oír a quienes compartían su experiencia con un sistema de entrenamiento que toma las aptitudes de otras disciplinas deportivas e incentiva al cuerpo humano a dar su mayor esfuerzo en la menor cantidad de tiempo.
Como ejemplo del acelerado y consolidado desarrollo del CrossFit a nivel global, anualmente se efectúa la celebración del CrossFit Open, evento que registra el avance periódico de su comunidad a lo largo del mundo, y posteriormente clasifica a sus mejores exponentes para los CrossFit Games, la competencia más importante de este deporte –algo así como la Copa del Mundo en el fútbol–.
Para entender mejor la adrenalina y los beneficios que se desprenden del CrossFit, Edwin Escamilla Mendoza, instructor y propietario del gimnasio Beauty & Beast CrossFit, habló en entrevista durante la realización del Open 19.5, publicado el 22 de marzo, acerca del crecimiento de esta disciplina como un completo sistema de entrenamiento físico y un nuevo y saludable estilo de vida.
Edwin Escamilla, de 35 años de edad, actualmente posee la certificación de la empresa CrossFit Inc. en nivel 1 por “Introducción a la Metodología de CrossFit y Movimientos Fundamentales”. Desde hace cinco años es dueño del box Beauty & Beast CrossFit, ubicado en la calle Lago Gran Esclavo, número 6, colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec de Morelos, Estado de México.
El box de Edwin, lugar donde se hizo dicha entrevista, es resultado de un lustro de trabajo, planeación y pasión por lo que hace: CrossFit. Su acercamiento a este deporte ocurrió al inicio de la década, cuando el uso exponencial de los smartphones y las redes sociales permitió que cientos, y luego miles de usuarios, compartieran sus gratos resultados y experiencias tras practicar un actividad hasta entonces poco conocida.
Cuando se le pregunta a Edwin por qué una práctica deportiva que adhiere y mezcla técnicas y habilidades de otras disciplinas –como la halterofilia, la gimnasia, el atletismo y más recientemente la natación– ha tenido tal recepción y transcendencia, él responde: “CrossFit no para. Le dieron en el clavo a un entrenamiento apto para todos, pero que por su exigencia no es para todos”.
Sobre los requisitos que debe cumplir alguien que practica o quiere practicar CrossFit, el coach de Beauty & Beast resuelve de inmediato: “Ganas. He conocido a clientes que vienen por mera estética, para bajar unos kilos o para ponerse el vestido de la boda, y al poco rato se desesperan […] Se nota cuando alguien viene y lo hace por gusto”.
Respecto a su preparación y desempeño como instructor, Edwin asegura estar en constante aprendizaje debido a las múltiples especializaciones y subsecuentes conocimientos que del CrossFit se desprenden ; asimismo, se muestra receptivo a los distintos aprendizajes que cada cliente le deja tras el trato diario.
En ese sentido, cuando se le pregunta al entrevistado si hay un perfil de clientes a los que es preferible entrenar, él se anticipa sin titubear: “Todos valen la pena y de todos aprendo […] Puedes entrenar a cualquiera de la mejor manera”.
Gusto, paciencia y disciplina. Son tres facultades que pueden resumir el quehacer diario de un deportista de élite. Pero también, son tres palabras que describen a todo profesional que hace para sobrevivir aquello que de verdad quiere –por mera voluntad y propio compromiso– y que deberían formar parte del desarrollo de todo individuo durante el trayecto de su vida.
Por esta razón, cuando se pretende definir si hacer o enseñar CrossFit implica la adopción de un nuevo estilo de vida, Edwin ofrece una escisión personal, la cual considera pertinente para visualizar dos concepciones que se desprenden de este concepto, pero que son completamente contrarias.
Por un lado, aparece el estilo de vida como una construcción social que pretende ilustrar, superficialmente, determinado nivel social. Para Edwin Escamilla, decir que uno practica Crossfit, “te otorga cierto estatus, pero va más allá de ser una etiqueta o una simple moda”.
Por otra parte, argumenta que el CrossFit es un estilo de vida debido a que implica el trazo de un proyecto donde: uno, se da el acercamiento a este deporte a través de la curiosidad o la tendencia; dos, se produce el gusto y el goce por practicar algo distinto; tres, se efectúa un compromiso con uno mismo para mejorar en eso que se disfruta; y cuatro, hay un cambio total de chip enfocado a un entrenamiento y una alimentación que esté a la altura de la alta competencia.
Explicado esto, el coach de Beauty & Beast CrossFit prefiere apegarse a esta segunda concepción sobre porqué el CrossFit hoy es una realidad y se ha convertido en el estilo de vida de miles de atletas. “Crossfit ha agarrado lo mejor de otras disciplinas […] por eso considero que en los próximos años va a abarcar de todo y será el entrenamiento físico por excelencia”.
Logo reciente de Beauty & Beast CrossFit, pintado en una pared de las instalaciones.
Ciudad de México (Aunam). Mente y cuerpo trabajando juntos, conectados, cada uno persuadiendo a su contraparte para a mitad del WOD no declinar. Pero el tiempo es relativo, dar un salto parece cosa de un segundo para alguien en condiciones normales; sin embargo, para un crossfiter, tras quince minutos de ejercicio de alta intensidad, ese brinco puede convertirse en una nueva marca que recompense años de pasión y disciplina.
Foto: Edwin Escamilla, quien toma la selfie, junto a varios de sus amigos y clientes de su box, en una competencia de 2018. |
Uno de los deportes emergentes y más populares de la actualidad es el CrossFit. CrossFit nació en 1974, después de que el estudiante universitario Greg Glassman confeccionara un sistema de ejercicios multiarticulares, constantemente variados y de alta intensidad, con los menores intervalos de descanso, para el entrenamiento de policías y militares en California.
El objetivo del Glassman era crear una serie de actividades físicas que permitieran a todo individuo que las practicara acondicionar su cuerpo para diversos y complejos escenarios. El resultado fue un éxito: su inventor creó un modelo de acondicionamiento físico que rápidamente comenzó a ser adoptado por paramédicos, bomberos, fuerzas armadas e, inclusive, jugadores de fútbol americano.
La voz se corrió pronto de militares y atletas de alto rendimiento a personas que sólo realizan alguna actividad física por necesidad o gusto. Entre las conversaciones de la gente se convirtió normal oír a quienes compartían su experiencia con un sistema de entrenamiento que toma las aptitudes de otras disciplinas deportivas e incentiva al cuerpo humano a dar su mayor esfuerzo en la menor cantidad de tiempo.
Como ejemplo del acelerado y consolidado desarrollo del CrossFit a nivel global, anualmente se efectúa la celebración del CrossFit Open, evento que registra el avance periódico de su comunidad a lo largo del mundo, y posteriormente clasifica a sus mejores exponentes para los CrossFit Games, la competencia más importante de este deporte –algo así como la Copa del Mundo en el fútbol–.
Para entender mejor la adrenalina y los beneficios que se desprenden del CrossFit, Edwin Escamilla Mendoza, instructor y propietario del gimnasio Beauty & Beast CrossFit, habló en entrevista durante la realización del Open 19.5, publicado el 22 de marzo, acerca del crecimiento de esta disciplina como un completo sistema de entrenamiento físico y un nuevo y saludable estilo de vida.
Edwin Escamilla, de 35 años de edad, actualmente posee la certificación de la empresa CrossFit Inc. en nivel 1 por “Introducción a la Metodología de CrossFit y Movimientos Fundamentales”. Desde hace cinco años es dueño del box Beauty & Beast CrossFit, ubicado en la calle Lago Gran Esclavo, número 6, colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec de Morelos, Estado de México.
El box de Edwin, lugar donde se hizo dicha entrevista, es resultado de un lustro de trabajo, planeación y pasión por lo que hace: CrossFit. Su acercamiento a este deporte ocurrió al inicio de la década, cuando el uso exponencial de los smartphones y las redes sociales permitió que cientos, y luego miles de usuarios, compartieran sus gratos resultados y experiencias tras practicar un actividad hasta entonces poco conocida.
Cuando se le pregunta a Edwin por qué una práctica deportiva que adhiere y mezcla técnicas y habilidades de otras disciplinas –como la halterofilia, la gimnasia, el atletismo y más recientemente la natación– ha tenido tal recepción y transcendencia, él responde: “CrossFit no para. Le dieron en el clavo a un entrenamiento apto para todos, pero que por su exigencia no es para todos”.
Sobre los requisitos que debe cumplir alguien que practica o quiere practicar CrossFit, el coach de Beauty & Beast resuelve de inmediato: “Ganas. He conocido a clientes que vienen por mera estética, para bajar unos kilos o para ponerse el vestido de la boda, y al poco rato se desesperan […] Se nota cuando alguien viene y lo hace por gusto”.
Respecto a su preparación y desempeño como instructor, Edwin asegura estar en constante aprendizaje debido a las múltiples especializaciones y subsecuentes conocimientos que del CrossFit se desprenden ; asimismo, se muestra receptivo a los distintos aprendizajes que cada cliente le deja tras el trato diario.
En ese sentido, cuando se le pregunta al entrevistado si hay un perfil de clientes a los que es preferible entrenar, él se anticipa sin titubear: “Todos valen la pena y de todos aprendo […] Puedes entrenar a cualquiera de la mejor manera”.
Gusto, paciencia y disciplina. Son tres facultades que pueden resumir el quehacer diario de un deportista de élite. Pero también, son tres palabras que describen a todo profesional que hace para sobrevivir aquello que de verdad quiere –por mera voluntad y propio compromiso– y que deberían formar parte del desarrollo de todo individuo durante el trayecto de su vida.
Por esta razón, cuando se pretende definir si hacer o enseñar CrossFit implica la adopción de un nuevo estilo de vida, Edwin ofrece una escisión personal, la cual considera pertinente para visualizar dos concepciones que se desprenden de este concepto, pero que son completamente contrarias.
Por un lado, aparece el estilo de vida como una construcción social que pretende ilustrar, superficialmente, determinado nivel social. Para Edwin Escamilla, decir que uno practica Crossfit, “te otorga cierto estatus, pero va más allá de ser una etiqueta o una simple moda”.
Por otra parte, argumenta que el CrossFit es un estilo de vida debido a que implica el trazo de un proyecto donde: uno, se da el acercamiento a este deporte a través de la curiosidad o la tendencia; dos, se produce el gusto y el goce por practicar algo distinto; tres, se efectúa un compromiso con uno mismo para mejorar en eso que se disfruta; y cuatro, hay un cambio total de chip enfocado a un entrenamiento y una alimentación que esté a la altura de la alta competencia.
Explicado esto, el coach de Beauty & Beast CrossFit prefiere apegarse a esta segunda concepción sobre porqué el CrossFit hoy es una realidad y se ha convertido en el estilo de vida de miles de atletas. “Crossfit ha agarrado lo mejor de otras disciplinas […] por eso considero que en los próximos años va a abarcar de todo y será el entrenamiento físico por excelencia”.
Logo reciente de Beauty & Beast CrossFit, pintado en una pared de las instalaciones.
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