EL ABORTO: UN DISCURSO DE RUPTURA

Por Erika Aline Espejel Terrón
Ciudad de México (Aunam). Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, explicó que el aborto forma parte de un derecho por el que han luchado las mujeres a lo largo del tiempo, en donde ellas deciden sobre su propio cuerpo.

Nelly Lucero Lara Chávez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM.

Frente a la iniciativa de reformas al Código Penal Federal y a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la diputada de Morena, Lorena Villavicencio planteó despenalizar el aborto durante las 12 primeras semanas de embarazo en todas las entidades federativas, tal como sucede en la Ciudad de México desde 2007. A lo largo del país, la sociedad abre una discusión que confronta dos posturas: a favor o en contra.

Desde un posicionamiento feminista en lo ético, político y filosófico, la también especialista en temas de género, Nelly Lara expresó que, la estructura familiar destaca en la sociedad mexicana.

“El feminismo muestra un discurso de ruptura, sale de márgenes en los que las mujeres hemos sido socializadas, porque hay que reconocer que vivimos en pueblos donde la religión, el Estado-Nación y la familia nos enseñan que debemos ser de cierta manera desde que somos niñas. Bajo esa lógica nunca aparece nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida”.

La doctora en Ciencias Políticas señala que el aborto es una práctica de interés para el feminismo, ya que existen conocimientos que atraviesan un eje de temporalidad que dan cuenta de una práctica no reciente.

“Ahora se hablan de ciertas pastillas, pero si vas con una mujer de un pueblo te dirá que existen como cinco plantas que ella reconoce como abortivas. […] Aquí el caso es que esa práctica que, de todas formas las mujeres van a ejecutar, se haga en las mejores condiciones posibles. Y éstas, al menos de salud en nuestro contexto, las brindan los espacios hospitalarios. Para eso se lucha, para que se den las condiciones necesarias, porque el aborto, ahí está”.

Tras la marcha convocada el pasado 20 de octubre por integrantes del Partido de Encuentro Social y diversas organizaciones sociales, a favor de “la Vida y la Familia”, Nelly Lucero expresó algunas consideraciones:

“Cuando nos topamos con estos grupos que siguen la corriente de defender la vida, al feminismo le interesa su precedencia, y lo que encontramos es que estas organizaciones vienen de instituciones religiosas o de alguna vertiente partidista. Lo que se convierte en criticable no es que vengan de esa corriente de pensamiento, sino que estas propuestas generalmente están conformadas por agrupaciones donde los hombres tienen el poder”.

La especialista manifestó que no debería existir un ente regulador de algo que refiere a una decisión de las mujeres, ya que los sujetos en las organizaciones deciden por la mujer a pesar de que es una experiencia que no atraviesa por su vida. “En ese sentido es muy legítimo que las mujeres digan “si nosotras somos las que atravesamos esta experiencia, entonces tendría que ser propiamente nuestra decisión”.

Respecto al argumento presente en el Frente Nacional por la Familia (FNF), que agrupa a más de mil organizaciones católicas en México, en el que asumen que existe vida desde el momento de fecundación, Lara Chávez opinó que tal confrontación tiene que ver con la configuración de los grupos de conocimiento.

“Yo sé que organizaciones de carácter científico han llegado a laborar incluso con instituciones de mucho poder simbólico, político y económico, por ejemplo la iglesia. Son contratados para que, desde un discurso de la cientificidad, demuestren que la vida existe desde ese momento, y sabemos, al menos desde la academia, que si algo está atravesado por relaciones de poder, es la manera en la que se configura el discurso científico”.

La doctora en Ciencia Política recalcó la importancia de confrontar los distintos discursos de conocimiento, ya que éstos determinan la mirada frente a los fenómenos, sin tomar en cuenta otros elementos como los retos que deben enfrentar las mujeres que recurren a la interrupción de su embarazo.

“Me queda claro que los costos emocionales, más allá de los costos físicos, significan un gran golpe para las mujeres. ¿Qué pasa con sus emociones cuando están enfrentando una decisión que rompe con todo lo que te dijeron que tenías que ser desde niña? El discurso tradicional plantea que la maternidad va siempre adherida a las mujeres”.

Nelly Lara plantea que el aborto es un tema que causa polémica ya que abre una posibilidad de libertad para la mujer porque permite a las mujeres cuestionarse algo que en generaciones anteriores no se hacían: “Nuestras madres y abuelas no se preguntaban si querían ser madres o no, sino que, dentro de la imposición del orden genérico, tenían que serlo”.

“Desde propuestas feministas ante el neoliberalismo, ante políticas que están conformando un nuevo orden social, vemos que nos quieren seguir leyendo como mujeres que deben reproducirse cuando en el mundo, desde la cuestión ecológica, ya no brinda las condiciones de vida necesarias para que otro ser vivo se quede aquí”.

Para la académica, el contexto obliga a las mujeres a plantearse otras preguntas que rompen con el discurso tradicional en el que la sociedad ve la imposibilidad de separar a las mujeres de la maternidad.




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