ESTUDIANTES EN LA CARRERA CORRECTA, RETO PARA ORIENTADORES VOCACIONALES
Por Natalia Antonia Castrejón Castillo
Ciudad de México (Aunam). Confusión e incertidumbre; comentarios en el entorno familiar y social; exceso de información, y un panorama de falta de oportunidades y desempleo en México son los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes próximos a elegir una carrera universitaria, opinó Ana Paula Rodríguez, presidenta del Consejo Consultivo de Vocación Central S.C.
Para la especialista, la pregunta no es ‘¿qué vas a ser?’, sino ‘¿qué vas a hacer?’; por lo que plantear de esa forma la elección de una carrera universitaria permite que los jóvenes tengan una mejor visualización y construcción de sus objetivos.
La claridad sobre lo que se quiere, para qué y para quién, permite evaluar las herramientas con que se cuenta. El paso siguiente es acotar a tres o cuatro, como máximo, las opciones académicas profesionales y revisar los planes de estudio de las diferentes universidades que las imparten para, finalmente, elegir una de ellas, sin olvidar el contexto social y económico propio.
Faltan orientadores en las escuelas
En la Cuarta Conferencia Latinoamericana sobre el Abandono en la Educación Superior (2013), Sara Cruz Velasco y Gloria Olvera Coronilla, investigadoras de la UNAM, expusieron que la Escuela Nacional Preparatoria contaba solo con 66 orientadores educativos en sus nueve planteles, para atender a una población estudiantil aproximada de 50 mil jóvenes. La situación para los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades es peor, pues solo hay 30 orientadores a cargo de 63 mil estudiantes.
Ante la compleja situación de atender a una gran cantidad de educandos con un número limitado de especialistas, Ana Paula Rodríguez y Vocación Central proponen reconocer a los docentes de las diferentes asignaturas como orientadores vocacionales.
Los profesores deben transmitir a los estudiantes entusiasmo por la asignatura que imparten y dejar actividades fuera de la escuela; además, que no les hablen de forma negativa sobre las diferentes profesiones.
Rodríguez concluye que lo más recomendable para los jóvenes es atreverse a inventar sobre qué les gustaría hacer, considerar la opción de ser emprendedores, definir qué es lo que creen y no creen, defender sus opiniones ante el exceso de información, y aspirar a ser profesionistas y no profesionales que solo busquen la obtención de un sueldo.
Ciudad de México (Aunam). Confusión e incertidumbre; comentarios en el entorno familiar y social; exceso de información, y un panorama de falta de oportunidades y desempleo en México son los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes próximos a elegir una carrera universitaria, opinó Ana Paula Rodríguez, presidenta del Consejo Consultivo de Vocación Central S.C.
Para la especialista, la pregunta no es ‘¿qué vas a ser?’, sino ‘¿qué vas a hacer?’; por lo que plantear de esa forma la elección de una carrera universitaria permite que los jóvenes tengan una mejor visualización y construcción de sus objetivos.
La claridad sobre lo que se quiere, para qué y para quién, permite evaluar las herramientas con que se cuenta. El paso siguiente es acotar a tres o cuatro, como máximo, las opciones académicas profesionales y revisar los planes de estudio de las diferentes universidades que las imparten para, finalmente, elegir una de ellas, sin olvidar el contexto social y económico propio.
Faltan orientadores en las escuelas
En la Cuarta Conferencia Latinoamericana sobre el Abandono en la Educación Superior (2013), Sara Cruz Velasco y Gloria Olvera Coronilla, investigadoras de la UNAM, expusieron que la Escuela Nacional Preparatoria contaba solo con 66 orientadores educativos en sus nueve planteles, para atender a una población estudiantil aproximada de 50 mil jóvenes. La situación para los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades es peor, pues solo hay 30 orientadores a cargo de 63 mil estudiantes.
Ante la compleja situación de atender a una gran cantidad de educandos con un número limitado de especialistas, Ana Paula Rodríguez y Vocación Central proponen reconocer a los docentes de las diferentes asignaturas como orientadores vocacionales.
Los profesores deben transmitir a los estudiantes entusiasmo por la asignatura que imparten y dejar actividades fuera de la escuela; además, que no les hablen de forma negativa sobre las diferentes profesiones.
Rodríguez concluye que lo más recomendable para los jóvenes es atreverse a inventar sobre qué les gustaría hacer, considerar la opción de ser emprendedores, definir qué es lo que creen y no creen, defender sus opiniones ante el exceso de información, y aspirar a ser profesionistas y no profesionales que solo busquen la obtención de un sueldo.
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