EL METRO, EMPLEO AMBULANTE

Por Rodrigo Arturo Hernández Sosa
México (Aunam). En la actualidad, el medio de transporte mas utilizado por la ciudadanía en el Distrito Federal, es el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC), y es que según cifras oficiales, se calcula que diariamente ésta red es utilizada por unos 4.5 millones de habitantes, a través de 176 estaciones, divididas en 11 líneas. Lo anterior, aunado a la corrupción que durante muchos años ha existido, y ahora a la suma masiva de desempleos que priva en nuestra sociedad, logra que cada día haya mas vendedores ambulantes que ofrecen al los usuarios del Metro productos, en su mayoría ilegales a precios muy accesibles.

El presente reportaje, busca documentar la forma en como trabajan dichos personajes que diariamente vemos a través de los vagones, así como los motivos que los llevan a dedicarse a éste tipo de actividades, y finalmente un aproximado de las ganancias que en promedio obtienen por día. Destacando que éste modus vivendi, entre otras cosas,

Refleja por un lado la corrupción que hay dentro de la Red de Transporte colectivo Metro, y por otro, la discriminación que hay hacia ciertos grupos vulnerables, y lo menciono, porque mas de la mitad de ambulantes son invidentes.

Es la tarde del miércoles 25 de noviembre, y la estación San Antonio abad de la línea 2, luce llena de vendedores ambulantes, principalmente de discos compactos piratas, en formato normal y mp3, que esperan su turno para vender de vagón en vagón en trenes que se dirigen a la estación Cuatro caminos; ahí se encuentran Memo, Carlos y Mario, acompañados por varios que descansan y conversan entre sí.

Tienen que esperar su turno, mismo que les asigna un encargado o checador, ya que la regla de oro entre ellos es respetar sus espacios, que van de el primer vagón y hasta el último, y es que tienen que bajar en Tacuba, en donde se encuentra su otra base, ahí, cruzan al otro lado del anden para emprender el regreso. Algo interesante a destacar es que los vendedores a que hago referencia son invidentes, y lo digo porque según Memo, no son perseguidos ni sobornados por la policía bancaria industrial, (encargada de la seguridad en las estaciones del STC,) de echo, a decir de autoridades cuestionadas al respecto, se les permite ejercer la venta ante la falta de oportunidades para dicho sector vulnerable.

Emprender el camino

El reloj marca las 17 30 horas, y espero con Carlos su turno, pues hay 5 compañeros en espera de abordar el metro, mientras, nuestro acompañante comenta que no le ha quedado otro camino, pues por no tener preparación, no tuvo otra mas que dedicarse a la venta en las calles del centro, de donde fue retirado hace 12 años, y por ello, comenzó a probar el peligro entre vías, primero cantando, y desde hace 6 años, vendiendo discos a tan sólo 10 pesos, por otro lado, comentan otros vendedores en el lugar, que no creen que para el próximo mes de diciembre se venda como en años pasados, y es que a decir del mismo Carlos, las ventas el año pasado, bajaron casi la mitad.

Tras esperar aproximadamente 15 minutos, subimos al metro, el cual lucía lleno, pues comenzaba a verse la llamada hora pico en pleno, pero eso a Carlos no le importó, pues según él, eso ocurre todos los días, y ya era diestro en pasar entre la gente con su bocina; y así comenzó su discurso: “sí miren señores usuarios, se va a llevar un disco en Mp3, son 350 temas, de todo un poco, es el disco que usted viene escuchando, 10 pesos le vale, 10 pesos le cuesta;”y así, prácticamente con el mismo discurso, seguimos hasta Tacuba, de vagón en vagón, siempre respetando a los que Iván adelante para evitar problemas.

Durante el camino pude notar que Carlos probaba sus discos con cierta destreza, aunque con un volumen demasiado estruendoso, pues dice que hay que probar los discos para que le compren, y para que vea la gente que si sirven, y en efecto, en el camino, le compraron 5 ejemplares, cantidad que al ambulante le parece muy poca, pues en realidad, se debe vender por lo menos un disco por vagón, para que valga la pena el viaje, pues debe sacar para él, para surtirse y para la renta de la bocina.

Su Organización

Como ya lo comentábamos, éstos vendedores se agrupan a través de organizaciones, lideradas por un vendedor ambulante, y éstas en ocasiones se ostentan como asociaciones civiles, y se estima que la línea 2hay por lo menos 3, tan sólo de invidentes, distribuidas en las estaciones Tacuba, bellas artes y San Antonio abad, según cifras proporcionadas por las mismas asociaciones, hay por lo menos 100 vendedores invidentes, los cuales se distribuyen 26 estaciones de la línea, en aproximadamente 45 trenes que tiene éste recorrido.

Hay que decir que en el caso de las asociaciones de invidentes, no es tan difícil incorporarse a ellas, pues según entrevistados, algunos integrantes de dichas organizaciones argumentan que aparentemente no hay costo para incorporarse al Metro, ni se tiene que entregar cuenta a los líderes, sin embargo, si se les cobra la renta de bocinas en aproximadamente 50 pesos a quienes no cuentan con éste material para trabajar; cabe aclarar que el argumento que esgrimen dichos entrevistados, es que no hay que dar mordida a la policía, como sí lo hacen los grupos de vendedores normo visuales, sobretodo cuando hay operativos; en ése sentido, según ellos, y vigilantes cuestionados al respecto, sólo se tiene la orden de pedirles que se retiren, para evitar accidentes.

Sus Ganancias

Según autoridades del STC, se tiene la propuesta de reordenar a los vendedores del metro, a través de la creación de cooperativas, a las cuales se les otorgarían locales, dentro de las mismas estaciones, con concesiones que podrían llegar a los 25 años. Éste plan contempla la capacitación de los vendedores par administrar sus negocios, y para ofrecer otro tipo de productos que no sean piratas. Al respecto, directivos del Metro, no prevén retirar a los vendedores invidentes, en ése sentido, únicamente se les pedirá no vender productos ilegales, quizás lo que si se podría hacer eventualmente, es confiscarles su mercancía en caso de ser necesario.

Al respecto, Carlos, Memo y Mario, aseguran que la mayoría de sus ganancias justamente se derivan de la venta de discos compactos, por lo que al menos ellos no desean cambiar el tipo de productos.

En cuanto a sus ingresos, Carlos comenta que él acude a la calle Del carmen, en el centro de la ciudad, lugar en dónde consigue cada disco en aproximadamente 5 pesos, aunque también estuvo agrupado con 2 compañeros de su misma organización, quienes contaban con un quemador propio, cosa que le era mas barato, sin embargo, por algunos conflictos, se tuvo que separar.

Carlos asegura que lleva 10 años aproximadamente en el medio, y ha percibido una baja en sus ventas, desde hace 2 años, pues durante los meses de diciembre, por ejemplo diariamente se llegaba a vender en 6 horas de camino unos 50 discos, lo que se traducía en mas de 400 pesos de ganancias netas para él. Hoy, los ingresos de Carlos, son de aproximadamente 150 pesos diarios libres, por 6 horas, y para diciembre, espera que en promedio obtenga unos 50 pesos mas.

Concientizar. Ya al término del recorrido, en la estación Tacuba, Carlos comentó una reflexión que deseo compartir a mis lectores. Y es que al preguntarle si se sentía a gusto con su trabajo, comentó que no, hasta cierto punto, porque el rondar entre vías y trenes en sí, representa un peligro, pues entre ellos se comenta acerca de los héroes anónimos que los salvan de la muerte, y en otros casos, se desea un eterno descanso a quienes cayeron entre vagones, luchando por su trabajo, y todo, dice Carlos, por una falta de cultura laboral.




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