Jorge Aranda: contar la oscuridad para ver la luz de las historias


  • Actor, músico y creador de contenido formado en la CasAzul, Escuela de Artes Escénicas y Audiovisuales
  • Forma parte de la “Fiesta en la madriguera”, película que desde mayo está en Netflix
Por Ximena Miranda
Ciudad de México. “Fiesta en la madriguera” es la adaptación al cine dirigida por Manolo Caro, de la novela de Juan Pablo Villalobos, la cual, a través de los ojos de Tochtli (Miguel Valverde) pone en perspectiva la paternidad y el narcotráfico; dos líneas que llegan a cruzarse por los eventos que vivirá. 

“Lo que yo rescato y que me encanta de esta historia es la narrativa, el punto de vista desde el que se cuenta, que es el del niño, de Tochtli, el hijo de Yocautl (Manuel García-Rulfo), que sin saber a qué se dedica su papá, sin saber en qué está metido, él vive dentro de un gran palacio donde sus mayores deseos son seguir aprendiendo, seguir educándose, seguir coleccionando sombreros y seguir deseando sus mascotas, sin saber de dónde vienen, por qué llegan y por qué las tiene”, dice Aranda

El tópico presentado en repetidas ocasiones en diversos productos cinematográficos, es retomado en este filme y sale a la luz la interrogante de por qué seguir creando este contenido, qué representa para Jorge Aranda participar en un proyecto de este tipo. 

Jorge señala que el narcotráfico es una realidad que se vive en nuestro país (México), que sucede todos los días y no se puede negar, realidad que se extiende a Latinoamérica y a la sociedad en general, y si bien es bastante fuerte, “para que exista la parte linda de las historias, se debe conocer la oscuridad”. 

Miguel Valverde es un actor de 10 años de edad, quien realizó su debut con esta producción, se muestra sensible, curioso, soberbio y, sobre todo, con unas ganas inmensas de comerse el mundo que conoce, con un padre que le cumple todos sus caprichos. 

Aranda considera que lo que menos hay que observar de la película es el narcotráfico, pues el foco está en la resiliencia y el tema de la paternidad. 

“Es un cuento muy bonito porque todo se narra y se vive desde la imaginación, desde la inocencia; es un cuento muy lindo y si quieren verlo como aprendizaje yo rescataría más eso, el saberse adaptar a todas las circunstancias de la vida, las que tocan vivir porque uno no decide dónde nace”. 

Comienza la escena: Tochtli con una corona en la cabeza y su padre Yocautl con sombreo, sentados en una mesa cubierta por bonches de billetes, intercambian preguntas en una especie de repaso de tema mencionando varias partes del cuerpo y qué pasa si reciben balas, si la persona sobrevive o no. 

Después de un rato, entra a la habitación un hombre informando a Yocautl que hay un asunto por atender, él se levanta de la mesa y le indica a Tochtli que lo espere ahí. 

Tochtli desobedece a su padre y en la siguiente escena se encuentra espiando la habitación de a lado, donde Antuco (Jorge Aranda) vestido de blanco, con la cara golpeada y llena de sangre, es agarrado por dos hombres, uno de cada brazo mientras Yocautl lo interroga; el resto es historia…

¿Qué pensaría Antuco de que Tochtli haya presenciado el momento donde está siendo violentado?

Es un momento muy fuerte donde seguramente se ve violentada la inocencia de Tochtli, y entonces se empieza a dar cuenta de dónde está viviendo, de qué se trata eso, de en qué trabaja su papá, y por supuesto, sin que se diga como tal, es cuestionarse (Tochtli) el qué hago aquí, entonces por eso vivo encerrado en este palacio, por eso se me consiente tanto, por eso se me tiene aislado del mundo. A partir de lo que ve con mi personaje (Antuco) es que él se empieza a preguntar todas estas cosas. 

Aranda cuenta que al momento de poner en acción la escena, pensaba desde dos puntos: desde la óptica de Tochtli y también del actor, del niño que estaba viendo la situación; asegurando que no fue sencillo, pero que “siempre existe esa contraparte porque es parte del mundo en que vivimos”. 

Respecto a la experiencia de interpretar a Antuco, el actor manifiesta que tuvo la oportunidad de respirar, vivir y sentir cada escena que fue bastante fuerte; pidiendo que la grabación fuera de corrido para mantener el mood y no salir del personaje, generando así una energía realista que pudo compartir con sus compañeros. 

“Yo no conocía ni me había tocado trabajar con Manu García Rulfo (Yocautl), pero ubicaba su trabajo perfectamente. Alfredo Gatica y Pierre Louis son compañeros de hace muchos años. La primera obra que yo hice en la historia fue justo hace 10 años, estoy cumpliendo 10 años de carrera y fue con Alfredo Gatica. Entonces que nos encontráramos en este proyecto fue increíble y lleno de amor, con mucha emoción de poder estar en el set juntos, creo que eso ayudó también mucho a poder disfrutar ese momento”. 

¿Cómo te sientes de haber trabajado en un proyecto de Manolo Caro?

La verdad es que muy contento porque es un director que me gusta lo que hace desde hace mucho tiempo, siempre que veía alguna serie o alguna de sus películas, estaba esa esperanza de que algún día llegara un proyecto o proyectos en los cuales pudiera participar; así que muy contento de ser una pequeñita pieza dentro de esta Fiesta en la madriguera. 

Finalmente, expresa que fue muy lindo trabajar por primera vez con Manolo Caro, quien al momento de estar en el set pone en marcha sus ideas de forma clara y muy bien estructuradas, lo cual permite un ambiente tranquilo y fluido.



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