Covid Waste, la siguiente pandemia en el mar
Por Claudia Vargas |
Monterrey, Nuevo León. (Aunam). Una ola de productos desechables del personal médico, como guantes, trajes y mascarillas, nada entre los animales marinos y acecha a los océanos. Joeffrey Peltier, de Opération Mer Propre, ha nombrado a este fenómeno: Covid Waste.
El acontecimiento también ha sido observado por los científicos Oluniyi Fadare y Elvis Okoffo de la Academia de Ciencias de China, desde junio de 2020. En su investigación “Mascarillas faciales Covid-19: una fuente potencial de fibras microplásticas en el medio ambiente” publicada en revista Elsevier exponen el daño ambiental ocasionado por el microplástico.
Monterrey, Nuevo León. (Aunam). Una ola de productos desechables del personal médico, como guantes, trajes y mascarillas, nada entre los animales marinos y acecha a los océanos. Joeffrey Peltier, de Opération Mer Propre, ha nombrado a este fenómeno: Covid Waste.
El acontecimiento también ha sido observado por los científicos Oluniyi Fadare y Elvis Okoffo de la Academia de Ciencias de China, desde junio de 2020. En su investigación “Mascarillas faciales Covid-19: una fuente potencial de fibras microplásticas en el medio ambiente” publicada en revista Elsevier exponen el daño ambiental ocasionado por el microplástico.
Los tapabocas están hechos de diferentes tipos de polímeros, es decir, una misma molécula unida a otra idéntica, miles de veces, hasta formar cadenas que posteriormente forman fibras. Por otro lado, las mascarillas están constituidas de tres capas de fibras (dependiendo del tipo).
“Las implicaciones de la disposición incorrecta de las mascarillas en el ambiente, es la posibilidad de que actúen como un medio de brote de enfermedades, como es bien sabido que las partículas de plástico propagan microorganismos como patógenos invasivos”, afirman los científicos Fadare y Okoffo .
Algunas organizaciones como OceansAsia, Opération Mer Propre, así como el científico Fadare, reportan avistamientos de cubrebocas en costas de islas no urbanizadas, como Soko, en playas de Francia, hasta en las calles de Ile-Ife, en Nigeria. Las concentraciones varían, desde 70 cubrebocas en una playa de 100 metros, hasta aseveraciones como las de Opération Mer Propre, quienes dicen que de no desecharse correctamente, “pronto habrá más cubrebocas que medusas en el Mediterráneo”, según Joeffrey Peltier.
El tiempo de vida útil de las mascarillas provoca que tan rápido como se producen, se desechen. Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), un tapabocas N95 puede usarse hasta ocho horas seguidas y después debe sanitizarse 72 horas, pero las mascarillas más “sencillas” y de mayor poro, tienen una vida de tres a cinco horas.
Al primero de agosto de 2020, en México se han registrado 434 mil 192 casos de Covid-19, además de 47 mil 472 defunciones y ha adquirido diez toneladas de mascarillas N95 y guantes. Fadare y Okoffo mencionan que la producción de tapabocas en China tan solo en febrero fue de 14.8 millones. La Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó en su página web las “Hojas informativas sobre gestión de residuos Covid-19”, que contienen recomendaciones sobre cómo liberarse de equipo médico usado ante la pandemia.
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