Representantes médicos, eslabón en la distribución de medicamentos

Por Cecilia L. García y Jose Antonio Garcia |
México (Aunam). Cuando tienes un dolor muy fuerte y acudes al médico te recetará algún analgésico que combata tus malestares. Al ir a comprarlo habrá infinidad de marcas, pero te ofrecerán una de ellas sobre otra, ¿por qué? esto se debe a un representante médico.


Claudia Ramírez Herrera, representante médico Laboratorios Liomont, habló sobre sus funciones, los retos a los que se han enfrentado durante la pandemia y la forma en la que han cambiado sus rutinas en su trabajo, ya que su labor, muy importante para el acceso a los medicamentos, es poco conocida.

Los representantes médicos proporcionan información científica a los profesionales de la salud, así como las características, ventajas y beneficios que tienen los fármacos con los que trabaja el laboratorio; su distribución y existencia. Deben hacer planes de de acción para detectar oportunidades de negocio e incrementar las ventas y análisis de mercados: pero sobre todo “generar buenas relaciones con clientes potenciales para así obtener la prescripción del médico y la recomendación del farmacéutico”.

Los que realizan esta labor, tienen que transportarse a los diversos consultorios de la zona que les fue previamente asignada y promocionar con el médico los medicamentos de su laboratorio, mostrando que su línea es mejor que las demás en el mercado, para que este las recete a los pacientes que la requieran.

Ramírez Herrera es licenciada de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales perteneciente a la UNAM, pero decidió tomar el trabajo de representante médico (también conocido como visitador médico) para solventar los gastos provocados por el nacimiento de su hijo.

Está encargada de la línea respiratoria de Liomont “la cual incluye antihistamínicos, inhibidores de leucotrienos, expectorantes, mucolíticos, corticosteroides sistémicos e inhalados, antibióticos y analgésicos”. Entre ellos se encuentra la azitromicina —antibiótico bacteriostático de amplio espectro y un antiviral utilizado para la influenza— compuesto utilizado para el tratamiento de la neumonía causada por el SARS-CoV-2, medicamento con alta demanda que se agotó por dos días.

Sobre lo que dice, la Azitromicina junto con la Hidroxicloroquina empezaron a escasear con las compras de pánico a finales de marzo y principios de abril por las declaraciones del presidente de los Estados Unidos: Donald Trump, quien hacía uso de la Hidroxicloroquina. Lo dicho por el mandatario incito a los ciudadanos a comprar estos medicamentos dejando sin suministros a las personas que los necesitan realmente como las personas con Lupus.

Su labor ha cambiado, ya que antes trabajaba alrededor de 12 horas en la calle, visitando los consultorios asignados en el Estado de México (zonas como Chiconcuac, Chicoloapan, Texcoco, Atenco, Acolman, Teotihuacán y San Martín de las Pirámides) y ahora la relación que tiene con los profesionales de la salud es por medio de llamadas, WhatsApp, correos y lo que ella llama visitas virtuales.

Tanto la comunicación con sus jefes, como su horario de trabajo se han modificado con el uso de herramientas digitales, ya que si entraba a trabajar a las 08:30 am, ahora tiene que conectarse media hora antes y se desconecta hasta las 20:00 horas. También dice que “a veces, si se requiere, no hay una hora para terminar el trabajo administrativo el cual ha incrementado un 100%.”

“Mi horario continúa siendo de 12 horas o más. Claro, tengo tiempo para comer, Y aunque si bien estamos haciendo trabajo en casa, si el médico lo requiere, por indicaciones de Liomont, tengo que acudir a su consultorio a dejar inicios de tratamiento de los fármacos a mi cargo. Todo con una bolsa de plástico y sin contacto directo —dice la representante—. Incluso, cuando salimos, la vestimenta ha dado un giro: hemos cambiado los trajes sastres que nos exigen, por cubrebocas, caretas o lentes de seguridad, y hemos dejado a un lado el maquillaje en el caso de las mujeres”.

Claudia Ramírez menciona que el estrés está presente en su cotidianidad, principalmente por su jornada laboral y al ver actitudes de sus compañeros donde muestran indiferencia hacia los médicos y solo se enfocan en cubrir lo mínimo encargado sin mostrar empatía aunque algunos estuvieran enfermos o perdieran algún familiar por el Covid-19.

Pero el estrés no solo ha afectado su entorno laboral y personal, ya que lo que ella llama “una profunda tristeza” ha aparecido cada vez que se entera del fallecimiento de un médico o es conocido que alguno de sus compañeros se ha infectado de Covid.

“Aunque tengo muchas tareas administrativas, agradezco tener un trabajo en el que sólo salgo uno o dos días a la semana; porque sé que muchas personas, no lo pueden hacer y aún con todos el riesgo, tienen que salir a buscar el sustento para ellos y su familia. Siempre pido por ellos para que vuelvan con bien”, concluye la representante.




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