Embellece el arte urbano de Alter Os las calles de la CDMX
- De Iztapalapa para el mundo, el artista urbano Alter Os ha obtenido múltiples reconocimientos dentro y fuera de México
- Con sus murales apoya los proyectos de la CDMX para rehabilitar espacios públicos
Por Jennifer García Mejía, Evelyn Fabiola Romero Suazo y Jomael Alan Valdez Chávez
CDMX (Aunam). La historia de Omar Arias, a quien en el mundo del arte urbano se le conoce como Alter Os, es a base de constancia y esfuerzo. Se trata de un artista originario de Iztapalapa que, en sus 25 años dentro de este movimiento, cuenta con múltiples reconocimientos, incluso fuera del país.
El Gobierno de la Ciudad de México impulsa proyectos para rehabilitar espacios públicos, como avenidas o parques, por lo que ha solicitado la colaboración de artistas para que las calles luzcan más coloridas. Es por ello que Alter Os fue invitado por la Secretaría de Obras para participar en estas acciones durante la pandemia.
Asimismo, Alter compartió que durante la crisis sanitaria el trabajo del sector cultural y artístico fue de los más afectados, ya que se cancelaron proyectos y se cerraron lugares, sin embargo, esto le permitió enfocarse al tatuaje, por lo que mejoró su técnica y le permitió tener más trabajo.
Este no fue el primer reto al que Omar se tuvo que enfrentar. Él comenzó a hacer graffiti a muy temprana edad, una etapa en la que muchos jóvenes se sienten confundidos, con dudas acerca de su identidad y de lo que harán de sus vidas.
Alter indicó que “es difícil que los padres a la edad adolescente o en la juventud te apoyen en tus decisiones. Fue muy complicado hacerle entender a mi familia que yo podía vivir haciendo grafiti, porque en aquel momento era más ilegal que un proyecto de vida o un trabajo. De entrada mis padres y mi familia no me apoyaron, siempre fui el rebelde, el mugroso, el vago de la casa”, compartió.
Por lo anterior, Omar señaló que lo más complicado que tuvo que vivir fue “ir contra todas las personas que en cierto momento me decían que de eso no iba a vivir o que el artista se muere de hambre y el arte no deja dinero. Mis padres estaban en contra de eso, y sentir que esas personas que te importan tanto no te animan cuando vas a tomar la decisión de lo que vas a hacer con tu vida, es de lo más triste y frustrante”.
Uno de los valores que destacó es a las personas que lo inspiraron y se mantuvieron a su lado: “Fui papá a muy temprana edad, lo cual me hizo tener una responsabilidad en mi vida que agradezco infinitamente, porque gracias a eso, vi las cosas de otra manera. Ya no veía pintar como un hobbie”. Sacar adelante a la familia ha sido un motor en su vida y un factor importante que lo motiva a seguir adelante día con día.
Con la aerografía Alter pudo sacar adelante a sus hijos, y hasta que tuvo una estabilidad económica, regresó al grafiti nuevamente y comenzó a disfrutarlo tanto como hasta el día de hoy. “Es cuestión de tiempo para que la vida te brinde oportunidades, y sólo te toca ir buscándolas, y cuando la vida te las brinde, aprovéchalas con todo lo que tienes”, apuntó.
El artista conoció al grafiti como un movimiento de resistencia y rebelión contra el sistema político que se tenía en ese momento. En su andar por las artes conoció muchas técnicas más, pero ninguna lo hizo sentir tan libre: “cuando tengo un aerosol y una superficie, siento una libertad total, libertad emocional, física, creativa, de pensamiento, y eso me enamoró de este arte”.
Alter nunca tuvo la oportunidad de ingresar a una academia de arte, por lo que su conocimiento es completamente empírico. “En la preparatoria nadie jamás me dijo que había una escuela de artes en la UNAM, o que existía la Esmeralda o algún colegio como el de San Carlos, por lo que yo tuve que aprender con errores o con simple práctica rayando o haciendo garabatos en mis cuadernos”.
Sin embargo, la vida le puso en su camino a grandes artistas dentro del arte urbano, como fueron los pioneros en el graffiti, quienes influyeron directamente en su trabajo y técnica. “Existen artistas de aquella época que eran muy buenos, como el joker, el koka, el humo, que realmente impactaban en el estilo de todos los que ingresaron al movimiento”.
Con el paso del tiempo, Alter colaboró para una marca de autos con la maestra Leonora Carrington antes de que falleciera: “empecé a escuchar las primeras críticas hacia mi trabajo por una persona que conocía de arte. También conocí al maestro Francisco Pancho Cárdenas, quien fue quien ganó el concurso de la escultura del Papa, y pues ellos fueron fortaleciendo mi trabajo, estilo y camino hacia la parte más artística”, refirió.
Las recompensas hacia su empeño no tardaron en aparecer. Ganó el concurso en el que se pintó el Estadio Azteca. “El primer año gané el primer lugar, con una colaboración con un colectivo que nos hacíamos llamar ‘los Compadres Calavera’. El segundo año que se hizo el evento gané el segundo lugar, siendo ese de los eventos más grandes e importantes que gané en el país”.
Alter mencionó que tuvo la oportunidad de trabajar en la Riviera maya durante varios años para los carnavales, donde pintaba los carros alegóricos y los escenario. En esa época recuerda que trabajaban bajo presión por la velocidad de las solicitudes, ya que todo urgía. Esto le llevó a ser muy veloz en su trabajo, y es por ello que el Caribe es uno de sus lugares favoritos para visitar.
Pero, ¿qué es lo que Alter intenta reflejar en su arte? él señaló que “plasmo lo que siento, lo que veo, lo que pienso, lo que creo. Mi arte y murales soy yo, mis emociones, pensamientos y creencias, y lo hago con un estilo que me gusta mucho que es el hiperrealismo mezclado con la ilustración, por lo que se genera un impacto visual en las personas mientras también transmito un mensaje, mi historia”.
Omar nunca creyó que podría llegar tan lejos. Sus obras eran en pequeño formato o en espacios pequeños, pero ahora están plasmadas en edificios. “Mientras me sienta íntegramente sano y pueda seguir disfrutándolo, ver los resultados que son tan buenos y que la gente sigue pidiendo mi trabajo, emocionalmente eso es lo que me hace seguir adelante”, dijo.
Una de sus mayores inspiraciones es que muchos chicos creen en él y le dan sus pieles para crear sus proyectos. Eso también es inspiración para seguir plasmando sus obras. “Las personas que quieren en sus casas imágenes pintadas por mí, todo eso es inspiración motivacional para seguir desarrollando mi estilo y mi trabajo”.
Alter cerrará el año con el proyecto junto al gobierno de la CDMX en avenidas principales. Asimismo, tiene planes para colaborar con marcas como Nike y Adidas, y seguir impartiendo seminarios o talleres para transmitir su conocimiento a más personas. El año 2022 servirá para que los artistas que durante la pandemia estuvieron encerrados, comiencen a detonar su obra, y por ende, “vienen nuevas oportunidades para todos”, respondió.
Omar es un ejemplo de constancia y de creer en uno mismo a pesar de tener todo en contra, a pesar de las dudas o de lo complicado que pueda parecer el camino para alcanzar tus sueños y hacer aquello que te apasiona. Aprendió, buscó oportunidades, y trabajó para lograr lo que quería: “no importa de dónde vengas, sino hasta donde quieres llegar y lo mucho que puedes lograr en este mundo”.
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