Ser profesor-investigador en pandemia: Mario Alberto Zaragoza

• El académico de la UNAM comenta que vivió una de las caras menos crueles en esta coyuntura
• Destaca que dar clases aún en el confinamiento: “le devuelven la vida y la energía”

Por María Alejandra Bueno Hernández, Ana Sofía Miranda Fuentes y André Rojas Salgado

CDMX (Aunam). La interacción ha sido uno de los ámbitos más afectados por la COVID-19, pues a pesar de mantenerse por diversos canales, la lejanía sigue ahí, comentó Mario Alberto Zaragoza Ramírez, profesor-investigador del Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la UNAM, durante una entrevista respecto a su experiencia tras realizar actividades académicas en pandemia.

El doctor en Ciencias Políticas y Sociales, se mostró amable y sonriente ante las preguntas planteadas durante la entrevista en la plataforma de videoconferencias Zoom, en la que se abordaron temas referidos a su desarrollo académico-profesional antes y durante la pandemia de COVID-19, tal como las afecciones que experimentó tanto en su vida, como en sus emociones.

“Todo es un asunto de altas y bajas, de valles y picos, de pronto uno llega, ya saben, motivado al salón virtual y ve 35-40 ventanitas apagadas, por supuesto que te desmotiva, aunque veas las fotos o las reacciones o el nombre, por supuesto que ver más de 30 cámaras desactivadas te quita todo el ánimo”.

Mario Alberto mencionó que desde su experiencia el tomar la decisión de estudiar una licenciatura se presenta tal vez en “el peor momento de la vida de todos y todas”, ya que considera que es un punto en el que las y los jóvenes no se encuentran listos para definir las actividades en las que se desarrollarán. Explicó que su iniciativa respecto al estudio de las ciencias de la comunicación, se basó en las facilidades y aptitudes con las que cuenta para escribir.

El académico señaló que encontró su vocación para la docencia e investigación durante su tercer semestre de la licenciatura, al ser en un inicio profesor de asignatura para después ingresar a un proceso para ser docente de tiempo completo, ya que considera que la formación de las nuevas generaciones es una de las formas de retribución hacia la universidad.

Respecto a la pandemia de COVID-19, el profesor comentó que en un inicio eran meses de mucha falta de certeza respecto a la información que se brindaba, por lo que era común experimentar una gran incertidumbre que si bien, actualmente se ha incorporado en la vida cotidiana, esta no ha dejado de existir.

“Yo creo que esa incertidumbre y esa ansiedad se fue cotidianizando, no que se acabara, no que ahora ya no estés ansioso o nervioso o preocupado, sino que se fue adaptando a nuestra cotidianidad y entonces ahora ya usas cubrebocas, te lavas las manos todo el día y sales a la calle y entonces piensas, “al menos ya estamos vacunados y vacunadas””, apuntó.

El entrevistado indicó que a pesar de los retos de la enseñanza virtual, ésta ha traído los mismos resultados gratificantes de antes, pero a su vez ha marcado los rezagos y las desigualdades educativas.

Finalmente, el doctor Zaragoza reflexionó en torno a la importancia que tienen las emociones en las y los docentes “Los profesores también somos personas, también estamos cansados, también comemos, lavamos platos, estamos tristes, nos enojamos por cuestiones personales”.

Concluyó que: “mi consejo sería para todas, todos, todes, colegas, estudiantes; tómense la vida con tantita más calma y pensar que pues ya estamos en esta vida, así que quizás la mejor venganza, insisto, como dice Rodrigo Fresán es ser felices”.