VEGETACIÓN URBANA: ¿EMBELLECE O PERJUDICA?
Por Ana Sofía Torres Lomelí
México (Aunam). Algunas de las formas que se han encontrado para conseguir una ciudad verde son poner más árboles en los camellones y la instalación de azoteas y muros verdes, porque se cree que haciendo esto el aire de la ciudad estará menos contaminado, dato erróneo, porque ni siquiera se instalan correctamente.
Víctor Barradas, investigador en el Instituto de Ecología de la UNAM que siente una gran pasión cuando de Interacción planta-atmósfera se trata, aseguró que estas prácticas no sirven para nada, porque no se trata sólo de plantar el árbol más bonito o la flor más brillante sino de utilizar aquellos que realmente contribuyan a mejorar la calidad del aire.
“Las paredes con un montón de plantas que se riegan por goteo no son muros verdes, sólo son paredes mojadas y se necesitan plantas especiales”, y detalló que un verdadero muro verde son las enredaderas, plantas que nacen en el suelo y van cubriendo la pared. En estas sólo es necesario regar el suelo en lugar de toda la pared.
Los seres humanos nos caracterizamos por ser antropocéntricos, es decir, pensamos que somos el centro de la creación. “Si lo somos, tenemos que cuidar de ella porque sino después vamos a ser el centro de nada, tenemos que cuidar el ambiente que nos rodea”, donde el gran eslabón que nos une con las plantas es el intercambio gaseoso: ellas toman el CO2 y liberan oxígeno y nosotros tomamos éste y liberamos CO2.
Se puede pensar que al haber un beneficio mutuo entre plantas y humanos, la vida de los unos depende de los otros. Sin embargo, asegura el espeialista, las plantas no necesitan de la humanidad; desde siempre han tenido CO2 para vivir, pues incluso lo toman de las erupciones de volcanes; pero la raza humana sí las necesita de ellas, por lo que plantar los árboles adecuados como fresnos o liquidámbar es un gran paso para cuidar el aire que respira.
Además del intercambio gaseoso, las plantas también sirven como filtros de aire. Estas toman las partículas de contaminantes como óxidos de nitrógenos, entran al interior de la hoja y se quedan ahí, lo cual puede ayudar eliminar enfermedades o muertes causadas por contaminación, ya que esta afecta a los pulmones, corazón o hígado. Al respecto, el doctor Barradas comentó que fue hace poco que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) admitió que la contaminación causa enfermedades, “nosotros ya lo sospechábamos”.
Las plantas también generan compuestos orgánicos volátiles que pueden ser cancerígenos. Sin embargo, los expertos en la contaminación, encuentran que dependiendo las cantidades de óxido de nitrógeno y los compuestos ya mencionados hay producción de ozono, hecho muy favorecedor para el medio ambiente.
Por otro lado, la falta de recursos humanos es siempre uno de los primeros problemas que existe para el óptimo desarrollo de México, donde sólo hay un par de Instituciones especializadas en la atmósfera. Organismos como el Sistema Meteorológico Nacional son sólo operativos, no centros de investigación.
Un ejemplo de estos centros se encuentra en Albany, Nueva York, en donde el Sistema Meteorológico de la ciudad está junto a los investigadores de la State University of New York (SUNY) compartiendo instalaciones, lo cual “es muy bueno porque luego puede haber interacciones interesantes, eso debería pasar en nuestro país”, aseguró Barradas.
Tampoco se cuenta con los recursos financieros necesarios para que las áreas verdes urbanas y rurales proliferen porque la vegetación no se puede patentar, es decir, no son negocio a diferencia de árboles artificiales que sí tienen patente y filtran el aire.
Víctor Barradas piensa que el problema consiste en que todo mundo cree saber todo y que poner arbolitos bonitos es suficiente. Como ejemplo está la Secretaría de Marina, en donde pusieron palmas en lugar de fresnos o liquidámbar, mismos que sí son árboles de la ciudad.
El gobierno del Distrito Federal ha intentado varias veces enverdecer el paisaje, pero la mayoría de las veces la vegetación que se utiliza para embellecer no es siempre la más adecuada.
Antes de embellecer la Ciudad de México es necesario investigar cuál es la planta que más dióxido de carbono captura o la que, por medio de su transpiración, haga que los índices de confort del ser humano sean mejores, para así, aparte de tener una ciudad más bonita, tengamos mejor calidad de vida.
Es necesario ver el costo beneficio, porque aunque las plantas producen compuestos orgánicos volátiles, también capturan bióxido de carbono y limpian la atmosfera. Se debe tener claro cuál de los compuestos son o no cancerígenos y cuáles producen ozono para así saber qué árboles son los más adecuados para plantar en la capital del país, puntualizó el investigador.
México (Aunam). Algunas de las formas que se han encontrado para conseguir una ciudad verde son poner más árboles en los camellones y la instalación de azoteas y muros verdes, porque se cree que haciendo esto el aire de la ciudad estará menos contaminado, dato erróneo, porque ni siquiera se instalan correctamente.
Víctor Barradas, investigador en el Instituto de Ecología de la UNAM que siente una gran pasión cuando de Interacción planta-atmósfera se trata, aseguró que estas prácticas no sirven para nada, porque no se trata sólo de plantar el árbol más bonito o la flor más brillante sino de utilizar aquellos que realmente contribuyan a mejorar la calidad del aire.
“Las paredes con un montón de plantas que se riegan por goteo no son muros verdes, sólo son paredes mojadas y se necesitan plantas especiales”, y detalló que un verdadero muro verde son las enredaderas, plantas que nacen en el suelo y van cubriendo la pared. En estas sólo es necesario regar el suelo en lugar de toda la pared.
Los seres humanos nos caracterizamos por ser antropocéntricos, es decir, pensamos que somos el centro de la creación. “Si lo somos, tenemos que cuidar de ella porque sino después vamos a ser el centro de nada, tenemos que cuidar el ambiente que nos rodea”, donde el gran eslabón que nos une con las plantas es el intercambio gaseoso: ellas toman el CO2 y liberan oxígeno y nosotros tomamos éste y liberamos CO2.
Se puede pensar que al haber un beneficio mutuo entre plantas y humanos, la vida de los unos depende de los otros. Sin embargo, asegura el espeialista, las plantas no necesitan de la humanidad; desde siempre han tenido CO2 para vivir, pues incluso lo toman de las erupciones de volcanes; pero la raza humana sí las necesita de ellas, por lo que plantar los árboles adecuados como fresnos o liquidámbar es un gran paso para cuidar el aire que respira.
Además del intercambio gaseoso, las plantas también sirven como filtros de aire. Estas toman las partículas de contaminantes como óxidos de nitrógenos, entran al interior de la hoja y se quedan ahí, lo cual puede ayudar eliminar enfermedades o muertes causadas por contaminación, ya que esta afecta a los pulmones, corazón o hígado. Al respecto, el doctor Barradas comentó que fue hace poco que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) admitió que la contaminación causa enfermedades, “nosotros ya lo sospechábamos”.
Las plantas también generan compuestos orgánicos volátiles que pueden ser cancerígenos. Sin embargo, los expertos en la contaminación, encuentran que dependiendo las cantidades de óxido de nitrógeno y los compuestos ya mencionados hay producción de ozono, hecho muy favorecedor para el medio ambiente.
Por otro lado, la falta de recursos humanos es siempre uno de los primeros problemas que existe para el óptimo desarrollo de México, donde sólo hay un par de Instituciones especializadas en la atmósfera. Organismos como el Sistema Meteorológico Nacional son sólo operativos, no centros de investigación.
Un ejemplo de estos centros se encuentra en Albany, Nueva York, en donde el Sistema Meteorológico de la ciudad está junto a los investigadores de la State University of New York (SUNY) compartiendo instalaciones, lo cual “es muy bueno porque luego puede haber interacciones interesantes, eso debería pasar en nuestro país”, aseguró Barradas.
Tampoco se cuenta con los recursos financieros necesarios para que las áreas verdes urbanas y rurales proliferen porque la vegetación no se puede patentar, es decir, no son negocio a diferencia de árboles artificiales que sí tienen patente y filtran el aire.
Víctor Barradas piensa que el problema consiste en que todo mundo cree saber todo y que poner arbolitos bonitos es suficiente. Como ejemplo está la Secretaría de Marina, en donde pusieron palmas en lugar de fresnos o liquidámbar, mismos que sí son árboles de la ciudad.
El gobierno del Distrito Federal ha intentado varias veces enverdecer el paisaje, pero la mayoría de las veces la vegetación que se utiliza para embellecer no es siempre la más adecuada.
Antes de embellecer la Ciudad de México es necesario investigar cuál es la planta que más dióxido de carbono captura o la que, por medio de su transpiración, haga que los índices de confort del ser humano sean mejores, para así, aparte de tener una ciudad más bonita, tengamos mejor calidad de vida.
Es necesario ver el costo beneficio, porque aunque las plantas producen compuestos orgánicos volátiles, también capturan bióxido de carbono y limpian la atmosfera. Se debe tener claro cuál de los compuestos son o no cancerígenos y cuáles producen ozono para así saber qué árboles son los más adecuados para plantar en la capital del país, puntualizó el investigador.
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