MISS BALA, PUEDE SER CUALQUIERA
Por Ollin Velasco
México (Aunam). “Soy Laura Guerrero, tengo 23 años y mi sueño es representar a la belleza de la mujer de mi estado.” Una joven aspirante a reina en un certamen, atrapada de la noche a la mañana en las redes del narcotráfico: Miss Bala.
Anticipándose al lanzamiento comercial, el filme basado en el caso real de Laura Zúñiga (Nuestra Belleza Sinaloa 2008, mejor conocida como Miss Narco) se proyectó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Estuvieron presentes el director del filme, Gerardo Naranjo y Fernando Ayala Blanco, profesor de la institución.
A punta de tiros
El largometraje deja entrever que los cánones de belleza son flexibles a las exigencias de las armas y más importante aún, refleja más allá de sicarios prototipo, la realidad de nuestro país desde la mirada de las víctimas.
Laura Guerrero (Stephanie Sigman) representa a una y muchas a la vez. Su historia desfila sobre una pasarela de claroscuros; entre cuerpos femeninos de proporciones perfectas, metralletas y redes sin fin de corrupción e impunidad. A lo largo de la trama se es testigo de su paso por ilusiones de grandeza y su conversión en un objeto utilizado por la mafia criminal encabezada por Lino Valdés (Noé Hernández).
Balas con sentido
Luego de la proyección, Naranjo mantuvo una charla con la comunidad estudiantil. Consideró su obra fílmica como una labor social: “lo es, porque con ella pretendo contribuir y al mismo tiempo exorcizar esta angustia, este miedo que siento cuando veo pasar una camioneta negra con vidrios polarizados y que seguro muchos más comparten”.
Por lo mismo, su película se deslinda de los lugares comunes. “No pretende ensalzar al criminal, ni hace ver como héroes a una Kate del Castillo o un Cochiloco cualquiera”, dijo.
El director, recordó que su compromiso con el proyecto inició cuando vio durante la proyección de El Infierno que la gente se carcajeaba en las escenas de amputaciones y tortura explícita. Miss Bala no recurre a la herramienta taquillera de mostrar sangre y descabezados, “a pesar de la costumbre arraigada en los mexicanos de mandar mensajes por medio de la muerte”.
En carne propia
A la velocidad de 24 imágenes por segundo, se aprehende una constante: la denuncia. Sin embargo, para que este fruto cinematográfico pudiera llegar a buen término, se recurrió a lo mismo que criticaba.
Gerardo Naranjo contó que en Tijuana tuvieron que pagar un “derecho de piso” y una cuota para que capos de alto rango los protegieran de otros cárteles mientras rodaban las escenas. Asimismo, compartió: “entrevistamos a criminales en la cárcel y en las calles para tener una perspectiva más amplia en la cinta, pero no intentamos entender su psique, ni los justificamos”.
“El protagonista podría ser cualquiera”
La delincuencia se ha infiltrado en nuestra sociedad hasta niveles inverosímiles. Puesto que ni las caras bonitas se han salvado de mancharse, Miss Bala apuesta por crear conciencia de la gravedad del asunto y busca mover a hacer algo para que ello cambie. La advertencia no es gratuita: “el protagonista podría ser cualquiera”.
México (Aunam). “Soy Laura Guerrero, tengo 23 años y mi sueño es representar a la belleza de la mujer de mi estado.” Una joven aspirante a reina en un certamen, atrapada de la noche a la mañana en las redes del narcotráfico: Miss Bala.
Anticipándose al lanzamiento comercial, el filme basado en el caso real de Laura Zúñiga (Nuestra Belleza Sinaloa 2008, mejor conocida como Miss Narco) se proyectó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Estuvieron presentes el director del filme, Gerardo Naranjo y Fernando Ayala Blanco, profesor de la institución.
A punta de tiros
El largometraje deja entrever que los cánones de belleza son flexibles a las exigencias de las armas y más importante aún, refleja más allá de sicarios prototipo, la realidad de nuestro país desde la mirada de las víctimas.
Laura Guerrero (Stephanie Sigman) representa a una y muchas a la vez. Su historia desfila sobre una pasarela de claroscuros; entre cuerpos femeninos de proporciones perfectas, metralletas y redes sin fin de corrupción e impunidad. A lo largo de la trama se es testigo de su paso por ilusiones de grandeza y su conversión en un objeto utilizado por la mafia criminal encabezada por Lino Valdés (Noé Hernández).
Balas con sentido
Luego de la proyección, Naranjo mantuvo una charla con la comunidad estudiantil. Consideró su obra fílmica como una labor social: “lo es, porque con ella pretendo contribuir y al mismo tiempo exorcizar esta angustia, este miedo que siento cuando veo pasar una camioneta negra con vidrios polarizados y que seguro muchos más comparten”.
Por lo mismo, su película se deslinda de los lugares comunes. “No pretende ensalzar al criminal, ni hace ver como héroes a una Kate del Castillo o un Cochiloco cualquiera”, dijo.
El director, recordó que su compromiso con el proyecto inició cuando vio durante la proyección de El Infierno que la gente se carcajeaba en las escenas de amputaciones y tortura explícita. Miss Bala no recurre a la herramienta taquillera de mostrar sangre y descabezados, “a pesar de la costumbre arraigada en los mexicanos de mandar mensajes por medio de la muerte”.
En carne propia
A la velocidad de 24 imágenes por segundo, se aprehende una constante: la denuncia. Sin embargo, para que este fruto cinematográfico pudiera llegar a buen término, se recurrió a lo mismo que criticaba.
Gerardo Naranjo contó que en Tijuana tuvieron que pagar un “derecho de piso” y una cuota para que capos de alto rango los protegieran de otros cárteles mientras rodaban las escenas. Asimismo, compartió: “entrevistamos a criminales en la cárcel y en las calles para tener una perspectiva más amplia en la cinta, pero no intentamos entender su psique, ni los justificamos”.
“El protagonista podría ser cualquiera”
La delincuencia se ha infiltrado en nuestra sociedad hasta niveles inverosímiles. Puesto que ni las caras bonitas se han salvado de mancharse, Miss Bala apuesta por crear conciencia de la gravedad del asunto y busca mover a hacer algo para que ello cambie. La advertencia no es gratuita: “el protagonista podría ser cualquiera”.
Mucho más completo que la burda recomendación de Loret de mola "me encanto" Así si dan ganas de verla.
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