Sobreexigencia femenina: nueva arma del patriarcado en el entretenimiento
- Taylor Swift y su paso por la transformación de la industria musical, la artista se posiciona en contra de la sobreexigencia hacia las mujeres
Por Samantha Gómez y Gina Lerin
México. Maquillaje, coreografías sincronizadas, cabello perfecto, vestuarios caros, cuerpos estereotípicos, piel de porcelana, recato al hablar y al comportarse, apoyo a causas sociales, capacidad musical y actoral, sensibilidad sin llegar a la exageración, cumplimiento de las tareas domésticas y reglas sociales, así como una reinvención constante, son solo algunas de las características que las mujeres deben cumplir para ser consideradas verdaderas artistas o al menos para llegar a rozar el éxito.
Debido a los roles de género que se han perpetuado a lo largo de la historia las mujeres han sido invisibilizadas en los diferentes ámbitos, como la ciencia, la religión, la política, la sociedad o el arte, ligándolas únicamente a las tareas reproductivas.
Aunque resulta difícil establecer un punto de partida para este rezago, Rosa María Segura, profesora integrante del Programa Institucional de Estudios de Género de la FES Iztacala, plantea como posible origen la tradición griega en la cual el hombre tenía una dominación completa del espacio público, ya que se consideraba a las mujeres como inferiores tanto intelectual como físicamente por lo cual solo eran aptas para desempeñarse en la vida doméstica, dando pie así con la tradición patriarcal vigente hasta la actualidad.
Con lo anterior, la profesora Segura enfatiza que las culturas antiguas plantearon dos preceptos bajo los que se regirían las civilizaciones: en el primero de ellos únicamente los hombres tendrían la posibilidad de incursionar en el espacio público debido a que contaban con la capacidad intelectual de hacerlo, en el segundo se planteaba que las mujeres, estarían restringidas al espacio privado, cumpliendo con las tareas domésticas, poco valoradas socialmente, a causa de su supuesta carencia de inteligencia e inferioridad respecto a la esfera masculina.
Pese a estas creencias, las mujeres se han hecho presentes en los diversos escenarios públicos, específicamente en el espectáculo, comprendido como las diversas disciplinas artísticas, la música, el baile, la actuación, pintura, etcétera. Sin embargo, su incidencia en escena es significativamente menor en comparación con los artistas masculinos.
De acuerdo con un estudio realizado por Statista GmbH, un portal de estadística en línea de origen alemán, la distribución porcentual de la industria musical estadounidense entre 2012 y 2020 se ve dominada por los grupos y artistas masculinos.
Sumado a esta desventaja de representación, a las mujeres se les exige más que a los hombres, ya que en el aspecto musical deben cumplir no sólo rubros artísticos, sino también estéticos. Generando que sean más criticadas que los artistas por su aspecto y comportamiento y no por su talento.
Ante esto Mónica Amilpas, doctora en Planeación estratégica y comunicación con perspectiva de género con más de 15 años de experiencia profesional, en entrevista mencionó que la razón por la cual la exigencia es mayor para las artistas femeninas es porque al romper con los roles de género socialmente establecidos deben pasar por un doble trabajo de aceptación, “El primero en el aspecto profesional en el que se desenvuelven y en segundo lugar, demostrar porqué merecen estar allí”.
Este trabajo de validación que deben de cumplir las artistas es bidireccional, ya que no es suficiente la aceptación del público, sino también de las agencias que las contratan. En repetidas ocasiones estas les exigen el cumplimiento de características estrictas de comportamiento y apariencia con el fin de generar un acuerdo monetario en el que se explota su imagen a cambio de un salario injusto.
Arriba y abajo del escenario se requiere que las artistas mantengan cierta imagen congruente con las tendencias de moda. Esto da como resultado que su apariencia sea cambiante. La doctora Amilpas señala que la industria del entretenimiento vulnera a las artistas, ya que al estar expuestas a la crítica pública lidian con estrés constante, llevándolas al límite tanto física como psicológicamente, causándoles daños irreversibles entre los cuales destacan los trastornos alimenticios y crisis de identidad.
Pese a la sobreexplotación que sufren las artistas en sus presentaciones con el fin de satisfacer las exigencias del mundo del espectáculo, estas no reciben una retribución monetaria adecuada, lo que se traduce en brechas salariales. De acuerdo con un artículo publicado por Forbes actualizado en 2021 el que se enuncian a las 100 celebridades mejor pagadas, solo 20 nombres pertenecen a artistas femeninas.
Sobresale el caso de Taylor Swift, quien se localiza en el puesto número 25 de la lista, dos lugares por debajo del cantautor británico Ed Sheeran, con quien se le ha comparado en repetidas ocasiones y con quien ha realizado colaboraciones musicales. Swift posee una trayectoria musical más amplia, además en sus shows se presenta cantando, bailando y tocando diversos instrumentos, en contraposición con Sheeran, quien solo se presenta en compañía de su guitarra durante sus espectáculos.
Contrario a lo que se piensa y de acuerdo con datos recogidos por Noticias ONU las mujeres representan apenas el 30% de la industria musical actual, además de esto, WIM ofreció que en 2018 sólo 76 de los 1445 conciertos de música clásica ofrecidos durante ese año incluyeron una pieza escrita por alguna mujer.
Jane Merryl, compositora, productora y cantante declaró lo siguiente para noticias ONU: “A través de los años, he sido víctima de sexismo, de tener un salario inferior que el de mis compañeros, me ha costado poner mi nombre en mis composiciones, entre otros desafíos, que he experimentado solo por ser mujer”. -Jane Merryl, 2019.
Varias mujeres pertenecientes al área del entretenimiento y simpatizantes con ellas se han rebelado ante esta situación que vulnera su integridad física y laboral. Para ello, han utilizado diversos medios de manifestaciones, un ejemplo ocurrió en marzo de 2022.
De lo viral a lo social
En el marco del día de la mujer, en la plataforma Tik Tok se viralizó un trend, en el que se retomaba la canción The man de Taylor Swift, específicamente la siguiente parte: “I’m so sick of running as fast as I can, wondering if i get there quicker if I was a man” (Estoy tan cansada de correr tan rápido como puedo preguntándome si llegaría más rápido si fuera hombre).
El trend consistía en denunciar bajo esta consigna los tratos diferenciados entre las mujeres y los hombres en distintos aspectos de la vida, dando a notar que en la mayoría de las ocasiones el ser mujer involucra más esfuerzo, puesto que se muestra una mayor exigencia para poder ser reconocidas aún si se tiene el mismo o más alto desempeño que en el caso de los hombres.
Entre los testimonios recabados, algunos denunciaban el comportamiento de los hombres al celebrar un triunfo deportivo en lugares públicos que propician la afección los inmuebles de la vía pública sin repercusión alguna, mientras que estos mismos, son quienes denuncian el comportamiento de las mujeres en marchas por la violencia de género.
No obstante, esta era solo una de las denuncias, muchos de los videos también recuperaban historias plasmadas en series, películas, libros y en el medio artístico donde el papel del varón es mayormente reconocido que el de las mujeres sin importar que sus actitudes, comportamientos o esfuerzos sean los mismos o muy similares que los de ellas.
Esta misma historia se ha hecho presente en la carrera de la autora de la canción Taylor Swift, quien a lo largo de su trayectoria ha sido víctima de distintas injusticias con base en su género que a la par fueron la inspiración para dicha canción.
Miss Americana: lo que hay detrás de Taylor Swift
Taylor Swift, originaria de Reading, Pensilvania, es una cantautora, doctora en bellas artes y actriz estadounidense de 32 años, quien cuenta con una amplia discografía. Swift ha explorado distintos géneros musicales a lo largo de sus 16 años de carrera musical, entre los que destacan el pop, el rock y el country. Es acreedora a más de 80 premios, contando Brits, premios ARIAS, MTV, AMAS, Billboard y 11 Grammys.
La exitosa carrera de Swift ha venido de la mano con diversos retos y situaciones que en más de una ocasión han vulnerado sus derechos atacándola directamente y poniéndola en el ojo del público.
En 2009 durante la entrega de los Video Music Awards (VMAS) Taylor Swift recibió el premio a “mejor vídeo femenino”, al subir al escenario por la presea el rapero Kanye West interrumpió su discurso, arrebatándole el premio, acción que se complemento con el alegato de que Swift no merecía aquel reconocimiento; el escándalo fue tanto que ambos artistas se mantuvieron en las listas de popularidad durante varios meses.
En 2016, Kanye volvió a llevar a cabo un ataque directo a Taylor. El rapero anunció su nuevo sencillo Famous en el que enunciaba lo siguiente: "Siento que Taylor y yo podríamos tener relaciones sexuales. ¿Por qué? Yo hice famosa a esa zorra" . -Kanye West, 2016.
A lo que se le uniría el video de la canción, en donde se mostraba una figura de cera de Taylor Swift completamente desnuda en una cama a lado del rapero y su entonces esposa Kim Kardashian. Tiempo después Swift demandaría al cantante por el uso indebido y sin autorización de su imagen, bajo el discurso de que el rapero había hecho un vídeo pornográfico en el que desnudaba su cuerpo a manera de venganza.
Sin embargo, Kanye no ha sido el único que ha atentado contra la cantautora. En 2019, Taylor Swift perdería los derechos de toda la música que había producido, un total de 6 discos, todas las obras maestras de estos y las versiones en vivo de los mismos en manos de Scouter Braun quien adquirió la discografía por 300 millones de dólares y le niega la oportunidad de comprar su trabajo, ofreciéndole trabajar para su compañía, a lo que Swift declaró:
"Durante años pedí, supliqué por una oportunidad para poseer mi trabajo. En cambio, me ofrecieron la oportunidad de volver a Big Machine Records y obtener un álbum a la vez, uno por cada uno nuevo que entregará". -Taylor Swift vía Instagram, 2019.
Tras la pérdida de su discografía Swift sería víctima de un constante bullying por parte del cantante Justin Bieber (cliente al igual que Kanye West, de Scouter Braun) quien en sus redes sociales se posicionaría en favor de Braun excusando el robo de la discografía de Swift, mencionando que ella denunciaba estas acciones con el único fin de conseguir compasión del público y por ende, más fama, además de llamarla bajo apodos altisonantes y ofensivos.
Casos similares y empatía forzada
No obstante, Taylor no ha sido la única famosa en ser víctima de violación de derechos en el medio del entretenimiento; a lo largo de los años se ha visto a numerosas artistas perder los derechos que tienen sobre su cuerpo, su obra, su salud mental e incluso sobre su libertad, llevándolas al punto de ser vetadas por el público.
Dentro de los casos más conocidos se encuentran Miley Cyrus y Britney Spears quienes al perder derechos sobre sus obras y cambiar su imagen, dejaron de encajar en el estereotipo de la mujer dentro del espectáculo, lo que ocasionó una disminución en el apoyo de miles de fanáticos, así como oportunidades de desarrollar su carrera.
La pérdida de la imagen ideal y el “cancelamiento” van de la mano con las distintas expectativas que son puestas en las personas del medio del entretenimiento, especialmente si son mujeres, ya que se espera ver en ellas aquello que no se puede tener tan fácilmente: un físico ideal, belleza incomparable o riquezas de distintos tipos.
Bajo el lente científico
Angélica Mayorga, licenciada en Ciencias de la Comunicación, explica que esto se debe a las distintas estructuras de poder bajo las que se encuentra cimentada la sociedad, en las que siempre existe alguien que ejerce el poder y otro que lo recibe; de esta manera, las artistas mujeres, al estar sometidas a la validación de su obra por parte del público quedan a expensas de lo que este quiera ver, moldeado por dos vertientes relativas al género, el deseo por parte del público masculino y el modelo a seguir por parte del público femenino.
“Existen dos lados del deseo: por un lado la imagen que nunca voy a poder alcanzar y por otro la imagen que quiero o deseo, en otras palabras si la mujer si no esta para servirme está en el espacio público para deleitarme ” -Angélica Mayorga, 2022.
Por otra parte, estas ideas constituyen la objetivación de la mujer en manos del mercado, despojándola de su propia identidad y convirtiéndola en un artículo de consumo, hecho que trae un sin fin de consecuencias para ellas. A la par que se ha marcado el cambio en las políticas actuales de la industria musical, las mujeres del medio se han posicionado en contra y han buscado cambiar estas condiciones.
Si bien el público es quien dicta los estándares bajo los cuales las artistas deben desarrollarse, también tienen el poder de moldear la industria hacia un camino más sano tanto para ellos como para las artistas del medio.
En los últimos años y gracias a la influencia y proliferación de distintos movimientos sociales como el feminismo, la industria musical y mediática ha cambiado en manos de las artistas que la conforman y de sus fans, que han buscado crear empatía por las mujeres que han sido víctimas de violencia dentro y fuera del medio, en la cual también se contempla la enorme brecha salarial y de oportunidades que existe entre hombres y mujeres.
La música se pinta de morado
Gracias al renacimiento del movimiento feminista y a los lazos creados con sus fans, han surgido organizaciones como Women in Music, creada en 1985 para luchar por la igualdad, visibilidad y oportunidades para las mujeres dentro de la industria musical, así como eventos como Global Women in Music for Human Rights, gala llevada a cabo en Roma para celebrar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el que se invito a mujeres artistas de todas edades y nacionalidades a compartir sus creaciones con el fin de darles visibilidad y difusión.
Hoy en día, es posible ver a mujeres que inspiran a otras mujeres a crear música basada en sus propios deseos y gustos; tal es el caso de Olivia Rodrigo, cantautora de 18 años que en reiteradas ocasiones ha mencionado que Taylor Swift siempre fue su ejemplo a seguir y quien la animó a debutar como cantante: "Siempre he admirado a Taylor, desde que tenía literalmente, cinco años, creo que es la mejor compositora de todos los tiempos, pero es tan hábil en los negocios y realmente se preocupa por su carrera, eso ha sido realmente inspirador para mí, ver a alguien tomar el control de su carrera y su vida de esa manera". -Olivia Rodrigo para New Musical Express.
Ahora bien, el impacto de Swift no solo ha sido en las artistas emergentes, su carrera también ha creado un cambio en la vida de sus oyentes. Mariana Villedas, fan de la artista por más de 10 años, declara que su gusto por la artista va más allá de sus canciones ya que la ha inspirado y ayudado a superar obstáculos y situaciones de las cuales ha logrado aprender y crecer, observando el crecimiento de la artista para sí misma y como inspiración para las voces emergentes.
“Ella escribió esto para mí y sé que si ella pudo yo también…” -Mariana Villedas, 2022.
Aunque la violencia, invisibilización y condiciones de desventaja para las mujeres se mantienen vigentes dentro del mundo del espectáculo, se han realizado diversos avances con el fin de incentivar la existencia de mejores condiciones para ellas dentro de este medio.
De acuerdo con la doctora Amilpas es posible hacerles frente e impactarlas significativamente. Para lo cual es importante partir del cuestionamiento al orden predominante, luego visibilizar su relación con el sistema capitalista que considera a las figuras femeninas como artículos capitalizables. Posterior a ello, resaltar la importancia del problema con lo que se dará la desmantelación de su intrusión en el espectáculo y otros aspectos sociales.
“Lo primero es visibilizar. En la medida en la que existan recursos para visibilizarlos estamos dando un paso importante, estamos haciendo conciencia”: Mónica Amilpas.
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