LA MODA TEXTIL MEXICANA: UNA ISLA DE OSTENTACIÓN
Por: Karina López Gaona
Ciudad de México (Aunam). Tres punto dos kilómetros de ostentación. Probablemente esa distancia alberga, en las tiendas distribuidas sobre sus aceras, millones de dólares, porque al hacer un cálculo del valor de la mercancía de boutiques de joyería como Tiffany & Co, tiendas de ropa como Louis Vuitton, restaurantes Bistro y cajeros automáticos, uno se percata de la razón por la que Presidente Mazaryk es considerada una de las avenidas más prestigiosas de la colonia Polanco en la Ciudad de México.
En esta isla de ostentación llamada Polanco las tiendas de indumentaria son un patrón que se deja ver no solo en la avenida principal mencionada, sino en las calles aledañas a ésta. Los inmuebles pertenecen a casas de alta moda reconocidas a nivel mundial; en tanto, los puntos de venta de marcas y diseñadores nacionales intentan penetrar en la oferta de bienes del vestido.
Lorena Saravia contra los monstruos de la moda mundial
La boutique de Lorena Saravia, la única diseñadora mexicana presente en la avenida Presidente Mazaryk, está al extremo opuesto del conglomerado de establecimientos de lujo y moda internacional. La fachada de la tienda tiene láminas de fierro oxidado y un logotipo grecado color blanco. Los aparadores destacan por los maniquíes negros enfundados en diversas creaciones de la diseñadora; el más llamativo, un vestido satinado carmesí.
Mauricio Flores es el encargado de ventas de la tienda, porta unos lentes de armazón café y una playera azul con la palabra New York. Él menciona que “el tránsito de gente en esta avenida ha disminuido a raíz de la reapertura, hace seis meses, del Palacio de Hierro que está a una calle. Ahora por comodidad todos prefieren ir ahí porque se concentran todas las marcas; por eso Lorena Saravia acaba de obtener su espacio en esa tienda”.
Mónica, la asesora de la tienda, se acerca con regularidad para escuchar la conversación, intenta participar; acomoda unos cartones publicitarios que se encuentran en la esquina de una mesa y se recarga en una de las tres columnas de cemento que yacen dentro de la tienda. “Yo creo que ha habido un muy buen recibimiento de Lorena Saravia; si te das cuenta tiene propuestas muy diferentes que no se reducen a la idea generalizada que tenemos de moda mexicana como la vestimenta indígena. Ella propone prendas contemporáneas que podrían internacionalizarse”, comparte.
Mauricio Flores cuenta una anécdota que tuvo cuando colaboró con ProMéxico en una iniciativa para promover la moda mexicana. “El chiste es que se invirtieron miles de pesos para enviar a París una colección folclórica de diferentes diseñadores mexicanos; nada se vendió porque todo lo tenían en el sótano, aparte de que los precios de la ropa eran como los de una casa de moda consolidada, por ejemplo Dior. Creo que Proméxico, que se supone que apoya esta industria, perjudica más de lo que aporta”.
ProMéxico ¿en pro o en contra del diseño textil mexicano?
ProMéxico es la dependencia gubernamental que se encarga de promover la presencia de México en la economía global; una de sus áreas de trabajo es el diseño ya que según el estudio realizado por la Dirección Ejecutiva de Análisis de Prospectiva e Innovación de la Unidad de Inteligencia de Negocios de ProMéxico, elaborado por María Josefa Padilla Monroy, éste forma parte de la economía creativa porque produce bienes y/o servicios culturales.
Se menciona que México es la primera economía creativa en América Latina y la 18° en el mundo, por lo anterior, ProMéxico ha desarrollado iniciativas como DI.ME (Diseña México). María Josefa Padilla dice, en el documento, que “Aumentar la conciencia de la contribución y el potencial del sector creativo para el desarrollo es una tarea importante por medio de políticas públicas”.
En noviembre de 2013, se publicó, en la página web de ProMéxico, un boletín en el que se pone de manifiesto la inquietud de impulsar el sector del diseño de modas, al señalar que los diseñadores y marcas mexicanas hacen un gran esfuerzo para posicionarse en el mercado internacional; se plantea que uno de los objetivos del país es consolidarse e ir más allá de la simple maquila. Para ProMéxico es fundamental saber que “Con el auge de los diseñadores y marcas mexicanas, el país demuestra que genera moda y no sólo la sigue”.
El director general de ProMéxico, Francisco N. González Díaz, comentó en el boletín mencionado que “en México, el sector de la moda está integrado por las siguientes industrias: textil y confección, cuero y calzado, joyería y regalos, mismas que están en proceso de desarrollo hacia la especialización, que impulsan la imagen de México como país generador de diseño y moda”.
DI.ME: un proyecto gubernamental de moda
En entrevista vía telefónica con el director de ProMéxico en París, Guillermo Garza García, comenta que DI.ME es un proyecto de su autoría que nació hace dos años en Francia por la necesidad de posicionar el diseño mexicano en una capital de moda, como es París. La dinámica consistió en el establecimiento de una tienda efímera, por dos semanas, en uno de los barrios parisinos más competitivos: Rue du Sicile, durante el Fashion Week.
“Acudimos a los gurús de la moda para que nos dieran retroalimentación y así supimos qué diseñadores serían rentables y cuáles no”. El ingeniero menciona que en un primer momento no se sabía si DI.ME traería algún resultado.
El funcionario comenta que uno de los criterios que se tomó en cuenta para elegir a los diseñadores y marcas que participaron en DI.ME París- entre ellos: Carla Fernández, Ricardo Seco, Lorena Saravia, Dalia Pascal, Mancandy, Yakampot, Pineda Covalín y Pink Magnolia- fue la opinión de compradores potenciales que fueron invitados al Mercedes Fashion Week México.
Como consecuencia de lo anterior, se eligieron a ciertos diseñadores y se evidenció el inconformismo de los profesionales del diseño excluídos del proyecto “muchos reclamaron por no participar”. Guillermo Garza señala que también se tomó en cuenta si los diseñadores ya habían exportado y vendido en el extranjero, la elaboración de colecciones completas y que tuvieran un plan de negocios para Europa.
“El problema es que ni en México conocemos a nuestros diseñadores que tienen amplio potencial y esa es una primer barrera. Por eso tratamos de que los compradores internacionales supieran que hay propuesta y se rompió con el paradigma de que solo hay zarapes y sombreros de charro”, comparte Garza García.
El directivo de ProMéxico en Francia declara que a partir del proyecto que él propuso, se creó DI.ME Londres, lugar en donde no se tuvieron tan buenos resultados. “Hay que recordar que somos un ente gubernamental y no expertos en moda”.
Por su parte, Mario González Álvarez, director del organismo en Reino Unido e impulsor de DI.ME Londres, señaló a Notimex: “Hemos tenido buena recepción. El reto sigue siendo la comercialización, cómo comercializarlos y lograr precios competitivos sobre todo porque en Londres compites con todo el mundo, y la marca México aún no es bien reconocida”.
Garza comenta que “Actualmente estamos trabajando en DI.ME Alemania para septiembre de este año; aunque de ese proyecto no me encargo, el objetivo es el mismo: más que vender miles de euros queremos posicionar en el mercado y tampoco se trata de cuantificar las ventas, sino de mantener el contacto entre los diseñadores, ProMéxico y compradores y creo que se ha logrado”. DI.ME se quiere replicar en lugares estratégicos como Nueva York, Milán y Chile.
Empresas editoriales impulsan el diseño textil mexicano
Las empresas editoriales Condé Nast México y Latinoamérica y Grupo Expansión han creado iniciativas para apoyar al gremio del diseño textil y de accesorios con el desarrollo de dos plataformas lanzadas mediante dos de sus publicaciones Vogue y Elle, respectivamente.
Según el documento de la convocatoria Who’s On Next 2016, publicado en la página web de Vogue México, el programa anterior es apoyado por Condé Nast, Mercedes Benz, la Secretaría de Economía y ProMéxico. Lorena Saravia, Yakampot y Trista fueron las marcas ganadoras de las tres primeras ediciones que ha tenido la plataforma y la triada cuenta con sus respectivas tiendas; las primeras dos en Polanco y la tercera en la Colonia Roma.
A los dos ganadores de la iniciativa –un diseñador textil y otro de accesorios- se les orienta para la creación de un negocio y la editorial les da seguimiento. Algunas de las bases y requisitos del programa es poseer un negocio relacionado con la moda con un tiempo mínimo de dos años. Lo anterior revela que esta iniciativa está enfocada en diseñadores ya consolidados y no emergentes.
En entrevista con Francisco Cancino, director creativo de Yakampot, comenta que Who’s On Next fue un trampolín para su carrera, “originalmente colaboraba en una marca para niños llamada Arroz con leche, después quise hacer algo por mi cuenta, pero definitivamente entrar al concurso fue un escalón que tuve para consolidar mi marca”.
Cancino comparte que Who’s On Next no solo es una plataforma, sino que “permite exponenciar tu talento al ser impulsada por una revista con prestigio mundial como lo es Vogue. Nos encausan en un camino creativo y, por supuesto, comercial”.
El creativo reitera su opinión acerca de Who’s On Next y Mercedes Benz Fashion Week. “Tú eliges la plataforma a la que quieres pertenecer, si tienes el nivel y trayectoria tienes todas las de ganar y también hay que saber aprovechar las oportunidades porque estas plataformas no tienen la obligación de nada, sin embargo ayudan a difundir nuestros proyectos”.
Por su parte, la diseñadora mexicana, Raquel Orozco, señala, en entrevista, que “Who´s On Next no solo como una plataforma de moda, sino como incubadora de negocio que apoya a los talentos a hacer un verdadero negocio en el retail”.
Macario Jiménez, diseñador mexicano con más de 22 años de experiencia, dice que “Creo que es súper importante hacer concursos, para apoyar la creatividad de los diseñadores nacionales, pero debería tener una parte administrativa, que comprenda la constitución de la empresa de acuerdo a cómo se comporta el mercado real”.
La revista ELLE México con su programa México Diseña ha buscado impulsar a los diseñadores mexicanos desde hace 10 años. El proyecto consiste en el establecimiento de un concepto creativo por parte de la editorial y los participantes tienen que adaptarlo a una propuesta textil creativa.
Los ganadores son becados para tomar cursos en el extranjero, se les otorga pasantías para colaborar con marcas de reconocimiento mundial y se da la oportunidad de utilizar una de sus prendas en la portada de la publicación. Entre los ganadores que han logrado posicionarse en la industria de la moda están Clara González y Kris Goyri; quienes han dado seguimiento a su carrera al participar en el Mercedes Benz Fashion Week México.
Tiendas departamentales que acogen a los diseñadores mexicanos
En la colonia Polanco de la Ciudad de México hay dos tiendas departamentales: El Palacio de Hierro y Liverpool. En este último caso, se tiene que atravesar un laberinto compuesto de anaqueles con relojes y alta joyería, repisas tapizadas de bolsos de mano, zapatos y pódiums con productos cosméticos para llegar a las escaleras eléctricas que desembocan en Zona D’ diseñadores mexicanos.
Se trata de un espacio de alrededor dos metros de alto por uno y medio de ancho que en esta ocasión expone los diseños de la marca nacional Pink Magnolia. Al stand lo adornan moños y listones de plástico blancos, lilas y rosas en la parte lateral, en la base negra superior se encuentra, con letras blancas, el logotipo de la marca y el de la iniciativa Zona D’.
Las propuestas textiles de Pink Magnolia están colgadas en ganchos alrededor del cubículo y dentro del mismo. Un maniquí viste una blusa negra de manga larga y una falda rosa mexicano de encaje es la principal atracción para las miradas de los caminantes
Abril Ortiz, quien desempeña el cargo de Compradora en el Corporativo de Liverpool, comparte que “la tienda busca un diseñador mexicano, se hace una colaboración con él y desarrolla 8 o 9 diseños exclusivos y rentables para Liverpool. La iniciativa comenzó para darle fortaleza al diseño mexicano porque muchos son muy buenos y no es justo dejarlos olvidados. Los diseñadores se cambian cada dos meses”.
Abril Ortiz, la mujer de piel morena, cejas delineadas y labios carmesí se faja la camisa blanca que viste y menciona “Ha habido mucha respuesta, hay colecciones que gustan más que otras, pero al tener algo diferente y que sea mexicano es atractivo. La gente ha comenzado a buscarlos y preguntar por ellos; aunque hay propuestas que se han terminado más rápido que otras. Lo que es un hecho es que si el gremio del diseño nacional está aquí es porque tiene posibilidades en el mercado mexicano”.
A unas cuadras del Liverpool Polanco se encuentra Palacio de Hierro, cuya fachada no puede pasar desapercibida por su estructura de torre piramidal tapizada de ventanales cuadrados de color azul metalizado. En los 60 mil metros cuadrados, distancia que ocupa el recinto que alberga diversas marcas de alta moda internacional, hay espacios destinados al diseño textil mexicano.
Las marcas mexicanas no cuentan con una boutique dentro de la tienda, pero tienen corners en la misma. Comparten espacios con otras marcas internacionales, tal es el caso de la sección Mujer Contemporánea donde Alexia Ulibarri, Paola Fernández y Lorena Saravia se ubican en una de las zonas más caras de la tienda. Por su parte, la marca Octavia ofrece bienes textiles con precios que no exceden los 3 mil pesos.
La demostradora llamada Laura Rivera comparte que “yo trabajo aquí desde antes de que remodelaran la tienda y no había tantas marcas mexicanas. Después de la reinauguración se ha buscado que los diseñadores de aquí sean conocidos; no te digo que son los que más venden, pero la gente al menos ya los está volteando a ver”.
Creativos al pie del cañón
Ante la inexistencia de una industria de moda textil mexicana reconocida como potencia mundial, Raquel Orozco ve lo anterior como una gran área de oportunidad “nos deja un terreno grande por trabajar para poder desarrollarla. Cada día surgen y nacen nuevas generaciones que están picando piedra para mostrar sus propuestas, desarrollando un estilo único y diferente. Ahora está el crear, desarrollar e implementar planes de marketing y negocio, para que tus propios diseños y creaciones sean los detonadores de tu negocio y de ahí ir creciendo”.
Al ser cuestionada sobre el papel de las instituciones gubernamentales en la industria de moda textil nacional, la diseñadora se muestra reservada al afirmar que aún no acude a la ayuda de algún organismo público y que se ha enfocado en un plan de negocios por su cuenta. Orozco menciona que “hay marcas y empresas de iniciativa privada que se acercan para crear alianzas y programas que sean ganar – ganar”.
Francisco Cancino, al preguntar sobre la presencia de instituciones gubernamentales que impulsan la moda textil mexicana, parece molestarse y afirma que las organizaciones públicas nunca disponen de presupuesto para respaldar al gremio del diseño textil. “No existen políticas concretas que nos ayuden, nunca hay presupuesto y las iniciativas que se han hecho no han tenido resultado”.
Macario Jiménez comparte, en entrevista, que la problemática de la moda mexicana es que está en una etapa inicial, “es un área de oportunidad muy grande, es como tener un lienzo en blanco. La moda en México ha dejado de ser un mercado de nicho y las personas ya saben que existen diseñadores mexicanos. Es la iniciativa privada quien, a mi parecer, ha confiado más en los proyectos de moda, siendo patrocinadores de eventos o de proyectos de negocio completos”.
Sabiondos de la moda opinan
Anna Fusoni revela en entrevista, con el humor negro que la caracteriza, que “a la gente le encanta decir que no tenemos nada, pero tenemos una industria de la confección antiquísima con empresas como Marsel, Vanity y Julio. El hecho de que no exista un gran diseñador como Yves Saint Laurent, no quiere decir que no tengamos nada”.
La analista y promotora de moda nacional, con base en sus más de 45 años de experiencia en el mundo de la moda, confiesa que más que una industria “se trata del sistema moda mexicano que se compone por los industriales textiles, los de confección y diseñadores”.
De acuerdo con el diario El Financiero “La industria textil y del vestido genera más de 450 mil fuentes de trabajo directas, lo que representa 10 por ciento del empleo formal en el país, mientras que de forma indirecta genera un millón 200 mil plazas”.
Por su parte, Arturo Rodríguez y Lourdes Pérez en su columna La importancia del sector textil-vestido en México, publicado en el portal en línea de Milenio, se señala que el sector mencionado es el mayor empleador de mano de obra femenina. “Dicho sector debe de ser catalogado como prioritario y por ende beneficiado económicamente y fiscalmente por parte del gobierno… debe dejar de ser proveedor de mano de obra (maquila) y ser proveedores de Full Packing (Paquete Completo)”.
Fusoni considera que existe una consolidación de la moda, ya que en la zona Polanco hay tiendas como Lorena Saravia, Yakampot y Raquel Orozco. “Nadie reconoce que no vamos mal, vamos bien si no ya no estarían ahí [las tiendas mencionadas]. El 82% de empresas de moda que abren en Nueva York quiebran a los 5 años; no es fenómeno privativo de México, es el mundo. Pero es regla tener un socio capitalista y apoyarte del eco de las redes sociales”.
Al preguntar sobre el papel del gobierno en el sistema moda, la anglo-argentina señala que hay poca respuesta del gobierno debido a una gran incomprensión por parte de ProMéxico para realmente ayudar a los diseñadores, “Nadie sabe qué hacer con el gremio del diseño textil, creen que apoyar es llevarlos a París y poner una tienda en verano, eso es desperdiciar un presupuesto”.
La también administradora y creadora del sitio web: Tela de donde cortar, en donde analiza las últimas noticias de la escena de la moda nacional dice que “en la medida en que haya una generación de millenials que se interesa por vestir, el diseñador mexicano tiene mucho potencial; pero la gente que hace bolso, calzado, accesorios y complementos tiene mucho más oportunidad de éxito que la gente que hace ropa. Es un filón más interesante de hacer moda”.
Con un tono irónico y risas entrecortadas, Anna Fusoni menciona que “Son otros tiempos, no va haber una Coco Chanel. Eso no va a suceder porque ya no es el momento del ¡gran diseñador! eso ya se acabó”.
Gustavo Prado, investigador y curador de moda, comparte que “la moda textil se debe ceñir a lo globalizado y cosmopolita, que es la tendencia generalizada del mexicano de 2016”. Brinda el ejemplo de algunas marcas nacionales que hacen productos basados en la tradición indígena y muy costosos como Trista, Malafacha y Carla Fernández, “son propuestas que a nadie le interesa comprar”.
Las marcas de diseñadores nacionales no tienen líneas de productos más baratas, incluso el profesional comparte que no existe un sistema de revistas que respalde la moda nacional. “Lo que sí existe es una industria, que está en el limbo, y 120 millones de mexicanos que consumen ropa a marcas extranjeras, a precios muy baratos, como Zara H& M o Paul & Bear”.
Gustavo Prado considera que una de las principales causas del estancamiento de la industria de la moda textil mexicana es la preparación que reciben los estudiantes de diseño. El investigador afirma que, con base en su experiencia como maestro, los programas de estudio de escuelas de moda se ciñen a abordar técnicas de costura y conocimientos sobre patronaje.
Un ejemplo de lo anterior es la licenciatura en Diseño de Moda e Industria del Vestido, impartida en la Universidad del Valle de México (UVM), que centra su enseñanza en “la conceptualización y el diseño de moda y colecciones, hasta la planeación de proyectos textiles y el dominio de técnicas de investigación”, según su página web.
Por su parte, la Universidad Iberoamericana imparte la Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda en la que busca que los alumnos elaboren propuestas innovadoras en el vestir a partir de la moda, mercadotecnia y consumo. De acuerdo a su página web se busca “Gestionar los recursos para el diseño, producción, promoción y comercialización del producto-moda, de tal forma que contribuya a incrementar la competitividad, la productividad y los niveles de calidad del sector”. No obstante, las materias del plan de estudios no cubren el aspecto comercial y de mercado, sino hasta el último semestre con la asignatura: comercio, normalización textil y aduanas.
Otra de las problemáticas que Gustavo Prado ha detectado, con base en sus más de 10 años de trayectoria en el ámbito de la moda nacional, es el hecho de que la mayoría de los profesionales del diseño provienen de una familia “acomodada” y “a partir de su experiencia personal la realidad del país no existe, ignoran que la gente se preocupa por comer y las necesidades del vestido quedan aparte”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el número de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo -73.09 pesos- diario pasó de 6 millones 657,000 a 7 millones 894,000 en un año. Con base en lo anterior, se calcula que el ingreso mensual para estos trabajadores es de dos mil 193 pesos.
En el artículo Pobreza y Desigualdad, publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las necesidades básicas de 50.6 millones de mexicanos se basan en la salud, alimentación, educación, vivienda, transporte y vestido. Ésta última necesidad es cubierta en muchas ocasiones con ropa usada o de segunda mano porque se caracteriza por ser barata de acuerdo con los ingresos de una parte de la población; de ahí que Gustavo Prado exponga su inquietud por la incomprensión de los profesionales del diseño nacional ante una realidad fehaciente.
Tiendas como Lorena Saravia ofrecen prendas que van de los mil 200 pesos a los 14 mil, en el caso de vestidos de noche. Por su parte, la boutique Raquel Orozco oferta indumentaria que oscila de los mil pesos a los 12 mil. Las tiendas departamentales, como Liverpool, exponen productos de marcas mexicanas, como es el caso de Tattoo Style. En este caso los precios son más accesibles para el público consumidor pues el valor de las prendas puede ser 250 pesos hasta mil pesos.
Gustavo Prado pone el ejemplo de la Avenida Presidente Mazaryk, la calle de las tiendas de lujo de la Ciudad de México, “las tiendas mexicanas que se encuentran ahí se están suicidando. No venden nada, una renta ahí está en más de 100 mil pesos y para pagar eso tendrías que vender 500 mil al mes. Pero estos idiotas ponen su tienda en Polanco, para ser ‘elegantes y exclusivos’”, dice.
Prado comparte su opinión acerca del programa realizado por ProMéxico llamado DI.ME Londres “en vez de llevarlos a pasear, se tiene que hacer un esquema de negocios proyectado a corto y largo plazos y que esté ligado con las necesidades de la gente real, es así como responden los inversionistas de la iniciativa privada”.
“El gobierno no debe ni debería apoyar a la industria de moda. Si pusiste una empresa de moda y quebraste… así es la vida. No tienen por qué ayudar, si tú no entendiste el mercado y si solo te querías expresar es tu problema”, afirma Prado.
Un lienzo en blanco para crear moda
La balanza está desequilibrada, una industria de moda textil en gestación dirigida a la élite social mexicana contra los grandes monstruos de la moda que tienen reconocimiento en la escena internacional del mundo fashion con líneas de productos más baratos de acuerdo con la realidad social y económica del país.
Como menciona el encargado de ventas de Lorena Saravia, Mauricio Flores, “la moda no va a cambiar hasta que no se cambie la mentalidad, ésta no es solo una opción técnica en las universidades, es una carrera, una profesión, un modo de vida para muchos y una industria potencial”. Misma que tiene que visibilizarse y promoverse con políticas públicas ad hoc al mercado nacional.
Ciudad de México (Aunam). Tres punto dos kilómetros de ostentación. Probablemente esa distancia alberga, en las tiendas distribuidas sobre sus aceras, millones de dólares, porque al hacer un cálculo del valor de la mercancía de boutiques de joyería como Tiffany & Co, tiendas de ropa como Louis Vuitton, restaurantes Bistro y cajeros automáticos, uno se percata de la razón por la que Presidente Mazaryk es considerada una de las avenidas más prestigiosas de la colonia Polanco en la Ciudad de México.
En esta isla de ostentación llamada Polanco las tiendas de indumentaria son un patrón que se deja ver no solo en la avenida principal mencionada, sino en las calles aledañas a ésta. Los inmuebles pertenecen a casas de alta moda reconocidas a nivel mundial; en tanto, los puntos de venta de marcas y diseñadores nacionales intentan penetrar en la oferta de bienes del vestido.
Lorena Saravia contra los monstruos de la moda mundial
La boutique de Lorena Saravia, la única diseñadora mexicana presente en la avenida Presidente Mazaryk, está al extremo opuesto del conglomerado de establecimientos de lujo y moda internacional. La fachada de la tienda tiene láminas de fierro oxidado y un logotipo grecado color blanco. Los aparadores destacan por los maniquíes negros enfundados en diversas creaciones de la diseñadora; el más llamativo, un vestido satinado carmesí.
Anna Fusoni |
Mauricio Flores es el encargado de ventas de la tienda, porta unos lentes de armazón café y una playera azul con la palabra New York. Él menciona que “el tránsito de gente en esta avenida ha disminuido a raíz de la reapertura, hace seis meses, del Palacio de Hierro que está a una calle. Ahora por comodidad todos prefieren ir ahí porque se concentran todas las marcas; por eso Lorena Saravia acaba de obtener su espacio en esa tienda”.
Mónica, la asesora de la tienda, se acerca con regularidad para escuchar la conversación, intenta participar; acomoda unos cartones publicitarios que se encuentran en la esquina de una mesa y se recarga en una de las tres columnas de cemento que yacen dentro de la tienda. “Yo creo que ha habido un muy buen recibimiento de Lorena Saravia; si te das cuenta tiene propuestas muy diferentes que no se reducen a la idea generalizada que tenemos de moda mexicana como la vestimenta indígena. Ella propone prendas contemporáneas que podrían internacionalizarse”, comparte.
Mauricio Flores cuenta una anécdota que tuvo cuando colaboró con ProMéxico en una iniciativa para promover la moda mexicana. “El chiste es que se invirtieron miles de pesos para enviar a París una colección folclórica de diferentes diseñadores mexicanos; nada se vendió porque todo lo tenían en el sótano, aparte de que los precios de la ropa eran como los de una casa de moda consolidada, por ejemplo Dior. Creo que Proméxico, que se supone que apoya esta industria, perjudica más de lo que aporta”.
ProMéxico ¿en pro o en contra del diseño textil mexicano?
ProMéxico es la dependencia gubernamental que se encarga de promover la presencia de México en la economía global; una de sus áreas de trabajo es el diseño ya que según el estudio realizado por la Dirección Ejecutiva de Análisis de Prospectiva e Innovación de la Unidad de Inteligencia de Negocios de ProMéxico, elaborado por María Josefa Padilla Monroy, éste forma parte de la economía creativa porque produce bienes y/o servicios culturales.
Se menciona que México es la primera economía creativa en América Latina y la 18° en el mundo, por lo anterior, ProMéxico ha desarrollado iniciativas como DI.ME (Diseña México). María Josefa Padilla dice, en el documento, que “Aumentar la conciencia de la contribución y el potencial del sector creativo para el desarrollo es una tarea importante por medio de políticas públicas”.
En noviembre de 2013, se publicó, en la página web de ProMéxico, un boletín en el que se pone de manifiesto la inquietud de impulsar el sector del diseño de modas, al señalar que los diseñadores y marcas mexicanas hacen un gran esfuerzo para posicionarse en el mercado internacional; se plantea que uno de los objetivos del país es consolidarse e ir más allá de la simple maquila. Para ProMéxico es fundamental saber que “Con el auge de los diseñadores y marcas mexicanas, el país demuestra que genera moda y no sólo la sigue”.
El director general de ProMéxico, Francisco N. González Díaz, comentó en el boletín mencionado que “en México, el sector de la moda está integrado por las siguientes industrias: textil y confección, cuero y calzado, joyería y regalos, mismas que están en proceso de desarrollo hacia la especialización, que impulsan la imagen de México como país generador de diseño y moda”.
DI.ME: un proyecto gubernamental de moda
En entrevista vía telefónica con el director de ProMéxico en París, Guillermo Garza García, comenta que DI.ME es un proyecto de su autoría que nació hace dos años en Francia por la necesidad de posicionar el diseño mexicano en una capital de moda, como es París. La dinámica consistió en el establecimiento de una tienda efímera, por dos semanas, en uno de los barrios parisinos más competitivos: Rue du Sicile, durante el Fashion Week.
“Acudimos a los gurús de la moda para que nos dieran retroalimentación y así supimos qué diseñadores serían rentables y cuáles no”. El ingeniero menciona que en un primer momento no se sabía si DI.ME traería algún resultado.
El funcionario comenta que uno de los criterios que se tomó en cuenta para elegir a los diseñadores y marcas que participaron en DI.ME París- entre ellos: Carla Fernández, Ricardo Seco, Lorena Saravia, Dalia Pascal, Mancandy, Yakampot, Pineda Covalín y Pink Magnolia- fue la opinión de compradores potenciales que fueron invitados al Mercedes Fashion Week México.
Como consecuencia de lo anterior, se eligieron a ciertos diseñadores y se evidenció el inconformismo de los profesionales del diseño excluídos del proyecto “muchos reclamaron por no participar”. Guillermo Garza señala que también se tomó en cuenta si los diseñadores ya habían exportado y vendido en el extranjero, la elaboración de colecciones completas y que tuvieran un plan de negocios para Europa.
“El problema es que ni en México conocemos a nuestros diseñadores que tienen amplio potencial y esa es una primer barrera. Por eso tratamos de que los compradores internacionales supieran que hay propuesta y se rompió con el paradigma de que solo hay zarapes y sombreros de charro”, comparte Garza García.
El directivo de ProMéxico en Francia declara que a partir del proyecto que él propuso, se creó DI.ME Londres, lugar en donde no se tuvieron tan buenos resultados. “Hay que recordar que somos un ente gubernamental y no expertos en moda”.
Por su parte, Mario González Álvarez, director del organismo en Reino Unido e impulsor de DI.ME Londres, señaló a Notimex: “Hemos tenido buena recepción. El reto sigue siendo la comercialización, cómo comercializarlos y lograr precios competitivos sobre todo porque en Londres compites con todo el mundo, y la marca México aún no es bien reconocida”.
Garza comenta que “Actualmente estamos trabajando en DI.ME Alemania para septiembre de este año; aunque de ese proyecto no me encargo, el objetivo es el mismo: más que vender miles de euros queremos posicionar en el mercado y tampoco se trata de cuantificar las ventas, sino de mantener el contacto entre los diseñadores, ProMéxico y compradores y creo que se ha logrado”. DI.ME se quiere replicar en lugares estratégicos como Nueva York, Milán y Chile.
Empresas editoriales impulsan el diseño textil mexicano
Las empresas editoriales Condé Nast México y Latinoamérica y Grupo Expansión han creado iniciativas para apoyar al gremio del diseño textil y de accesorios con el desarrollo de dos plataformas lanzadas mediante dos de sus publicaciones Vogue y Elle, respectivamente.
Según el documento de la convocatoria Who’s On Next 2016, publicado en la página web de Vogue México, el programa anterior es apoyado por Condé Nast, Mercedes Benz, la Secretaría de Economía y ProMéxico. Lorena Saravia, Yakampot y Trista fueron las marcas ganadoras de las tres primeras ediciones que ha tenido la plataforma y la triada cuenta con sus respectivas tiendas; las primeras dos en Polanco y la tercera en la Colonia Roma.
A los dos ganadores de la iniciativa –un diseñador textil y otro de accesorios- se les orienta para la creación de un negocio y la editorial les da seguimiento. Algunas de las bases y requisitos del programa es poseer un negocio relacionado con la moda con un tiempo mínimo de dos años. Lo anterior revela que esta iniciativa está enfocada en diseñadores ya consolidados y no emergentes.
En entrevista con Francisco Cancino, director creativo de Yakampot, comenta que Who’s On Next fue un trampolín para su carrera, “originalmente colaboraba en una marca para niños llamada Arroz con leche, después quise hacer algo por mi cuenta, pero definitivamente entrar al concurso fue un escalón que tuve para consolidar mi marca”.
Cancino comparte que Who’s On Next no solo es una plataforma, sino que “permite exponenciar tu talento al ser impulsada por una revista con prestigio mundial como lo es Vogue. Nos encausan en un camino creativo y, por supuesto, comercial”.
El creativo reitera su opinión acerca de Who’s On Next y Mercedes Benz Fashion Week. “Tú eliges la plataforma a la que quieres pertenecer, si tienes el nivel y trayectoria tienes todas las de ganar y también hay que saber aprovechar las oportunidades porque estas plataformas no tienen la obligación de nada, sin embargo ayudan a difundir nuestros proyectos”.
Por su parte, la diseñadora mexicana, Raquel Orozco, señala, en entrevista, que “Who´s On Next no solo como una plataforma de moda, sino como incubadora de negocio que apoya a los talentos a hacer un verdadero negocio en el retail”.
Macario Jiménez, diseñador mexicano con más de 22 años de experiencia, dice que “Creo que es súper importante hacer concursos, para apoyar la creatividad de los diseñadores nacionales, pero debería tener una parte administrativa, que comprenda la constitución de la empresa de acuerdo a cómo se comporta el mercado real”.
La revista ELLE México con su programa México Diseña ha buscado impulsar a los diseñadores mexicanos desde hace 10 años. El proyecto consiste en el establecimiento de un concepto creativo por parte de la editorial y los participantes tienen que adaptarlo a una propuesta textil creativa.
Los ganadores son becados para tomar cursos en el extranjero, se les otorga pasantías para colaborar con marcas de reconocimiento mundial y se da la oportunidad de utilizar una de sus prendas en la portada de la publicación. Entre los ganadores que han logrado posicionarse en la industria de la moda están Clara González y Kris Goyri; quienes han dado seguimiento a su carrera al participar en el Mercedes Benz Fashion Week México.
Tiendas departamentales que acogen a los diseñadores mexicanos
En la colonia Polanco de la Ciudad de México hay dos tiendas departamentales: El Palacio de Hierro y Liverpool. En este último caso, se tiene que atravesar un laberinto compuesto de anaqueles con relojes y alta joyería, repisas tapizadas de bolsos de mano, zapatos y pódiums con productos cosméticos para llegar a las escaleras eléctricas que desembocan en Zona D’ diseñadores mexicanos.
Se trata de un espacio de alrededor dos metros de alto por uno y medio de ancho que en esta ocasión expone los diseños de la marca nacional Pink Magnolia. Al stand lo adornan moños y listones de plástico blancos, lilas y rosas en la parte lateral, en la base negra superior se encuentra, con letras blancas, el logotipo de la marca y el de la iniciativa Zona D’.
Las propuestas textiles de Pink Magnolia están colgadas en ganchos alrededor del cubículo y dentro del mismo. Un maniquí viste una blusa negra de manga larga y una falda rosa mexicano de encaje es la principal atracción para las miradas de los caminantes
Abril Ortiz, quien desempeña el cargo de Compradora en el Corporativo de Liverpool, comparte que “la tienda busca un diseñador mexicano, se hace una colaboración con él y desarrolla 8 o 9 diseños exclusivos y rentables para Liverpool. La iniciativa comenzó para darle fortaleza al diseño mexicano porque muchos son muy buenos y no es justo dejarlos olvidados. Los diseñadores se cambian cada dos meses”.
Abril Ortiz, la mujer de piel morena, cejas delineadas y labios carmesí se faja la camisa blanca que viste y menciona “Ha habido mucha respuesta, hay colecciones que gustan más que otras, pero al tener algo diferente y que sea mexicano es atractivo. La gente ha comenzado a buscarlos y preguntar por ellos; aunque hay propuestas que se han terminado más rápido que otras. Lo que es un hecho es que si el gremio del diseño nacional está aquí es porque tiene posibilidades en el mercado mexicano”.
A unas cuadras del Liverpool Polanco se encuentra Palacio de Hierro, cuya fachada no puede pasar desapercibida por su estructura de torre piramidal tapizada de ventanales cuadrados de color azul metalizado. En los 60 mil metros cuadrados, distancia que ocupa el recinto que alberga diversas marcas de alta moda internacional, hay espacios destinados al diseño textil mexicano.
Las marcas mexicanas no cuentan con una boutique dentro de la tienda, pero tienen corners en la misma. Comparten espacios con otras marcas internacionales, tal es el caso de la sección Mujer Contemporánea donde Alexia Ulibarri, Paola Fernández y Lorena Saravia se ubican en una de las zonas más caras de la tienda. Por su parte, la marca Octavia ofrece bienes textiles con precios que no exceden los 3 mil pesos.
La demostradora llamada Laura Rivera comparte que “yo trabajo aquí desde antes de que remodelaran la tienda y no había tantas marcas mexicanas. Después de la reinauguración se ha buscado que los diseñadores de aquí sean conocidos; no te digo que son los que más venden, pero la gente al menos ya los está volteando a ver”.
Creativos al pie del cañón
Ante la inexistencia de una industria de moda textil mexicana reconocida como potencia mundial, Raquel Orozco ve lo anterior como una gran área de oportunidad “nos deja un terreno grande por trabajar para poder desarrollarla. Cada día surgen y nacen nuevas generaciones que están picando piedra para mostrar sus propuestas, desarrollando un estilo único y diferente. Ahora está el crear, desarrollar e implementar planes de marketing y negocio, para que tus propios diseños y creaciones sean los detonadores de tu negocio y de ahí ir creciendo”.
Al ser cuestionada sobre el papel de las instituciones gubernamentales en la industria de moda textil nacional, la diseñadora se muestra reservada al afirmar que aún no acude a la ayuda de algún organismo público y que se ha enfocado en un plan de negocios por su cuenta. Orozco menciona que “hay marcas y empresas de iniciativa privada que se acercan para crear alianzas y programas que sean ganar – ganar”.
Francisco Cancino, al preguntar sobre la presencia de instituciones gubernamentales que impulsan la moda textil mexicana, parece molestarse y afirma que las organizaciones públicas nunca disponen de presupuesto para respaldar al gremio del diseño textil. “No existen políticas concretas que nos ayuden, nunca hay presupuesto y las iniciativas que se han hecho no han tenido resultado”.
Macario Jiménez comparte, en entrevista, que la problemática de la moda mexicana es que está en una etapa inicial, “es un área de oportunidad muy grande, es como tener un lienzo en blanco. La moda en México ha dejado de ser un mercado de nicho y las personas ya saben que existen diseñadores mexicanos. Es la iniciativa privada quien, a mi parecer, ha confiado más en los proyectos de moda, siendo patrocinadores de eventos o de proyectos de negocio completos”.
Sabiondos de la moda opinan
Anna Fusoni revela en entrevista, con el humor negro que la caracteriza, que “a la gente le encanta decir que no tenemos nada, pero tenemos una industria de la confección antiquísima con empresas como Marsel, Vanity y Julio. El hecho de que no exista un gran diseñador como Yves Saint Laurent, no quiere decir que no tengamos nada”.
La analista y promotora de moda nacional, con base en sus más de 45 años de experiencia en el mundo de la moda, confiesa que más que una industria “se trata del sistema moda mexicano que se compone por los industriales textiles, los de confección y diseñadores”.
De acuerdo con el diario El Financiero “La industria textil y del vestido genera más de 450 mil fuentes de trabajo directas, lo que representa 10 por ciento del empleo formal en el país, mientras que de forma indirecta genera un millón 200 mil plazas”.
Por su parte, Arturo Rodríguez y Lourdes Pérez en su columna La importancia del sector textil-vestido en México, publicado en el portal en línea de Milenio, se señala que el sector mencionado es el mayor empleador de mano de obra femenina. “Dicho sector debe de ser catalogado como prioritario y por ende beneficiado económicamente y fiscalmente por parte del gobierno… debe dejar de ser proveedor de mano de obra (maquila) y ser proveedores de Full Packing (Paquete Completo)”.
Fusoni considera que existe una consolidación de la moda, ya que en la zona Polanco hay tiendas como Lorena Saravia, Yakampot y Raquel Orozco. “Nadie reconoce que no vamos mal, vamos bien si no ya no estarían ahí [las tiendas mencionadas]. El 82% de empresas de moda que abren en Nueva York quiebran a los 5 años; no es fenómeno privativo de México, es el mundo. Pero es regla tener un socio capitalista y apoyarte del eco de las redes sociales”.
Al preguntar sobre el papel del gobierno en el sistema moda, la anglo-argentina señala que hay poca respuesta del gobierno debido a una gran incomprensión por parte de ProMéxico para realmente ayudar a los diseñadores, “Nadie sabe qué hacer con el gremio del diseño textil, creen que apoyar es llevarlos a París y poner una tienda en verano, eso es desperdiciar un presupuesto”.
La también administradora y creadora del sitio web: Tela de donde cortar, en donde analiza las últimas noticias de la escena de la moda nacional dice que “en la medida en que haya una generación de millenials que se interesa por vestir, el diseñador mexicano tiene mucho potencial; pero la gente que hace bolso, calzado, accesorios y complementos tiene mucho más oportunidad de éxito que la gente que hace ropa. Es un filón más interesante de hacer moda”.
Con un tono irónico y risas entrecortadas, Anna Fusoni menciona que “Son otros tiempos, no va haber una Coco Chanel. Eso no va a suceder porque ya no es el momento del ¡gran diseñador! eso ya se acabó”.
Gustavo Prado, investigador y curador de moda, comparte que “la moda textil se debe ceñir a lo globalizado y cosmopolita, que es la tendencia generalizada del mexicano de 2016”. Brinda el ejemplo de algunas marcas nacionales que hacen productos basados en la tradición indígena y muy costosos como Trista, Malafacha y Carla Fernández, “son propuestas que a nadie le interesa comprar”.
Las marcas de diseñadores nacionales no tienen líneas de productos más baratas, incluso el profesional comparte que no existe un sistema de revistas que respalde la moda nacional. “Lo que sí existe es una industria, que está en el limbo, y 120 millones de mexicanos que consumen ropa a marcas extranjeras, a precios muy baratos, como Zara H& M o Paul & Bear”.
Gustavo Prado considera que una de las principales causas del estancamiento de la industria de la moda textil mexicana es la preparación que reciben los estudiantes de diseño. El investigador afirma que, con base en su experiencia como maestro, los programas de estudio de escuelas de moda se ciñen a abordar técnicas de costura y conocimientos sobre patronaje.
Un ejemplo de lo anterior es la licenciatura en Diseño de Moda e Industria del Vestido, impartida en la Universidad del Valle de México (UVM), que centra su enseñanza en “la conceptualización y el diseño de moda y colecciones, hasta la planeación de proyectos textiles y el dominio de técnicas de investigación”, según su página web.
Por su parte, la Universidad Iberoamericana imparte la Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda en la que busca que los alumnos elaboren propuestas innovadoras en el vestir a partir de la moda, mercadotecnia y consumo. De acuerdo a su página web se busca “Gestionar los recursos para el diseño, producción, promoción y comercialización del producto-moda, de tal forma que contribuya a incrementar la competitividad, la productividad y los niveles de calidad del sector”. No obstante, las materias del plan de estudios no cubren el aspecto comercial y de mercado, sino hasta el último semestre con la asignatura: comercio, normalización textil y aduanas.
Otra de las problemáticas que Gustavo Prado ha detectado, con base en sus más de 10 años de trayectoria en el ámbito de la moda nacional, es el hecho de que la mayoría de los profesionales del diseño provienen de una familia “acomodada” y “a partir de su experiencia personal la realidad del país no existe, ignoran que la gente se preocupa por comer y las necesidades del vestido quedan aparte”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el número de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo -73.09 pesos- diario pasó de 6 millones 657,000 a 7 millones 894,000 en un año. Con base en lo anterior, se calcula que el ingreso mensual para estos trabajadores es de dos mil 193 pesos.
En el artículo Pobreza y Desigualdad, publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las necesidades básicas de 50.6 millones de mexicanos se basan en la salud, alimentación, educación, vivienda, transporte y vestido. Ésta última necesidad es cubierta en muchas ocasiones con ropa usada o de segunda mano porque se caracteriza por ser barata de acuerdo con los ingresos de una parte de la población; de ahí que Gustavo Prado exponga su inquietud por la incomprensión de los profesionales del diseño nacional ante una realidad fehaciente.
Tiendas como Lorena Saravia ofrecen prendas que van de los mil 200 pesos a los 14 mil, en el caso de vestidos de noche. Por su parte, la boutique Raquel Orozco oferta indumentaria que oscila de los mil pesos a los 12 mil. Las tiendas departamentales, como Liverpool, exponen productos de marcas mexicanas, como es el caso de Tattoo Style. En este caso los precios son más accesibles para el público consumidor pues el valor de las prendas puede ser 250 pesos hasta mil pesos.
Gustavo Prado pone el ejemplo de la Avenida Presidente Mazaryk, la calle de las tiendas de lujo de la Ciudad de México, “las tiendas mexicanas que se encuentran ahí se están suicidando. No venden nada, una renta ahí está en más de 100 mil pesos y para pagar eso tendrías que vender 500 mil al mes. Pero estos idiotas ponen su tienda en Polanco, para ser ‘elegantes y exclusivos’”, dice.
Prado comparte su opinión acerca del programa realizado por ProMéxico llamado DI.ME Londres “en vez de llevarlos a pasear, se tiene que hacer un esquema de negocios proyectado a corto y largo plazos y que esté ligado con las necesidades de la gente real, es así como responden los inversionistas de la iniciativa privada”.
“El gobierno no debe ni debería apoyar a la industria de moda. Si pusiste una empresa de moda y quebraste… así es la vida. No tienen por qué ayudar, si tú no entendiste el mercado y si solo te querías expresar es tu problema”, afirma Prado.
Un lienzo en blanco para crear moda
La balanza está desequilibrada, una industria de moda textil en gestación dirigida a la élite social mexicana contra los grandes monstruos de la moda que tienen reconocimiento en la escena internacional del mundo fashion con líneas de productos más baratos de acuerdo con la realidad social y económica del país.
Como menciona el encargado de ventas de Lorena Saravia, Mauricio Flores, “la moda no va a cambiar hasta que no se cambie la mentalidad, ésta no es solo una opción técnica en las universidades, es una carrera, una profesión, un modo de vida para muchos y una industria potencial”. Misma que tiene que visibilizarse y promoverse con políticas públicas ad hoc al mercado nacional.
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