DESTITUCIÓN DE ROUSSEFF, “LEGAL PERO NO LEGÍTIMA”: POLITÓLOGOS DE LA UNAM
Por Monserrat Aceves Olvera, Karla Elvira Contreras Merino, Karla Patricia Hernández Morales, Lesli Marcela Méndez Luna y Carlos Benito Morales García
Ciudad de México (Aunam). “La destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil fue legal porque se realizó conforme a la ley, pero no legítima porque el pueblo brasileño no respaldo el proceso”, coincidieron en señalar especialistas en Ciencia Política.
Como se recordará, en diciembre de 2015 comenzó el proceso para destituir a Dilma Rousseff, perteneciente al Partido de los Trabajadores como presidenta de Brasil, tras irregularidades presupuestarias que ella siempre negó. Dilma rechazaba las acusaciones argumentando que varios presidentes anteriores habían ocupado las mismas prácticas de contabilidad, indicando que la iniciativa no era más que un golpe de estado.
Tras nueve meses de proceso, el pasado 31 de agosto en Brasilia, el senado brasileño aprobó, con 61 votos a favor y 20 en contra, la destitución de Dilma Rousseff, quién quedó inhabilitada para funciones públicas otorgando su cargo a Michel Temer, vicepresidente.
El proceso “no fue para nada transparente, pues se dio en el interior del senado brasileño, sin que la población civil pudiera observar en todo momento lo que sucedía. Además, este juicio fue promovido por un grupo específico: la derecha brasileña”, señalo Valeriano Ramírez Medina, maestro en Ciencia Política por la FCPyS, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En tanto, Fernando Ayala Blanco, doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la misma Institución, señaló que “fue un golpe de Estado blando, es decir, se dio de forma institucional, con apego a la ley, pero no fue un golpe de Estado como se entiende tradicionalmente, ya que no fue vía militar”.
Añadió que “a Brasil le espera un largo proceso de inestabilidad social, política y económica, pues la población no respalda la presidencia interina de Michel Temer, representante de la derecha brasileña”.
Al respecto, Gustavo Martínez Valdés, doctor en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales, (FLACSO) México, consideró que la destitución de Dilma Rousseff no fue “legítima, debido a la manera en que ocurrió el proceso del impeachment (que fue impulsado desde la presidencia de la cámara de diputados y de la vicepresidencia del país) en calidad de proceso administrativo”; además, los encargados de realizar el juicio político a la ex presidenta, en su mayoría están acusados de corrupción, dijo.
Los tres académicos entrevistados señalaron que Michel Temer llegó de forma legal a la presidencia, pero sin el respaldo del pueblo brasileño. Muestra de ello son las manifestaciones en las calles del país apoyando a la ahora ex presidenta Dilma Rousseff.
“El gobierno brasileño debe buscar una salida, pues de no resolver la crisis, las consecuencias en el ámbito económico y político pueden ser aún más desastrosas”, coincidieron los tres politólogos.
Foto: Antonio Cruz - Agência Brasil
Ciudad de México (Aunam). “La destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil fue legal porque se realizó conforme a la ley, pero no legítima porque el pueblo brasileño no respaldo el proceso”, coincidieron en señalar especialistas en Ciencia Política.
Como se recordará, en diciembre de 2015 comenzó el proceso para destituir a Dilma Rousseff, perteneciente al Partido de los Trabajadores como presidenta de Brasil, tras irregularidades presupuestarias que ella siempre negó. Dilma rechazaba las acusaciones argumentando que varios presidentes anteriores habían ocupado las mismas prácticas de contabilidad, indicando que la iniciativa no era más que un golpe de estado.
Tras nueve meses de proceso, el pasado 31 de agosto en Brasilia, el senado brasileño aprobó, con 61 votos a favor y 20 en contra, la destitución de Dilma Rousseff, quién quedó inhabilitada para funciones públicas otorgando su cargo a Michel Temer, vicepresidente.
El proceso “no fue para nada transparente, pues se dio en el interior del senado brasileño, sin que la población civil pudiera observar en todo momento lo que sucedía. Además, este juicio fue promovido por un grupo específico: la derecha brasileña”, señalo Valeriano Ramírez Medina, maestro en Ciencia Política por la FCPyS, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En tanto, Fernando Ayala Blanco, doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la misma Institución, señaló que “fue un golpe de Estado blando, es decir, se dio de forma institucional, con apego a la ley, pero no fue un golpe de Estado como se entiende tradicionalmente, ya que no fue vía militar”.
Añadió que “a Brasil le espera un largo proceso de inestabilidad social, política y económica, pues la población no respalda la presidencia interina de Michel Temer, representante de la derecha brasileña”.
Al respecto, Gustavo Martínez Valdés, doctor en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales, (FLACSO) México, consideró que la destitución de Dilma Rousseff no fue “legítima, debido a la manera en que ocurrió el proceso del impeachment (que fue impulsado desde la presidencia de la cámara de diputados y de la vicepresidencia del país) en calidad de proceso administrativo”; además, los encargados de realizar el juicio político a la ex presidenta, en su mayoría están acusados de corrupción, dijo.
Los tres académicos entrevistados señalaron que Michel Temer llegó de forma legal a la presidencia, pero sin el respaldo del pueblo brasileño. Muestra de ello son las manifestaciones en las calles del país apoyando a la ahora ex presidenta Dilma Rousseff.
“El gobierno brasileño debe buscar una salida, pues de no resolver la crisis, las consecuencias en el ámbito económico y político pueden ser aún más desastrosas”, coincidieron los tres politólogos.
Foto: Antonio Cruz - Agência Brasil
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