FANZINE MARICARMEN EXPLORA A LA MUÑECA COMO FUENTE DE IDENTIDAD FEMENINA
Por Mariana Hernández R.
México (Aunam). Tratar de ser una muñeca puede ser un juego dulce pero también una exigencia peligrosa. Travestirse en un “devenir muñeca”, vestida de color rosa, con brillantina en el pelo, un maquillaje perfecto, ser delgada, sonreír siempre, es “un dulce veneno”.
“Muñeca” es el título del tercer número de Maricarmen, fanzine dedicado a cuestionar las identidades femeninas y divulgar expresiones queer (visión de la identidad sexual más allá del binomio mujer-hombre). En esta edición, ahonda sobre las influencias subjetivas de la muñeca y reflexiona, a modo de confesión, la relación individual con lo social y algunos jugueteos.
¿Por qué no hay una Barbie bitch?, sugiere Amapola. Desde la famosa Barbie hasta el cuerpo propio que puede ser transformado en muñeca, los textos integrados muestran diversas formas de apropiación, que pueden ser de aceptación: “Desde la yo muñeca”; de rechazo: por la imagen siempre perfecta y la imposición de un deber ser mujer.
Las muñecas enfatizan en el hecho de ser niña, son el manual desde la infancia para ser madre, no son solamente juguetes, también son una imposición de género, explicó Frieda Frida “Freddy”, autora del artículo “¿Una muñeca para ser madre?”, en la presentación del fanzine, realizada en el Museo Universitario del Chopo de la Ciudad de México.
También, la muñeca es una representación del cuerpo femenino. Ámbar Clandestino, autora del texto “No hay muñecas gordas, pero sí gordas felices”, narra afligida las exigencias sufridas sobre su corporalidad: ser bella y delgada. Afortunadamente, Ámbar, ya liberada, nos cuenta que era gorda desde niña y en su crecimiento aprendió, después de varias dietas, lágrimas y revelaciones, que su cuerpo no es de muñeca, pero sí es gordo y feliz.
Las niñas juegan con muñecas y ven películas de princesas, les gustan las princesas. En la confesión “Principitos” de Chrystyán Romero, se critican las relaciones de pareja basadas en la cultura del cuento de hadas. Por un lado, las mujeres actúan como princesas empeñadas en encontrar un príncipe; por otro, los hombres persisten en ser igualmente perfectos, ser caballeros. El encuentro entre falsas y fingidos es dramático.
Otras introspecciones sobre las identidades de género conforman este fanzine con las colaboraciones de Amapola, María Eugenia Jiménez Melo, Ulises Mondragón Momo y Ximo, esta última autora explora la parte juguetona: del muñequeo masturbatorio. Las ilustraciones son de LAMaría y Gabriela González Mujer Chunga.
Descrito en su Editorial como un trabajo activista de fomento a la lectura, el proyecto ya abrió convocatoria para su cuarta edición con el tema Género y ficción.
http://issuu.com/maricarmenzine/docs/convocatoria.
México (Aunam). Tratar de ser una muñeca puede ser un juego dulce pero también una exigencia peligrosa. Travestirse en un “devenir muñeca”, vestida de color rosa, con brillantina en el pelo, un maquillaje perfecto, ser delgada, sonreír siempre, es “un dulce veneno”.
“Muñeca” es el título del tercer número de Maricarmen, fanzine dedicado a cuestionar las identidades femeninas y divulgar expresiones queer (visión de la identidad sexual más allá del binomio mujer-hombre). En esta edición, ahonda sobre las influencias subjetivas de la muñeca y reflexiona, a modo de confesión, la relación individual con lo social y algunos jugueteos.
¿Por qué no hay una Barbie bitch?, sugiere Amapola. Desde la famosa Barbie hasta el cuerpo propio que puede ser transformado en muñeca, los textos integrados muestran diversas formas de apropiación, que pueden ser de aceptación: “Desde la yo muñeca”; de rechazo: por la imagen siempre perfecta y la imposición de un deber ser mujer.
Las muñecas enfatizan en el hecho de ser niña, son el manual desde la infancia para ser madre, no son solamente juguetes, también son una imposición de género, explicó Frieda Frida “Freddy”, autora del artículo “¿Una muñeca para ser madre?”, en la presentación del fanzine, realizada en el Museo Universitario del Chopo de la Ciudad de México.
También, la muñeca es una representación del cuerpo femenino. Ámbar Clandestino, autora del texto “No hay muñecas gordas, pero sí gordas felices”, narra afligida las exigencias sufridas sobre su corporalidad: ser bella y delgada. Afortunadamente, Ámbar, ya liberada, nos cuenta que era gorda desde niña y en su crecimiento aprendió, después de varias dietas, lágrimas y revelaciones, que su cuerpo no es de muñeca, pero sí es gordo y feliz.
Las niñas juegan con muñecas y ven películas de princesas, les gustan las princesas. En la confesión “Principitos” de Chrystyán Romero, se critican las relaciones de pareja basadas en la cultura del cuento de hadas. Por un lado, las mujeres actúan como princesas empeñadas en encontrar un príncipe; por otro, los hombres persisten en ser igualmente perfectos, ser caballeros. El encuentro entre falsas y fingidos es dramático.
Otras introspecciones sobre las identidades de género conforman este fanzine con las colaboraciones de Amapola, María Eugenia Jiménez Melo, Ulises Mondragón Momo y Ximo, esta última autora explora la parte juguetona: del muñequeo masturbatorio. Las ilustraciones son de LAMaría y Gabriela González Mujer Chunga.
Descrito en su Editorial como un trabajo activista de fomento a la lectura, el proyecto ya abrió convocatoria para su cuarta edición con el tema Género y ficción.
http://issuu.com/maricarmenzine/docs/convocatoria.
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