DE CHICHARRÓN, PAPA, ADOBO Y FRIJOL
Ricardo Axel Alonso García
México (Aunam). Jorge Ibargüengoitia decía: “El taco sudado (también conocido como “de canasta”) es el Volkswagen de los tacos: algo práctico, bueno y económico.”
Estas características lo hacen un alimento ideal para los estudiantes universitarios que no tiene mucho tiempo, dinero o que simplemente no desean comer algo más elaborado.
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), a un costado de la biblioteca, se ubica un vendedor de tacos de canasta. Casi siempre vestido con una playera holgada, pantalón de mezclilla azul y una gorra, a esto se suma su equpo de trabajo que consiste en una bicicleta, limones, salero, un paquete de servilletas, la canasta con tacos (obviamente) y un tarro con salsa verde. Además de una sombrilla azul que utiliza los días en los que la luz solar es intensa.
“Me llamo Rafael Balderas, llevo siete años dedicándome a esto de los tacos. Mi familia ya lleva unos 30 años en este negocio, ya es toda una tradición. Los tacos los hacemos nosotros, son tacos ‘caseros’”
Él se ríe, mientras los estudiantes que se encontraban comiendo cerca ven con curiosidad la entrevista.
“Yo soy de Tlaxcala”. Cuando lo escucharon dos de sus clientes lo vieron sorprendidos y dijeron en tono de broma “¿A poco desde allá te vienes en bicicleta? Mis respetos”, lo que ocasionó risas entre los que estábamos cerca. Él completó diciendo “yo soy de Tlaxcala pero ahora vivo cerca, en Santo Domingo, hago unos 20 minutos en bicicleta de mi casa a la Facultad”.
Sólo vende en la FCPyS “porque, aquí llegué un día y vendo bien. Los estudiantes son tranquilos, me compran mucho y nos llevamos bien.” Respecto a los tacos más populares entre sus clientes “Lo de chicharrón son los preferidos, son los que se me terminan antes”.
“Llego entre 10:30 y 11:00 de la mañana y no tengo una hora fija para irme, depende de cómo esté la venta, en cuanto termino me voy, en promedio termina de 2:00 a 3:00 de la tarde”, dijo.
La entrevista es interrumpida constantemente por frases como “Me das dos de chicharrón y dos de papa”, “me das tres de chicharrón y dos de adobo”. Él entrega los tacos en una hoja de papel, espera mientras les ponen limón, sal o salsa, les da una servilleta y cubre con tela y plástico la canasta de los tacos para que no se enfríen. Una vez que termina este procedimiento (que se repitió unas tres veces) continuamos la entrevista.
“Nosotros llegamos, nos entregan los tacos y todo lo necesario para vender, incluso la bicicleta, ahora si que sólo necesitamos las ganas de trabajar, ya al final del día les entregamos el material y su comisión”.
“Cuando termino la venta entrego lo vendido y me voy a descansar, a veces me voy a jugar futbol, mi equipo preferido son “Los Pumas”, en cuanto a música, escucho de todo, soy muy versátil” y se ríe.
Para finalizar el encuentro le digo “una última cosa: dos de chicharrón, por favor…”.
México (Aunam). Jorge Ibargüengoitia decía: “El taco sudado (también conocido como “de canasta”) es el Volkswagen de los tacos: algo práctico, bueno y económico.”
Estas características lo hacen un alimento ideal para los estudiantes universitarios que no tiene mucho tiempo, dinero o que simplemente no desean comer algo más elaborado.
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), a un costado de la biblioteca, se ubica un vendedor de tacos de canasta. Casi siempre vestido con una playera holgada, pantalón de mezclilla azul y una gorra, a esto se suma su equpo de trabajo que consiste en una bicicleta, limones, salero, un paquete de servilletas, la canasta con tacos (obviamente) y un tarro con salsa verde. Además de una sombrilla azul que utiliza los días en los que la luz solar es intensa.
“Me llamo Rafael Balderas, llevo siete años dedicándome a esto de los tacos. Mi familia ya lleva unos 30 años en este negocio, ya es toda una tradición. Los tacos los hacemos nosotros, son tacos ‘caseros’”
Él se ríe, mientras los estudiantes que se encontraban comiendo cerca ven con curiosidad la entrevista.
“Yo soy de Tlaxcala”. Cuando lo escucharon dos de sus clientes lo vieron sorprendidos y dijeron en tono de broma “¿A poco desde allá te vienes en bicicleta? Mis respetos”, lo que ocasionó risas entre los que estábamos cerca. Él completó diciendo “yo soy de Tlaxcala pero ahora vivo cerca, en Santo Domingo, hago unos 20 minutos en bicicleta de mi casa a la Facultad”.
Sólo vende en la FCPyS “porque, aquí llegué un día y vendo bien. Los estudiantes son tranquilos, me compran mucho y nos llevamos bien.” Respecto a los tacos más populares entre sus clientes “Lo de chicharrón son los preferidos, son los que se me terminan antes”.
“Llego entre 10:30 y 11:00 de la mañana y no tengo una hora fija para irme, depende de cómo esté la venta, en cuanto termino me voy, en promedio termina de 2:00 a 3:00 de la tarde”, dijo.
La entrevista es interrumpida constantemente por frases como “Me das dos de chicharrón y dos de papa”, “me das tres de chicharrón y dos de adobo”. Él entrega los tacos en una hoja de papel, espera mientras les ponen limón, sal o salsa, les da una servilleta y cubre con tela y plástico la canasta de los tacos para que no se enfríen. Una vez que termina este procedimiento (que se repitió unas tres veces) continuamos la entrevista.
“Nosotros llegamos, nos entregan los tacos y todo lo necesario para vender, incluso la bicicleta, ahora si que sólo necesitamos las ganas de trabajar, ya al final del día les entregamos el material y su comisión”.
“Cuando termino la venta entrego lo vendido y me voy a descansar, a veces me voy a jugar futbol, mi equipo preferido son “Los Pumas”, en cuanto a música, escucho de todo, soy muy versátil” y se ríe.
Para finalizar el encuentro le digo “una última cosa: dos de chicharrón, por favor…”.
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