“El núcleo de la ciencia está en explicar, más que en aplicar”: Carlos Cosio Castañeda



Por: Adriana Heinen Cortés
México. El doctor en Ciencias Carlos Cosio Castañeda es mejor conocido como “Chino” entre los estudiantes (apodo que le gusta mucho). Tiene veinte años dando clases en la Facultad de Química. 

En el Edificio B, me dirigí al Posgrado, el doctor Castañeda estaba entrando a su cubículo. Mi primera impresión de él fue casi única: usaba un gorro gris tejido, una bata blanca (pues se encontraba en práctica de laboratorio), una mascada blanca con detalles grises, una camiseta negra, unos pantalones tipo militar color caqui (del que se sujetaba una cadenita metálica con sus llaves) y botas negras; en su mano derecha llevaba dos anillos de plata al igual que dos pulseras de hilo, en la izquierda otro de plata y llevaba puestos unos lentes negros, al igual que un piercing en el labio inferior. Nos saludamos y, a pesar de estar algo nerviosa, me dio una muy buena impresión su forma de expresarse tan calmada y jovial. 

Al entrar a su oficina, me senté en una silla que se ubicaba junto a una mesa en forma de “L”, en la cual estaban su computadora, una botella de Coca-Cola, un paquete de papas Ruffles, cigarros, sombreros, libros y demás útiles; en las paredes se hallaba una tabla periódica, una hoja impresa con sus horarios de clase y un pizarrón de corcho, al lado de un par de gavetas y estanterías pequeñas (parte del mismo escritorio de madera). 

La postura del entrevistado era segura y cómoda, por lo que hubo confianza rápidamente, aunque siempre manteniendo el debido respeto. 

Esta carrera no tiene un solo ámbito de aplicación, la apertura de sus ramas es amplia 

Comencé la entrevista tratando de encontrar algunas respuestas a preguntas básicas acerca de su trabajo en la Facultad de Química. Esta licenciatura, como bien explicó él, se enfoca más en buscar respuestas y el porqué pasan las cosas; está direccionada a generar estudiantes que estén en la ciencia básica de la investigación para la elaboración de teorías, por ejemplo. Esta carrera no tiene un solo ámbito de aplicación, pues la apertura de sus ramas es muy amplia para el desarrollo de la misma. 

En sí, se adquieren los conocimientos básicos para explicar el origen de diversos fenómenos (al igual que se pueden generar predicciones de este) y ello se puede aplicar en áreas como la industrial o de investigación (donde normalmente se desarrollan los químicos). A pesar de ello, los egresados de esta carrera pueden aspirar a un puesto dentro de una empresa, para el área de innovación, donde se busquen nuevos materiales de producción. 

En este punto, sus piernas se encontraban cruzadas, pero en una postura de confianza; sus gestos faciales eran bastante expresivos, pero más aquellos que realizaba con las manos, igualmente, relajados; el ambiente era tranquilo. 

Con ello en mente, el maestro Cosio comentó que actualmente, en este mismo proceso del desarrollo de nuevos materiales, se buscaban aquellos que fueran más amigables con el medio ambiente (es decir, que sean biodegradables). De hecho, afirmó que en la pandemia muy probablemente este tipo de investigaciones hayan sido realizadas. 

Retomando un poco acerca de su actividad laboral, actualmente imparte “Física I”, “Física II” y “Química inorgánica”, me surgió una inquietud, ¿Cree que el plan actual de estudios de Química pura va acorde con las necesidades sociales en la actualidad?

“No, definitivamente no, -respondió. Los programas de estudio, históricamente se modifican cada veinte años. Entonces, el programa de estudios que tenemos hoy fue modificado en 2005¬/2006. No es un plan que refleje las necesidades actuales. Hace veinte años no pensamos en una pandemia”. 

Así, el maestro Cosio, mencionó que las necesidades actuales que deben tomarse en cuenta para la modificación del plan de estudios se tienen que basar en el uso de tecnologías y en cómo ayudar al alumnado a diferenciar entre la información que brinda el internet. Ahí, el docente debería encargarse de la “purificación de la información, a enseñarle a los muchachos a discriminar”. 

Dudó acerca de cuál es una buena carrera complementaria de la Química pura, pues piensa que depende del químico: para algunos sería muy benéfico tener estudios de medicina, o para otros “[tener] la parte física, la parte matemática, la parte biológica”; pero, una de las ventajas que señala del plan de estudios actual que él retomaría para la siguiente actualización del mismo, serían las “asignaturas optativas disciplinarias” y las “asignaturas optativas no disciplinarias”, en donde el alumno decide a qué facultad quiere ir a estudiar a través del “Formato 709”, dependiendo del área en el que se quiera enfocar o especializar. 

Tanta ciencia aplicada ha hecho que nos salgamos como humanidad de un cierto equilibrio natural 

En este punto y teniendo un poco más de información acerca de mi entrevistado, comencé preguntando qué habilidades creía, en su experiencia, que se requerían para estudiar esta carrera, a lo cual respondió algo que —por la humildad de sus palabras— me sorprendió: “Se necesita tener mucha paciencia, no ser ansioso; las cosas no salen al ritmo que uno quiere, tienes que ser capaz de controlar el estrés y la presión. Yo no creo que se necesiten ser niños genio para terminar la licenciatura en Química. Creo que hay que ser constantes, tienes que ser persistente, tener calma.” Esto me generó bastante simpatía: mi interlocutor no solamente era un experto en su materia, sino que también motivaba a otro(a)s a seguir sus pasos. 

Dicho lo anterior, me enfoqué más en sus proyectos o propuestas académicas, algo de mi interés, por lo que transcribí un pequeño fragmento de la conversación: ¿Mientras estudiaba elaboró alguna propuesta de proyecto que se esté implementando actualmente?

“Sí, -afirmó. Cuando yo ingresé a la Facultad, como químico, me cuestioné en muchas ocasiones por qué me daban tantas físicas y tantas matemáticas si no estaban direccionadas a mi formación en Química. Cuando ya tuve la oportunidad de hacerme docente, empecé a incluir en muchos de mis cursos el “por qué me dan física si yo soy químico”. Entonces fue más una dirección de tomar a la física y a las matemáticas como una herramienta que un químico puede emplear para fundamentar mejor su ciencia”. 

El investigador tiene ideas innovadoras, no sólo como químico, sino como docente. Con ello, surgió otra declaración importante: “Tal vez tengo un problema:  no creo que la ciencia haya mejorado a la humanidad, yo creo que después se desvió, y tanta ciencia aplicada ha hecho que nos salgamos como humanidad de un cierto equilibrio natural. Entonces, mi ciencia no es la que busca aplicar y encontrar nuevas cosas, sino explicar las razones. Creo que el núcleo de la ciencia, el purismo de la ciencia está en explicar, en justificar, en entender, más que en aplicar”, pues el conflicto de generar nuevos materiales más resistentes —como comenta— es encontrar la manera de degradarlos, lo que acaba siendo un problema ambiental (aunque actualmente ya se han detectado algunos métodos y materiales apropiados para este fin). 

Este punto de vista es novedoso dentro de este ámbito, pues en muchas ocasiones sólo se busca el desarrollo y se excluye el entendimiento de fenómenos que nos afectan. Me pareció curioso el sentir (como mera percepción personal) que, a diferencia de otros investigadores, posee un lado mucho más humano. 

Por otro lado, mencionó un aspecto importante a nivel académico y laboral, acerca de la metodología aplicada en la universidad para encontrar nuevas soluciones a problemáticas planteadas. En sí, una de las grandes limitantes es la falta de recursos: hace falta alrededor del 90% de máquinas para que los estudiantes puedan aplicar la teoría en un nivel práctico. Aún con ello, el campo de aplicación de la carrera tiene mucho futuro debido a la evolución tan rápida de la tecnología (me comentó de un video acerca de un vestido en spray formado por un polímero y más detalles acerca del mismo, algo que me pareció casi surrealista). 

Para concluir con las preguntas, le pedí que me platicara un poco más acerca de su tesis (un tema del cual, por lo que había escuchado antes, poco habla). Sorprendentemente, me contó sin objeciones acerca de la misma. 

Primero, me habló de su tesis a nivel licenciatura, la cual trata el tema de la “Superconductividad” y una propuesta de material con estas propiedades. Los materiales superconductores tienen dos efectos: cuando pasa corriente eléctrica en ellos, no se pierde energía y el material se “queda flotando” (como en las películas futuristas de los 80´s, donde los objetos sólo dependen de un impulso para moverse); el problema es que, en la actualidad, se necesitan ser enfriados en exceso (deben de mantenerse en -1000C). En la maestría, estudió un tema llamado “Frustración magnética de espín”, la cual formaba parte fundamental de su propuesta de tesis. Consiste en que los aparatos electrodomésticos funcionen, no a través del paso de energía (es decir, por medio “del tomacorriente”), sino gracias a una propiedad llamada “espín electrónico”, que se define como el magnetismo de los átomos; es decir, estos tienen la energía necesaria para que funcionen los aparatos eléctricos. 

Por último, el profesor me contó acerca de su estancia posdoctoral en Buenos Aires, donde se enfocó en la búsqueda de “nanomateriales”, es decir, materiales a escalas microscópicas. Como ejemplo de lo que estudia la nanociencia, citaré lo siguiente: “Cuando a una persona —perdón por el término— ‘común’, tú le preguntas ‘¿de qué color es el oro?’ todos te dicen ‘amarillo’. Cuando le preguntas a un químico te debería decir ‘¿cuántos átomos tiene?’ porque el oro pasa de ser de color rojo a color amarillo en función del número de átomos. Es decir, hay nuevas propiedades nada más por el número de átomos que tiene”. 

Con esta última respuesta, finalizó la entrevista. Le agradecí por su tiempo y, posterior a ello, me mostró el video (mencionado con anterioridad y, a mi parecer, asombroso) del vestido hecho por un polímero que era rociado sobre el cuerpo de una modelo y el cómo se adhería. Me despedí y salí de esta experiencia con una satisfacción interna y con ganas de volver con más preguntas para ser resueltas por “Chino”, un profesor inteligente y, sobre todo, humano. 


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1 comentario:

  1. Él fue mi profesor en la facultad, sin duda es un gran ser humano, inteligente y admirable como profesor. Recuerdo que sus grupos siempre se saturaban, los salones estaban a tope de que muchos entraban de oyentes, sentados en las escaleras o incluso fuera del salón a tomar sus clases o un repaso antes de los exámenes departamentales, y es que su pasión por enseñar, su paciencia y su calidez humana lo hacían y lo hacen un profesor inigualable. En fin tengo muchos bonitos recuerdos de él como profesor y fuera del aula donde se le veía conviviendo con la comunidad escolar en un ambiente lleno de tranquilidad y respeto, con esa paz y jovialidad que lo caracterizan.

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