La muerte es tan natural como nacer: Rikardo Cipactli

Sonaja ritual creada con el cráneo de un niño

Por Zahir Osorio 
México. La muerte forma parte de la vida, es aquel momento en el que una persona o ser vivo ya no resiste más y deja de pertenecer al mundo terrenal. Es ahí cuando se deja de reír, respirar, amar, sentir e incluso de soñar. Algunos le tienen miedo, otros la veneran e incluso la celebran. Nuestros antepasados la idealizaban de una manera tan peculiar que es posible replicar sus tradiciones hoy en día.

Xochimilco es uno de los últimos lugares donde aún se puede apreciar y venerar su pasado milenario por medio de sus chinampas, callejones, tradiciones, poblados y humedales. Apreciar a un chamán en ceremonias, rituales e inauguraciones en diversos puntos de la alcaldía llamó mi atención. Pensé que tendría muchas historias que contar.

Por ello, decidí contractar a Rikardo Cipactli quien se distingue por su amplia trayectoria dentro del chamanismo. Por medio de su hija, agende una cita con él para hablar sobre la muerte.

Desde muy temprana hora del día, abordé junto al maestro Rikardo Cipactli una lancha para adentrarnos por medio de los canales de Xochimilco a una chinampa denominada “Temoanchan”.

Antes de iniciar cualquier tipo de pregunta, observé que Rikardo Cipactli “el chamán de Xochimilco”, se alejó unos metros de mí, extendió sus brazos y alzó su cabeza con dirección al cielo mientras cerraba sus ojos. Al paso de unos minutos, volteó a verme y me dijo que estaba pidiendo permiso a la naturaleza para poder llevar a cabo esta entrevista sin ningún problema. 

Al fondo de la chinampa, el chamán de Xochimilco colocó sobre un tronco algunas de sus obras pictóricas relacionadas con la muerte. Pues si bien, practica el chamanismo desde que era un niño, también es artista plástico. A su vez, acomodó junto a ellas un cráneo y algunas figuras representativas de su oficio. 

Rikardo Cipactli 

Cipactli se adentró desde temprana edad al mundo del chamanismo y es él mismo quien menciona que su gusto por esta actividad estuvo influenciado por su madre y su abuela, quienes eran parteras. Recuerda que, él ayudaba a su madre previo a los labores de parto, preparando el temazcal y preparando té de hierbas medicinales, fue ahí cuando se cuestionó “¿por qué es tan importante que personas que darán una nueva vida a un ser, tienen que entrar a ese temazcal?”. 

Con el aroma del incienso a nuestro alrededor, Rikardo Cipactli habla de la muerte con tranquilidad y sin prejuicios. Considera que “la muerte es tan natural como nacer”, con apego a sus creencias afirmó que la muerte no es el final de la vida, sino una transición al Mictlán (el inframundo de la cultura mexica).

Rikardo Cipactli detalló este proceso sin inconvenientes, dejó en claro la importancia que tienen los perros (principalmente el Xoloescuincle) durante la muerte. Cipactli, los describe como “el eterno acompañante hasta la muerte, es quien nos pasará del otro lado del río para llegar al Mictlán”, no sin antes pasar por nueve niveles importantes para llegar hasta dicho destino. 

El entrevistado hace un símil de estos nueve niveles con el purgatorio de la religión católica, en ellos se hallarán diversas luchas de elementos que impiden el acceso al Mictlán. Algunos son; navajas que cortan, jaguares que buscan comerse los corazones, cerros que chocan entre sí, entre otras más. Estas adversidades, se logran evadir con la ayuda del Xoloescuincle, con el objetivo de cumplir la llegada al Mictlán y reunirse con el Señor de la Muerte y la Señora de la Muerte. 

Para él la muerte no solo es una transición, con una mirada fija en mí, aludió que la muerte era una deificación (considerar como un dios a una persona). No es un final, es un gran viaje a lugares hermosos, “creo yo, que si son hermosos porque nadie ha regresado de la muerte. Es un lugar de descanso y reposo”, puntualizó. 

Ahumador tradicional, con rostro de Cihuateteo 

Derivado al tema de la entrevista, no dudé en preguntarle sobre las almas, ¿existen? ¿es posible percibirlas? Para responder a mi pregunta, el chamán de

Xochimilco se apoyó de una de sus obras pictóricas para explicar que las almas son esa energía que logra movernos, mencionó que las almas se convierten en mariposas para llegar al sol, al acercarse a dicho destino logran visitar a sus seres amados. Un ejemplo de ello, es en el Día de Muertos. 

Según las palabras del entrevistado, durante dicha festividad, el gran Quetzalcóatl baja hasta el inframundo para tomar los huesos de aquellos que han muerto, el dios prehispánico antes mencionado riega con su sangre aquellos huesos que ha tomado para darles vida a esas almas y así tener la posibilidad de degustar las ofrendas que se colocan en Día de Muertos. Por medio de sus movimientos y su forma de explicarlo, entendí que su profesión valora mucho esta festividad, principalmente por la conexión que se logra con nuestros queridos difuntos.   

En este contexto, Cipactli explicó que existen dos tipos de ofrendas: la gastronómica y la aromática. La primera, tiene el objetivo de fortalecer el cuerpo de aquellas personas que ya no están presentes en el mundo terrenal, mientras que la segunda busca fortalecer el espíritu de estas mismas personas. Sin dejar de lado la flor de cempasúchil, la cual, con su aroma, guía y fortalece espiritualmente a los difuntos durante los días 31 de octubre, al igual que el 1 y 2 de noviembre. 

Tomando en cuenta que esta festividad está ligada a la religión católica en ciertas partes del país, Cipactli habla con una mirada y actitud que connotaba molestia sobre la muerte con respecto al catolicismo “no es exactamente creer en una religión, para mimetizarse con la naturaleza debes creer en la vida misma y en la muerte. Existe un dios universal que se llama Ometéotl que representa una dualidad, un equilibro en la lucha eterna”, puntualizó, haciendo un símil entre el blanco y el negro, así como el día y la noche. 

"El chamán de Xochimilco"

La pasión con la que respondía me llevó a preguntar sobre la muerte de los niños. Un cuestionamiento que me surgió a partir de los acontecimientos en un colegio de la Ciudad de México, donde lamentablemente perdió la vida un menor. La pregunta estaba enfocada a la trascendencia de la muerte de un niño ¿es diferente a la de un adulto?

Cipactli respondió que la muerte es pareja, sin embargo, cuando un niño fallece es muy doloroso por la temprana edad en la que muere.

No obstante, mencionó que existe una ciudad llamada Tlalocan donde hay un árbol que tiene frutos en forma de senos de mujer, para que aquellos niños que han muerto terminen de amamantarse y poder continuar con su desarrollo, incluyendo una oportunidad de volver al mundo terrenal, detalló.

Para finalizar y sin romanticismos, habló desde la perspectiva del chamanismo cómo afrontaría la pérdida de un ser cercano o amado. Note su mirada sobre el suelo con un silencio incómodo, aludió que la afrontará con respeto, alegría por el viaje que emprendía esa persona. Pues estaba seguro de que no volvería a verla nuevamente, estaría feliz y en paz en aquel lugar de reposo. Así mismo, mencionó que, si quisiera volver a hablar con ella, lo haría por medio del temazcal con una sesión de casi trece horas. 

Al término de la entrevista, recogió sus pinturas y vestigios. Agradeció el espacio prestado y abordamos nuevamente la lancha, nuestra plática no concluyó en la chinampa, me explicó las conexiones entre los canales de Xochimilco y parte de su historia, finalmente al llegar al embarcadero nos despedimos con un apretón de mano y un abrazo.

Fotografía aérea del amanecer en Xochimilco




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