AYOTZINAPA DESTAPÓ LA PUTREFACCIÓN EN LA QUE SE ESTÁ CONVIRTIENDO EL PAÍS
Por Julieta Luna Rosas
México (Aunam). Sosteniendo una taza de café en la que se leía Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología, Nayarit México y después de un breve saludo, el profesor Pedro Miramontes me dirigió al que sería escenario de nuestra entrevista, su oficina, el cubículo 29, ubicado en el edificio de Matemáticas de la Facultad de Ciencias, Ciudad Universitaria.
Parte de la personalidad del profesor se entreveía desde la puerta: una placa con su nombre, carteles que invitaban a los transeúntes a concursos y conferencias con referentes a la Teoría de la Complejidad y a la Biología, sus pasiones; uno de ellos anunciaba el quinto encuentro Nacional de Biología Matemática, en la que se leía la participación de Miramontes como conferencista.
La perilla de la puerta poseía un teclado numérico y una minúscula pantalla para colocar la huella dactilar, después de digitar la contraseña la puerta se abrió y el profesor me invitó a entrar; estas precauciones me remitieron a una película de espías pero en realidad me permitió comprender la actitud de mi entrevistado quien desde un principio se mostró dispuesto a la entrevista sin dejar de lado sus reservas: el temor de exponerse ante una extraña.
En su oficina posters con imágenes de la evolución y de Albert Einstein llamaron mi atención, hacían presente la dicotomía característica del profesor quien a pesar de ser doctorado en Ciencias muestra particular interés por la Biología, imparte clases de Biología Matemática, e incluso llegó a dar clases de Biomédica en la Facultad de Medicina en la UNAM.
Esa rara combinación entre las Ciencias Biológicas y de la Salud con las Ciencias Físico-matemáticas se convirtió en el pretexto perfecto, y en el punto de partida, para conocer al profesor de titular C de tiempo completo Pedro Miramontes Vidal.
Profesor multidisciplinario
“En realidad no soy matemático. Yo estudié Física y después mi maestría y doctorado son en Matemáticas, mi posdoctorado es en Bioquímica”.
“Cuando era estudiante de Física hice simultáneamente la carrera de Biología […] me gustaban las dos cosas; curiosamente el primer trabajo que tuve fue en un departamento de matemáticas, desde entonces me gustaron las matemáticas e hice mi maestría y doctorado en ellas”.
Recibirse como físico en lugar de biólogo, lo hicieron consciente de su elección por las Matemáticas aunque en realidad el profesor considera que “nunca he estado lejos de la Biología, al contrario; mis estudios profesionales surgen de la mezcla de la Biología con la Física y las Matemáticas”.
“Estoy dividido entre la biología, las físicas y las matemáticas; considero que tengo una cultura amplia pero no a profundidad, o al mismo nivel que mis colegas matemáticos puros, ellos dedican su jornada laboral íntegra a profundización y al estudio de las Matemáticas”. Ante esta aclaración el profesor compartió: “no me da vergüenza reconocer que no soy buen matemático, no soy buen biólogo y no soy buen físico, en cambio, digo que soy un buen biofísico matemático”.
Docente comprometido
“Me considero a mí mismo docente, mi principal preocupación y la mayor parte de mi tiempo la procuro en la enseñanza, en la atención de mis estudiantes y a dirigir tesis”.
“Dedicándole la mayor parte del tiempo a la docencia, hago investigación y esa investigación la publico con los estándares que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) considera adecuados”, comenta el profesor de tiempo completo sobre cómo su investigación científica lo llevó a convertirse en investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) grado dos.
“Fue sin que fuera intencional o con un plan preconcebido, el resultado de mi trabajo me llevó a pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores… me gusta mucho la investigación pero no es actividad principal”.
Los primeros amores son los más intensos
Montañas de libros sobre su escritorio, la mayoría de ellos con títulos en inglés como Chaos and no lineal dynamics, Chaotic Dynamics, clamaban casi a gritos la pasión del profesor hacia la Teoría de Sistemas Complejos y la Teoría del Caos. Teorías que nombraba reiteradamente a lo largo de la conversación, la mayor parte de su investigación está dedicada a ellas. Parecía cuestión de tiempo para que el profesor se metiera de lleno a estas, considerándolas como su primer amor al preguntarle el porqué de su preferencia.
“Los primeros amores son los amores más intensos… cuando era estudiante empezaban a llegar las primeras noticias de una teoría que rompía los moldes tradicionales de la ciencia; teníamos que esperar meses a que llegaran los artículos de Estados Unidos, siempre estábamos a la expectativa”, mencionó con la sonrisa provocada por la evocación de su pasado como estudiante, “no esperábamos la ansiada carta escrita por la novia, lo que queríamos era el último artículo que había salido”.
“Mis compañeros y yo nos formamos con ese rompimiento de paradigmas que fue la Teoría del Caos y la Teoría de formación de patrones en Biología, prácticamente nos nutrimos de esos conocimientos”, comentó para concluir en la fidelidad que ha conservado a su primer amor a lo largo de sus trabajos, posgrados y posteriormente en su labor como profesor.
Nuestra actualidad: un sistema caótico de alta dimensión
La Facultad de Ciencias se conoce por su participación activa dentro de los movimientos sociales, a lo cual el profesor comparte “una reflexión que he pensado en mucho tiempo, a la cual no le encuentro explicación: en todas las universidades que conozco del mundo, los físicos y los matemáticos son los más ajenos a la lucha social, son los que no se involucran o francamente los que están en contra y aquí, en la UNAM, sucede lo contrario: la Facultad de Ciencias siempre se ha distinguido por su tradición combativa… no conozco la explicación…”.
La discusión sobre los temas actuales en nuestro país llevó al profesor a vincularlo con el caos, “un gran número de fenómenos naturales tienen un comportamiento caótico; la naturaleza es intrínsecamente impredecible, no se puede conocer a largo plazo el futuro de ningún sistema, sin embargo, existe la posibilidad de hacer predicciones a corto plazo, como los meteorólogos”.
En cuanto a realizar una predicción a corto plazo sobre los hechos desembocados a partir de la desaparición de estudiantes en Ayotzinapa el profesor se negó “son demasiadas variables involucradas, es un sistema caótico de alta dimensión”; entre las variables involucradas el profesor enumeró “el gobierno, el crimen organizado, donde posiblemente se encuentre el gobierno, la Iglesia, grupos de interés global, grupos de interés nacional, empresarios, la clase política […] hay demasiadas variables, incluso externas, como las presiones comerciales de Estado Unidos, Europa, China, la deuda externa, nadie puede hacer una predicción sobre este país, absolutamente nadie […] el horizonte es muy oscuro”.
“Ayotzinapa es un crimen salvaje, no va a tener un buen fin, de ninguna manera, es la acción que destapó la olla de putrefacción en la que se está convirtiendo el país”.
“Me encanta la reacción que están teniendo los estudiantes pero considero que las marchas son ineficientes. Los estudiantes o cualquier actor político puede llenar el Zócalo con gente vociferante y absolutamente nadie les va a hacer caso, sin embargo, soy optimista de que los jóvenes encontrarán nuevas maneras de seguir la lucha, maneras inteligentes de hacer presión social para que sus demandas sean escuchadas. En este momento todavía no está ocurriendo”.
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