“Regresa”: proyecto de búsqueda facial de menores desaparecidos

  • Este proyecto promete ser un parteaguas a largo plazo de la población mexicana


Por Jared Pimentel Gómez 
CDMX. La doctora Ana Itzel Juárez Martin presentó el proyecto Regresa, que por medio de la inteligencia artificial y métodos de la Antropología busca generar un banco de imágenes de la morfología de un menor desaparecido a mediano y largo plazo. La idea es plantear una manera eficaz de reconocer a las víctimas.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, acompañada por el coordinador del Centro de Estudios Antropológicos, Emanuel Rodríguez Domínguez y tres colaboradores: Yaelinne Sieg Castro Galván, Eduardo Durán Romero y Gabriela Pardo Mendoza, explicó en qué consiste esta iniciativa.

La técnica que se implementará busca generar un reconocimiento facial estandarizado conocido como Mediapipe. De esta forma, un programa automatizado recibe fotos de entrada y a la salida entrega archivos que contienen nubes de puntos de los 468 landmarks faciales, en otras palabras, reconoce los puntos esenciales de un rostro.

En una segunda instancia, el método nombrado Red LTSM (Long Term Short Memory) permite que cada uno de los puntos faciales reconozcan las series de tiempo y las convulsiones que estas pueden tener. Añadido a esto se suma los datos somatoscópicos (que se refiere al desarrollo corporal) y los datos sociodemográficos para poder conseguir una predicción más exacta posible de un cambio facial tanto progresivo como regresivo, es decir, hacia el futuro y pasado.

Uno de los puntos que más acentuó fue la creación de un banco de imágenes para elaborar una base de datos sociodemográficos. La meta es lograr un conjunto de retratos en tercera dimensión que sirvan para el entrenamiento del algoritmo de diferentes crecimientos y transformaciones craneofaciales de la población mexicana. Juárez Martin argumentó que toda la información solo será para la investigación del proyecto y que se resguardará en un repositorio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Por otra parte, a través de cuestionarios, buscará hacer una vinculación de las víctimas. El cuestionario antropofísico toma en cuenta antropometría, bioimpedancia y hábitos, esto para realizar un análisis del cambio corporal de una persona. Mientras tanto, el cuestionario socioantropológico destaca la sociodemografía y la experiencia de vida.

El rango de la población en búsqueda va desde los 12 a 18 años. Esta idea surge por el creciente número de niños y adolescentes, en donde, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas (RNPDNO) cada día se registra 25 casos que van desde los 0 hasta los 17 años de edad.

En un largo plazo, se plantea que estas técnicas sirvan entre diversos puntos, como un instrumento para las fiscalías de justicia y un mapeo de las desapariciones de menores en el país. De esta manera, también podría ser un punto de partida para las investigaciones en la variabilidad de la apariencia de un mexicano. 

A esta conferencia asistió Maribel Enciso madre buscadora de María José Enciso, su hija desaparecida que al momento de la publicación tiene 15 años. Enciso contó que ha intentado conectarse con organizaciones internacionales como Missing Angels, de origen estadounidense, y otro organismo de Brasil, que son los homólogos de este proyecto. 

Entre sollozos, explicó que lleva tiempo buscando un programa que se acerque a un aspecto más exacto de su hija y en el que espera que Regresa sea esa solución. 


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