Conciertos online: conservación de la industria musical en cuarentena

Por: Yulissa López, Faustino Alcántara y Daniel Muñoz | 
Mundo (Aunam). Han transcurrido ciento cuarenta y cuatro días de confinamiento a partir del inicio de la Jornada de Sana Distancia en México por SARS-CoV-2. El tiempo se siente cada vez más largo y la población se ha visto sometida a una readaptación de su estilo de vida, así como sus actividades cotidianas. La “nueva normalidad” también ha impactado en la industria musical y sus aficionados. ¿Es un mal momento para la música? 

Foto: Salvador Bautista en una transmisión en vivo para Facebook. 


El arte musical ha intentado abrirse paso para continuar en la contienda. Bandas, solistas y músicos independientes han migrado a otros formatos para seguir produciendo y lanzando sus contenidos; la era digital ha sido su mejor aliada para no ser olvidados. Festivales virtuales y conciertos por streaming​ resultan una solución apropiada para llevar el espectáculo hasta los hogares de aquellos que encuentran en la música una forma de sostener el confinamiento. 

De acuerdo con Guía TicketMaster algunos de los shows más consumidos por el fandom son: Elton John y amigos (Billie Eilish, Dave Grohl, Joe Amstrong, María Carey, Sam Smith y Lizzo), Camila Cabello junto a Shawn Mendes, la agrupación One Republic, Niall Horan (ex integrante de One direction), Pink y Alejandro Sanz. 

Además, se postula el proyecto #MúsicaEntreBrothers, impulsado por Tecate, donde se presentaron artistas como Sabino, Siddartha, y las agrupaciones Reik y Dvicio. 

Pero ¿los conciertos virtuales son un formato innovador? El ingenio de la industria musical ha tenido presencia desde años atrás. Tal es el caso del memorable show de Metallica en 2013. La banda, en colaboración con Coca Cola TV, transmitió su presentación nada más y nada menos que ¡desde la Antártida! Actualmente, el concierto se encuentra completo en YouTube​ y tiene más de tres millones de reproducciones. Por otro lado, el popular videojuego Fortnite celebró su primer concierto virtual en 2019 donde, de manera digital, el DJ Marshmello hizo bailar a millones de jugadores. 

La musicoterapia ante el confinamiento 

Los conciertos online​ han tenido su auge durante la cuarentena como una forma de entretenimiento a la distancia. Sin embargo, vivir la música desde el encierro también es un método de salud y bienestar. De acuerdo con la Asociación Americana de Musicoterapia (American Music Therapy Association, Inc.), la musicoterapia es un uso clínico especializado, y no invasivo, que se utiliza para tratar padecimientos físicos, psicológicos, cognitivos y sociales que se desarrollen en entornos educativos y sanitarios. Este tipo de procedimientos estimulan la comunicación y expresión individual a través de la interacción, creación activa y escucha de música. 

De esta forma, la musicoterapeuta argentina, Nancy Gómez, recalca la importancia de implementar “momentos lúdicos” durante la cuarentena. De acuerdo con la especialista, la música no tiene efectos medicinales, la efectividad del procedimiento se concentra en la interacción que el paciente genera con el profesional quien orienta y monitorea la terapia. “Se trata de una escucha que se ha formado especialmente para acompañar ese proceso terapéutico, en donde el mismo paciente va encontrando el modelo saludable”, afirma. 

La experta reconoce que a raíz de la crisis sanitaria por Covid-19 la música ha encontrado la manera de llegar a los espectadores y ha tenido un buen recibimiento por parte del público: “(...), se escucha música en las redes, músicos que están aportando sus habilidades artísticas para los otros, compartiendo esta instancia desde lo virtual. Lo musical está en la población, está en todos, es el fenómeno que está traspasando puertas, ventanas y casas, y creo que tiene que ver con esta necesidad de las personas de hacerse escuchar en el aislamiento”. 

La música en cuarentena desde la mirada del aficionado 

Andrés Rosas es un estudiante de contaduría que se adentró en la industria musical desde que tenía trece años; primero como diletante y después como manager​ de una banda poco conocida, su trabajo era “atraer chavos”. Hoy en día ha llevado su pasión por la música a un nivel superior. Andrés funge como reportero en pequeños y grandes conciertos, entrevista a los integrantes de sus bandas favoritas, y emprendió un proyecto a través de un canal en YouTube​ ​con una perspectiva en el tema musical: “Pásale Wero”. 

Sin embargo, sigue siendo un melómano de corazón: “La música para mi es una forma de expresarme. La puedes ocupar de varias formas y con ella sentir diferentes cosas porque hay música para todo tipo: para estar feliz, para estar triste, para hacer ejercicio, para meditar. Yo creo que es una forma de vida, con la música puedes vivir mejor. (...) escucho música al despertarme, al bañarme. Para hacer del baño escucho música, para salir a caminar escucho música. Realmente la música interviene en mi día a día”, afirma con entusiasmo. 

La emergencia sanitaria modificó el estilo de vida de aficionados como Andrés quien, aproximadamente, asistía a cincuenta conciertos al año. A pesar de ello, tuvo la oportunidad de ir a varios shows antes del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, entre ellos el Vive Latino. Este fiel seguidor musical considera que tomó las medidas de sanidad pertinentes. “Lo que yo realicé fue algo sano. No estuve compartiendo del mismo vaso de chela, no estuve saludando y me lavaba las manos todo el tiempo, ¡guácala!”. 

Muchos espectadores que disfrutan de la magia de la música tuvieron que adaptarse a los nuevos formatos a distancia. Para Andrés Rosas, los conciertos en línea son una modalidad que pueden estar al alcance de todos. Él ha seguido las transmisiones en vivo de DLD y María José, y a pesar de ser grandes eventos la experiencia no es la misma: “(...) faltaba el intercambio, el ‘tú me das, yo te doy’; yo grito, yo canto y tú me echas todo el sonido. Si es muy diferente, pero para la gente que no ha visto en vivo a su banda favorita es un buen momento”.


Para aprovechar al máximo un concierto en línea, de acuerdo con Andrés, es necesario que exista disposición por parte del músico y del público para generar una buena atmósfera de energía musical: “Tienes que poner de tu parte como espectador, poner unas bocinas que suenen chido, ponerte tu botana y tu cheve. También hacer una videollamada con tus compas y decirles ‘vamos a ver el concierto’”. 

Por otro lado, el reciente formato de autoconciertos no está al alcance de Andrés pues no sabe manejar. Y aunque piensa que es un gran proyecto mantiene la idea de las limitantes existentes; la interacción con el público no es la misma: “Por ejemplo, en un concierto de los Ángeles Azules vas a querer bailar con el de a lado: ‘oye, deja me pongo gel antibacterial, deja limpio mis manos, me pongo cubreboca y careta y vamos a darle al baile’. Después de «17​ años» ya​ me desinfecto”. Además del alto costo del espectáculo. 

“A una persona que va a cincuenta shows al año le quitas un año de conciertos es como quitarle a un drogadicto su piedra. Yo así no puedo vivir, me están quitando con lo que vivo. (...) mi vida gira en torno a la música, ya sea escuchándola, escribiéndola o viviéndola”. No cabe duda que, al igual que Andrés Rosas, los aficionados a la escena musical tendrán que acostumbrarse a una normalidad cambiante y desconocida. Sin embargo, no está en duda que harán lo posible por lograrlo de una forma factible. 

Los matices de la organización musical en el confinamiento 

Junto a su compañero Edson Patoni, estudiante de Sexto Semestre en la Lic. de Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Gerardo García logró materializar una de las metas profesionales que perseguía desde que entró al ambiente musical. 

Luego de mes y medio de trabajo, el también locutor de Ciudad Radio orquestó el Festival Online Lengua Libre el pasado sábado 4 de julio. Durante doce horas, el equipo de producción y comentaristas de Megáfono MX consiguió efectuar uno de los más grandes compendios que la industria del rap mexicano jamás haya presenciado. 

La fusión de 24 exponentes de la vieja escuela y talentos emergentes del hip hop (del calibre de Sociedad Café, Trakifante de Almas y Yak Mag) cruzó las fronteras del territorio nacional para incidir en las pantallas de espectadores españoles, colombianos y chilenos. Sin invertir en publicidad ni cobrar el acceso, el alcance de la transmisión en Facebook sobrepasó la cifra de 120,000 personas. Cada trazo en su diseño valió la pena. 

Su faena es la muestra de uno de los tantos festivales online que se han realizado de manera gratuita en este periodo. Tras la reactivación mediática a principios de mayo, una de las estrategias principales era la de expandir un mensaje de apoyo. Por ende, los músicos se apegaron a la noción y construyeron sus materiales desde sus hogares: “En un principio, se hacía de una manera más casera, porque el público estaba en un momento difícil y lo que se quería dar a entender es que la gente no saliera. Los artistas buscaban la manera de producir su contenido, algunos tienen la posibilidad de contar con estudios caseros y se les facilitaba más”. 

Otra de sus vivencias previas se desarrolló en el concierto Masivo Online Mexicano (MOM), efectuado el sábado 2 de mayo. Elementos de la talla de Los Estrambóticos, Tex Tex, así como Aarón y Su Grupo Ilusión encabezaron el cartel. De ahí que, resaltó a la planeación estratégica como un factor clave para conquistar el objetivo. 

“Me atrevo a decir que un 90 por ciento de festivales tuvo una producción detrás de entre mes y dos meses de anticipación. Se le pedía a los artistas que enviaran su material para poderlo editar y montar en una plataforma, para asignarle un horario. No por ser gratuito debía de ser un show malo o falto de calidad, al final está de por medio la imagen de músicos y productores”, señaló García. 

En contraparte, acentuó que el fenómeno se ha diversificado y en la actualidad es factible encontrar conciertos de paga, en los que reluce una mayor inversión en materia de producción. Uno de los propósitos esenciales radica en ayudar a los miembros del staff, quienes han visto detenida su fuente de ingresos principal. 

Al respecto, la naciente causa Reactivación del Entretenimiento y la Música Mexicana (REMM) anunció una serie de conciertos semanales para contrarrestar la situación monetaria de los múltiples equipos técnicos. Lo recaudado en las próximas fechas --vía streaming-- de Paco de María, Godwana, Pablo Montero, Griss Romero y Alex Midi les será otorgado. 

A medida que el modelo de las transmisiones continúa en expansión, las empresas podrían considerar el alcance como una de sus máximas fortalezas para generar recursos, así lo manifestó García: “Se cuenta en miles y millones de personas, es en esa parte donde podría reflejarse el factor de la ganancia. Si antes te veían cien personas en un foro y cobrabas $700, ahora puedes cobrar $50 pero te mirarán miles de ellas. Es parte del equilibrio y de la adaptación para buscar la fórmula de generar más ingresos”. 

En consecuencia, el proceso creativo obligaría a las compañías a modificar con constancia el esquema bajo el que producen sus streamings. Uno de los mecanismos vigentes consiste en no sólo fijar un costo por entrada, sino que la influencia del sentido íntimo con el músico orille al espectador a disfrutar más allá del concierto. 

“Otro gran plus en los últimos eventos es que pagas tu acceso online, pero también puedes platicar con tus artistas favoritos de entre uno a cinco minutos. El espectador paga por ello. Como organizador, mejoras su experiencia para que nunca lo olvide: así graba su saludo y lo preserva en el recuerdo”, aseguró Gerardo García. 

De acuerdo con el pronunciamiento del 3 de agosto por parte del epidemiólogo Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Federal, el retorno a los recintos podría generarse con un 25 por ciento de aforo durante la primera quincena del mes, aun cuando el semáforo naranja persista en Ciudad de México. 

Los conciertos gratuitos de Meelt y Silver Rose en azoteas, que también precisarán de transmisiones en Facebook, figuran como la alternativa de la cervecera Lagunitas en la capital mexicana para abarcar dicho lapso. Por otra parte, la grama del Parque Bicentenario, en la alcaldía Miguel Hidalgo, se prepara para celebrar una jornada de “Drive To Fun” con los autoconciertos de Siddhartha y Sabino. 


Los claroscuros de la fotografía de conciertos a raíz de la pandemia 

Entonces, las bocinas resonaron con furor. El polvo, que emanaba del rugido, se perdió entre la entremezcla de las luces. Era lo más parecido a aquellas memorias doradas, que en la actualidad resultan imposibles de gestarse. Él estaba allí para hacer lo que más extrañaba, se inmiscuyó en un esperanzador “oasis”. 

Recibió el llamado que esperó con ansias durante diecisiete semanas. Desempolvó su Nikon D3300, afinó el lente 55-200 para volver al ruedo y se dirigió a una bodega acondicionada en Coyoacán. La fragilidad de “La Despedida” le hizo entrar en razón: era el momento de decirle adiós a los formatos del pasado, con tal de adaptarse a las coberturas del presente. 

Juan Pablo Zárate es el fotógrafo oficial de Los Daniels. Su trabajo lo ha convertido en uno de los pocos privilegiados que tienen la posibilidad de capturar las postales musicales más importantes de la Nueva Normalidad. Pero hoy afronta un nuevo reto; al menos uno diferente a los que ha superado en sus cuatro años como profesional. 

Lejos de ubicarse en el escenario o compartir con sus colegas, tuvo que moverse entre las cinco cámaras fijas de grabación postradas en el set para cumplir con la encomienda, sin irrumpir en el espacio de los cincuenta técnicos y del personal sanitario involucrado en el concierto online de la banda de rock mexicana. 

Está acostumbrado a disparar desde lejos, por lo que respetar la distancia nunca le ha resultado un problema. Aunque, en esta ocasión, el motivo fue distinto, ya que la agrupación a la que dedica sus tiros cumplió trece años de existencia. 

Asimismo, el show permitió apoyar económicamente a los miembros que hacen patente su labor detrás de bambalinas. El proyecto “La banda te respalda” les reservó los donativos recibidos a través de su transmisión en vivo en la plataforma WeGow. 

“Todos los que somos parte del show, sin considerar a los talentos, estamos en un serio problema ahora. Los ingenieros de audio, la gente encargada de la iluminación y la seguridad. Este tipo de trabajos se paga por show, por ello estamos buscando a qué dedicarnos en este proceso, porque no tenemos ingresos. Es bueno que se tenga la intención de reavivar la industria”, aseveró Zárate. 

Atrás quedó esa seguidilla de noches que completaban su rutina semanal. El extinto recorrido del Metropolitan al Auditorio Nacional se reduce a las habitaciones de su casa, en adición a su andar por el contenido visual de Instagram. Desde su trinchera, los fotógrafos musicales que no se encuentran integrados en el esquema de una banda no tienen modo de operar. 

El confinamiento le ha servido para revisar su progreso. Virar hacia las capturas de sus inicios y contrastarlas con los enfoques renuentes del 2020. Al mismo tiempo, se desempeña como Director Editorial del medio Cultura Mainstream; para no perder ritmo ni presencia, toma otros caminos, despliega roles comunicacionales que usualmente no desarrolla en el marco musical. 

Pero, aún en el fondo, extraña la vibración del público. A diferencia de otros colegas, no solía dedicarles un espacio tan extenso entre su archivo. No obstante, el nuevo entorno le hizo vislumbrar la trascendencia de su ímpetu: “La banda acaba de terminar de tocar y nadie les aplaude. No es lo mismo ver cien comentarios en Facebook que escuchar las palmas de la gente”. 

A pesar de ello, reconoce su lealtad en pro del mejoramiento en el espectáculo y manifiesta que la interacción multimedia hará que la experiencia resulte más atractiva hacia la mirada del aficionado. En sus palabras, son ellos quienes “mantienen el barco a flote”; por lo que, ciertos valores agregados como la grabación en 360 grados, la inclusión de servicios de comida y la compatibilidad con dispositivos de realidad virtual continuarán potenciando los conceptos existentes. 

Un performance adicional de Los Daniels tendrá lugar el 22 de agosto, desde el Pepsi Center, y estará disponible en vivo a partir de las 20:30 horas. El streaming de la promotora eticket costará $119, mientras que el meet and greet, $224.00. Todo lo acumulado estará destinado para la REMM. 

De los momentos del ayer y la felicidad efímera 

Si bien las bandas no pueden llegar físicamente hasta donde el espectador se encuentra, sus obras sí pueden hacerlo. La plataforma Spotify confirmó ganancias de dos mil millones de dólares en su informe de ingresos correspondiente al primer trimestre de 2020, debido a los 130 millones de nuevos usuarios que pagaron el servicio. De igual forma, se registró un aumento de 50% en las descargas de la aplicación por conducto de televisores inteligentes y consolas de videojuegos. 

En entrevista para CNN en Español, Javier Piñol, director de estudios de Spotify Latinoamérica, declaró que el consumo de música no ha decaído, sino todo lo contrario: “No es que la gente haya dejado de consumir (música) de camino al trabajo o haciendo ejercicio en el gimnasio, es que ha dejado de ir. (...) Han desaparecido esos momentos. Con toda naturalidad se han redistribuido los momentos y los géneros que la gente consume”. 

Salvador Bautista ha implementado diferentes formas de hacer música. Ha pisado escenarios masivos de música versátil, en grupos como Los​ Askis​; a la par, ha tenido la necesidad de “botear”. Se subía al transporte público para tocar dos o tres temas por viaje, y así, llevar algunos pesos a la mesa de su casa. 

Ya son cinco meses desde que no recibe algún llamado por parte de sus jefes para realizar un concierto masivo. “Chava”, como lo conocen sus allegados, ha trabajado desde los quince años en el gremio musical. A sus cuarenta años, la situación actual le ha afectado directamente en el bolsillo. 

Para no perder vigencia, Bautista ha efectuado recitales en línea por medio de las plataformas digitales, mas sigue sin conseguir el resultado que esperaba: “Hacemos una canción y la subimos a las redes sociales. La verdad no ha tenido mucho éxito en cuestión monetaria, pero al menos nos mantenemos activos. Sólo hemos podido recaudar 200 pesos desde entonces”. 

Los grandes artistas presumen de contar con el apoyo de la gente. En ocasiones, los grupos musicales independientes no corren con la misma suerte. Mariachis, conjuntos de música norteña, orquestas de música versátil o trios, han tenido que buscar otras maneras de generar un sustento económico. 

Los nuevos retos parecen no tener luz de salida. El desánimo invade a Salvador, desde su perspectiva, los conciertos masivos no volverán nunca. Sobre la adaptación, el grupo donde toca el bajo, ha tomado medidas radicales, pues si antes cobraban 15 mil pesos por una orquesta de ocho músicos, ahora harán rentarán la mitad de su fuerza de trabajo por sesenta minutos, a cambio de 2 mil quinientos. 

Por otra parte, Miguel Urquiza es guitarrista de la banda de rock Random V. A diferencia de otras agrupaciones, ellos se han concentrado en no dejar de realizar contenidos para mantenerse activos; prueba de ello es que preservan inalterable el deseo por edificar un material discográfico a mediano plazo. 

La sinergia con los aficionados encarna un aspecto medular en su estructura. De ahí que siempre han buscado potenciar ese factor: “Nuestra ideología como banda fue dejar atrás el tabú de hacer ver a los artistas inalcanzables. Tratamos de contestar los mensajes de redes sociales, incluso desde antes de la cuarentena. Escuchamos a nuestros fans, porque sin ellos no seríamos nada”. 

El detrás de cámaras de sus producciones ha servido como un carril de comunicación eficiente en la etapa de confinamiento, ya que de esa manera no sólo visibilizan una fracción de lo que usualmente no se exhibe en la finalización de sus productos, sino que afianzan un vínculo más fuerte con ellos. 

“Además, en nuestro canal de YouTube grabamos videos de los miembros de la banda: sobre nuestras influencias, el día a día, los ensayos, las sesiones de fotos. Muchas veces la gente no sabe de todo el trabajo arduo de por medio, queremos que sepan que hay un gran esfuerzo tras ello”. 

Dicho mecanismo ha posibilitado que Random V fije ciertos límites de intimidad, pero también actúe como un transmisor del talento de sus seguidores. La retroalimentación emanada propicia que reciban dibujos y diseños afines a sus gustos particulares, mismos que son plasmados en camisetas para su posterior distribución: “Nosotros crecemos junto a ellos, quisiéramos hacer una familia muy grande. Hay mucha gente con talento que merece ser reconocida”. 

En relación con los conciertos online, Urquiza señaló que representan una forma de “expandir su creatividad”. Luego de participar en el streaming de la compañía Road Your Photo, los artífices de los sencillos “Luna Musa”, “Nada Virtual” y “Refracción” anhelan coincidir más en el formato y adentrarse en futuras dinámicas similares.

Tanto Salvador como Miguel coinciden en que la experiencia presencial no podría ser sustituida ni emulada por las herramientas virtuales. Para los músicos, el calor del público transmite un sentimiento incomparable. Sin embargo, dado que aún no es posible retornar a la actividad en el terreno de lo físico, los componentes audiovisuales han de ser las técnicas más significativas en su intento por recortar distancias con su fanaticada, producir estímulos económicos y persistir en sintonía con el entorno en que se desenvuelven. 









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