Por Jared Pimentel Gómez
Cdmx. El ingeniero aeronáutico español, Pablo Álvarez, compartió sus experiencias con los estudiantes de la UNAM en el auditorio Marcos Moshinsky del Instituto de Ciencias Nucleares.
El viaje, contó, empieza desde que se gradúa como Ingeniero Aeroespacial. Posteriormente participó en proyectos de modelos de aviones incluyendo el Airbus 350, un proceso que duró una década desde el 2006 al 2016. En los siguientes ochos años, hasta llegar a la actualidad, fue arquitecto mecánico de ExoMars Rover, colaboró en la producción y en la gestión del proyecto de Airbus. Finalmente en el 2022, llegó a ser astronauta.
Reveló la gran serie de requisitos que los futuros viajeros espaciales tendrán que seguir. Entre ellos, mencionó que conocer idiomas es fundamental, y ejemplificó que él sabe inglés, francés, polaco y un poco de ruso.
Además, los aspirantes a astronautas deben de pasar por múltiples fases en la ESA. Una de ellas era la psicométrica, en la cual una de las pruebas consistía en que le mencionaban entre 5 a 50 números aleatorios y tenía que responder el orden en sentido contrario. Otras de las pruebas consistían en matemáticas y de inglés.
La segunda fase involucra pruebas psicológicas y médicas para saber que el concursante cumplía las cualidades para ser parte de esta agencia. “Para ser astronauta debes ser un individuo sano” recalcó.
Una de las últimas fases consistía en entrevistas. Estos cuestionarios le exigían a los concursantes una habilidad de reacción ante situaciones de riesgo, de solución o de presión. “Era como estar en la esquina de un ring de boxeo, te caían preguntas inesperadas por todos sitios”.
Reveló que él fue uno de los seleccionados para la clase de 2022 de la Agencia Espacial Europea. Además mencionó que otros de sus compañeros fueron: Katherine Benell-Pegg, Marco Sieber, Raphael Liegeois, Rose Mary Coogan y Sophie Adenot.
También dio algunos comentarios acerca de los trajes espaciales. “Pesa 245 kilos, es convencional pero nada cómodo. Es básicamente, una nave espacial con forma humana”. Los entrenamientos se realizan bajo el agua y de manera usual duran entre 5 o 6 horas.
Mencionó que uno de los entrenamientos consiste en una centrifugadora. “Es como una atracción pero muchas más fuerte que cualquier montaña rusa”. Reconoció que existe una dificultad para mover los brazos y dolor en el pecho acompañado de dificultad para respirar.
Otro de los ejercicios incluía una cámara hiperbárica. Este cuarto sirve como una simulación de cómo se siente una despresurización, básicamente la intención era poner a los aspirantes en condiciones con bajos niveles de oxígeno.
Indicó dos posibles misiones a las que podría asistir: La primera podría ser en la estación espacial a partir de 2026, este probablemente tendrá una duración de 6 meses. Mientras que la segunda, podría ser la vuelta a la luna con las misiones de Artemis.
En cuanto a la salud mental, refirió que a los astronautas se les asigna un psicólogo desde el primer día. En este sentido, también se les permite traer cualquier tipo de comida que ellos quieran. El programa psicológico les da el acceso a llamar a sus amigos y familiares. Por último, les da la posibilidad de poder contactar a cualquier persona del mundo, esto puede ser desde una celebridad, deportista u otra persona.
Señaló que una de las cosas más difíciles es estar tanto tiempo fuera de la Tierra. “No voy a volver a vivir en España los próximos 30 años y estamos constantemente cambiando de lugar”. Es por eso que reflexiona que es muy difícil poder llamar “casa” a algún lugar.
Por último, argumentó que no hay tantos astronautas de habla hispana y le encantaría poder hacer algo para abrir lugares para la comunidad latina. Además, se dijo emocionado porque existan espacios como esta conferencia “estoy encantado de poder compartir esto con todos ustedes”.
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